Wednesday, February 25, 2015

LA MINORÍA DOMINANTE


Se supone que en una democracia prevalece el criterio de la mayoría. Pero en la democracia de los Estados Unidos, la más estable de la historia,  tal suposición se está debilitando aceleradamente bajo el régimen de Obama. 
Los ejemplos abundan. En la mayoría de los 50 Estados el pueblo ha votado repetidamente en contra del aborto y el matrimonio homosexual y el pronunciamiento ha sido ratificado por las legislaturas estatales. Sin embargo, los jueces federales lo han declarado inconstitucional.
El presidente Obama sabía de ello con anticipación, pero en la campaña presidencial del 2008 mintió y dijo que defendía el matrimonio tradicional entre un hombre y una mujer, para ganar votos. Una vez electo, aclaró su posición y acaba de nombrar un embajador para que defienda la causa de homosexuales y lesbianas a escala mundial.
El Congreso aprobó ayer la construcción del oleoducto Keystone que uniría Canadá con el Golfo de México para bombear crudo, creando mano de obra y reduciendo la importación petrolera. Obama objetó la decisión bipartidista. Según las encuestas, desde que se anunció el proyecto al inicio de este régimen, el 75% de la población lo ha apoyado.
También desde que el actual presidente anunció su intención de lanzar una ley de control estatal de la salud, el 65% de los encuestados se ha pronunciado en contra, antes y después de que se convirtiera en ley hace dos años. El malestar por esa ley, que aún no se complementa, fue factor clave para la victoria de la oposición en los comicios de noviembre pasado.
La mayoría de la población ve atónita, según lo denotan las encuestas, la negativa del Presidente a frenar el avance del radicalismo islámico en el Medio Oriente y otras regiones. Peor aún, no entiende cómo él y sus altos funcionarios esquivan preguntas relacionadas con el Islam como motivación para los actos de terror del Isis/Isil y grupos afines.
La película The American Sniper (Francotirador, en español) cautivó a los norteamericanos y rompió todos los récords de taquilla. Sin embargo, en Hollywood, los jueces que comparten la visión de la minoría incrustada en la Casa Blanca no le otorgaron ningún Oscar. Quizás porque se trataba de un homenaje a un héroe de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
La mayoría en este país cree en los valores judeocristianos inspiradores de la Declaración de la Independencia y la Constitución de este país y cree que ellos sustentan la grandeza y excepcionalidad de esta nación. Obama y sus seguidores no comparten tal criterio.  Estiman que este país es como cualquier otro, que nada especial le distingue y que ha cometido errores que Obama se ha apresurado en pedir perdón.
La prioridad de Obama es defender el Islam, que dice ha sido tan trascendente en la cultura de esta nación como el cristianismo, aserto que no resiste el menor análisis. Paralelamente, ha dicho al comenzar su gobierno que su deseo fundamental es “transformar” de raíz a este país.
El modelo que se ha ido trasluciendo de sus palabras y hechos es reflejo de las enseñanzas marxistas recibidas en su juvenud. La meta es asumir el mayor control gubernamental del poder, que debería equilibrarse según la Constitución con las otras dos ramas, la legislativa y judicial.
Cada vez Obama es más autoritario e impone su criterio por sobre el de la mayoría de la población, expresada en las urnas y encuestas. Lo hace con petulancia. Durante cinco años desoyó el pedido de los abogados de los ilegales en favor de la amnistía, aduciendo que está impedido de hacerlo porque ello es privativo del Congreso, por mandato constitucional.
Lo dijo en 22 oportunidades. No le importó y en noviembre pasado dictó un Decreto Ejecutivo para otorgar aministía a más de 5 millones de ilegales. El caso está hoy en manos de la Cámara de Representantes, pues el Senado se negó a frenar el acto inconstitucional de Obama y devolvió el proyecto redactado en tal sentido a la Cámara Baja.
La disputa carecería de sentido si Obama respetase la Constitución, pues un juez federal en Texas acaba de detener el Decreto Ejecutivo de Amnistía por inconstitucional. Así lo consideraban y consideran 26 de 50 estados de la nación, cuyos gobernadores se rehusan a aceptar la arbitrariedad del Ejecutivo. ¿26 de 50 no es mayoría?
Los republicanos, que ahora controlan las dos cámaras, están temerosos de responder al mandato popular de los comicios de noviembre. Sería desastroso que capitulen. La mayoría, incluídos millones de inmigrantes naturalizados, respalda la inmigración, pero por la vía legal. Y se percata que a Obama le mueve no la compasión, sino su interés político.
Quiere a toda costa atraer a los ilegales al rebaño demócrata. Una vez que los legaliza, les concede permisos de trabaja, seguro social y licencias de manejo y con estos documentos, pueden votar “demócrata”. Como experto “community organizer” (agitador social), Obama tiene preparados ya los equipos para reclutar y adoctrinar a los nuevos afiliados.
No solo los latinos están en la mira de Obama. Están sobre todo los árabes de Siria, Libia, Irak, Afganistán, Líbano, Yemén y otros países que son fuentes de adiestramiento y difusión del terrorismo. Ese terrorismo que según Obama no es “ni musulmán ni radical”. El número de inmigrantes de ese origen duplica el de latinoamericanos.
Algún día saldrá a la luz el verdadero plan siniestro de Obama en éste y otros menesteres. En este enlace o link se advierte cómo no es nueva la consigna dada a los funcionarios de no ligar al Islam con el terrorismo. La orden parece haber sido dictada el mismo primer día en que Obama asumió el mando, el 20 de enero del 2009.
La incógnita que sobrecoge y espanta es el silencio de los medios y, peor   aún, el lúgubre silencio de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Tuesday, February 24, 2015

LA MENTIRA GLOBAL


El presidente Barack Hussein Obama insiste hasta el cansancio y hasta el aburrimiento y la indignación, que los terroristas musulmanes que ahorcan, degüellan, violan, crucifican y decapitan a infieles no son musulmanes sino “solo” terroristas, que toman en vano el nombre del Islam. 
Como aprendiz de teólogo, alecciona que hay que tener cuidado en separar religión del terrorismo. Sostiene que los terroristas árabes podrán ser terroristas pero no son religiosos: no son musulmanes aunque digan que lo son. Obama así lo sentencia y así quiere que sea y punto. Pero de ninguna manera hay punto.
Obama pretende dirigirse a un grupo de idiotas. Idiotas serán los que le creen, los cuales en los tiempos de Lenin y Stalin solían llamarse “tontos útiles” a la causa comunista, hoy islámica. Habrá otros que le creen sin ser necesariamente idiotas, pero si mal informados. Y un último grupo que le sigue por solidaridad de raza o por solidaridad ideológica.
Nadie le ha preguntado a Obama si el Isis/Ildis no es musulmán y si no lo son tampoco las otras hordas de asesinos árabes ¿entonces qué son? Quiere convencernos de que son terroristas sin membrete. Pero a través de la historia se observa que todo movimiento terrorista siempre se  organiza a favor o en contra de una causa, que tratan de divulgar llamando la atención pública mediante la siniestra arma del terror.
No se conoce de terroristas que salgan a la calles y sitios de concentración de multitudes para causar terror por el solo placer de aterrorizar. Quizás haya habido actos individuales, pero seguramente son una excepción patológica. 
Los vocablos terror y terrorismo se popularizaron con Robespierre en la Revolución Francesa. El objetivo era “limpiar” los rezagos monárquicos y forzar a la población a ser virtuosa según los cánones revolucionarios. Hubo terror con los anarquistas, contrarios a la autoridad de cualquier forma. Y el terrorismo de Estado de Lenín y Stalin que mató a más de 50 millones de inconformes y cerca de 100 millones en la China de Mao.
Hitler sembró el terror con el Holocausto para eliminar a seis millones de judíos, además de gitanos y cristianos. El marxismo/leninismo/estalinismo quiso extenderse mediante el terror. El Che Guevara estuvo en Angola y Bolivia para comandar revueltas armadas y Fidel Castro asesoró a Salvador Allende en Chile durante 40 días para aplastar a la oposición. Los secuestros de aviones comerciales eran frecuentes en esa época, protagonizados por comunistas. 
Los terroristas narcotraficantes han sido y son “maestros” en la maldad con que han amedrentado al poder público o se han vengado de colaboradores que traicionaron su fidelidad a los “capi”. En parecido nivel han estado los terroristas del Eta de España o del IRA de Irlanda, que intentaron asesinar a Margaret Thatcher, o los de Argelia que por poco liquidan a De Gaulle. 
Los narcos aterrorizaban y aterrorizan para amurallar su negocio, los otros buscaban la independencia. Siempre hay una motivación en cada movimiento terrorista desde antes y después de la Revolución Francesa de Robespierre. Pero Obama insinúa que el terrorismo árabe es algo nuevo, que no está motivado por ideología ninguna, menos por una religión.
Si quisiera hacer el esfuerzo mental de separar religión de terrorismo, debería separar a Mahoma de la religión, porque Mahoma fue practicante del terror. A Mahoma no hay cómo separarlo del Islam porque Islam y terror son una sola cosa. El Islam no busca la paz sino la imposición de su fe por la fuerza y el exterminio de los infieles que no se conviertan o sometan.
El terrorismo islámico no es nuevo, es milenario. Las Cruzadas se crearon en el siglo XI a instancias del Papa Urbano para contrarrestar el terrorismo árabe/musulmán que se había apoderado de Jerusalén he impedido a los cristianos el libre peregrinaje. El imperio islámico se había extendido hasta la península ibérica en el siglo XV, hasta su expulsión por los Reyes Católicos y el descubrimiento de América, que alteró el balance de poder.
El objetivo islámico es extender su dominio por el globo para imponer la ley shariah. Lo está consiguiendo con la formación del primer Califato del siglo XXI en Siria/Irak, que avanza con la venia de Obama. Sus tentáculos ya llegan a Noráfrica, África, al Sudeste asiático. En Europa y los Estados Unidos, su táctica de dominio es la infiltración.
La Hermandad Musulmana es la matriz de todos los núcleos de expansión e infiltración islámica. La fundó Al Banan en 1928. Coetáneo de Hitler, fue su admirador y colaborador en el II Guerra Mundial. Les unía su común antisemitismo. El mismo que nutre el terror de hoy en todas las células del Islam en todos los confines del globo. 
Líderes de la Hermandad son huéspedes frecuentes de la Casa Blanca. Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, tuvo que esperar en la puerta de servicio cuando vino a visitar a Obama. Al llegar a la Oficina Oval, una de las primeras decisiones de Obama fue deshacerse del busto de Winston Churchill que la Corona Inglesa le había dado en préstamo a George W. Bush.
Si Obama no quiere identificar a los terroristas musulmanes como tales, es porque trata de encubrirlos. ¿Y porque comparte sus ideales? Por sus actos los conoceréis, dice una máxima bíblica. Obama ¿es o no cristiano? ¿Es o no musulmán? Idem. Si en efecto es musulmán, se explica que pueda decir que es cristiano pues está protegido por el Corán para mentir,  si ello favorece la causa del Islam.
La mentira está en el ADN de Obama. Ha mentido sobre su partida de nacimiento, su certificado de seguro social; ha ocultado documentos de su paso por universidades, su vida en Indonesia. Mintió en la campaña del 2008 sobre el matrimonio gay, mintió sobre el Obamacare, mintió sobre la amnistía a los inmigrantes, miente sobre su respeto a la Constitución.
Nada raro que quien así actúe, pueda ser acusado de no amar a los Estados Unidos y de que se dude sobre su verdadera religiosidad. Es el dabate que divide ahora a la nación, cuando aún faltan dos años para las elecciones presidenciales y la fecha para su reemplazo, enero 20 del 2017.

(Valerie Jarrett según unos es el poder tras del poder en el gobierno de Obama. Es su principal asesora. Nacida en el Irán, en 1977 admitió que la táctica islámica es utilizar la libertad religiosa en los Estados Unidos para manipularla y acabar imponiendo la religión del Islam. He aquí su fotografía y su declaración:)


Thursday, February 19, 2015

HUMILLACIÓN AL PERIODISMO


La página web del Diario El Universo de Guayaquil está encabezada todos estos días con un recuadro en fondo negro, en el cual el Director Carlos Pérez B. pide públicas disculpas ordenados por el gobierno de Correa, a causa de una caricatura de Bonil que no le gustó a la Supercom, la agencia de censura del régimen.
El espectáculo visual, que se repetirá por siete días y que debe figurar también en la edición impresa del Diario, es abominable porque denota la degradación del periodismo a que se ha llegado en el Ecuador. El principal culpable es Rafael Correa, pero también quienes lo eligieron y reeligieron, así como los periodistas y las empresas periodísticas que lo han tolerado.
Carlos Pérez B. no debió haber firmado ese comunicado humillante. No lo habría firmado su padre, Carlos Pérez Perazzo. Tampoco Jorge Mantilla Ortega. Cuando Camilo Ponce Enríquez, ministro de Gobierno de José M. Velasco Ibarra quiso obligarlo a publicar algo contrario a la política de independencia de El Comercio, JMO se negó y fue a la cárcel.
El Diario fue clausurado, pero el episodio (que se narra en el Blog del 28 de septiembre del 2012) culminó con una victoria para él y para la libertad de expresión, con reconocimiento universal. En el caso del Ecuador de hoy las humillaciones son permanentes y salvo las reacciones aisladas de algunos columnistas sobrevivientes, la imposición dictatorial de Correa en contra de la disidencia es total.
Los líderes de los principales medios de comunicación del país no supieron actuar a tiempo para frenar a Correa. Las humillaciones de hoy son la cosecha de la inacción de entonces. Los empresarios no respaldaron a sus columnistas o caricaturistas acosados como Jorge Ortiz o Emilio Palacio y ahora Bonil. Muchos se silenciaron, emigraron y los medios optaron por aceptar la censura o autocensurarse.
Una actitud vergonzosa que ya ha motivado la sátira de un comediante de una emisora de TV de los Estados Unidos, a la cual Correa ha respondido con su estilo característico pedestre y autoritario. Como no le puede aplicar el peso de la Supercom, por vivir fuera del país, ha maniobrado para censurar el clip del comediante, borrándolo del Internet.
Seguidamente los enlaces con

Wednesday, February 18, 2015

¿SE OPACA EL MITO OBAMA?


