Tuesday, December 10, 2019

ATENTADO PUERIL Y VERGONZOSO

El partido demócrata ha concluido el ciclo previo al "impeachment" o interpelación y remoción del Presidente Trump, presentando dos cargos llamados artículos que no justifican el proceso previsto en la Constitución.
Los cargos están contenidos en lo que se conoce como Artículos del Impeachment, que deberán ser aprobados por la Cámara de Representantes antes de pasar a juicio del Senado, que para ello deberá estar presidido por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Los cargos o artículos son dos. El primero habla de "Abuso del Poder" y el otro de "Obstrucción del Congreso". La Constitución faculta al Congreso recurrir al impeachment solo en caso de que haya pruebas de que el mandatario haya cometido traición o delitos de muy alta consecuencia para los intereses del Estado.
El supuesto abuso del poder, según los demócratas, surge de una llamada telefónica de Trump en julio pasado al Presidente Zelensky de Ucrania, de congratulación por su reciente elección. Los demos afirman que Trump le pidió que hostigue y enjuicie a Joe Biden, el Vicepresidente de Obama cuyo hijo Hunter hacía negocios turbios en Ucrania en 2016.
Hunter, sin experiencia, obtuvo un cargo en la petrolera Burisma con 83.000 dólares mensuales, sin ninguna experiencia en el negocio y aparentemente por influjo de su padre. Burisma estaba acusada de corrupción y cuando el fiscal general quiso investigar, Joe Biden intervino y presionó públicamentre para que se lo destituya, de lo cual hay clips de TV.
En esa época el anterior gobierno ucraniano conspiró con Obama y Hillary en contra de Trump, de lo cual hay constancia en los diarios de uno y otro país. Fue a eso a lo que se refirió Trump cuando pidió a Zelensky que indague sobre las acciones corruptas de los Biden y los nexos con la farsa de la supuesta "colusión rusa" que habría llevado a Trump a la Casa Blanca de la mano de Putin.
La Comisión Moeller consumió casi 40 millones de dólares para pagar a unos 17 abogados demócratas en la investigación de casi tres años sobre la colusión y los resultados dejaron indemne a Donald Trump. El tema ruso no ha desaparecido para ellos y lo han tratado de revivir con Ucrania.
El "abuso de poder" lo vinculan con la supuesta presión de Trump sobre Zelensky contra su enemigo o rival político Biden para las elecciones de noviembre del 2020. En julio pasado, Biden era uno de los primeros pre candidatos presidenciales demócratas, que llegaron a más de una veintena después y que ahora se han reducido. Las primarias para escoger al candidato final se realizarán entre febrero y junio del año próximo.
¿Alguien cree tan estúpido y débil a Trump como para que pida socorro al jefe de Ucrania para que le "ayude a ganar" la reelección en el 2020? Para comenzar, en la transcricpión de la conversación telefónica jamás el Presidente menciona a los comicios del 2020 ni nunca alude a Biden como rival. En el 2015/2016 se enfrentó a 17 precandidatos republicanos mucho más sólidos y los derrotó y luego a la Hillary. Biden luce hormiga frente a él.
A más de "abuso del poder" los demos hablan de "obstrucción". Lo dicen porque el Presidente se negó a autorizar la presencia de algunos testigos y entregar ciertos documentos en uso de sus derechos constitucionales. Si el Congreso discrepaba de ese criterio era la Corte Suprema de Justicia la otra rama que tenía que decidirlo. Pero el presidente del Comité de Inteligencia encargado de los interrogatorios Adam Schiff dijo que eso podía demorar ocho meses o más "y no cabía esperar tanto..."
La negativa presidencial de fondo es lo viciado del precedimiento del impeachment desde su origen. Según la Constitución, la decisión de hacerlo es de tanta gravedad y responsabilidad que no cabe hacerlo por facciones, esto es, de manera unipartidista. Ni un solo republicano se ha adherido al proceso. Ni uno solo de los principales testigos solicitados por los republicanos ha sido aceptado por la dirigencia demócrata.
Los artículos del Impeachment es probable que sean aprobados por la Cámara de Representantes, por mayoría demócrata. Pero en el Senado la mayoría es republicana y allí se estancará, no sin antes ser llamados muchos de los testigos clave negados por la otra cámara y que harán revelaciones comprometedoras contra los ahora acusadores.

