Thursday, August 17, 2017

LENÍN Y CORREA

El Presidente del Ecuador Lenín Boltaire (así, con B) Moreno es réplica de su predecesor Rafael Correa, al menos en lo ideológico. Quienes se han ilusionado y creen lo contrario a raíz de sus últimas simulaciones con las que pretende diferenciarse, se equivocan. 
Lenín parece sorprendido e indignado de la corrupción que ha encontrado en el gobierno de Correa y por la catástrofe económica que ha heredado y ha prometido blandir una varita mágica para convertir todo lo malo en bueno. Mas ocurre que él fue coautor y cómplice de ese gobierno durante ocho años.
Correa y él decidieron marchar unidos en la transformación del país según el modelo chavista impuesto en Venezuela por Cuba y que se aplicó ya en Nicaragua y Bolivia, está en vías de concretarse en Colombia y se pudo parar a tiempo en Argentina tras el fracaso en Brasil. Es el modelo del tan cacareado “socialismo del siglo XXI”.
La táctica de este socialismo para captar el poder no es utilizar las armas para la insurgencia al estilo Che Guevara, sino la propaganda para asumir el mando con votos y no abandonarlo jamás. Para ello, ya en el poder, el líder manipula el sistema democrático para debilitarlo, trasladando todo el control del Estado a un Ejecutivo autoritario.
Es lo que hizo Correa al quebrar las ramas legislativa y judicial y reorganizarlas bajo su dominio. Es lo que hizo Chávez y lo está haciendo Maduro con la ilegal Asamblea Constituyente. Lo que manipuló Santos en Colombia al desacatar el mandato popular y capitular ante las FARC para que se conviertan en el partido político más poderoso financiado por el narcotráfico.
La narcoguerrila, que asesinó, secuestró, robó, violó y mutiló a centenares de colombianos por más de cincuenta años para instaurar una dictadura de tipo socialista, ahora podrá hacerlo pacíficamente en las urnas gracias a un acuerdo de paz fraudulento que saludaron tanto el Papa Francisco como las Naciones Unidas.
El objetivo de la dupleta Lenin/Correa es el mismo. Las supuestas rabietas entre ambos a propósito de corrupciones compartidas, son una comedia. Nada pasará o pasará muy poco. Todo seguirá igual en cuanto a continuar con la meta de alcanzar la igualación de los resultados mediante la redistribución de la riqueza y el control absoluto del poder con el silencio de la oposición.
(Fernando Larenas tenía el prestigio de periodista independiente. Ha dejado de serlo al aceptar la dirección del diario El Telégrafo, de propiedad del Estado. Ni una sola crítica o análisis objetivo sobre la gestión de Lenín se ha publicado bajo su gestión, ni menos sobre su censurable apoyo a Maduro. Reproduce comentarios del diario Granma de Cuba, oficial de los Castro. Vergonzoso, Larenas)
Si dudas quedaran acerca del pensamiento político de Lenín, bastaría releer la carta de condolencia que envió a Raúl Castro por la muerte de su hermano Fidel, a quien lo endiosa. O las declaraciones hechas por él o por su Canciller con las que justifica el respaldo a Nicolás Maduro, quien mató a más de un centenar de ciudadanos que se oponían a la Asamblea para una nueva Constitución que le otorgue poderes absolutos.
Según la Constitución chavista que regía, ese tipo de asambleas solo pueden convocarse si en un referendo el pueblo lo aprueba. La oposición organizó un simulacro de elecciones y siete millones de votantes de los 20 millones de inscritos (no hay votación obligatoria) negaron la Asamblea. Pero Maduro convocó directamente a la Asamblea, sin previo referendo y está instalada haciendo y deshaciendo todas las estructuras.
El gobierno de Moreno aduce que respalda a Maduro porque respeta el derecho interamericano de No Intervención. Pero para nadie es desconocido que en Venezuela hay intervención directa de Cuba: militar, policial y de espionaje, así como la ayuda militar de Rusia, Siria e Irán. A eso se refería Donald Trump cuando dijo que en la crisis de Venezuela, no se descarta la “opción militar”: para contrarrestar la intromisión militar extranjera en esa nación.
A continuación se transcriben artículos aparecidos en los Diarios El Nuevo Herald y The Wall Street Journal, en los que se menciona la intervención extranjera en Venezuela, que Lenín omite citar. Lo que los “socialistas del Siglo XXI” están resueltos es a no perder lo que ganaron mañosamente en las urnas, si es preciso a sangre y fuego, como lo está haciendo Maduro en Venezuela.

(De El Nuevo Heradl)


Aumentan denuncias de injerencia cubana en Venezuela


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acompañado del mandatario cubano, Raúl Castro, mientras coloca flores en la tumba del fallecido líder cubano Fidel Castro, en la ciudad de Santiago (Cuba).
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acompañado del mandatario cubano, Raúl Castro, mientras coloca flores en la tumba del fallecido líder cubano Fidel Castro, en la ciudad de Santiago (Cuba). . EFE
August 16, 2017 5:03 PM
El viaje sin anunciar del presidente venezolano Nicolás Maduro a Cuba esta semana, con el aparente motivo de rendir homenaje al fallecido Fidel Castro, ha avivado las denuncias sobre la influencia del gobierno de Raúl Castro en la actual crisis en Venezuela.
“Así que el Sr. Maduro viajó anoche [el lunes] en secreto a Cuba. ¿A qué iría? Ha ido más a la Habana que a Maracaibo o San Cristóbal” comentó en Twitter el líder opositor Henrique Capriles.
“¿A qué fue el señor Maduro”, continuó en un video emitido este miércoles a través de Periscope. “¿A entregar más nuestro petróleo, a comprometer más a la fuerza armada, fue a buscar refuerzos de militares cubanos para que sigan...dirigiendo a los militares venezolanos?”, añadió el gobernador del Estado Miranda.
En la medida en que la crisis política en ese país se ha agudizado, los opositores venezolanos y cubanos han redoblado las criticas a lo que consideran como una injerencia perniciosa del gobierno de La Habana en la situación interna en Venezuela.
“El castrismo ensaya y aplica en Venezuela toda su tecnología represiva”, escribieron en una declaración 42 opositores cubanos. “Desde La Habana se diseña la estrategia para instalar el totalitarismo y se envían los agentes necesarios para concretar sus objetivos. El régimen chavista, plagado de corrupción y narcotráfico ha sido su aliado perfecto”, señalaron.
Los firmantes—entre los que se encuentran Berta Soler, Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer y Antonio Rodiles—destacaron que “Raúl Castro, Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, [el coronel e hijo del actual gobernante]Alejandro Castro deben ser responsabilizados por igual sobre la situación desastrosa que se vive en la nación hermana”.
Para la oposición venezolana este es un tema tan importante que en la declaración de rechazo al comentario del presidente Donald Trump sobre una opción militar en Venezuela, la Mesa de la Unidad señaló también que esa nación ha sido “intervenida militar y políticamente por Cuba no solo afectando nuestra soberanía e independencia, sino también constituyendo una de las principales causas de la violencia y la represión por parte del Gobierno”.
El viaje de Maduro para reunirse con Castro, inicialmente mantenido en secreto y solo confirmado por los medios cubanos el miércoles, apunta además a otra de las críticas frecuentes que ha recibido el gobernante venezolano: que actúa bajo la asesoría política cubana.
“Creo que la salida de la nueva Asamblea Nacional Constituyente fue fraguada en Cuba”, comentó el periodista y escritor Carlos Alberto Montaner. “Con la Constitución de 1999 no podían hacer una revolución comunista. Les hacía falta un modelo más hermético porque la experiencia del gobierno cubano es que si construyen un aparato de defensa del modelo político, ellos sobreviven”.
Castro recientemente felicitó a Maduro por la instalación de la Asamblea en una carta en la que sintetizó el consejo de su gobierno: resistir y apelar a la “unidad del pueblo”.