El juez federal de Texas, Andrew Hanen, declaró que la decisión de Obama de conceder amnistía a más de cinco millones de indocumentados es inconstitucional y con ello infligió acaso el más severo golpe contra los excesos de poder del gobernante. 
El juez se basó en los argumentos que manejó el propio Obama en 22 oportunidades para oponerse a la presión ejercida por los inmigrantes que no se habían ceñido a las leyes para ingresar a los Estados Unidos. Y también a la demanda en contra de la medida presentada por 26 de los 50 Estados.
Obama recurrió a un Decreto Ejecutivo para dictar la amnistía, cansado según dijo de esperar que el Congreso apruebe las enmiendas que él y los demócratas querían para la Ley de Inmigración. La Constitución descarta que una de las tres ramas de poder decida unilaterlamente un asunto en discusión, pues promueve el consenso.
La impaciencia del Presidente se explica porque busca que los inmigrantes ilegales que trata de legalizar atropelladamente por la fuerza, voten por la causa liberal/demócrata. Su idea es multiplicar los votos abriendo las fronteras como ya lo ha hecho y facilitando la entrega a los mayores de 18 años de licencias de manejo (incluso antes de la  amnistía), con las cuales puedan votar.
El fallo del juez entierra ese sueño demócrata, pues las apelaciones que se han interpuesto, o serán desechadas automáticamente o tardarán más de dos años del gobierno de Obama en resolverse. Como alguien dijo, la decisión es irreversible, como leche derramada o el genio que se escapa de la lámpara de Aladino.
El recurso que les queda a los liberal/demócratas es maldecir al GOP, esto es a los republicanos, acusándolos como enemigos de los inmigrantes. Lo cual no es verdad. La oposición a Obama proviene no solo del GOP, sino de demócratas y de muchos hispanos e inmigrantes de otros orígenes. Lo que repudian es la amnistía, por ser un premio a la ilegalidad.
Uno de los campeones de la amnistía es Jorge Ramos, el mexicano de la TV hispana a quien consideran aquí el nuevo Walter Cronkite (el otrora estrella de la NBC que mintió sobre Vietnam y movilizó la opinión pública en contra de la guerra hasta la derrota). Ramos anuncia una venganza contra el juez de Texas: todos los hispanos votarán (votaremos) contra el GOP, amenazó.
No debería estar tan seguro. La mayoría de inmigrantes, incluso hispanos, que disiente con Obama, está aquí por los canales legales y ha obtenido la ciudadanía siguiendo el debido proceso. Les repugna que Obama y Ramos, el primero por razones políticas y el segundo por causas no difíciles de desentrañar, traten de imponer su criterio rompiendo la ley.
Los cinco y más millones de inmigrantes que se encuentran aquí violaron la ley. No les asiste derecho alguno a la ventaja de un perdón. Lo viable es un proceso de rectificación de su situación, que es lo que se estaba discutiendo en el Congreso y para ello se requiere del acuerdo de las partes, no la imposición de la Casa Blanca y sus seguidores. 
Los inmigrantes abandonaron sus países porque la situación en la que vivían no era óptima. Y no lo era por el desajuste social y político en que se desenvuelven las naciones del tercer mundo, con pocas o ninguna excepción. El denominador común que caracteriza a ese subdesarrollo del cual han escapado, es el irrespeto de la ley.
Si han resuelto huir del fantasma de la ilegalidad que les tenía condenados a la pobreza y falta de libertades ¿por qué darles la bienvenida con el perdón por haber qubrantado la ley al ingresar, como lo quieren Obama y Ramos? El GOP y los inmigrantes y descendientes de inmigrantes no temen ni son enemigos de la inmigración, sino de los transgresores de la ley. Este país, en contraste con los del tercer mundo, ha llegado a ser lo que es hasta convertirse en imán para ellos, porque desde su fundación se inspiró en el respeto a la Constitución y las leyes.
Obama lo sabía al decir que no puede legislar en materia de inmigración, pero por motivaciones políticas se desdijo, pese al repudio de los votantes en las elecciones del pasado noviembre y de los gobernadores de 26 de los 50 Estados de la Nación. Si Obama fuese respetuoso de los mandatos democráticamente así expresados, se habría corregido. No ha sido así, pero ahora tendrá que hacerlo por orden de un juez federal.
Ojalá sea éste el primer paso para el desmantelamiento del mito Obama, que tanto daño ha hecho al país. Está pendiente el Obamacare. El inmediato tendría que ser el relativo a su pertinaz defensa del Islam. Mueren cristianos calcinados, crucificados, degollados pero él insiste en llamarlos de cualquier manera menos como lo que son, terroristas y asesinos que actúan a nombre del Islam.
Poco a poco, aunque tímidamente, comienzan ciertos líderes a decirle a Obama lo que es: musulmán disfrazado. Así se expresó Frank Graham, el hijo de Billy Graham (que aún vive) y que llegó a una posición entre los protestantes equivalente en poder espiritual a la del Papa. Nació, creció y se educó con el Islam, dijo de Obama y eso explica su postura en los conflictivos momentos actuales.
Un sacerdote católico, Gerald Murray, obisbo de Nueva York, no tuvo empacho en aplaudir al gobernante egipcio y al rey de Jordania por recurrir a la fuerza militar para atacar a los musulmanes del Isis/Isil. A propósito de ello dijo que “pagamos a nuestros militares para que nos defiendan del enemigo, no para que permanezcan en sus cuarteles...”(mientras Obama recurre a los drones y al Internet, habría que añadir).
La portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, graduada en la Universidad de Virginia en Relaciones Internacionales, tuvo el desparpajo de revelar la “estrategia de guerra” de su jefe en la Casa Blanca. No vamos a matar a los terroristas de uno en uno, dijo, porque así no conseguiremos nada. El problema de sus acciones, agregó, es la falta de empleo. 
Tal monstruosidad ha sido motivo de mofa en todos los tonos. No ha  dejado de reecordarse, eso si, que el padre de Osama Bin Laden (tuvo docenas de hijos con sus múltiples mujeres en su harén de Arabia Saudita) era tan, pero tan pobre, que su fortuna alcanzaba “apenas” a unos 5.000 millones de dólares. Se comentó que en Isis/Isil no hay desempleo: todos están ocupados matando infieles.
En su programa nocturno de FoxTV, Bill O´Really entrevistó al obispo católico y al pastor protestante Robert Jeffress. Faltó un judío, pero del diálogo a Bill se le ocurrió una brillante idea. Que judíos, cristianos y seculares dirijan una comunicación a Obama instándole a que es hora ya de que (“deje de jugar golf y”) defienda a los Estados Unidos del enemigo musulmán. Idea brillante ¿verdad?
La de recordarle al Presidente que en el país rige una Constitución y que entre sus principales mandatos figura garantizar la seguridad de la nación. No lo ha hecho Obama, no lo hará. Su proyecto de “guerra” presentado al Congreso va camino del archivo. Tiene que surgir algún acontecimiento de magnitud como lo del juez de Texas para obligarle a que cambie. 
En cuyo caso deberían intervenir los militares. No para dar un golpe como en el tercer mundo, pero si para ingeniarse alguna maniobra dentro de la ley para recuperar la responsabilidad que el pueblo ha depositado en ellos, por mandato constitucional. Faltan aún dos años del desgobierno de Obama y en ese lapso puede sobrevenir cualquier catástrofe.
Quién sabe si de dimensiones apocalípticas sobre todo si Irán logra culminar con sus proyectos nucleares protegido por el actual Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América. ¿Persistirá la indiferencia de los militares, aún si el panorama se torna más y más  sombrío? Si eso ocurre es porque West Point y Annapolis se han degenerado tanto como la academia, que gradúa estudiantes de tanta perspicacia como la  actual portavoz del Departamento de Estado.

