Monday, February 26, 2018

EL DACA Y LA IGLESIA

La Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica de los Estados Unidos pidió a sus feligreses, mediante una nota que circuló ayer en las iglesias, que se unan hoy en un pedido nacional al Congreso para que defina favorablemente la situación de los ilegales protegidos por el DACA.
El DACA es un Decreto Ejecutivo de Obama para posponer la deportación de los inmigrantes ilegales que llegaron a este país cuando eran niños. La medida es inconstitucional, pues solo el Congreso puede dictar o modificar leyes sobre inmigración y Trump dijo que por ese motivo, no ratificaría tal decreto.
Sin embargo y por razones humanitarias pidió al Congreso que estudie alguna vía legal para encaminar a la legalización a dichos ilegales conocidos como “dreamers” o soñadores, dado que la extensión de la protección vence el 5 de marzo próximo. Ante la inoperancia de los legisladores, Trump puso en consideración su propio proyecto. 
Casi triplica a 1.8 millones el número de beneficiarios del DACA y plantea un proceso de naturalización de diez años, eliminando el visado automático a los parientes y el sistema de lotería de visas. Unido al proyecto, exige que el Congreso sitúe 18.000 millones de dólares para completar el muro fronterizo con México, inconcluso desde el 2006.
Los demócratas, creadores del DACA, se oponen al proyecto y sugieren que la ciudadanía se otorgue a los dreamers sin más trámite y sin condicionarlo a la cesación de la visa a parientes o “chain immigration” ni a la asignación de fondos para el muro. El Presidente Trump ha advertido que esa fórmula sería bloqueada ipso facto por la Casa Blanca.
Pero el DACA no va a caducar el 5 de marzo. Probablemente se extienda hasta el próximo año, puesto que la Corte Suprema de Justicia decidió hoy desoir una demanda de Trump para anular la resolución de un juez federal que dijo que dar por terminada la protección inconstitucional a los ilegales es inconstitucional.
Puesto que hay otro juez (como el anterior, demócrata) que también repitió que es inconstitucional no proteger a los ilegales, la Corte Suprema deberá esperar a la apelación al juez superior, que seguramente ratificará la opinión, para que Trump apele a su vez a la CSJ. Proceso lento que demorará meses. 
Esta charada revela el deterioro del sistema constitucional causado por los autodenominados “progresistas”, demócratas surgidos con el presidente Woodrow Wilson, que creen que ese documento de 1778 es obsoleto por lo que hay que modernizarlo para generar la “justicia social” y su supuesta “redistribución del ingreso”.
Según la “obsoleta” Constitución, las leyes, incluídas las de inmigración, son de exclusiva incumbencia del Congreso. Si hay errores o vacíos, toca al Congreso dictar las modificaciones, no al Ejecutivo ni a la CSJ. El Obamacare está plagado de errores que Obama intentó corregir con Decretos, de igual estilo que el DACA. 
Trump no quiere insistir en la quiebra constitucional y de ahí su insistencia al Congreso para que asuma la responsabilidad de superar el problema. La Conferencia Episcopal no está clara en su nota circular sobre si apoya o no la propuesta Trump. En caso negativo, la Iglesia estaría quebrantando también la ley.
La Constitución garantiza la libertad religiosa, que implica también que las iglesias deben abstenerse de participar en política partidista. Los demócratas pugnan por la amnistía general y automática no solo para los dreamers y sus allegados, sino para todos los ilegales. No por razones humanitarias, como pretenden, sino con fines politicos. 
El comentarista radial Rush Limbaugh satíricamente dijo que la manera de probar la verdadera faz de los progresistas pro ilegales sería someter a votación en el Congreso un proyecto de amnistía para todos los once, quince o más millones de inmigrantes indocumentados, con la condición de que se les prive del derecho al voto por 20 o 25 años.
El entusiasmo pro ilegales de los demócratas se esfumaría y es probable también el entusiasmo de la Confererencia Episcopal, que con su actitud lo que desea es hacer méritos para seguir recibiendo el subsidio fiscal (85 millones de dólares) para proteger a los refugiados. ¿La Iglesia Católica no se sustenta en el cumplimiento de la ley, en el acatamiento de los Diez Mandamientos, en los postulados de la Biblia, "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios?
La ruptura de la ley es la simiente de la corrupción, de la cual los padres con sus dreamers fugaron a los Estados Unidos. La Iglesia debería condenar tanto a los regímenes de esos países como a los que optaron por ingresar al país anfitrión ilegalmente. El rectificar sus equivaciones tiene un precio, el que plantea Trump y no el premio de un perdón falso sugerido por politiqueros en caza de votos.