“La experiencia demuestra que cada acto de terror levanta la moral del pueblo, cada agresión lo hace más fuerte, cada golpe fortalece la unidad”, escribió Castro.
Castro pronosticó “días de fuerte lucha, de acoso internacional, de bloqueos, de limitaciones; pero también serán días de creación y trabajo para los revolucionarios y todo el pueblo venezolano que, como hasta hoy, no estará solo y nos tendrá a los cubanos, en la primera fila de la solidaridad militante y más comprometida con su causa”.
Para Cuba la estabilidad del gobierno de Maduro es vital pues Venezuela es su principal socio comercial y proveedor de combustibles a precios subsidiados, gracias a un acuerdo de intercambio de petróleo por servicios médicos firmado en el años 2000.
Aunque los suministros de petróleo han disminuido considerablemente desde el pico de 100 mil barriles diarios, Maduro sigue comprometido con cierto nivel de abastecimiento que ha impedido un colapso en la isla. Hasta cuándo podrá hacerlo, teniendo en cuenta la aguda crisis financiera que enfrenta su gobierno, sigue siendo una interrogante.
Mientras tanto, la oposición venezolana lleva años denunciando la presencia cubana. A partir de la consolidación de la alianza entre Hugo Chávez y Fidel Castro, Cuba amasó un considerable poder dentro de ese país, haciéndose del control de las cédulas de identidad y pasaportes así como de las redes institucionales de PDVSA y de ministerios públicos. En 2012, la entonces diputada María Corina Machado había pedido investigar al Grupo de Cooperación y Enlace (GRUCE) de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba dirigido por el General de División Ermio Hernández Rodríguez por su intervención en asuntos de competencia de la Fuerza Armada Nacional.
“Como dijo el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en una audiencia del Senado el 19 de julio [de este año], hay aproximadamente 15.000 militares y fuerzas de seguridad del régimen cubano que actúan ‘como un ejército de ocupación de Cuba en Venezuela’”, comentó el congresista por la Florida Mario Díaz-Balart.
“El mundo necesita conocer y enfrentarse a la ocupación de Venezuela por parte del régimen cubano”, continuó, “y necesita apoyar los reclamos del pueblo venezolano de democracia y los derechos humanos básicos”.
Sin embargo, el tema no ha sido abordado claramente por el gobierno estadounidense, pese a que ha impuesto sanciones a funcionarios venezolanos y está escribiendo nuevas regulaciones para prohibir los negocios con empresas cubanas controladas por los militares.
El Departamento de Estado declinó contestar preguntas sobre si el gobierno de Estados Unidos siente preocupación por la injerencia cubana en Venezuela y si ha tratado este asunto con países de la región con los que ha colaborado para presionar a Maduro. Pero en una entrevista reciente, el director de la CIA, Mike Pompeo, subrayó que la presencia cubana y de países hostiles como Rusia o Irán en Venezuela justificaba el interés de EEUU en la crisis de ese país.
“Los cubanos están allí, los rusos están allí, los iraníes y Hezbolá están allí. Eso es algo que pone en riesgo a nuestro país”, dijo Pompeo a Fox.
Para el abogado Jason Poblete, quien sigue de cerca la política estadounidense en el hemisferio, los intereses de Cuba de mantener los suministros de petróleo venezolano, están detrás de los esfuerzos del gobierno de La Habana de apuntalar a Maduro a toda costa.
“Cuba está interesada en proteger el petróleo. Si tú quieres resolver el problema venezolano, tienes que resolver el tema cubano”.

