Wednesday, August 23, 2017

AHORA TRUMP ES RACISTA Y PRO NAZI

O fascista, según la oposición de los demócratas “progresistas” y algunos de su propio partido republicano que lo detestan. Hasta hace poco decían y aún siguen diciendo que ganó las elecciones con ayuda de Putin, ex jefe de la KGB de la extinta URSS y ahora Presidente de Rusia. 
Quedaron en ridículo en sus primeros intentos de acusar a Donald Trump de haber aventajado a su rival demócrata Hillary Clinton en las elecciones de noviembre pasado con fraude. Desistieron cuando en los Estados que ellos seleccionaron, los primeros recuentos arrojaron ventajas adicionales a...Trump.
Luego arreciaron con el tema de los rusos y aún funcionan tres comisiones en el Senado, la Cámara Baja y un Investigador Especial nombrado por el FBI. Han transcurrido más de ocho meses y no existe el menor vestigio de una prueba de las acusaciones, pese a los millones invertidos en los más caros abogados en el papel de sabuesos.
No se dan por vencidos. Ahora sacan a flote un argumento que esgrimían de tiempo atrás: que Trump es fascista, pro nazi y supremacista blanco. La  acusación tomó vuelo a raíz de los incidentes en Charlotteville, Va, entre grupos filo nazis y opositores, a causa de lo cual murió arrollada una mujer joven.
El Presidente denunció la violencia, pero la oposición y los medios dijeron que la le faltó enfatizar la crítica a los supremacistas blancos, dado que el autor del arrollamiento pertenecía a ese grupo. El lunes subsiguiente al día de la tragedia, Trump les complació condenando con nombres a los grupos extremistas neonazis, al Ku Klux Klan y otros.
Fue al día siguiente que Trump aceptó preguntas de los reporteros, en una reunión convocada para anunciar un proyecto de revitalización de la infraestructra del transporte en el país. En el borrascoso intercambio de preguntas, quedó incompleta la frase del Presidente cuando dijo que en uno y otro lado podía haber gente decente.
Lo que quiso decir es que entre los que organizaron la manifestación en Charlotteville había no solo neonazis, sino gente que protestaba por la decisión de demoler la estatuta del general Robert E. Lee, comandante de las fuerzas del Sur en la Guerra Civil, ubicada en un parque de esa ciudad desde hace mucho tiempo. 
De ese desliz se aprovecharon los anti Trump para condenarlo de pro nazi y protector del movimiento supremacista blanco. Anoche en Phoenix, Arizona, el Presidente volvió sobre el tema y releyó sus declaraciones de repudio inequívoco al racismo contenidas en los tres días de la polémica. Aunque pasó por alto explicar el “gaffe” o error de su frase inconclusa.
Como en el caso de la supuesta intervención rusa para llevar a Trump a la Casa Blanca, nadie puede explicar por qué él es fascista o pro nazi. Ni siquiera han llegado a definir qué entienden ellos por fascismo o nazismo. Quizás no lo hacen a sabiendas de que el nazifascismo busca el control absoluto del poder, con anulación de las libertades individuales.
En ello se identifica el nazismo con el marxismo y hay estudios ("The Big Lie: Exposing the Nazi Roots of the American Left" by Dinesh D´Souza) que prueban que el nazismo surgió de comunistas alemanes defraudados por la forma cómo evolucionaba el marxismo de Lenin. Trump ganó la Presidencia porque en su campaña prometió restaurar los principios esenciales de este país sobre la división de poderes, vulnerados precisamente en los últimos años con el “progresismo” de gobernantes demócratas.
Los demócratas le tachan a Trump de racista, pero el racismo es algo inherente a ese partido que defendió a la esclavitud, que creó al Ku Klux Klan y obstruyó permanentemente los esfuerzos para terminar con la segregación de los negros, hasta muy avanzado el siglo XX. 
¿Cuáles son las pruebas del racismo o pro nazismo de Trump? No existen. Su hija Ivanka se convirtió al judaismo para casarse con un judío. Varios judíos prominentes son sus asesores o integran su gabinete. Tiene excelentes relaciones con Israel. Es pro vida, a diferencia de los demócratas que veneran a Planned Parenthood, creada por Margaret Sanger para eliminar a negros, morenos en general y discapacitados, lo cual inspiró a Hitler.
¿Hasta cuándo se prolonga la frustración demócrata por la pérdida de Hillary? Ese insensato capricho, pueril, tiene paralizado al Congreso y absorbe la atención de los mayores medios de comunicación mientras siguen pendientes de trámite proyectos de fundamental importancia como los relativos a la salud, la reducción de impuestos, la infraestructura vial, la seguridad de las fronteras.
Es de confiar que lo que ocurre en el frente interno, no se refleje en el frente externo. Trump anunció un plan claro para derrotar al terrorismo islámico radical, que se ha prolongado por más de 16 años por la falta de voluntad política para alcanzar la victoria. Para lograr ese objetivo, urge una actitud más reflexiva, madura y patriótica de parte de la oposición.

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