Tuesday, November 18, 2014

VA MÁS ALLÁ DE LO POLÍTICO


No es un blanco “supremacista” del extinguido Ku Klux Klan ni tampoco un portavoz de la derecha como Rush Limbaugh quien lo dice, sino un negro, Ben Carson, del mismo color de piel que Barack Hussein Obama, pero de condición humana infinitamente superior.
Carson, neurocirujano de fama internacional, declaró esta mañana en TV que Obama ha traspuesto los límites del simple debatir político, para caer en lo inmoral. Se refería a su empecinamiento por mentir en sus ya casi seis años de gobierno, ahora sobre el Obamacare.
En estos últimos días se han hecho públicos varios videos de Jonathan Gruber, el principal asesor y diseñador del Obamacare, en los cuales queda clara la estrategia del Presidente de mentir acerca del verdadero alcance del proyecto de ley, para conseguir que se lo apruebe.
Los videos datan de la época previa a la elección de Obama, cuando era senador, luego candidato y ya como Presidente en funciones. El proyecto se presentó al Congreso con la premisa de que el objetivo no sería acabar con el servicio privado de salud, sino hacerlo extensivo a todo ciudadano, al tiempo de bajar los costos. 
Esta “magia” fue rechazada por el público, que no comprendía cómo se podría ampliar la cobertura y reducir al mismo tiempo los costos. El “mago” de la maniobra era Gruber quien instruyó al presidente, a los legisladores demócratas y a los medios de comunicación a decir que el proyecto no se financiaría con impuestos, subsidios, ni alza de primas sino con mandatos individuales, so pena de multas.
El partido republicano GOP se opuso al proyecto desde el inicio por inconstitucional. Según la Constitución, ninguna prestación de servicios puede ser forzada por el Estado, ni menos ser penada con multa al no cumplirse. En cuanto a creación de impuestos, ello es privativo de la Cámara de Representantes, nunca del Ejecutivo.
La Corte Suprema de Justicia, ante la encrucijada de bloquear el proyecto por inconstitucional en cuanto al mandato individual, optó por complacer a Obama y dijo que la ley no establecía un mandato, sino un impuesto y con el voto conservador dirimente de John Roberts, el Obamacare se ratificó como ley de la República.
Lo imperdonable, desde el punto de vista moral al que alude Carson, es que el jefe de Estado haya mentido reiteradamente sobre el contenido de la ley. Menudean los videtapes en los que él afirma en el 2009 y años sucesivos que el Obamacae abarataría los costos de los servicios de salud, que quienes están contentos con los seguros privados que en la actualidad tienen los pueden conservar y que la meta no es el control estatal total de los servicios.
La realidad ha sido otra. Millones de ciudadanos que estaban contentos con sus seguros, los perdieron y se vieron forzados a optar por la opción estatal. Las primas en general se han elevado y muchos han perdido sus empleos a tiempo completo, porque los empleadores han preferido reducirlos a medio tiempo o despedirlos, para abaratar costos.
Obama y sus seguidores mintieron porque de otro modo el proyecto de ley no habría sido aprobado, como no lo fue el que pretendió Bill Clinton cuando su cónyuge Hillary la promovió. El sistema privado era y es el mejor del mundo y sus vacíos caben remediarse dentro del sistema privado, no con una mayor y perniciosa ingerencia estatal.
Los defensores del Obamacare lo justifican porque amplía la cobertura a los no asegurados y porque prohibe que se rehusen seguros a pacientes con enfermedades pre existentes. Ya en la campaña presidencial del 2008 el partido republicano proponía exención del impuesto a la renta de 5.000 dólares para ampliar la cobertura. El otro escollo es fácilmente solucionable, acaso allí si con subsidio estatal.
Pero la intención demócrata es incrementar el control del Estado en la vida de los ciudadanos. El sector salud representa el 1/6 de la economía. En parte alguna de la Constitución hay un precepto que mande al Ejecutivo garantizar la salud para todos. Pero para mentalidades “progresistas” como la de Obama, nutridas de las doctrinas de Woodrow Wilson y FDR, salud, educación, internet, alimentos, religión, modo de pensar ...todo tiene que estar regulado por el Estado.
Es la gran mentira demostrada como tal por la historia y que sin embargo vuelve una vez más a tratar de ser reinstaurada. No han bastado dos guerras mundiales para evitar el avance de las dictaduras estatizantes extremas del nazifascismo y el comunismo, ni los resultados nulos de los gobiernos ineficientes que de uno u otro modo se descarrilan por esas vías, para convencer a la gente que la única ruta hacia el progreso es la libertad.
La libertad presupone respeto a la ley, lo que a su vez no es dable sin un alto contenido moral en la comunidad y sus integrantes. Los fundadores de esta nación pensaron en la bona fide y la mutua confianza cuando  levantaban los cimientos de la nueva sociedad. No nueva en el sentido de enterrar las tradiciones y valores, sino en el sentido de establecer una forma de bloquear el mal endémico de las tiranías.
Ese sistema, cuyos pilares son la Declaración de la Independencia y la Constitución, no privilegia al Ejecutivo: lo equipara con las otras dos ramas de gobierno, la legislatura y la judicial. El poder indivisible sigue en manos del pueblo, concretado en la Constitución. La sola cesión de poder temporal, el pueblo a su vez la expresa mediante el voto.
Con el voto el pueblo elige legisladores para que expidan leyes y  elige representantes del Ejecutivo en sus distintos niveles para que ejecuten dichas leyes, no para que las modifiquen o suspendan a su antojo como lo ha hecho el Presidente con el Obamacare. Si el Congreso, con mayoría republicana a partir de enero próximo, decide anular o no financiar dicha ley, estará en su pleno derecho.
Máxime si se ha confirmado que todo se basó en la mentira y que Obama sigue mintiendo. Acaba de decir que nunca conoció a Guber, pese a que hay constancia de su visita a la Casa Blanca en más de una docena de ocasiones y pagos por más de 400.000 dólares por sus servicios, aparte de avisos oficiales de propaganda por TV del proyecto con su imagen.
Cuando se demostró que la Casa Blanca ordenó retaliaciones al GOP por parte del IRS para debilitarlo en la campaña por la reelección del 2012, dijo igual, que nunca supo del hecho. Como tampoco del fiasco del operativo Fast and Furious en la frontera con México que costó la vida de un guardia ni del espionaje electrónico a un reportero de FoxNews.
Ben Carson, aspirante a la candidatura presidencial por el GOP, ha dicho algo innegable: Obama ha violado el principio  sustantivo y moral en el que se fundamenta esta nación: credibilidad, confianza, respeto a la palabra y la ley. El pueblo está harto de él y sus falacias. Lo expresó muy claramente en los comicios del martes 4 de noviembre. 
Solo aguarda con impaciencia los resultados.

No comments: