Sunday, August 5, 2007

LO HIPÓCRITA ESTÁ EN EL ECUADOR, NO EN BÉLGICA

El presidente ecuatoriano ha proferido una serie de denuestos contra el gobierno del Reino de Bélgica por el arresto de una ecuatoriana y su hija, que residían de manera ilegal en ese país por más de cinco años y contra las cuales pesa una orden, ahora suspendida temporalmente, de deportación.
A las críticas se sumó la cónyuge de Correa, Malherbe, quien desde su país de origen afirmó que se sentía avergonzada de ser belga porque su gobierno había apresado a la madre y a su hija menor de edad como si fuera la Gestapo añadiendo que, en general, la política de esa nación en inmigración era hipócrita.
De manera sorpresiva e infundada, también el Diario El Comercio dice en un editorial que las acciones belgas sobre el caso de la pareja ecuatoriana y sobre inmigración, al igual que la protesta de la cancillería belga por las expresiones de Malherbe, constituían un escándalo diplomático condenable que tenía que ser rectificado.
Simultáneamente el presidente Correa, en otra de sus desbocadas intervenciones por la radio, anunció desde Carchi que el ciudadano norteamericano Sean O´Hearn, de la fundación ecológica Sea Shepherd, sería expulsado por su participación en una batida policial contra pescadores de aletas de tiburón en Manabí, de pesca prohibida.
Ningún “gringuito” nos va a dar lecciones de ecología ni a violar nuestra soberanía, dijo el mandatario, con ese tono despreciativo que siempre utiliza al referirse a los Estados Unidos en cualquier aspecto, pese a que aquí estudió por 4 años Economía en una de sus universidades.
Según se ha informado, el operativo policial en Manabí se hizo con autorización formal del juez y como resultado de un convenio entre la fundación ambientalista y el gobierno ecuatoriano. O´Hearn contribuía como asesor de las brigadas de policía ambientalista para ubicar a los infractores. Nunca intervenía como captor o partícipe en actos de violencia.
El “gringuito” fue apresado en la vía pública y conducido a la cárcel. En la audiencia de dos horas con las autoridades, se prohibió el acceso a la abogada que la víctima había contratado. La sentencia de deportación dispuesta por Correa se confirmó y el paso siguiente era deportarlo en la frontera con Perú, en Huaquillas.
La inhumana resolución del gobierno ecuatoriano se frustró a la medianoche cuando el ministro de gobierno se enteró de algo que los captores debieron saber desde el primer momento: que O´Hearn estaba casado con una esmeraldeña y que tenían una hija nacida y crecida en el Ecuador y que no había violado ley alguna.
El “gringuito” que tanto desprecio despierta en Correa, era ingeniero de sistemas para la Bolsa de Wall Street en Nueva York. Dejó la lucrativa profesión para dedicarse como voluntario en la lucha por la defensa del medio ambiente, en la especialidad de la vida marina. Nació en Puerto Rico, de padre ucraniano y madre portorriqueña.
La Cancillería de Bélgica, en un comunicado desmintió a Malherbe afirmando que la madre ecuatoriana y su hija no fueron detenidas en una cárcel común, con delincuentes comunes, sino en un recinto especial con los miramientos y respeto usuales para estos casos. Aclaró que las ecuatorianas violaron persistentemente las leyes migratorias por más de cinco años y que eludieron seguir los trámites para corregir su situación.
A Correa parece no importarlo lo jurídico y legal, sino sus particulares emociones en conexión con el clima político del momento. La pesca de aletas de tiburón se prohibió para evitar la extinción de la especie en aguas continentales y de Galápagos. Pero a última hora Corra decidió levantar la veda para pesca artesanal. Según él, la violación de la ley es buena si el infractor es pobre.
Con sorna dijo ayer que está dispuesto a suspender la veda a la pesca artesanal, si se colectan tantos millones de dólares (ofreció parte de su salario para la colecta) para compensar a los pescadores artesanales que se privarían de esos ingresos. Dentro de esa concepción suya de lo bueno y de lo malo, de lo lícito e ilícito, se entiende por qué aboga por revisar las sanciones “duras” a los narcotraficantes “pobres”. Como lo fue su padre desempleado, hasta que cayó preso por “mula” en los Estados Unidos.
La hipocresía de Correa al pretender dar lecciones de humanidad en materia de leyes de inmigración se refleja también al calificar de malos a quienes no abren sus puertas a los pobres que se refugian y buscan amparo en países más prósperos como Bélgica y otros de Europa y los Estados Unidos. Cuando haya alguna catástrofe en Bélgica, recibiremos como hermanos y con los brazos abiertos a todos los belgas que lleguen a nuestras riberas en busca de asilo, dijo.