Friday, February 23, 2018

ENTRE LA PASIÓN Y LA RAZÓN

Horrendas masacres como la ocurrida en la escuela de Parkland, en la Florida, donde fueron asesinados 17 estudiantes y profesores y quedaron muchos malheridos, conllevan el peligro de generar reacciones basadas casi exclusivamente en lo emocional del momento.
Las pasiones, decía James Madison (considerado el “padre” de esa obra maestra que es la Constitución de los Estados Unidos), no deben guiar a un gobierno. Es el gobierno, añadía, basado en el raciocinio el que tiene que guiar sobreponiéndose a las pasiones. 
(The passions, therefore, not the reason, of the public would sit in judgment. But it is the reason, alone, of the public, that ought to control and regulate the government. The passions ought to be controlled and regulated by the government.)
Los demócratas y progresistas que juzgan que la Constitución de este país es obsoleta, se han lanzado con furia una vez más en contra de la II Enmienda que autoriza a los ciudadanos portar armas de fuego y exigen su abolición “para que no se repitan los crímenes como los de Parkland”.
“No more guns”, “no more guns” (es decir “no más armas”) es el grito que se obligó a los muchachos de secundaria a lanzar en las calles y frente a los congresos Federal y estatales, clamando porque se dicten restricciones aún mayores a las existente para adquirir armas, con miras a prohibirlas totalmente.
Mas la actitud de los muchachos y los mentores progresistas que explotan su estado emocional, es irreal. Las leyes restrictivas existen pero no se aplican, ni en éste ni en muchos casos anteriores similares. El asesino de Parkland, Nikolas Cruz, tenía antecedentes de inestabilidad mental y fue por ese motivo y por violencia expulsado del plantel.
El FBI y las autoridades de Policía recibieron 39 llamadas de alerta sobre este individuo y no actuaron según los protocolos. El vendedor de armas no tenía por tanto su récord en la computadora y no violó la ley al vender el arma al joven de 19 años, en edad legal para adquirirla. Peor aún, se conoce ahora que el único guardia armado de la escuela no actuó al oir disparos, conforme era su obligación.
Acaba de enterrarse como héroe al asistente del coach de fútbol que se interpuso entre el pistolero y sus discípulos, tratando de salvarlos muriendo en el intento. Si estaba armado y con el entrenamiento para hacer frente a este tipo de atentados, posiblemente habría logrado abatir a tiempo al criminal para impedir o al menos reducir las desgracias.
La solución no es abolir la II Enmienda, cuya finalidad es garantizar la defensa individual (aparte de la cacería) y el derecho de los ciudadanos a rebelarse contra los gobiernos con peligro de tornarse autocráticos por irrespeto a la Constitución. Toda dictadura, de cualquier tinte, comienza a ejercer su autoritarismo prohibiendo el uso de las armas, procediendo a su  confiscación.
La perspectiva emocional e irracional de la vida es la explicación, no solo del pedido de los muchachos y de quienes los promueven, sino de quienes han instaurado para las escuelas y otros ambientes las advertencias en grandes letreros “Guns Free Zone”, (o sea “Área Libre de Armas”), zonas en las cuales está prohibido portar armas de fuego.
Es equivalente a los avisos de “Prohibido Fumar”. Con el agravante de que en el caso de las escuelas, el letrero se convierte en una invitación a los desquiciados delincuentes como Cruz para matar a mansalva, con la gaerantía de que no habrá fuego de respuesta a su provocación.
El Presidente Donald J. Trump invitó a los sobrevivientes de la masacre de Parkland, a padres de las víctimas de ése y otros incidentes, a dialogar con libertad sobre las medidas que podrían adoptarse para evitar que en el futruro se repitan las desgracias. El diálogo fue emotivo pero también se dieron ideas pragmáticas, en una  y otra dirección.
El Presidente adelantó, como fruto de estas primeras conversaciones que seguirán con autoridades y gobernadores, que parece indispensable contar con fuerzas no solo defensivas sino ofensivas ante las amenazas y para ello sugiere que alguna parte voluntaria de profesores y del personal de las escuelas, se adiestre y arme para actuar de inmediato ante una emergencia.
Con anterioridad a lo de Parkland, FoxTV entrevistó a una profesora de Utah que dijo estar siempre armada y lista para defender a sus alumnos en caso de un asalto imprevisto. Dijo que guardias de seguridad en el exterior ni conocen tan bien a los estudiantes ni pueden accionar con igual presteza que ella y otros profesores ante asaltos como los de la Florida.
Lo ideal, claro está, sería que los criminales se abstengan de traspasar los linderos escolares ante la sola vista del letrero “Guns Free Zone”. Lo real, sin embargo, es diferente. Los muchachos aterrados por la masacre tienen que entenderlo así, como lo entiende Trump. Pero lo que los demócratas buscan es un ambiente hostil al Presidente, para ganar votos en las elecciones de medio tiempo de noviembre próximo.
Con esa finalidad promovieron un debate en CNN el miércoles pasado, en la noche del día del diálogo de Trump sobre la tragedia. Fue demostración vil del deteroro del periodismo en este país, como lo demuestran las confesiones de algunas de las víctimas de la emboscada en la que fueron sorprendidas para participar en el show grotesco en contra de Trump.


Monday, February 19, 2018

LOS DESORBITADOS

Los opositores de Donald J. Trump continúan batiendo los récords de insania en su afán al precer inagotable de torpedear su gobierno y su presidencia con las más burdas mentiras, pese a que van siendo descartadas por los hechos, una tras una.
Una de las que por más tiempo se ha prolongado con miras a descalificar al líder republicano ha sido la supuesta colusión entre él y Putín de Rusia para interferir en las elecciones presidenciales del 2016, en perjuicio de la demócrata Hillary Clinton.
El ex-director del FBI Robert Mueller fue encargado de investigar qué ocurrió y al cabo de casi un año y millonadas de dólares en pagos a 17 de los más caros abogados, nunca surgió una prueba de colusión. Al contrario, el viernes pasado Mueller sorprendió con el anunció de trece rusos acusados, pero no de colusión sino de intrusión en los comicios.
Reveló con el “indictment” (acusación formal) que los rusos, seguramente por órdenes de Putin, utilizaron los medios sociales a un costo de 200 millones de dólares para desprestigiar el proceso eleccionario desde el 2014, hablando mal de Hilllary y organizando manifestaciones pro Trump, pero también pro Hillary y Sanders para confundir.
Destaca el anuncio mismo que la acción rusa, si bien condenable, no tuvo influjo en el resultado de las elecciones ni prueba colusión con Trump ni miembros de su campaña. El enjuiciamiento a los rusos jamás se dará, por la índole de las acusaciones, porque la mayoría de las interferencias se hicieron desde San Petersburgo y porque no hay tratados de extradición con Rusia.
Trump dijo en Tweets que el tal anuncio de Mueller confirmaba que nunca hubo colusión y que la teoría de la interferencia rusa en su victoria carecía de validez. Los demócratas y los progresistas montaron en cólera y en lugar de aceptar que en realidad no hay tal colusión, condenaron a Trump por no condenar la interferencia rusa en las elecciones...desde el 2014.
Aclaró Trump que en el 2014 gobernaba Hussein Obama y que las críticas por inacción contra la intervención rusa debían dirigirse a él por no frenarla. Y que se ratificaba en que cualquiera que hubiese sido la acción de interferencia encubierta por Obama hasta después de las elecciones, fue evidente que no alteraron los resultados.
Un legislador republicano, desorbitado en su odio, llegó a comparar la interferencia rusa (en Facebook y Twitter) con el bombardeo japonés a Pearl Harbor en 1941, reclamando a Donald J. Trump una acción como la de Franklin D.Roosevelt frente a la agresión. ¿Acaso declaratoria de la III Guerra Mundial? ¿Una guerra nuclear?
El odio obstruye todo intento de diálogo con los progresistas. Se constató una vez más con la masacre de Parkland, en la que 17 estudiantes y profesores fueron muertos por un ruso adoptivo de 19 años, armado de un rifle A-R 15 semiautomático. Culpa de Trump, dicen los progresistas, porque se opone a la regulación en la venta de armas, dizque azuzado por los cabilderos del NRA (Nation Riffle Association).
Las leyes y regulaciones existen pero no se cumplen. Nikolas Cruz, el asesino, debió haber sido fichado por el FBI desde hace tiempo pues recibió oportunas  denuncias de su estado demencial y violento que debían consignarse en todas las computadores de los sitios de venta de armas de fuego en el país. Esa Oficina ha admitido la culpa y dice se sancionará a los culpables.
Más leyes y restricciones para la venta de armas no reducirá los actos de violencia. Ningún socio del NRA ha cometido jamás una masacre y ciudades como Chicago y Baltimore, con las leyes más restrictivas, tienen los índices de criminalidad con armas de fuego más altas de la nación. Los asesinatos los cometen maleantes o dementes que adquieren armas sin sujetarse a las leyes, en el mercado negro.
Las causas de las masacres como la de Parkland y similares no están en las armas, están en las mentes y espíritus de quienes las usan. El irrespeto a la vida tiene sus orígenes en la disolución del núcleo familiar cuya motivación surge del uso extendido y financiado por el Estado de los anticonceptivos y el aborto, derecho inconstitucionalmente sancionado por la Corte Suprema de Justicia en 1973.
La ley natural del matrimonio entre un hombre y una mujer para procrear ha declinado de manera abismal desde entonces, con proliferación de las madres solteras incapaces de proveer, salvo excepciones, la educación adecuada a sus hijos quienes, sin guía paterna, están expuestos al influjo de los pandillas callejeras y los peores lideratos delincuenciales del barrio.
La “revolución” sexual del decenio de 1960, que “floreció” y “engendró” la cultura de la muerte con los anticonceptivos y los abortos, ha debilitado la situación de la mujer en la comunidad y la ha convertido, en la mayoría de casos, paradógicamente en defensora del sistema que la tiene subyugada. Son ellas, potenciales madres engendradoras de la vida, las que luchan con símbolos obscenos sobre sus cabezas en favor del aborto. 
En Parkland fueron asesinados 17 seres humanos. Desde 1973 han muerto  en los Estados Unidos más de 60 millones de inocentes criaturas mediante el aborto inconstitucional. Esa cifra bastaría para poblar nuevas ciudades de los Estados Unidos, para rectificar el crecimiento vegetativo negativo de la población, que ninguna inmigración podría compensar. 
El derecho a poseer armas que la II Enmienda de la Constitución garantiza para la defensa individual y para el hipotético caso de rebelión si surgieren regímenes dictatoriales, no es la causa de las masacres tipo Parkland. La causa está en la cultura de la muerte, en el desprecio a la vida humana que se derivan del aborto y el pre aborto de la anticoncepción.  

Wednesday, February 14, 2018

LA DIOSA DE LA PAZ

Los principales diarios y televisoras de este país continuan endiosando a la hermana de Kim Jong-Un, Kim Yo-Jong, la delegada oficial de Corea del Norte, insinuando que su estilo y atractivo superan con mucho el liderazgo del Presidente Donald J. Trump.
A nombre de su hermano, la delegada ha invitado al presidente de Corea del Sur Moon Jae-In a una reunión en Pyonyang, capital norcoreana, para discutir los lineamientos tendientes a la reconciliación y unificación de las dos regiones de la península, separadas por el paralelo 38 desde 1953.
Moon, según la óptica política de los Estados Unidos, podría claisificarse como demócrata progresista. Pero sería inaceptable suponer que claudique ante Kim Jong-Un, quien jamás admitiría que para reunificarse con el Sur, abandone ni su carrera nuclear armamentista ni su régimen absolutista. Probablemente todo lo contrario.
El objetivo de las dictaduras comunistas y fascistas es expandir su dominio por el globo. De ahí que el término “globalismo” de moderna aplicación es una advertencia por sus implicaciones para quienes rechazan el predominio autárquico del Estado por sobre los derechos individuales. La contención para esa plaga fue, es y seguirá siendo la democracia de los Estados Unidos.
Kim Yo-Jong quizás tenga un rostro amable, de modelo, pero es pieza clave en la maquinaria de extorsión de Corea del Norte. Parece una figura extraída de la novela de George Orwell, From 1984 to the Brave New World, como la encargada de reprimir, castigar y ejecutar a los disidentes, a todos los renuentes a someterse al pensamiento uniforme del régimen.
El diario The Wall Street Journal publicó el miércoles pasado un artículo que se transcribe a continuación, con detalles de la misión de la endiosada hermana de Kim. Luego hay un link o enlace a un video clip con un análisis de la situación en Venezuela, dedicado a los adoradores del “progresismo” o “socialismo colectivista”, puestos al descubierto en estos días con motivo de los Juegos de Invierno en Corea del Sur.