(De The Wall Street Journal) 

Mary Anastasia O’Grady
Asked on Friday about the deteriorating situation in Venezuela, President Trump said “I’m not going to rule out a military option.” But he has yet to articulate the geopolitical dimension of the Venezuelan crisis.
An Aug. 5 rebel raid on a weapons arsenal at Fort Paramacay, Valencia, suggests that factions of the armed forces are ready to break with strongman Nicolás Maduro. This is logical since rank-and-file military from middle-class families have been hit hard by food shortages. And some soldiers are constitutional loyalists. They have kept silent to preserve their careers, but they are surely unhappy. 
Venezuela’s civilian population, particularly in rural areas, is well-armed. With 80% of the country opposed to the Maduro regime, a fracture inside the military raises the odds that a popular rebellion might succeed. 
But the opposition has an uphill climb. Some of the army’s would-be rebels oppose Mr. Maduro only because they believe he sold out the revolutionary values of Hugo Chávez. If they prevail, the democrats get nowhere.
Consider also that although a counterrevolution threatens the status quo, it also presents opportunities for the dictatorship. The regime is likely to respond to an uprising by unleashing unprecedented repression. 
The opposition to Mr. Maduro also is up against an array of international antidemocratic forces. The cabal is run by Cuba on the ground but backed financially and strategically by Iran, Russia and Syria. These countries have been preparing for many years for a conflict that would establish Latin America’s “new world order.” They would also welcome the inevitable refugee crisis. 
The key to understanding the danger is to assess properly Venezuela’s vice president, Tarek El Aissami. He is close to Raúl Castro but also to Iran and Syria. 
I reported on Mr. El Aissami’s shady Middle Eastern connections in a 2014 Americas column. Back then he was governor of the Aragua state, where two companies owned by the Iranian military were engaged in secretive joint ventures with the Venezuelan military industry. 
Mr. El Aissami’s immigrant father is from Syria’s As-Suwayda governorate, a stronghold of Bashar Assad. The younger Mr. El Aissami maintains close ties to the area.
In 2003, before Mr. El Aissami was a governor, Hugo Chávez assigned him to work with Cuban intelligence to overhaul the Venezuelan immigration agency. Earlier this year I interviewed Misael López Soto, a former legal attaché in the Venezuelan Embassy in Iraq. He told me he left the job in 2015 because he objected to selling Venezuelan documents to people suspected of membership in foreign terrorist organizations. The regime pushed back against that claim, but CNN reported this April that six Venezuelans had been arrested for selling passports to Syrians. 
A former director of Venezuela’s immigration agency, Vladimir Medrano Rengifo, has asserted that Mr. El Aissami turned the office into a passport mill for Middle Easterners. Mr. Medrano told the Miami Herald in April that when he tried to detain and deport Syrians with irregular documents, Mr. El Aissami would not allow it: “He pressured us in an excessive manner so that these procedures would not be carried out and to let his ‘cousins,’ as he called them, pass.”
Mr. Medrano estimated that within one year Venezuela issued some 10,000 illegal passports. “Today we don’t know where these people are, nor what they are doing,” he said. “They could be anywhere in the world, traveling with Venezuelan documentation.”
During Mr. El Aissami’s 2007 stint as vice minister of the interior and then as minister of the interior from 2008-12, he created the Bolivarian National Police and took charge of training law enforcement. Joseph Humire, executive director of the Washington-based Center for a Secure Free Society, says field research suggests a high probability that Mr. El Aissami places his imported Middle Eastern extremists in Hezbollah-style training camps around the country. “Hezbollah/Iranian operatives turned Venezuelan police and military instructors” conduct arms, internal defense, and specialized technical training, he says. They also travel between Venezuela and the Middle East.
The ideology of Venezuela’s minister of defense, Vladimir Padrino López, is captured in a 2015 photo of him kneeling before Fidel Castro. But he is reputed to be even closer to the Kremlin. This January, Venezuela launched a series of civil-military exercises around the country, dubbed Plan Zamora, under the guidance of advisers from Iran, Russia and Cuba.
Russia supplies arms to Venezuela. In November the Kremlin sent new aviation and air-defense technology to Caracas. Reuters reported in May that Venezuela now has “5,000 Russian-made MANPADS surface-to-air weapons,” representing “the largest known stockpile in Latin America.”
Venezuelan democrats are ready to rebel. But they are starving, and also confronting an invasion by some of the world’s most experienced dictators. Perhaps the place for the free world to begin a rescue is to name the enemy. 
Write to O’Grady@wsj.com.


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