Friday, November 1, 2019

CÓMO TUMBAR A TRUMP

En algunos países latinoamericanos se ha puesto de moda organizar feroces motines para intentar tumbar gobiernos elegidos por voto popular, supuestamente con el financiamiento cubano venezolano. En los Estados Unidos los demócratas están ensayando otro método de golpe de Estado: esta vez con la ficción del "Impeachment".
El impeachment es una interpelación que la inicia la Cámara Baja o de Representantes del Congreso al Presidente de la República por presuntos graves delitos de lesa Patria como traición y similares. La acusación debe plasmarse en Capítulos del Impeachment que pasan a estudio y resolución del Senado, que para el efecto lo preside el Presidente de la Corte Suprema de Justicia.
El objetivo del Impeachment, en caso de culpabilidad, es decidir la destitución del Presidente. Tan complejo paso debe ajustarse a normas. Por ejemplo, que la aceptación de presunta culpabilidad del Jefe de Estado sea de la Cámara, no de una facción y ello solo se refleja si se somete a votación la iniciación de los interrogatorios conducentes a la redacción de los Capítulos.
Nada de eso ha existido en el caso del actual Impeachment a Trump. El asunto se inició con una acusación de Nancy Pelosi, que preside la Cámara de mayoría demócrata, acerca de una conversación del Presidente con su homólogo de Ucrania sostenida en julio pasado. Pelosi dijo,  sin documentarlo, que Trump presionó al Presidente Volodomyr Zelensky a que investigue negocios turbios del ex Vicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter en ese país.
Esa es la raíz del "escándalo" armado por el partido demócrata progresista y sus aliados los principales medios de comunicación audiovisual para tratar de desestabililzar y a la postre destituir a Trump con la maniobra del Impeachment. Pero el Presidente destrozó el intento desde el comienzo al hacer pública la versión oficial del diálogo con el líder ucraniano en el cual con claridad se revela que toda alusión a Biden se refería al 2016 y no al 2020, año en el cual habrá nuevas elecciones presidenciales.
Trump busca reelegirse en noviembre próximo y Biden es uno de los varios precandidatos demócratas que le disputarán. Pero él ha dicho que Biden no le preocupa como rival y que, en todo caso, jamás habría pedido ayuda a Ucrania para el 2020. Lo que le interesa y por mandato legal es establecer la verdad sobre la maniobra aparentemente originada en Ucrania en el 2016 sobre la "colusión rusa".
Fue con Obama y la CIA y FBI a su mando que se fraguó la leyenda de la colusión que consumió casi 40 millones de dólares y el pago a 16 costosos abogados demócratas para investigar por casi tres años si en verdad Putin conspiró contra Hillary Clinton para llevar a Trump a la Casa Blanca. Todo resultó falso con gran pérdida de dinero y tiempo y desvío de atención. 
Algo similar ocurrirá con este sustituto de "coup d´etat" cantinflesco que quizás no llegará ni siquiera a ser aceptado para estudio del Senado por carecer de validez de un cargo para el "impeachment". Tras la denuncia de Pelosi y la publicidad del diálogo de los presidentes, surgió un "whistleblower", o soplón denunciante de acciones contrarias a los intereses públicos de altos funcionarios, que pretende sostener que Trump si presionó para que la imagen de Biden sea perjudicada con miras a los comicios del 2020.
El alegado quid pro quo no tiene basamento y aún si asi fuere, no constituiría en si mismo causal de "impeachment". Pelosi y sus áulicos se empecinan en mantener secreto el nombre del whistleblower, que se entrevistó sin  embargo con Adam Schiff, jefe del Comité de Inteligencia que inició en secreto los interrogatorios, sin permitir participación de los republicanos.
A último momento, Pelosi pidió votación para el proceso. Ni un solo republicano la apoyó y dos demócratas se rebelaron. El proceso en esas condiciones debió haberse suspendido y archivado porque el Impeachment corre legal y políticamente si así lo acuerda la Cámara en su conjunto, no una facción. En el caso de la interpelación de Richard Nixon y Bill Clinton los dos procesos comenzaron con amplio consenso bipartidista.
La situación hoy es vergonzosamente distinta. Si el proceso avanza en la Cámara de Representantes por la tozudez de Nancy Pelosi, será entonces en la Cámara del Senado donde deberá hallar su sepultura al momento de arribar.

Tuesday, October 15, 2019

MÁS PARECE UN LINCHAMIENTO

El proceso para enjuiciar y destituir al Presidente Donald Trump  está desarrollándose en la Cámara de Representantes del Congreso Nacional con tanto secretismo que más que "impeachment" está pareciéndose a un "lynching".
La Constitución de la República dispone que dicha Cámara puede iniciar ese juicio siempre que haya presunción de delitos muy graves de parte del mandatario, como traición y sobornos y siempre también que exista acuerdo entre las facciones partidistas.
Ello se cumplió en los tres casos previos de impeachment con Andrew Jackson, Richard Nixon y Bill Clinton. Con Trump, sin embargo, la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi dice que no será necesario votar si procede el juicio y ha ordenado que se llame a testigos sin participación republicana.
Esa conducta contraviene normas fundamentales del Derecho, que estipula que el acusado puede y debe cuestionar a sus acusadores y testigos en defensa propia. Ello rige para cualquier caso menor, máxime en tratándose de despedir a un Presidente legítimamente elegido, lo cual sin el debido proceso equivaldría a un golpe de Estado.
Los diputados republicanos no han podido exponer en la Cámara que el cargo de impeachment no tiene validez. Se le acusa al Presidente de haber llamado telefónicamente en julio pasado al Presidente de Ucrania Zelensky para pedirle que investigue al ex vicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter por negocios turbios en ese país, con el supuesto ánimo de dañar su candidatura presidencial para el 2020.
Los Biden hicieron negocios multimillonarios en Ucrania y Trump quería y quiere averiguar si cuando ambos viajaron a ese país en el 2013 estuvieron vinculados con la trama que se fraguó sobre la llamada "Russian collusion", según la cual los "camaradas" habrían intervenido en las elecciones del 2016 para ayudar a Trump el plutócrata a derrotar a Hillary Clinton la socialista.
Pero Trump destruyó la coartada al ordenar que se desclasifique la conversación suya con Zelensky. En ella no hay ninguna presión para destruir a Biden con miras a los comicios del 2020 en los cual Trump busca ser reelecto, ni menciona para nada la entrega o no de fondos pre asignados de ayuda militar a Ucrania.
Pelosi, acorralada al igual que Adam Schiff, jefe del Comité de Inteligencia encargado de los interrogatorios, elude contestar las preguntas clave sobre incorrecciones del proceso e inclusive  anuncian que no llamarán al "whistleblower" o soplón de segunda mano que dio una versión falsa del diálogo de los Presidentes. Sin la presencia de dicho personaje, el sainete montado por los demócratas se desmoronaría.
El proceso, no obstante, acapara la atención pública merced a los amplios espacios que la prensa, radio y TV, aliados a la campaña anti Trump, dedican al tema sin pausa y sin opción a pensamientos divergentes. Un reportero audaz, que representa a "Veritas", hizo una grabación secreta de reuniones de trabajo del jefe de CNN con sus reporteros.
Al inicio de la jornada, se observa cómo les instruye cuál debe ser el objetivo de los reportajes para el día: destruir la imagen de Trump y su equipo e ignorar cualquier logro que le favorezca. Veritas hizo otro reportaje similar sensacional revelando cómo Planned Parenthood negociaba en un restaurante la venta de partes humanas de los fetos que a diario "cosechaba" la institución (financiada por el fisco).
El caso de la "colusión rusa" demoró casi tres años, costó unos 43 millones de dólares y resultó un fiasco, pese a los 18 abogados sabuesos que escudriñaron todos los recovecos posibles en la vida y milagros de Trump. Se ignora si los demócratas perseverarán en esta farsa del impeachment, que ha impedido a la Cámara y al Congreso un trabajo productivo en salud, infraestructura, impuestos, tratados comerciales, seguridad de fronteras.
Si de todos modos la Cámara aprueba los Artículos del Impeachment, en el Senado de mayoría republicana es probable que el proceso se estanque y termine en el archivo. A menos que los demócratas se ingenien algo que convierta al impeachment en un lynching o linchamiento, que para ello tienen la experiencia que adquirieron tras la Guerra Civil, con la ley Jim Crow y el desprecio contumaz por la Constitución que han evidenciado tantas veces.