Kim Yo Jong is a Twisted Sister
Who is Kim Yo Jong ? “ Kim Jong Un’s sister is stealing the show at the Winter Olympics,” declared a CNN.com headline. This princess of Pyongyang received a royal welcome from South Korea’s President Moon Jae-in. He seated her in his VIP box, near Vice President Mike Pence, for the opening ceremony. He hosted her for lunch at the presidential Blue House, where she delivered him an invitation for a summit with Mr. Kim. The resulting Reuters headline: “North Korea heading for diplomacy gold medal at the Olympics.”

Missing from most of the media coverage was any detail about Ms. Kim’s day job in Pyongyang. In North Korea this kid sister has served under Big Brother as a deputy director of the powerful and omnipresent Propaganda and Agitation Department. She has apparently racked up a record so stellar that last year the U.S. Treasury blacklisted her as a top North Korean official tied to “notorious abuses of human rights.” Mr. Kim gave her an alternate seat on his politburo.
In blacklisting Ms. Kim, the Treasury specified that her department “controls all media in the country, which the government uses to control the public.” That’s an understatement. The Propaganda and Agitation Department’s mission is to control not only media but minds—to indoctrinate all North Koreans, at all levels, in the absolute supremacy of Kim Jong Un and his Workers’ Party. 
A 2014 report by a special United Nations commission on human rights in North Korea found that “there is an almost complete denial of the right to freedom of thought, conscience and religion.” That entails a pervasive normalization of evil. Any deviation is suppressed via imprisonment, torture and execution. The commission found the regime carries out crimes against humanity on a scale “that does not have any parallel in the contemporary world.”
In a detailed report published last year by the Washington -based Committee for Human Rights in North Korea, Robert Collins and Amanda Mortwedt Oh described the Propaganda and Agitation Department as playing “a key role in justifying Kim family rule through domestic and external propaganda.” They added that entire families may be punished if one member is suspected of dissent. The aim is to ensure the survival, glorification and total power of the Kim regime and its hereditary tyrant.
That’s the training and family tradition behind Ms. Kim’s visit to South Korea. Her delegation included plenty of backup, such as Choe Hwi, a vice director of the Propaganda and Agitation Department who has been blacklisted by the U.S. (and the U.N.) for human-rights abuses. The Treasury noted that Mr. Choe “has reportedly been responsible for maintaining ideological purity.” Currently he is chairman of North Korea’s National Sports Guidance Committee.
Ms. Kim, with her freckles and enigmatic smile, is a trained and trusted royal brainwasher for a family regime whose court is built on totalitarian lies. Her admirers in the media ought to be impressed by the professionalism with which she snookered them.
Ms. Rosett is a foreign-policy fellow with the Independent Women’s Forum.