Tuesday, February 17, 2015

CUANDO LA INFORMACIÓN ES INCOMPLETA

El mundo libre no islámico está estupefacto e indignado con la sucesión de asesinatos de los terroristas musulmanes a quienes discrepan con su credo. Kayla Mueller fue una de las víctimas recientes, 21 cristianos egiptos coptos han sido las ñultimas. Guillermo Descalzi, periodista peruano radicado en los Estados Unidos, escribe hoy en el Diario El Nuevo Herald de Miami un artículo en memoria de Kayla. Conmueve, pero por desgracia las referencias a la Kayla del artículo no se ajustan a la Kayla de la realidad. Ella fue una activista en favor del radicalismo islámico y anti israelí. Se transcribe el artículo de Descalizi y a continuación, en inglés, la nota sobre Muellere. También se inserta un link o enlace de un artículo a la memoria de un periodista ejemplar,  que acaba de fallecer a los 88 años de edad. Qué contraste con Brian Williams y Jon Stewart, que han degradado la profesión y acerca de los cuales tanto se habla en estos días.


GUILLERMO DESCALZI: Kayla

No importa cuanto hayamos recibido, reunido o ganado, a fin de cuentas lo que importará de nosotros es lo que dimos. Kayla Mueller, de 26 años, dio su vida al servicio de otros. Fue secuestrada en agosto del 2013 tras salir de un hospital de Médicos Sin Fronteras en Alepo, Siria. Murió en manos de Isis, EI, el Estado Islámico, no sabemos cómo pero en sus manos.
Algo de su vida y muerte la revela como un ser muy especial, no porque fuese heroica, y lo fue, sino por sana y espiritual, verdaderamente sana y espiritual siendo mujer con pasiones de carne y hueso.
Puso su cuerpo y su ser a disposición del bien. Amó física y espiritualmente en medio del mal que la rodeó. Buscó a Dios en la tierra. Trabajó, vivió y entregó paz. Sirvió en la India, Tel Aviv, los Territorios Ocupados y la Siria de Isis, el Estado Islámico. Las siguientes frases son suyas:
“La opresión se encuentra en cualquier lugar, sale por cualquier lado”.
“Necesitamos darnos cuenta de lo privilegiados que somos, lo que tenemos, cuanto tenemos y por qué lo tenemos”.
¿Qué la llevó a vivir y morir como lo hizo? No sé cual haya sido, precisamente, su motivación, pero quizás la siguiente frase de Bertrand Russell ayude a entenderla: “Tres pasiones hay en mi vida: compasión por la humanidad sufrida, amar y saber”. Son palabras que se aplican a Kayla. Lo sé porque escribió, valga la redundancia, que:
“Jamás aceptaré que el sufrimiento se acepte como normal” y “Encuentro a Dios en el sufrimiento reflejado en mis ojos”.
Su pasión la llevó a Siria, donde estuvo cautiva 18 meses hasta morir. Sus palabras en español, muy especialmente en la siguiente carta, llevan mi interpretación del espíritu con que las escribió. Traduzco textualmente salvo cuando la estructura y traducción literal cambian, afectan o restringen el significado de lo que escribe. La carta, entregada a sus padres cuando aún vivía, acabó siendo su epitafio. Este es un extracto de lo que les envió en inglés. No es la carta entera, es su esencia.
“A todos:
Si reciben esta (carta) es porque sigo detenida y mis compañeras han sido liberadas. Les pedí que la lleven.
Recuerdo a mamá diciendo cómo, cuando todo haya sido dicho y hecho, lo único que queda será Dios. Estoy en un lugar donde me he entregado completamente a Él porque, literalmente, no hay más.
Estoy en caída libre, sostenida por Su ternura y las oraciones de ustedes. Hasta en la oscuridad hay luz, y he aprendido que podemos ser libres en cualquier lugar, incluso en prisión.
El bien se encuentra en todos lados y a veces, si no lo vemos, lo que necesitamos es buscarlo. Me siento muy agradecida.
Tengan paciencia. Entréguenle su dolor a Dios, no busquen a otros para que lo carguen por ustedes. Sé que quisieran que sea fuerte. Lo soy. No teman por mí. El Señor mediante, estaremos nuevamente juntos.
Reciban mi todo.
Kayla”
Buscamos dar para ganar, o dar si ganamos. Ese es nuestro problema en el Medio Oriente: queremos ga-nar. Kayla fue al Medio Oriente sin buscar ganar na-da. Hay una frase suya sobre ganar, y no es un resultado, ni una meta ni un propósito. Es la locura de dar:
“No importa cuanto dé, siempre recibo más de lo que doy”.
Es la multiplicación de los panes. Lo de Kayla me dice que das y hay más. No es que das y te arriesgas a tener menos, es que das y hay más. Dice que el bien se encuentra sirviendo a los demás, que la clave es dar, servir. Dice que no pidamos que otros lleven nuestra cruz, que nosotros la llevemos por ellos. Dice que conoció el signo sobre el que Cristo dio su vida. Llegó a Dios aquí, en la tierra, a través de gentes a cuyo dolor se entregó. Kayla, gracias por tu vida, gracias por tu amor.