Thursday, October 3, 2019

¿SON ESTÚPIDOS LOS ANTI TRUMP?

La "resistencia" a Trump se está quedando sin argumentos válidos para su "impeachment" o juicio político para destituirlo, a punto tal que su comedia va camino de convertirse en una farsa en la cual los demócratas están apareciendo como una partida de estúpidos.
Primeramente la líder demócrata Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara de Representantes, se opuso a un impeachment que los elementos más radicales de su partido le exigieron que iniciara tan pronto ellos obtuvieron mayoría de la Cámara en 2018.
Con apego a la ley y la tradición, Pelosi dijo que no cabía lanzarse a un impeachment si no existía acuerdo bipartidista y si los cargos lo justificaban. Tales cargos contra el Presidente son de supuesta traición, soborno o graves delitos por abuso del poder, los cuales deben ser especificados por el Comité Jurídico.
Para comenzar la indagación, se precisa someterla a votación, lo cual Pelosi ha pasado por alto para evitar el indispensable aporte de la contraparte republicana. En consecuencia, la indagación se hará solo con requerimientos de la parte demócrata acusadora y no a través del Comité Juridico que preside Jerry Nadler, quien sigue otra vía orientada hacia el mismo fin de  un impeachment.
La motivación del impeachment orquestada por Pelosi es una conversación telefónica de Trump con el nuevo Presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky, en julio pasado. Acababa de suceder al corrupto Petro Poroshenko tras una campaña basada precisamente en una promesa contra la corrupción.
Pelosi argüía que Trump llamó a Zelensky para presionarlo a que investigue y sindique al ex Vicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter por negocios fraudulentos en ese país, so pena de cancelar ayuda militar. La intención supuestamente era debilitar a Biden para las elecciones presidenciales del 2020, acaso por considerarlo el pre candidato de mayor peligro para su reelección.
Toda esta leyenda dijo Pelosi se la conocería gracias a un "whistleblower" (denunciante que cuenta con amparo legal) cuya denuncia se sabría más tarde. Pero su acusación se desplomó cuando Trump hizo pública la transcripción del diálogo con Zelensky en el que se constata que el único objetivo de la llamada fue felicitarlo por lo victoria y alentarlo por el buen éxito de la gestión.
Fue el líder ucraniano quien mencionó a Biden y a su hijo y ofreció cooperar en las investigaciones para hallar los nexos de la fracasada Misión Moeller sobre la colusión rusa que la "resistencia" demócrata dijo existió para favorecer a Trump frente a Hillary Clinton en las elecciones del 2016. Entonces Zelensky citó al Fiscal  General Bill Barr y al abogado del Presidente, Rudy Giuliani, para que aporten en la investigación sobre los albores de la supuesta colusión rusa.
En ningún momento hubo amenaza de suspensión de ayuda militar ni de otra índole y jamás se mencionó nada respecto a los comicios del 2020. Resulta ingenuo suponer que Trump buscara ayuda de Ucrania para sumar votos para la reelección: ¿cómo? ¿con donaciones?¿alterando resultados en las urnas?¿con coimas? ¿en las redes sociales, con avisos?
De otro lado, nada ni nadie podía garantizar en julio pasado que Joe Biden sería el elegido en las primarias demócratas, cuyos resultados se sabrán en junio del próximo año. A Bernie Sanders, uno de los punteros de la campaña, le sobrevino un problema cardíaco con sus 78 años de edad. Biden tiene 76 años de edad y su salud no es muy sólida. ¿Por qué Trump iba a arriesgar tanto por él en el affaire Ucrania?
Lo cierto es que los demócratas progresistas, aliados con la prensa mayoritaria que hace tiempo ha dejado de ser profesional, han estado al acecho de Donald J. Trump desde el momento mismo de su victoria en noviembre del 2016 a la espera del menor desliz para tratar de socavarlo y hundirlo. Es algo milagroso que no lo hayan logrado con semejante muralla de desinformación y calumnia.
Hillary y sus aliados de la "resistencia" progresista idearon la mentira de la colusión rusa con el dossier del espía británico Christopher Steele y tras casi tres años y 43 millones de dólares fracasó. Luego hubo varios intentos para boicotear sus nombramientos para la Corte Suprema de Justicia y otros jueces, para la seguridad de las  fronteras, etc. 
Ahora se han inventado lo del "whistleblower" que terminará siendo con seguridad otro gran fiasco, para sanidad de la nación y para oprobio de un partido que está anegado cada vez más en las mentiras.

Wednesday, September 25, 2019

¿SUICIDIO POLÍTICO COLECTIVO?