Monday, February 12, 2018

POR EL ODIO A TRUMP

Los demócratas “progresistas”, incluídos los medios de comunicación (con muy contadas excepciones) están cegados por el odio a Trump y prefieren exaltar a Kin Jong-Un, el dictador de Corea del Norte, para tratar de  afectar al presidente republicano de los Estados Unidos.
La maniobra, como todas las que se sustentan en el odio y la falsía, genera a la postre el efecto contrario. ¿Cómo justificar que se enaltezca a un régimen genocida condenado por las Naciones Unidas, pasando por alto sus atrocidades, para minimizar a un jefe de Estado que demanda a Kin Jong-Un someterse a la ley internacional?
En la Olimpiada de Invierno que se celebra en Corea del Sur, la hermana de Kin Jon-Un, su delegada oficial, ha sido glorificada por The New York Times, CNN y demás medios, destacando su supuesto mensaje de “conciliación” y “paz”, del cual se ha hecho eco el presidente del país anfitrión, Moon Jae-In, quien sería demócrata “progresista” en los Estados Unidos.
La impresión que se trata de reflejar es que Trump, el malo, está en plan de agresor frente a Corea del Norte y su líder Kin Jong-Un, el bueno. Y que el mandatario norteamericano, con su delegado en la Olimpiada, Mike Pence, Vicepresidente, son un obstáculo para que se concrete la unificación y esa  conciliación y paz en la península coreana.
La verdad, algo que detestan los demócratas y sus periodistas, es que Corea del Norte se comprometió a comienzos del decenio de 1960 a cumplir al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de las Naciones Unidas, que más tarde decidió desconocer con el argumento de desarrollar energía nuclear sin fines bélicos. Lo cual no cumplió.
Las misiones de Naciones Unidas denunciaron el incumplimiento pero los planes belicistas continuaron. Los presidentes Bush y Obama pretendieron persuadir al padre del actual dictador y a Un que suspendan los programas de fisión nuclear a cambio de asistencia en alimentos y medicinas. Éstos llegaron, pero la nuclearización y las amenazas y atrocidades del tirano continuaron.
Trump, con apoyo internacional, decidió que la península coreana debería permanecer sin armas nucleares como se acordó en Naciones Unidas y desde que se posesionó en enero del 2017, ha logrado la alianza de las principales potencias mundiales para recrudecer las sanciones contra el régimen dictatorial, sin que se descarte como último recurso la retaliación militar. 
La actitud de Trump hoy frente a Corea del Norte no es resultado de un capricho, como no fue capricho de los Estados Unidos el participar en la guerra en la península (1950-1953). Fue mandato de las Naciones Unidas para repeler la invasión comunista de tropas chinas y soviéticas y se la organizó con batallones de esa organización al mando de MacArthur.
La guerra terminó a medias con el armisticio dispuesto por Truman para mantener dividida la península en el paralelo 38. Al Norte se perpetuó un régimen comunista despótico y carcelario, basado en el terror y al Sur uno de tipo democrático, que ha convertido en poco tiempo a un país mísero y desmoralizado en una potencia industrial y tecnológica. 
Tampoco Estados Unidos entró a la guerra en Vietnam por capricho, sino en acatamiento a similar mandato de Naciones Unidas para confrontar otra invasión comunista del norte. En Corea las fuerzas coaligadas estaban a punto de derrotar a los comunistas que se batían en retirada, pero Truman se aferró al armisticio. Algo similar ocurrió en Vietnam cuando la victoria estaba ad-portas. No hubo armisticio, pero si la primera dorrota militar de los Estados Unidos, fruto de la política interna de los demócratas.  
La democracia en los Estados Unidos nació en 1776 y ha creado la nación más próspera y libre en la historia de la humanidad. Sus enemigos la acechan constantemente. Las dictaduras fascistas y comunistas buscan esparcirse por el planeta pero la democracia norteamericana lo impide. ¿De qué lado están los demócratas “progresistas” y los medios y  sus periodistas que ahora exaltan a Kim Jon-Un y se mofan de Mike Pence?