                                                                      -.-.-.-.-.-


The Real Kayla Mueller


Kayla-Ashraf-posterThe presumed Islamic State murder victim Kayla Mueller isn’t quite the saintly martyr that President Obama and the media are trying to make Americans believe.
Family and friends told reporters Mueller was “a deeply idealistic young woman eager to help those less fortunate.” A neighbor of hers, a 66-year-old Vietnam veteran, said Mueller “represented everything good about being an American. In the outgoing battle between good and evil, she represented the best of the good. She took great risks to help other people.”
Fresh from the golf course, President Obama praised Mueller effusively, saying she was “the best of America,” and adding that she “worked with humanitarian organizations in India, Israel, and the Palestinian territories, compelled by her desire to serve others.” Kayla’s “compassion and dedication to assisting those in need shows us that even amongst unconscionable evil, the essential decency of humanity can live on.”
Only someone with Obama’s twisted, pro-Islamist perspective could lie so passionately on Mueller’s behalf.
It turns out the 26-year-old Islamic State hostage killed last week in Syria wasn’t many of the things her supporters described her as.
Mueller wasn’t a humanitarian aid worker. She wasn’t a peace activist. She wasn’t trying to make things better for everyone in the Middle East. She was part of the problem, an ally with medieval theocratic totalitarians against Western civilization.
Mueller was an Islamic terrorist sympathizer who worked for the International Solidarity Movement (ISM), which certainly is not a humanitarian organization. The ISM is a terrorist-linked organization that attempts to sabotage the anti-terrorism activities of the Israeli Defense Forces (IDF). The ISM backs the enemies of Israel, including Hamas, and those in the Palestinian Authority who seek to destroy Israel.
The ISM said Mueller “worked with Palestinians nonviolently resisting the confiscation and demolitions of their homes and lands.”
Mueller falsely accused the IDF of atrocities and boasted in Internet posts that she participated in anti-Israel demonstrations and supported Palestinians hurling rocks at Israelis, which she regarded as a “nonviolent” act. As she saw it, Israelis were oppressors and Palestinians were heroic victims. In a October 2010 pro-terrorist screed she emoted:
Oppression greets us from all angles. Oppression wails from the soldiers radio and floats through tear gas clouds in the air. Oppression explodes with every sound bomb and sinks deeper into the heart of the mother who has lost her son. But resistance is nestled in the cracks in the wall, resistance flows from the minaret 5 times a day and resistance sits quietly in jail knowing its time will come again. Resistance lives in the grieving mother’s wails and resistance lives in the anger at the lies broadcasted across the globe. Though it is sometimes hard to see and even harder sometimes to harbor, resistance lives. Do not be fooled, resistance lives.
Such words “are not that of a humanitarian aid worker, but of a propagandist for the supporters of worldwide jihad who seek Israel’s destruction,” Ron Radosh writes at PJ Media. Mueller was at best a useful idiot of Hamas, he argues, comparing Mueller to the late Rachel Corrie, another ISM activist.
Corrie became a leftist cause celebre after she died as a result of her own foolishness. She was inadvertently killed while she was obstructing the work of an IDF bulldozer as it was destroying the entrance to a tunnel used for smuggling weapons to be used against Israeli forces.
“The ISM placed Corrie in a dangerous situation, and falsely told the world that Israel’s IDF had purposefully killed her in order to scare off foreigners coming to aid the Palestinian people,” Radosh notes.
Mueller too was used by the ISM for political purposes, he argues.
The tragedy of Kayla Mueller’s life is that out of an idealistic urge to do good, she went to work on behalf of supporters of terrorism and violence who believe openly in a revolutionary route to salvation. Like so many others, back in the United States she fell prey to the overtures of leftist revolutionaries, who are adept at using the aims of young and innocent students who yearn only to build a better world. In taking that path, she died on behalf of those who believe in violence and world-wide revolution, beginning with the destruction of Israel.
The ISM sends its activists onto battlefields and other hotspots to serve as cannon fodder. Its leaders are delighted when an ISM member is killed in action because then the group can use the death for propaganda purposes.
Dead foreigners are especially treasured. As ISM leader George S. Rishmawi has said,
“When Palestinians get shot by Israeli soldiers, no one is interested anymore. But if some of these foreign volunteers get shot or even killed, then the international media will sit up and take notice.”
Mueller is not the first Islamist-sympathizing American to die at the hands of the Islamic State. James W. Foley, who was beheaded by IS in August, fancied himself a journalist but did little more than parrot Islamist propaganda. He mocked the Global War on Terror, urged that Sunni Islamist rebels be armed against the Assad regime, and supported terrorists’ efforts to drive out the Christians of Aleppo.
Foley and Mueller were on the same wavelength. They were both fighting in their own ways for Islamic totalitarianism and both met gruesome ends at the hands of the Islamic State.
Perhaps their bad examples will discourage future Americans from throwing their lot in with those who would snuff out Western civilization.
Freedom Center pamphlets now available on Kindle: Click here.

Más pruebas del activismo de Kayka

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Monday, February 16, 2015

UNA GUERRA...SIN GUERRA


El Presidente Barack Hussein Obama está consiguiendo, también ahora, lo que se ha propuesto a lo largo de sus seis años de gobierno: confundir y engañar para debilitar al país y encaminarlo hacia donde no quiere la mayoría, hacia un estatismo antípoda del ideal de quienes lo fundaron.
A los legisladores de izquierda y derecha, demócratas y republicanos, del ala conservadora o libertaria los tiene entretenidos discutiendo un proyecto para que le autoricen a combatir al terrorismo musulmán. Pero el lenguaje es tan ambiguo y confuso que parece decir que no interfieran, que lo dejen solo, que él sabe lo que hay que hacer (nada!).
Pide permiso para una guerra pero lo tiene desde el 2001, cuando el Congreso autorizó la acción militar contra los terroristas del 9/11. La autorización sigue en vigencia hasta derrotar al enemigo. Lo que ha ocurrido es que el terrorismo árabe/musulmán no solo que no ha sido vencido, sino que se ha expandido con el régimen de Obama.
El Presidente, lejos de adelantar la inconclusa misión de su predecesor George W. Bush, ordenó retirar las tropas en Afganistán e Irak y no actuó en Siria cuando la expansión del radicalismo islámico era evidente. Su inacción atizó el robustecimiento del Isis/Isil, el cual se extendió por Siria e Irak hasta formar el primer Califato del siglo XXI.
El “plan de guerra” que Obama plantea al Congreso es una tomadura del pelo. Según John Bohener, líder de la Cámara de Representantes, limita aún más el poder militar de Estados Unidos para derrotar al enemigo, pues Obama prohibe utilizar soldados en tierra para combatir.
Emprender una guerra sin soldados es como emprender una guerra sin comandante. Pero eso es lo que está ocurriendo con Obama desde su llegada a la Casa Blanca en el 2009,  con ratificación en el 2012. Su primer cometido por mandato constitucional, el velar por la seguridad nacional, no lo ha cumplido.
Al contrario, desde sus primeros discursos y giras por el exterior, su tarea se ha concentrado en minimizar a la nación y en responsabilizarla de todas las guerras y las injusticias planetarias. Frente a la escalada de los actos de barbarie de las hordas terroristas musulmanas, ha bajado la guardia defensiva en lo militar y en lo retórico.
En contraste, siempre ha estado listo a condenar cualquier manifestación que, a su juicio, denote protesta o rechazo al islamismo, incluso a los actos de terror. Si los hay, omite atribuirlos a la inspiración de Alá y el Corán aunque en su confuso pedido al Congreso, por primera vez califica al Isis/Isil como grupo ya no de novatos, sino de terroristas. 
Pero ello encuadra en su estrategia de confundir más en el debate. El cual se prolongará y acaso nunca concluya con autorización ninguna. Quizás sería preferible, pues dotarle a Obama de atribuciones específicas a más de las consignadas en la resolución del 2001, sería extremadamente peligroso dada su ambigua personalidad.
¿Por qué los altos mandos militares en ejercicio permanecen indiferentes ante Obama? No se espera de ellos revueltas al estilo del tercer mundo, pero si oposición dentro del orden constituído. Es increíble, por ejemplo, que la reciente propuesta al Congreso haya sido examinada y aprobada por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Generales como Eisenhower o MacCarthur quedarían perplejos al observar cómo los Estados Unidos, convertida en la primera potencia militar, cultural y económica del mundo tras la victoria en la II Guerra Mundial, ha ido perdiendo paulatinamente su liderazgo y por primera vez ha sido derrotado en guerras como las de Corea, Vietnam y el Medio Oriente.
Un militar retirado, el teniente coronel Ralph Peters, de FoxNews, dijo que el problema en los Estados Unidos (y en el mundo, habría que añadir) no es la islamofobia, sino la islamofilia de Obama. Dio en el clavo. Acaso ya no debería discutirse y temerse que el presidente sea izquierdista/marxista, o socialista/estatista. Lo grave es su postura pro Islam.
Para disimular y complacer a algunos militares y políticos de oposición, sigue con los bombardeos y drones en Siria y ha pedido la mañosa autorización para ir a la guerra contra sus “hermanos” musulmanes. Lo que más parece interesarle en sus últimos dos años de gobierno es asegurar que el Irán concluya su proyecto nuclear.
Los sarracenos, armados ya no solo de cimitarras y con las armas dejadas por las tropas yanquis en Irak, sino con cabezas nucleares, causarían por cierto mucho más daño que en el 9/11, Charlie Hebdo o las orgías de sangre en Libia y Medio Oriente donde se degüellan a cristianos, mujeres y niños. ¿Acaso los graduados de West Point y Annapolis no han analizado y meditado, antes y después de pasar por sus aulas, acerca de la realidad de estos peligros?