Los dirigentes del partido demócrata, desesperados por su impotencia ante la eficiencia y popularidad del Presidente Donald J. Trump, a quien ven imposible evitar que sea reelegido en los comicios del 2020, han resuelto iniciar el proceso de "impeachment" o enjuiciamiento político en el Congreso para intentar destituirlo.
Es una maniobra que no tiene sustento legal ni político y que con seguridad no tomará cuerpo ni siquiera en el momento inicial de ser sometida a votación en la Cámara de Representantes. El llamado al "impeachment", para comenzar, no fue tal sino que se lo hizo  para establecer si hay o no lugar a cargos contra el Presidente para el impeachment.
El llamado lo hizo ayer la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, no obstante que previamente el presidente de la comisión judicial de la Cámara, Jerry Nadler, había iniciado trámites e interrogatorios orientados al mismo fin del impeachment. Peor aún, Pelosi dijo que el enjuiciamiento a Trump urgía al saberse que dialogó con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
Según un "whistleblower", o denunciante protegido, que reveló dicho diálogo, Trump habría forzado a Zelensky a que ahonde la investigación de un negociado fraudulento del hijo del ex-vicepresidente Joe Biden y ahora pre candidato presidencial, para que obtenga un contrato con una petrolera ucraniana con un sueldo de 50.000 dólares mensuales  y una suma multimillonaria adicional.
Joe Biden y su hijo Hunter presionaron al anterior gobierno de Ucrania a que cancele al Fiscal de entonces opuesto al negociado y luego viajaron a China para sellar otro negociado por 1.500 millones de dólares. Estas peripecias ocurrieron años atrás durante el régimen de Obama, pero la prensa demócrata pro Obama lo ocultó.
Pelosi, sin conocer aún el texto del diálogo de Trump con Zelensky de julio pasado e ignorando a Nadler, dio paso al inicio del impeachment. Pero Trump hizo pública hoy la versión escrita de la conversación, previa la venia de Zelensky. En ningún acápite hay presión alguna que denote interferencia o condicionamiento y así lo confirmó hoy en rueda de prensa el propio mandatario ucraniano en Nueva York.
En suma, ocurre que Trump llamó a Zelensky para felicitarlo por su victoria y para desearle buen éxito en su cruzada contra la corrupción que heredaba de su antecesor. Dentro de ese tema, le pidió que revisara la conducta de los Biden y las acusaciones de acciones inapropiadas, lo cual en alguna forma se ligaba con la investigación de Moeller sobre la fallida acusación de colusión rusa contra Trump fraguada por los demócratas y que resultó totalmente falsa.
En todo caso, los cargos para aceptar un impeachment en el Congreso deben traducirse en artículos planteados por la Cámara de Representantes, en el supuesto de que el Presidente haya cometido un delito mayor, un crimen de corrupción o de traición a la Patria. Difícilmente podría encasillarse en alguno de esos cargos el pedir que se investigue la conducta fraudulenta de un ex Vicepresidente de la República, en una nación que justamente acababa de elegir a alguien que, como Trump, se había comprometido a combatir la corrupción. 
(Una vez aprobado el impeachment en la Cámara, el Senado tiene que aprobarlo con mayoría de 2/3, presidido por el presidente de la Corte Suprema de Justicia)
Los demócratas progresistas siguen bloqueados mentalmente frente a la realidad de la victoria de Trump en el 2016. Lo quieren derrocar a como de lugar. Con el Informe Moeller fracasaron e igual ocurrió con el boicot en dos etapas a Kavanaugh, el juez de la Suprema. En la campaña para el 2020 sus candidatos no aciertan a idear una oferta original y se limitan a las utopías e insultos.
El resultado es que la popularidad de Trump aumentó ayer al 52% y es probable que suba más tras el fracaso de la charada del "impeachment" o juicio político del Congreso. Este último intento de los demócratas más parece un suicidio político resultado de la angustia colectiva de un partido que zozobra a la deriva.

Tuesday, September 17, 2019

ACABAR CON LA REPÚBLICA

Esa sería la consecuencia de triunfar alguno de los candidatos presidenciales demócratas en las próximas elecciones del 2020: la paulatina e irreversible extinción de la República, tal como fue ideada y estucturada por los Founding Fathers de esta Nación, o Padres de la Patria, allá por los años 1776 y 1778.
El principio que inspiró a los Fundadores fue garantizar las libertades individuales mediante la formación de un gobierno por consenso, el cual se encargaría de crear las leyes apropiadas para organizar la sociedad alejada del peligro de las tiranías contra las cuales se había librado la gran lucha independentista.
En un momento sin par para la historia, mentes lúcidas convinieron en delegar el poder popular en tres ramas que estuviesen en constante vigilancia mutua, para evitar que cualquiera de ellas se excediese en sus atibuciones y rompiera el equilibrio en desmedro de las libertades colectivas e individuales.
Los principios fundamentales quedaron plasmados en la Declaración de la Independencia y su aplicación social y política se plasmó en la Constitución, tras intenso debate que duró dos años entre los congresos y los intelectuales y políticos de las 13 Colonias independizadas de la monarquía de Jorge III. Esa Constitución no se ha quebrantada en 242 años de vigencia y ha recibido solo 27 enmiendas.
Estados Unidos ha probado con ello ser una nación de leyes, único ambiente propicio para la prosperidad en libertad. Esas cualidades la han convertido en la mayor potencia económica, política, cultural  y  militar del mundo y todas las naciones que han imitado su sistema son ahora prósperas. Mientras más centralistas y autoritarios los regímenes, mayor la miseria y opresión de sus pueblos.
Los demócratas, ahora encasillados como "progresistas" creen que la Constitución de 1778 es obsoleta. No han querido respetarla desde tiempo atrás. Cuando Lincoln juzgó que había que aplicarla a profundidad en uno de sus aspectos más sensibles, la abolición de la esclavitud, los demócratas se opusieron. Se desató la Guerra Civil y 600.000 murieron.
Los frutos de la Guerra en pro de la igualación de los esclavos, implícita en la Declaración y la Constitución, hallaron una muralla en los demócratas primero con el asesinato de Lincoln y luego la obstrucción al voto, a otros derechos, la Ley Jim Crow y similares vallas segregacionistas que se prolongaron hasta muy avanzado el siglo XX.
Los demócratas de hoy ya no creen en el gobieno por consenso. Sino en el Ejecutivo fuerte. Poco a poco lo han ido logrando con la presión sobre el Congreso para que ceda su poder de legislar en favor del Estado Administrativo que mediante Comisiones legislan, ejecutan y juzgan. Similar cesión de poder se ha dado a las Cortes que ya no solo juzgan y dirimen, sino que legislan.
Los demócratas progresistas están convencidos de que el Ejecutivo debe promover los cambio hacia una directa redistribución del ingreso. Todos los candidatos presidenciales los proclaman. Dentro de esa proclama, abogan por la atención médica estatal gratuita, el perdón a la deuda de los estudiantes, el levantamiento de las fronteras, el indulto a los inmigrantes ilegales. Todas propuestas anticonstitucionales.
Unas veces anuncian que los servicios "gratuitos" serán pagados con fuertes impuestos a los más ricos, otras ocasiones omiten decirlo cómo, otras simplemente dicen que el Estado "lo financiará". Ligan estas "obras sociales" con la necesidad de defender el medio ambiente prohibiendo la explotación petrolera y el uso de los plásticos y todo transporte movido por sus derivados.
Son chifladuras que en el fondo invocan el retorno a sistemas políticos superados con la Revolución Americana. Los demócratas de hoy quieren lograr cambios culturales y políticos no "por consenso", como estipularon los Fundadores, sino por otras vías. El aborto es práctica "legalizada" por  decisión condicionada de la Corte Suprema de Justicia, igual que la aceptación del matrimonio homosexual y el Obamacare.
Ahora pretenden borrar las fronteras, que se institucionalice que  ciudades y Estados protejan como "santuarios" a los inmigrantes ilegales acusados de crímenes, que voten los indocumentados, que haya juicios políticos para destituir jueces de la Corte Supreama sin cargos probados, que se suprima la policía de fronteras, que se borre la elección presidencial mediante Colegio Electoral.
Los "progresistas" se han tomado los principales medios de prensa y TV, controlan los sindicatos de profesores de escuelas y colegios, la academia es de ellos e igual la Cámara de Representantes. Solo un líder de la envergadura de Trump ha podido enfrentar con ventaja esa muralla de desinformación y odio que representan. En noviembre del 2020 se  comprobará si nuevamente sale victorioso y si es así, la República de los "Founding Fathers".

