Para entender lo de Irak no se necesita haber hecho estudios de ciencias militares en West Point o de ciencias políticas en Harvard. Simplemente basta con aplicar el sentido común al analizar los hechos, con la ayuda de la historia.
Irak y el Medio Oriente en que está ubicado, se halla convulsionado porque paulatinamente ha vuelto a caer bajo el dominio del extremismo musulmán tras el derrocamiento de Saddam Hussein, dictador iraquí que sucumbió ante las fuerzas invasoras al mando de USA.
Las fuerzas militares norteamericanas y de 34 países aliados atacaron a Irak y Afganistán luego de la masacre del 11 de septiembre del 2001, en la que fallecieron casi 3.000 civiles con la demolición de las torres gemelas de Nueva York, el atentado al Pentágono y la caída del avión de pasajeros en Pensilvania.
Los ataques fueron planeados en Afganistán por una de las facciones extremas islámicas, el Al Qaeda. En rápido operativo militar, el régimen talibán de ese país fue depuesto de inmediato. La siguiente acción contra Irak tuvo dilación hasta probarse que Hussein tenía armas químicas de destrucción masiva, según datos de los servicios de inteligencia de varios países.
Hussein huyó, fue descubierto, tribunales iraquíes lo sometieron a juicio, fue sentenciado y ejecutado. El pueblo, con plena libertad, eligió una asamblea que aprobó una Constitución y un sistema parlamentario. Los comicios se realizaron en paz y libertad y desde entonces Nouri al-Maliki es el Primer ministro democráticamente electo.
Irak se hallaba pacificado y las tres facciones tribales en convivencia. Pero la armonía se basaba en el respaldo de las fuerzas militares especialmente de los Estados Unidos, pues el enemigo, el terrorismo islámico, no había sido derrotado y sobrevivía en la zona alentado por Irán y los países árabes petroleros.
La estabilidad languideció en las postrimerías del gobierno de George W. Bush. Pero éste, contra toda resistencia decidió reforzar los contingentes militares y al mando del general David Petraeous, consiguió doblegar a los terroristas árabes y volver a imponer la paz. Eso ocurría hacia el año 2009, justo cuando Barack Hussein Obama sucedió a Bush.
Toda la dinámica cambió. Obama reiteró, como en la campaña, que su propósito era batirse en retirada de Irak y de todos los frentes de batalla. Aún antes de posesionarse había evidenciado su aborrecimiento por Malik y ya como gobernante le retiró su apoyo y en días recientes hizo público su deseo de que renuncie.
Maliki, sin respaldo militar ni político de los Estados Unidos se ha debilitado y el enemigo ha avanzado sin oposición. Obama y sus secuaces cínicamente acusan a Maliki de que no haberse defenddido ni hecho las debidas concesiones al enemigo que ahora se ha tomado las principales ciudades del Irak y está a las puertas de Bagdad.
Desde un principio Obama se ha empeñado en borrar de la mente de los norteamericanos y el mundo que los Estados Unidos es un país de excepción. Es como cualquier otro, ha dicho y se ha esforzado por quitarle todo rastro de liderazgo en los campos político y militar.
Tradicionalmente y por su ubicación geográfica, los Estados Unidos ha perferido mantenerse al margen de las guerras. Se ha visto involucrado en ellas al ser atacado en los siglos XVIII, XIX, XX y en este siglo. Pero a diferencia de otras naciones, una vez victorioso no solo no se ha posesionado de territorios de los países vencidos, sino que ha acudido a auxiliarles.
Eso lo ha vuelto, entre otras razones, excepcional. Tras la II Guerra Mundial la Europa del Eje se recuperó espectacularmente con el Plan Marshall, mientras la URSS se apoderaba de más y más países satélites bajo la tutela comunista de Moscú. Cuando la táctica expansionista se hacía cada vez más intolerable, intervino Reagan.
¿Cómo? Sin un solo disparo ni misil. Pero con la demostración de la fuerza de sus principios y el respaldo de unas fuerzas militares remozadas y la unidad de criterio de la primera ministra británica Thatcher y del Papa Juan Pablo II. El Muro de Berlín cayó en 1989 y el imperio comunista comenzó a disolverse.
No así su ideología, que ha logrado infiltrarse con infinidad de variedades que tienen un cordón umbilical común: gobiernos cada vez más interventores, libertades individuales cada vez más coartadas. Obama se debe a esa ideología, absorbida de instructores como Saul Alinsky, el mismo del cual se amamantó Hillary Clinton.