Thursday, February 12, 2015

DEATH TO AMERICA!


Muerte a los Estados Unidos! Es la imagen de los terroristas musulmanes de Yemén, con los fusiles ametralladoras en alto que las televisoras repiten constantemente en las últimas horas, al anunciar que ha habido una nueva derrota facilitada al Islam por el gobierno de Barack Hussein Obama. 
Las imágenes son más humillantes al saberse que el Departamento de Estado obligó a los marines que custodiaban la embajada en ese país a entregar sus armas a los rebeldes, antes de fugar en una nave militar. “Si, pero se les pidió que antes destruyan las armas”, confirmó la oficina.
Inevitable recordar la estampida de Saigón, cuando las fuerzas militares de los Estados Unidos se vieron forzadas a rendirse ante el Vietcong por presiones puramente políticas. Es la situación de Yemén, que hace un año Obama presentaba como un orgulloso ejemplo de su manejo diplomático frente al avance islámico.
Si se observa un mapa de la península arábica se verá cómo Irán expande su influjo por la zona. Yemén probablemente será armada con cohetería y  piezas de alto poder letal suministradas por Irán, que pronto contará con un arsenal nuclear avalado por Obama. Irak, Siria, Afganistán y otros países del área paulatinamente seguirán cayendo bajo el influjo iraní. 
Lo extremo que se le puede exigir a un marine es que entregue sus armas. Equivale a una rendición. Es lo que acaba de ordenar no el Pentágono o un oficial en el campo de batalla, sino un funcionario del Departamento de Estado. Constituye una interferencia obstructora del mandato que los soldados norteamericanos reciben para defenderse ante amenazas como  el “Death to America!” que lanza una horda terrorista.
Lo mismo ocurrió en Benghazi, cuando la defensa fracasó para evitar el asesinato del embajador en Libia y otros tres funcionarios, debido a la interferencia de la Secretaria de Estado Hillary Clinton, que hoy aspira a la presidencia por el partido demócrata. La embajada se cerró. Como en Siria y en Irán en 1979 cuando el demócrata Jimmy Carter fue impotente para impedir el  secuestro de 52 diplomáticos.
Ellos permanecieron en cautiverio 444 días, hasta la posesión del republicano Ronald Reagan. La embajada sigue cerrada porque el régimen teocrático es el mayor auspiciador y financista del terrorismo a nivel mundial y hoy está en proceso de desarrollar un arsenal nuclear, contra todas las prohibiciones de las Naciones Unidas.
Obama sigue empeñado en bloquear medidas que impidan que prospere ese armamentismo nuclear, con el cual aniquilaría a Israel y pondría en peligro la seguridad de Estados Unidos y de Occidente. Irán no oculta que su número de cohetes intra y transcontinentales es cada vez mayor. Nadie ignora qué destino y qué carga tendrían esos misiles una vez lanzados al espacio.
El mismo día (ayer) en que se anunciaba la vergonzosa caída de Yemén y la fuga de las tropas de defensa de la embajada en Sana´a, Obama se dirigía al Congreso solicitando que se le autorice lanzar una guerra al Isis/Isil y los fondos respectivos. Ni los demócratas lo respaldan. Su pedido está cuajado de hipocresía, circunloquios, imprecisiones y todo menos una estrategia que permita a los legisladores tomar una decisión.
Si el Congreso declara la guerra al Isil, Obama puede manejarla con plena autonomía, pues la Constitución le faculta para ello. De ahí el peligro de la vaguedad de su pedido en cuanto a objetivos, definición del enemigo, estrategia, delimitación de áreas geográficas, extensión de la autorización y más detalles clave. 
La imprecisión de Obama se explica porque nunca ha identificado al enemigo como al radicalismo musulmán. Ahora califica como tal al Idis/Isil por presión política. Hace un año para él eran un grupo de novatos que se tomaban el nombre de Alá en vano. Al igual que los asesinos de la revista Charlie Hebdo de Paris, el capitán de Fort Hood de Texas que mató a 13 de sus compañeros de armas y  la horda de Benghazi.
Cada vez es más evidente que Obama es un musulmán camuflado, que aparenta ser cristiano para proteger al Islam desde la Casa Blanca. Lo demostró sin rodeos en el Desayuno para la Oración en Washington, evento que organizan anualmente los cristianos con presencia de los Presidentes. En lugar de disimular su yo, aprovechó la oportunidad para insultarlos con citas antihistóricas.
Pretendió colocar en el mismo nivel moral y de crueldad a los jihadistas del Isis/Isil y más movimientos terroristas del Islam, con las Cruzadas y la Inquisición. Las Cruzadas fueron guerras de resistencia a la agresión de los árabes, en tanto que los herejes muertos por la Inquisición fueron víctimas de seculares, no de la Iglesia. En todo caso ¿qué guerra no genera muerte y destrucción?
Obama y sus partidarios demócratas y no demócratas se vanaglorian de ser “pacifistas”, esto es, de preferir la diplomacia a la guerra. En su campaña del 2008 prometió acabar con las guerras de Irak y Afganistán y dentro de esa óptica, cerrar la prisión de Guantánamo con prisioneros de guerra. En sus seis años de gobierno, ha tratado por todos los medios de cumplir sus promesas. 
En contraste, petenden hacer aparecer a los opositores republicanos como “warmongers” o seres sedientos de guerra. Es una visión errada. No por detestar la guerra las guerras dejarán de existir. La agresión, que en suma es transgredir el orden y la ley comunmente aceptados, va con  lo humano. Lo ideal sería una vida sin guerras, en perpetua paz y armonía.
Pero es una utopía inalcanzable. Como es utópico tratar de zanjar todas las discrepancias y quiebras del orden y las leyes con la aplicación de la mágica diplomacia obamista. Ninguna diplomacia ha sido válida sin el respaldo de la fuerza. Ninguna ley, dentro de cualquier sociedad,  puede cumplirse sin mecanismos de respaldo para hacerla cumplir.
La doctrina Obama lo está comprobando. A menos de que su propósito sea favorecer la expansión del Islam, si quería por lo contrario “degradarlo” hasta “minimizarlo” y en último término “anularlo” mediante el diálogo y la diplomacia, esa doctrina ha fracasado. El Islam dispone ya del primer Califato del siglo XXI con el Isis/IIis en Siria e Irak y el Pentágono acaba de anunciar que 20.000 nuevos militantes se han sumado a los 40.000 ya existentes.
El Isis ha contaminado la península arábiga, ha llegado a Libia y más naciones de Noráfrica y a Nigeria donde son inenarrables las atrocidades de los terroristas contra cristianos, niñas y niños. Si el líder de la primera potencia de Occidente se niega a identificar por su nombre a su principal enemigo ¿qué clase de guerra y contra quiénes quiere empenderla?