Wednesday, August 14, 2019

ODIADO POR ACOGERSE A LA LEY

Las sociedades mejor organizadas son las más prósperas. Y las mejor organizadas son aquellas que han acordado sujetarse a un patrón de conducta delineado por leyes y regulaciones que todos se han comprometido a respetar para lograr una convivencia armónica y feliz.
Lo contrario es el caos, la anarquía, la incertidumbre, la corrupción y el abuso. Los países más pobres o subdesarrollados son aquellos en los cuales el irrespeto a la ley es la característica común. La anarquía deviene en caos y el caos se interrumpe por lo general con otros regímenes que no dan soluciones de fondo.
La solución de fondo, la trascendente, es establecer un sistema de gobierno que garantice la convivencia pacífica basada en el respeto a la ley, que todos se comprometen a respaldar porque esas leyes no son impuestas por monarquías o dictaduras, sino por  consenso del pueblo a través de sus representantes elegidos libremente.
Ese sistema es el que rige en los Estados Unidos desde 1776 y ha funcionado eficientemente. Su Constitución ha sido enmendada pero nunca quebrantada. Sus 13 Colonias iniciales se transformaron en 13 Estados Federales a los que se añadieron otros 37 Estados, no por la fuerza de las armas sino por la adhesión de sus habitantes a los principios de libertad de la Constitución. 
En noviembre del 2020 se celebrarán elecciones presidenciales y Donald J. Trump, actual Presidente republicano, buscará ser reelegido. Su plataforma es simple. Quiere seguir restaurando la vigencia plena de la Constitución de 1778, que para muchos de sus partidarios está siendo debilitada por parte del partido demócrata progresista.
Por esa promesa, la de querer cumplir con la ley y la Constitución, el actual mandatario ha sido y sigue siendo víctima de la más virulenta campaña de insultos y calumnias que se inició el día primero de su campaña en junio del 2015, cuando dijo que evitaría el libre flujo de la inmigración ilegal.
Mencionó que entre los inmigrantes que acceden furtivamente por la frontera sur se filtran traficantes de drogas, otros delincuentes y mercaderes de seres humanos. La oposición, incluídos la mayoría de la "gran prensa", lo acusó de enemigo de los inmigrantes y de calificar a "todo inmigrante latinoamericano" de criminal y traficante de droga.
Lo que quiere Trump y la mayoría del pueblo es que se respete la ley. Quien desee inmigrar tiene que solicitar su ingreso según las normas legales. Las "fronteras abiertas" que invocan los demócratas son contrarias a la seguridad nacional y están prohibidas por la ley. 
Trump también desea que se respete la ley en el plano internacional. Con la OTAN había el compromismo de que los países aportaran al menos con el 2% del PIB para el presupuesto y les pidió que lo hicieran, so pena de alguna retaliación. La oposición se escandalizó, pero prevaleció la cordura y ahora la OTAN está refinanciada según la ley sin la carga injusta sobre los Estados Unidos.
Se empeñó también Trump en revisar acuerdos comerciales que no se ajustaban a la ley. Con China principalmente, que ha robado sistemáticamente patentes de los Estados Unidos desde la época de Jimmy Carter y que ha manipulado su moneda y otras regulaciones prohibidas por la Organización Mundial del Comercio, generando un déficit comercial en contra de USA de más de 500.000 millones de dólares por año.
La batalla comercial con China, que no la inició Trump y que la quiere detener hasta lograr un trato recíproco en las relaciones, no ha terminado. El Presidente ha utilizado el arma de las tarifas para presionar al dictador Xi. Las discusiones son arduas y China ha comenzado a sufrir el impacto en su economía, mientras que la de Estados Unidos se robustece frente a las del resto del orbe.
Cuando parecía que finalmente Xi cedería y anunciaría que rectificaría su política frente a los Estados Unidos, dio marcha atrás por lo que Trump impuso más tarifas a las importaciones por un equivalente de mercadería por 300 billones de dólares a partir del primero de septiembre. Al parecer Xi esperaría hasta conocer los resultados de las elecciones del 2020 con la esperanza de que Trump no sea reelecto.
Trump acaba de suspender la aplicación de tarifas a la importación de varios productos de China, como eTablets y similares, muy populares para la época navideña. Con las tarifas, dichos productos podrían encarecerse si China no reduce los precios o podrían escasear en el mercado si el importador no quiere importar el producto más caro si China no baja los precios.
En todo caso la "guerra comercial" no es un capricho de Trump, es el deseo de que se cumplan las leyes nacionales e internacionales del comercio ignoradas por sus antecesores en la Casa Blanca. La Bolsa de Valores puede caer 800 puntos o más, pero la razón está del lado de Trump y terminará por prevalecer, antes o después de su reelección. 