Wednesday, February 7, 2018

LA VERDAD OS HARÁ VILES

Así como el precepto bíblico dice que la Verdad Os Hará Libres, en el caso de los demócratas en los Estados Unidos al parecer se está probando que la práctica perpetua de la mentira los está invileciendo sin remedio.
Mintió Bill Clinton bajo juramento al decir que no tuvo relaciones sexuales en la Oficina Oval de la Casa Blanca con la pasante Mónica Lewinsky y  al negar que tuvo otras elaciones adulterinas con otras mujeres y mintió su mujer Hillary cuando acusó a todas ellas de “pimps” por defenderlo.
Mienten los demócratas desde tiempo atrás. Prefirieron una crudelísima guerra civil por defender con sofismas el derecho a mantener la esclavitud y tras asesinar uno de ellos a Linconln, se resistieron a dotar de todos los derechos civiles a los negros, hasta muy entrado el siglo XX.
Se opusieron al derecho de la mujer al voto y crearon el KuKluxKlan para impedir con linchamientos e incendios los matrimonios interrraciales y todo esfuerzo de esa etnia por alcanzar una mejor educación y un mejor nivel de vida. Sabotearon a Martin Luther King Jr. hasta su asesinato. 
Muchos negros que entonces fueron aporreados por marchar junto a King en pro de los derechos civiles se volvieron demócratas y tras aprobarse con mayoría republicana se volvieron fanáticos del Presidente Johnson, racista confeso, para luchar contra el GOP, partido al que acusaron de ser lo que ellos fueron a lo largo de la historia. 
El partido demócrata se apartó de John F.  Kennedy para identificarse como “progresista” y “colectivista”, esto es, socialista convencidos sus líderes de que la Constitución y la Declaración de la Independencia en que se sustenta, son documentos obsoletos que deben ser actualizados para alcanzar una intervención creciente del Estado en la vida comunitaria. 
Ese objetivo contrasta con los postulados de la Constitución, que establece el equilibrio del poder popular fracturado en tres ramas que mutuamente se controlen. La soberanía popular no se delega sino temporalmenrte a un gobierno, el cual se arma por consenso. La sociedad, la comunidad, no pueden subsistir sin una guía y árbitro que gobiernen por consenso que garantice los derechos individuales de la comunidad que representan.
Los demócratas “progresistas” han pugnado por debilitar esos preceptos y la división de poderes ha cedido paso a un gobierno administrativo con agencias capaces de suplantar al Congreso y al Ejecutivo en cuanto a dictar leyes, regularlas y aplicarlas y sancionar a quienes a su juicio las incumplan, más allá del papel de las cortes.
Los “progresistas”, en ese sentido, son en realidad “regresistas” pues su propósito está anulando la Declaración de la Independencia de la 1776, cuya finalidad era acabar con la tiranía de un monarca omnímodo, con todos los poderes bajo su mando. Era el sistema político prevaleciente en el mundo que los Fundadores de esta nación buscaban erradicar para siempre, al menos en estos lares.
No obstante que ese sistema ha hecho de los Estados Unidos la nación más próspera, libre y creativa del mundo, los demócratas hablan mal de él y pregonan en medios académicos y principales medios de comunicación que hay que cambiarlo, que hay que sustituirlo por uno “más” socialista que aplique la “justicia social” para lograr la felicidad terrenal.
Es otra de las mentiras perpetuas. La historia demuestra que las naciones más prósperas son las que han tenido sistemas parecidos de convivencia social, económica y política al diseñado hace casi 300 años en Estados Unidos. Paralelalmente los gobiernos dictatoriales fascistas o comunistas, donde las libertades han sido sacrificadas por los Estados, se han disuelto en la barbare o persisten en la miseria, la desigualdad y el cautiverio colectivo.
En las elecciones presidenciales del 2016 los demócratas creyeron que Hillary Hilton arrasaría. Pero ganó Donald J. Trump, billonario neoyorquino resuelto a terminar con el “progresismo” y a recuperar los principios democráticos y liberales de la Constitución de los Estados Unidos, pisoteados por Obama y en peligro de continuar siéndolo por su candidata.
Desde entonces los demócratas y sus medios, que son la mayoría, no han cesado en mentir para tratar de desestabilizar al gobierno de Trump, con intenciones de lograr que  renuncie o sea descalificado por el Congreso. Ninguna de las mentiras ha surtido efecto. Trump se consolida. La economía sigue vigorizándose y la trampa que se le tendía con los ilegales del DACA para bloquear la aprobación del Presupuesto, se ha ido al canasto.
La supuesta colusión de Trump con Rusia para ganar las elecciones se ha convertido en colusión de Hillary con Rusia. Está comprobado que el FBI, por órdenes de Obama, espió a Trump y su equipo durante la campaña y ya electo, basándose en un dossier falso financiado por Clinton. Los comprometidos, con senadores y funcionarios del Departamento de Estado  y más cómplices de la conspiración, deberían ir a la cárcel.  
Junto con el principal comprometido de todos, Barack Hussein Obama...Lo cual, claro, es puro “wishful thinking”. Como lo era en su momento que Bill Clinton fuera expulsado de la Casa Blanca por perjuro, como manda la Constitución.