Monday, February 9, 2015

LOS PERIODISTAS ESTRELLA


Hay periodistas, sobre todo del sexo masculino, que no logran controlar el peso de la fama que adquieren como reporteros de la TV y paulatinamente  sus personalidades se transforman. Dejan de ser informadores, es decir, comunicadores de noticias, para tratar de ser ellos mismos la noticia.
Eso ocurre aquí en Estados Unidos, en el Ecuador, Europa y en cualquier otro país donde haya TV. Las imágenes de los reporteros se difunden instantáneamente en hogares, restaurantes, oficinas y ahora en las unidades móviles. Los rostros son fácilmente identificados en lugares públicos, donde la gente se diputa por mimarlos. 
Muchos de esos individuos sucumben al halago de la multitud y consciente o inconscientemente comienzan a autoendiosarse y a atribuirse cualidades que solo el adulo pudo alimentar. El último caso aquí ha sido el de Brian Williams, principal presentador de la NBC, denunciado por mentir en una misión periodística del 2003.
El incidente involucra no solo a él, sino a quienes lo acompañaron en el viaje de cobertura de la guerra en el Iraq y a los jefes de la poderosa televisora de alcance nacional. Todos ellos sabían o debían haberlo sabido de la falsía y prefirieron ocultarla para no empañar la imagen de su cronista estrella, en cuya fama invirtieron millones de dólares.
En suma, Williams mintió al decir que el helicóptero en que volaba para dar inicio a una misión, fue alcanzado por morteros enemigos y tuvo que volver de emergencia para salvar su vida...y la de los camarógrafos y soldados. La mentira la manoseó por 13 años y la repitió en entrevistas en otros canales de TV y añadió otras falsedades de sus supuestas peripecias al cubrir el huracán Katrina y otras tragedias.
Uno de los soldados que estuvo con Williams, cansado de oirlo mentir, lo acaba de denunciar. Dijo que él no estaba en el helicóptero afectado por una ráfaga de metralla sino en otro, que había despegado en dirección opuesta. El cadáver que vió flotando cuando cubrió el Katrina no existió, ni tampoco las aguas que dijo que bebió y causó disentería,  jamás estuvieron contaminadas.
Williams ha pedido licencia por unos días hasta que retorne la calma, porque “él se ha vuelto noticia, algo que jamás ha buscado en su carrera". Es otra mentira más. Se ignora si los dirigentes de la TV aceptarán que vuelva a la emisora y tampoco se ha escuchado si alguien presentará cargos contra esos mismos dirigentes, que son corresponsables del engaño al público. 
El problema es que la NBC, como la ABC y CBS son cadenas nacionales de radio y TV por entero entregadas a la causa “progresista”, que es la causa de Obama y los demócratas. El credo progresista es la convicción de que no hay principios perennes o inmutables, que todos ellos tienen que evolucionar y adaptarse a las circunstancias del momento.
Si Brian Williams no hubiese pertenecido al clan progresista, quebrado al surgir la cadena FOXTV y los medios sociales, ya habría sido condenado simbólicamente a la hoguera en la plaza pública. Pero puesto que si lo es,  no es improbable que la NBC le tenga planeada alguna primicia “bomba” para su retorno triunfal, como maliciosamente insinuaba hoy Rush Limbaugh.
De todas maneras, la acción despreciable de Williams es cosa de niños si se la compara con la cometida en 1968 por su antecesor Walter Cronkite, de la misma NBC. En enero de ese año, Cronkite era la mayor celebridad de la NBCTV de entonces, la cual con las cadenas ABC y CBS mantenía el control absoluto del mercado nacional.
En enero de ese año, los Vietcong lanzaron la ofensiva Tet contra Vietnam del Sur, en un acto desesperado de guerra para tratar de ablandar a un enemigo superior humana, tecnológica y militarmente. Se relata que los ataques llegaron a 40 poblados, incluída Saigón, pero que las fuerzas militares comandados por los Estados Unidos se impusieron. 
Hubo 10.000 bajas Vietcong, frente a 249 soldados norteamericanos y 500 sudvietnamitas. El comando militar norvietnamita admtió la derrota, pero fue entonces que Cronkite llegó a la zona de guerra, tres semanas después de iniciada la ofensiva Tet. Cuando ya disponía de datos de guerra, enfocó las cámaras a los cadáveres aún no enterrados y dijo a su público norteamericano: la batalla está perdida.
Lyndon B. Johnson vio la serie televisiva y exclamó: he perdido a Cronkite, luego hemos perdido la guerra. Anunció que no buscaría la reelección presidencial y desistió en persistir en que se financie la lucha en Vietnam. Por primera vez Estados Unidos perdía una guerra y no por debilidad militar, sino por la magia de una estrella de la TV aliada al “progresismo”, en boga desde entonces.
Prevaleció la rebelión de los “niños bien” que rehusaban enlistarse en las fuerzas  armadas (cuando era obligatorio el servicio militar) para luchar en Vietnam contra  el avance del eje Pekín/Moscú, apoyados por la academia universitaria, de ideología socialista/marxista, que más tarde daría líderes como Saul Alinski, Hillary Clinton y Barack Hussein Obama y seguidores en los principales medios de comunicación.
Walter Cronkite es considerado una de las glorias del periodismo del siglo XX en los Estados Unidos. Hay un mexicano de la TV en español, que se transmite aquí, Jorge Ramos, a quien para exaltarlo le llaman el Walter Cronkite hispano. Para Ramos, el nuevo periodismo debe educar y servir a los pobres (inmigrantes) y no limitarse a informar.
Se encuadra dentro de quienes piensan que no hay principios permanentes, como los de la Constitución de los Estados Unidos. Por eso Obama la ha vapuleado a cada instante. Pero él es pasajero y lo que se dice allí y en la Declaración de Independencia sobre libertad, no podrá ser alterado ni por Obama ni por ningún otro progresista.
Tampoco en lo referente al concepto y práctica del periodismo. La esencia de su misión es inalterable. El deseo de información es propio de la condición humana y la gente, de cualquier estrato, quiere adquirirla de la manera más veraz y con la menor distorsión posible de parte del agente transmisor de la noticia.
Una vez así conocida la noticia, a viva voz o por ondas audiovisuales, cada  individuo en una sociedad libre tiene derecho a interpretarla y juzgarla como a bien tuviere y a difundir sus opiniones con los límites que el propio consenso social fija, mediante mecanismos que se han ido fraguando y perfeccionando a través de la historia.
Cuando se mezcla transmisión de hechos noticiosos con opinión, o cuando el reportero que entrevista, litiga y confronta al entrevistado, el receptor se resiente y evita ese medio y busca alternativas. En tiempos de Cronkite, había un monopolio en la TV y además el jefe de Estado le estaba avalando al elevarlo a la condición de juez en el campo de batalla, por sobre el criterio de sus generales.
Y Cronkite no era un juez independiente.  Falló en pro de los Vietcong vencidos y en contra de los victoriosos que por añadidura eran sus compatriotas. Su decisión, la de Johnson y los medios, cambió el curso de la historia. Los Estados Unidos, aunque dueños del mayor poder militar del mundo, siguen con el síndrome “progresista” de 1968, agravado eso sí con Obama.
A menos que el progresismo de Obama sea amplia e incuestionablemente derrotado en las elecciones presidenciales del 2016, esa corriente acabará corroyendo las entrañas de la nación defensora del mundo libre, hasta que la corriente islámica las devore. Al actual huésped de la Casa Blanca no le parece preocupar ese peligro, sino que le está abriendo el camino.
¿Cuál es el misterio de Obama? Si Brian Williams y Walter Cronkite son periodistas mentirosos ¿cómo calificar a Obama tras volver a leer las siguientes pruebas de su falsía?:


When you make up "facts," it’s hard to keep them consistent with each of the other "Facts", or the real facts.
(Cuando se inventan los “hechos”, es difícil mantener su concordancia con cada uno de los otros “hechos”, o con los hechos reales.)

Here's what I would like to know.  If the TRUTH ever comes out , and it is decided that Obama was never eligible to be president, what happens to all the laws he signed into being and all the executive orders? Should they all be null and void?
(Ésto es lo que quisiera saber. Si alguna vez salta la VERDAD y se decide que Obama nunca estuvo calificado para ser presidente ¿qué pasaría con todas esas leyes que firmó y todas sus órdenes ejecutivas? ¿Deberían anularse todas?

Here are 4 Simple questions from a reputable attorney...
(Aquí están las 4 simples preguntas que plantea un respetable abogado..)

This really should get your "gray matter" to churning, even if you are an Obama fan. I wouldn't want my hero to be made out to be a liar, would you?
(Ésto debería poner realmente a hervir su materia gris, aún si usted es partidario de Obama. No quisiera que mi héroe sea un mentiroso ¿verdad?)

For all you "anti-Fox News" folks, none of this information came from Fox.  All of it can be verified from legitimate sources (Wikipedia, the Kapiolani hospital website itself, and a good history book, as noted herein). It is very easy for someone to check out.
(Para todos aquellos “anti Fox News”, ninguna de esta información viene de Fox. Todo puede ser verificado en fuentes legítimas (Wilkipedia, el website del hospital Kapiolani y un buen libro de historia). Es fácil hacerlo para cualquiera.

4 Simple Questions
(4 Preguntas Simples)

Back in 1961 people of color were called 'Negroes.'  So how can the Obama 'birth certificate' state he is "African-American" when the term wasn't even used at that time?
(1. Allá por 1961 a la gente de color se la llamaba negra. De modo que ¿cómo así que la “partida de nacimiento” de Obama establece que él es “Afro Americano” cuando ese término no se utilizaba en esa época?
The birth certificate that the White House released lists Obama's birth as August 4, 1961 and lists Barack Hussein Obama as his father. No big deal, Right?  At the time of Obama's birth, it also shows that his father is aged 25 years old, and that Obama's father was born in "Kenya, East Africa".

This wouldn't seem like anything of concern, except the fact that Kenya did not even exist until 1963, two whole years after Obama's birth, and 27 years after his father's birth.  How could Obama's father have been born in a country that did not yet Exist?  Up and until Kenya was formed in 1963, it was known as the "British East Africa Protectorate". (check it below)
(La partida de nacimiento de Obama divulgada por la Casa Blanca indica la fecha como 4 de agosto de 1961 y señala a Barack Hussein Obama como su padre. Ningún problema ¿verdad? Solo que a la fecha del nacimiento de Obama, la edad del padre de Obama se dice que es 25 años y que el padre nació en “Kenya, Africa Oriental”. Lo que no debería preocupar, excepto el hecho de que Kenya no existía sino hasta 1963, dos largos años después del nacimiento de Obama y 27 años después del nacimiento de su padre. (Cómo pudo haber nacido el padre de Obama en un país que no existía? Hasta que Keny se fundó, el territorio se llamaba “Protectorado Británico de África Oriental”.)

3. On the Birth Certificate released by the White House, the listed place of birth is "Kapi'olani Maternity & Gynecological Hospital".
This cannot be, because the hospital(s) in question in 1961 were called "KauiKeolani Children's Hospital" and "Kapi'olani Maternity Home", Respectively.
The name did not change to Kapi'olani Maternity & Gynecological Hospital until 1978, when these two hospitals merged.
How can this particular name of the hospital be on a birth certificate dated 1961 if this name had not yet been applied to it until 1978 ?
(CHECK IT BELOW)

Why hasn't this been discussed in the major media ?
(¿Por qué los mayores medios de comunicación no han hablado de este asunto?
(En la Partida de Nacimiento dado por la Casa Blanca, el lugar de nacimiento consta como “Kapiólani Maternity & Gynecological Hospital. No puede ser, porque el hospital (s) en cuestión en 1961 se llamaban “KauiKeolani Children´s Hospital y “Kapiólani Maternity Home”, respectivamente.
El nombre no cambió hasta 1978, cuando los dos hospitales se fusionaron. ¿Cómo pudo ponerse el nombre de ese hospital en una partida de nacimiento fechada en 1961, si ese nombre todavía no se usaba hasta 1978?

4. Perhaps a clue comes from Obama's book on his father. He states how proud he is of his father fighting in WW II. I'm not a math genius, so I may need some help from you. Barack Obama's "birth certificate" says his father was 25 years old in 1961 when Obama was born. That should have put his father's date of birth approximately 1936-if my math holds (Honest! I did that without a calculator!) Now we need a non-revised history book-one that hasn't been altered to satisfy the author's goals-to verify that WW II was basically between
1939 and 1945. Just how many 3 year olds fight in Wars? Even in the latest stages of WW II his father wouldn't have been more than 9 years old. Does that mean that Mr. Obama is a liar, or simply chooses to alter the facts to satisfy his imagination or political purposes?
(4. Quizás haya una pista en el libro de Obama sobre su padre. Él indica cuán orgulloso está de su padre por haber peleado en la II Guerra Mundial. No soy un genio para las matemáticas, así que  necesito su ayuda. La partida de nacimiento de Barack Obama dice que su padre tenía 25 años de edad en 1961 cuando él nació. Esto pondría la fecha de nacimiento del padre aproximadamente en 1936, si no me fallan los números (lo juro, lo hice sin calculadora). Ahora necesitamos un libro de historia que no haya sido revisado ni alterado para satisfacer los deseos del autor, para constatar que la II Guerra Mundial se verificó básicamente entre 1939 y 1945. ¿Cómo se puede pelear en una guerra a los 3 años de edad? Incluso en las últimas etapas de la guerra, su padre no habría tenido más de 9 años. ¿Quiere decir ésto que el Sr. Obama es un mentiroso o simplemente que selecciona los hechos para satisfacer su imaginación o sus motivaciones políticas?


Very truly yours,
Rich
RICHARD R. SILVERLIEB
Attorney at Law
354 Eisenhower Parkway
Livingston, NJ 07039

"A pen in the hand of this president is far more dangerous than a gun in the hands of 200 million law-abiding citizens."
(“Una pluma en las manos de este presidente es mucho más peligrosa que un revólver en manos de 200 millones de ciudadanos cumplidores de la ley”)