Sunday, August 4, 2019

DE GOOGLE Y POLICíAS

Google es la invención de un grupo de jóvenes norteamericanos que ha generado una de las más espectaculares revoluciones en el mundo del conocimiento y de las comunicaciones en todo el orbe.
Por la vía del Internet ha facilitado el intercambio de información de manera instantánea entre personas y corporaciones ubicadas a corta distancia o en lugares remotos, a costos ínfimos. Y permite, además, efectuar transacciones y acceder a datos que antes requerían demorados trámites.
Google es el núcleo formativo de las llamadas "redes sociales" con las cuales la gente ahora se comunica directamente entre sí sin el escollo de la censura de los habituales medios de comunicación, lo que inclusive ha dado lugar a excesos lindantes con la calumnia, la pornografía, el espionaje y recolección ilegal de datos.
En este aspecto, ha surgido la preocupación particularmente por parte de los partidos políticos, en especial de los republicanos y en general del ala conservadora. Se acusa a Google, Facebook, Twitter entre otros de censurar los mensajes de tendencia conservadora como las contrarias al aborto y al matrimonio homosexual, por ejemplo.
Se lamenta que medios de tanto influjo sean en contraste tan abiertamente partidistas en favor del "progresismo" y demandan que se ponga freno a tal situación mediante la interención del gobierno y concretamente del Congreso Federal para que dicte una ley restrictiva anti monopolio.
Aparentemente se han convertido en gigantes de tal envergadura que absorben el mercado de las redes sociales en su totalidad. Recuerda este caso el de la Standard Oil de New Jersey forjada por Nelson Rockefeller que llegó a producir, vender y manejar toda la industria concerniente al petróleo sin lugar a competencia hasta 1911.
En ese año la Corte Suprema de Justicia, cuando Theodore Roosevelt era Presidente de la República, aplicó la Ley Sherman Anti Monopolio de 1890 y disolvió a la Standard Oil Company, que se dividió en varias subsidiarias. ¿Será eso aplicable a las compañías como Google y demás y sus  derivaciones?
Es probable. Una ley restrictiva sería improbable pues las compañías son privadas y cualquier ciudadano tiene el derecho constitucional de utilizar un medio para expresar sus preferencias por un partido o ideología libremente, sin injuriar ni calumniar. La alternativa a quienes se sienten ignorados o diferidos por estas supercompañías  sería pues acudir a otros medios alternativos.
¿Será eso factible? Existen otras alternativas a Google como Bing, DuckDuckGo, Yahoo, pero la mayoría aún dista de ser competitiva. Pero Bing pertenece a Microsoft, de ideología izquierdista afin a Google. ¿Acaso disolver a Google para dar opción a accionistas conservadores a intervenir en las potenciales células subsidiarias divididas? Parece utópico. ¿O que inversionistas multibillonarios creen otro medios rivales? Quizás.
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Con insistencia se han difundido por TV imágenes de jóvenes y niños lanzando baldes de agua a policías uniformados en barrios de Nueva York y Baltimore. Los locutores protestan insistentemente por la falta de respeto a los gendarmes y reclaman sanciones a los atacantes y mayor firmeza a las autoridades policiales. Pero nadie se queja de la cobardía de los policías humillados.
Desde luego es censurable la agresión. Pero es censurable también que los "agentes del orden" no reaccionen con firmeza y autoridad para impedir la agresión. Si temían una reacción colectiva de la gente, pues bien podían pedir respaldo por radio a sus colegas. 
Las autoridades superiores harán bien en tratar de ubicar a la gente que irrespetó a los policías para reprenderlos, pero igual deberán sancionar a estos gendarmes por su humillante conducta, a fin de que no vuelva a repetirse.
                                            