Según Obama y su cohorte, de la que forma parte Clinton, es un mito que el terrorismo islámico sea enemigo de los Estados Unidos. Para Obama, el Islam de su niñez en Indonesia es una religión bella y los llamados crepusculares que escucha de las mezquitas, jamás dejan de conmoverle. Llegó a decir que el Islam fue tan importante para la formación de Estados Unidos como lo fue el judeocristianismo.
Por mucho tiempo se ha negado a emplear el vocablo terrorista y en el caso de Benghazi, dijo que el ataque no fue de ellos, sino de árabes disgustados por un video anti islámico divulgado en el Internet. A Maliki lo acusa de no hacer liga con el enemigo y ha enviado a John Kerry para que les diga que cesen los asesinatos y se comporten bien.
Franklin D Roosevelt, ídolo de la izquierda, enfrentó la gran depresión con obra pública a diestra y siniestra. Magnífico. La gente tuvo empleo para palear construyendo puentes, presas, caminos. Pero ¿de dónde sacar la plata para los sueldos? Muy sencillo: de las fuerzas armadas. Las partidas se redujeron hasta en un 90%...
Al otro lado, en el Reino Unido, se vivía un fenómeno similar. Y Hitler, pese a prohibirlo el Tratado de Versalles, se armaba hasta los dientes. Hasta que el general Douglas MacArthur en USA y Winston Churchill en Inglaterra dieron la voz de alarma y las clases dirigentes comenzaron a mirar la realidad.
Roosevelt se percató aún antes de Pearl Harbor de la inmensidad del peligro de Hitler. Pero necesitó del ataque japonés para movilizar a la nación y conducirla a la guerra hasta la victoria. Hasta la victoria. Este es un factor que parece que no ha tenido culminación debida en las últimas intervenciones militares de los Estados Unidos.
En Corea, Vietnam y ahora en el Medio Oriente, los Estados Unidos no han terminado la misión con la firma de rendición del enemigo, como cuando el mundo miró extasiado en los casos de Alemania y Japón. Pero al menos en Corea, Europa y el Japón los Aliados dejaron fuerzas militares que garanticen que la paz no será alterada. La guerra terminó en 1945 y las tropas aún permanecen allí.
El caso de Irak es tanto o más precario que el de Alemania de posguerra, con la división Este/Oeste. Si los aliados hubiesen tenido el mismo criterio derrotista que Obama y abandonaban Berlín y Alemania, hace tiempo que la URSS se habría tomado todo el país. Es lo que está pasando hoy con Irak.
Muchos objetan que las fuerzas aliadas al mando de Estados Unidas hayan ido a Irak a derrocar a Hussein, porque no hallaron las armas químicas de destrucción masiva. La acción militar demoró meses y en ese lapso Hussein pudo evacuar esas armas a Siria, como bien se vió en fotografías y clips de TV de la época, con caravanas de camiones que cruzaban el desierto de Bagdad a Damasco.
Uno de los logros de que se ufana Obama es que el presidente de Siria Bashar al-Assad accedió a deshacerse bajo su presión de las armas químicas de destrucción masiva. ¿De dónde las obtuvo si no de Irak? Israel, meses atrás, atacó también una instalación siria construída con ese objetivo.
El diario londinense The Telegraph acaba de publicar un informe acerca de las instalaciones de armás químicas que los terroristas invasores hallaron en Irak. ¿Qué mayor prueba de que existieron? Si no están activas, algún día lo estuvieron. Fueron empleadas para matar kurdos. Podían haberse ampliado con Hussein para matar a occidentales.
The Al Mutannah chemical weapons complex (CIA)
16.52 The remaining chemical weapons from Saddam Hussein's regime are stored in two sealed bunkers, both located at the Al Muthanna Chemicals Weapons Complex, a large site in the western desert some 80km north west of Baghdad.
This was the principal manufacturing plant for both chemical agents and munitions during Saddam Hussein’s rule.
Thousands of tonnes of chemical weapons were produced, stored and deployed by the Saddam Hussein regime. Iraq used these weapons during the Iran - Iraq War (1980 to 1988) and against the Kurds in Halabja in 1988.
16.32 Isis jihadists have seized a chemical weapons facility built by Saddam Hussein which contains a stockpile of old weapons, State Department officials have told the Wall Street Journal:
Es la amenaza que sigue pendiente con el enemigo islámico sin contendor que ahora podría lanzar nuevos ataques tipo 9/11 en cualquier momento, pero esta vez con armas nucleares de los arsenales de Irán, Pakistán o de Corea del Norte.