Solo cabría preguntarle ¿para recibir trato similar al del “gringuito” insolente? Su postura poco varía con la de otros líderes de América Latina que alzan su voz de protesta por la rudeza y perversidad al trato de los inmigrantes ilegales en los Estados Unidos. No se centran en el problema medular: las razones de la emigración y el trato que se a los inmigrantes en esos mismos países.
En estos días, junto con el caso de la ecuatoriana Cajamarca y su hijo, el de un joven colombiano Gómez también ha saltado a noticias de primera plana aquí en los Estados Unidos. El muchacho y su familia tienen orden de deportación y ello ha desatado una campaña para impedirrlo, debido a que se trata de un estudiante aprovechado y apto para becas en las mejores universidades del país.
Pero los padres de Gómez recibieron anuncio de que su situación de inmigrantes ilegales no podía continuar. No los pusieron en la frontera de inmediato. Fueron citados antes los jueces respectivos, escucharon su posición con ayuda de abogados propios o de oficio. Recibieron el plazo de cinco años para optar por la legalización y se negaron.
Cajamarca y Gómez tienen que ser expulsados (la deportación en ambos casos está pendiente) porque en estos países se respeta a la ley y a ello es parte fundamental de su grandeza y prosperidad.
En cuanto a lo emocional, por cierto que contrista la situación de gente que huye de sus países de origen, destruidos económica, social y políticamente por regímenes corruptos de los que medra una minoría, para buscar mejores oportunidades de supervivencia. Pero su ingreso tiene que estar regulado y encarrilado dentro de la ley.
Esos procesos, tanto en Estados Unidos como en Europa, no han sido respetos ni se han hecho respetar debido a múltiples motivos. De ahí que se imponga una revisión de la situación de ilegales o indocumentados, no para responder a reacciones hipócritas y lloriqueantes como las de Correa, ni para perdonar y olvidar infracciones de la ley, sino para reencauzar una situación anómala dentro de la normalidad.
El presidente Bush presentó un proyecto realista y compasivo al respecto, pero fue boicoteado por muchos de su coidearios infestados de xenofobia. Pero terminará a la postre por ser aprobado en ésta o en la siguiente administración, puesto que la opción de persistir en un status quo ahondará el conflicto migratorio con más de 12 millones de ilegales que sobreviven a la sombra de la ley.
Otra reacción del gobierno belga que ha irritado a Correa y a El Comercio es la alusión a que el comentario de Malherbe habría generado mayor impacto diplomático negativo si en el Ecuador hubiese un gobierno no en preparación, sino ya estable. Se refería a que Correa gobierna provisionalmente, pues continúa en campaña para las elecciones de miembros de la Asamblea Constituyente qué espera controlar para que le confiera aún mayores poderes dictatoriales para igualar a los de Hugo Chávez.
En efecto ¿está Correa realmente gobernando? Si así fuere, algo haría para impedir el despilfarro de los fondos públicos: el gasto corriente o de sueldos de la burocracia ha subido al 36% de los ingresos, pasando de 790 millones de dólares en el semestre del año pasado a 879 millones de dólares en el actual. Y no se dejaría manipular de Chávez para anunciar el disparatado proyecto de construir una nueva refinería en Montecristi (¿acaso junto al estacionamiento del edificio de la Asamblea...?)
Las estatales petroleras de los dos países están quebradas, con la diferencia de que en Venezuela el volumen de ingresos de petrodólares es abrumadoramente mayor, lo que le permite al clon de Fidel continuar con el despilfarro sin inmutarse. ¿Qué planes de factibilidad ha habido para escoger a Manabí para la nueva refinadora? ¿Qué concurso internacional de ofertas?
Tampoco da muestras de gobernar cuando continua en sus desafíos con Colombia al nombrar como embajador en Bogotá a un señor Suéscum cuyo perfil, descrito en los diarios, es exactamente el opuesto al que se precisa ahora para ese cargo. Huelgan comentarios sobre el nombramiento de su ex ministro de Economía Patiño como “virrey” del Litoral o el de Javier Ponce como otro más de sus innumerables asesores políticos.
Javier, ex columnista de los diarios Hoy y El Universo ¿asesorará a su jefe y le ofrecerá nuevas y frescas ideas para combatir a la libertad de expresión y perseguir a periodistas y no periodistas que sigan aventurándose a contradecir la opinión del gran lenguaraz de los sábados?

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