Monday, July 29, 2019

LOS DEMOS SE QUEDAN SIN OXÍGENO

Los demócratas, que ahora se llaman "progresistas", ya no saben qué hacer para debilitar al Presidente Donald J. Trump, que irónicamente cobra cada vez más fuerza para ser reelegido con aplastante mayoría en las elecciones de noviembre del 2020.
Cuando la victoria del magnate de Manhattan les cayó como un mazazo en noviembre del 2016, pues todos ellos estaban listos a coronar a Hillary Clinton, lo primero que se les ocurrió es encontrar fraude en el conteo de votos con la pueril esperanza de anular los resultados.
Pero los primeros re conteos de votos más bien aumentaron las cifras en favor de Trump, por lo cual decidieron cortar de inmediato esa opción. Surgió otra, sugerida no se sabe por quién pero del todo descabellada: atribuir la derrota de Hillary a la supuesta intervención de Rusia comandada por Putin en favor del magnate.
Vladimir Putin, ex Director de la KGB, dejó de ser comunista y más bien defiende ahora valores identificados con la cultura judeo cristiana de Occidente siendo él un cristiano ruso ortodoxo practicante. Pero aún así es difícil aceptar que prefiriera a Trump antes que a Hillary (discípula de Saúl Alinsky, promotor del socialismo marxista) para la Presidencia.
Además, nunca los demos han llegado a explicar cómo pudo darse la intervención rusa en los comicios, cómo su influjo alteró los resultados en las mentes de los votantes o en los resultados de las urnas. Para colmo, tres semanas antes de los comicios del 2016, Obama aseguraba a los reporteros que hay absoluta seguridad de que no existía intervención ninguna en los comicios.
Los analistas dicen ahora que esa intervención pudo haberla de alguna manera, pero Obama la calló para no empañar en absoluto la victoria de Hillary que él y tantos otros como él daban por segura.  Esa versión cambió cuando varió la estrategia anti Trump. Luego de convenir en que hubo una supuesta colusión Putin/Trump contra Hillary se inició la trama para crear un crimen que jamás existió.
En base a un "dossier" falso financiado por Hillary con un agente británico, el FBI y la CIA del gobierno de Obama espiaron a Trump y su equipo, encarcelaron a varios colaboradores y gastaron unos 40 millones de dólares en una investigación que no logró ninguna evidencia de colusión. El jefe investigador, Bob Mueller presentó un informe en ese sentido y el jueves pasado estuvo siete horas ante el Congreso discutiéndolo.
Su presentación fue desastrosa y devastadora para los demócratas que esperaban que surgiera algo nuevo, es decir alguna evidencia no incluída en el reporte Mueller que revelara que Putin le regaló la Presidencia a Trump. Como no fue así, ahora anuncian que pedirán que se reúna un Jurado Inquisidor para que interrogue a los testigos que ya fueron interrogados por el equipo Mueller (y por tres otras comisiones).
Es una actitud infantil e infructuosa. El móvil es hallar una base para el "impeachment" o interpelación del Presidente y su ulterior destitución. La Constitución estipula que el "impeachment" se justifica por el delito de traición o crímenes graves. La Cámara de Representantes aprueba los artículos del Impeachment y los somete a consideración del Senado. Éste debe aceptarlos con los dos tercios de sus 100 miembros y adoptar una decisión en sesión que presida el Presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Actualmente la Cámara de Representates tiene mayoría demócrata pero el Senado tiene mayoría republicana y es imposible pensar que 
su Presidente, Mitch McConnell, acepte siquiera someter a consideración la lectura de los capítulos del "Impeachment".
Una mayoría de demócratas en la Cámara de Representantes, no obstante, sigue clamando por la necesidad del "Impeachment" pese a que no hay evidencia de crimen. Llegan al absurdo de sugerir que haya un "impeachment" para iniciar una investigación en busca del crimen. El crimen está allí, dicen, en la obstrucción de la justicia.
Y la gente se pregunta: ¿obstrucción a qué? ¿A que Mueller realice su investigación y presente su informe o reporte? ¿Acaso no lo presentó y divulgó urbi et orbi y lo discutió el jueves ante el Congreso? Y aún si encontraren pretextos para llamar al "impeachment" ¿no comprenden que no pasaría en el Senado?
Parece que los demócratas progresistas y sus aliados de la gran prensa han perdido la capacidad de raciocinio. No de otro modo se explica la tozudez de su actitud, la insistencia en argüir en base a mentiras y distorsiones. Si no fuera por el eco que hallan en la mayoría de los medios, esa insistencia en la colusión de los rusos y en la obstrucción de la justicia sería cosa del pasado.
Pero no lo es. No habrá más remedio que esperar hasta noviembre del 2020 para dar por terminada de una vez por todas tanta insensatez.

Sunday, July 21, 2019

LO QUE QUIERE LA "SQUAD"

La genialidad política del Presidente Donald Trump ha hecho célebres a cuatro jóvenes diputadas recientemente elegidas a la Cámara de Representantes que están formulando propuestas de cambio al sistema cultural y político de los Estados Unidos que él ha calificado como anti norteamericanas.
Las cuatro integran lo que se ha calificado como el "squad" o escuadrón de ataque por las declaraciones extremistas que propalan dentro y fuera del recinto de la Cámara y ante los reporteros de la radio y la TV ávidos de difundir cualquier alusión que menoscabe al actual mandatario.
En un tweet el mandatario dijo a las autoras que si no están contentas con los Estados Unidos, deberían marcharse a sus países de origen para corregir la corrupción de la que huyeron y luego retornar si lo desean para dar consejos. Se deslizó un error, ya que solo una de las cuatro del "squad", Ilhan Omar, nació afuera, en Somalia.
Las otras son Alexandria Ocasio Cortes, nacida en Nueva York de padres portorriqueños; Rashida Tlaib de Michigan, de padres palestinos y Ayanna Pressley, de Massachusetts. Pero todas ellas coinciden en un mismo discurso que busca no el cambio en las leyes y en la Constitución vigentes, sino en su tranformación hacia el socialismo marxista.
Proponen la despenalización del ingreso ilegal de los inmigrantes y la virtual abolición de las fronteras; la extensión gratuita de los servicios de salud a los inmigrantes ilegales, a más de la educación, la vivienda y la alimentación; la institucionalización como ley federal de la resolución hasta hoy condicionada de la Corte Suprema de Justicia en favor del aborto.
Peor aún, las cuatro del escuadrón han condenado a Israel y han hecho mofa del ataque terrorista de Al Qaida a las Torres Gemelas de Nueva York y, por defender a los palestinos, han acentuado su postura antisemita que la Cámara de Representantes ha pasado por alto. Singularmente la diputada Omar ha sido mordaz con quienes aquí defienden la resistencia al extremismo islámico.
Paralelamente la "squad" pide la supresión del ICE y la Policía de Fronteras que controlan la Inmigración, para supuestamente evitar la tortura de los niños inmigrantes "apresados" en los "campos de concentración" de la frontera (son albergues creados por Obama en el 2014 para separar por ley a los niños de sus padres que cruzan la frontera ilegalmente).
La "squad" se suma a los 24 precandidatos demócratas a la Presidencia, que intentan frustrar la reelección de Trump en el 2020, con la tesis de servicios de salud "gratuitos" de salud para todos y educación "gratuita" para todos hasta el nivel universtario, admitiendo en este caso que se financiará no solo con más impuestos a los ricos, sino "a todos".
Ninguna de las propuestas citadas se ciñe a las leyes ni a la doctrina o postulados de la Constitución, inspirada en la Declaración de la Independencia de 1776. Si en el 2020 se diera la indeseable opción de que los demócratas progresistas triunfaran y quisieran aplicar sus propuestas, sobrevendría una nueva Revolución Americana pero a la inversa.
Donald Trump y la mayoría que lo respalda están percatados de ello y es por eso que el Presidente ha resuelto desenmascarlos a tiempo convencido de que siempre han sido grupos reducidos de extremistas los que se han aprovechado de la lenidad o ingenuidad de un sistema, para manipularlo y hacerse del poder para destruirlo.
Saul Alinsky, mentor de Hillary Clinton, Obama y de tantos otros como las del "squad", aconseja a sus discípulos cómo llegar a los objetivos socialistas sin revoluciones sangrientas, aprovechando las debilidades de las democracias, muchas de las cuales son y han sido más débiles que la de los Estados Unidos. Alinsky sin duda se inspiró en las enseñanzas de Mao; el Che Guevara se inspiró en Mao para ir a Bolivia pero fracasó.
Así ocurrió con Lenín y los bolcheviques y pese a las advertencias de Churchill, las fuerzas de Occidente capitularon. Igual de reducido era el grupo que rodeó originalmente a Hitler, e incluso los judíos lo respaldaron al despuntar. Pululan los ejemplos por doquier, en la China de Mao y Chiang Kai Shek, en Cuba, Venezuela y otros países de Latinoamérica. Pero en Estados Unidos esos grandes errores no se repetirán con Trump.
En jugada maestra Donald Trump ha logrado identificar al partido demócrata con la "squad" extremista y los esfuerzos de quienes pretenden contrarrestar esa maniobra son un fracaso, pese a la ayuda de una prensa que hace mucho tiempo dejó de ser independiente y no es merecedora de la protección de la primera Enmienda Constitucional.
Para las votaciones del 2020 el ciudadano norteamericano tendrá que escoger entre confirmar los valores tradicionales que han hecho de esta nación la más poderosa y libre de la historia, o una propuesta incierta que echaría por tierra esos principios y esa Constitución y se aventuraría por un esquema político autoritario que ha fracasado sin excepción en todo el orbe.

Tuesday, July 9, 2019

DISTORSIONES LÓBREGAS

La selección femenina de fúbol de los Estados Unidos acaba de cumplir una espectacular jornada en el campeonato mundial de Francia, al conquistar por cuarta vez la Copa, colocándose así a solo un puesto del pentacampeón mundial masculino Brasil.
Es un suceso que debía llenar de alegría y orgullo a todo ciudadano de esta nación. Sin embargo no fue así pues la victoria fue opacada por algunas de las mismas jugadoras y por los demócratas progresistas enemigos del Presidente Trump.
El Jefe de Gobierno, como es usual en todo Presidente, invitó a la Casa Blanca a las integrantes del equipo victorioso pero su capitana, la goleadora Megan Rapinoe anunció que re chazaría la invitación. Rapinoe tuvo gestos de desprecio a la bandera y al himno de los Estados Unidos, lo cual censuró el Presidente.
La invitación subsiste y resta por conocerse si el resto del equipo aceptará o no asistir al ritual de congratulación en la Casa Blanca. A la cita que no vacilaron en aceptar es a la de Nancy Pelosi y Charles Schumer, líderes de las dos cámaras del Congreso e implacables enemigos del actual gobernante.
La loable gesta deportiva se tornó político partidista y a ello se añadió un grito de batalla que las muchachas lanzaron cada vez que las cámaras de TV las enfocaban: "equal pay", "equal pay" o sea igual paga para las futbolistas mujeres que para los hombres, tal como si fuese un paro o huelga previa ante patronos abusivos y explotadores del sexo débil. 
Mas ocurre que los salarios que ellas (y ellos) ganan se financian con los ingresos provenientes de aficionados que concurren a los encuentros deportivos y a los anuncios que las empresas paguen para los distintos eventos radiales, televisivos, impresos. El fútbol masculino tiene una historia más antigua y por tanto un público mayor y estable y por ende mejores ingresos que en el caso del fútbol femenino.
Para el reclamo que hoy plantean las guapas campeonas influye la retórica demócrata progresista marxista que pretende igualarlo todo para acabar con la "injusticia social" y de "género". Si consiguiesen que los salarios de las mujeres se igualaren automáticamente a los de los varones, por Decreto Ejecutivo (sobre un negocio privado), lo más probable es que la FIFA de mujeres quiebre y que la tetracampeona yanqui nunca llegue a jugar más.
Es lo que a la postre lograrían los demócratas que han caído en manos del socialismo marxista progresista, si acaso lograran el poder en las elecciones presidenciales de noviembre del 2020. Como en el caso de la victoria del fútbol, no quieren festejar las  bondades de este país sino lanzar un velo de lóbregas mentiras con propuestas destructivas.
Insisten en despenalizar el ingreso ilegal de inmigrantes al país, con lo cual las fronteras desaparecerían, junto con las aduanas y los controles de ingreso. Pralelamente, proponen servicios de salud gratuitos para los ilegales y cobertura de vivienda y alimentación igualmente sin costos. País sin fronteras no es país, es un principio incontestable desde los tiempos bíblicos.
Los servicios de salud en manos privadas en este país son los mejores del mundo, pero los demócratas quieren eliminarlos para reemplazarlos por un único provisto y controlado por el Estado. Es la medida más radical hacia el socialismo que la inició Obama y que, una vez aplicada en rigor, costaría al fisco unos 34 trillones de dólares, pérdidas infinitas de empleo y deterioro en picada de la calidad de atención.
Si existen segmentos de población sin seguros médicos, la solución no es destruir el sistema sino ampliarlo y perfeccionarlo mediante propuestas que este gobierno ya las ha propuesto y que no han llegado a ponerse en marcha por obstrucción demócrata en el Congreso. La mejora y ampliación de los servicios se alcanzarán con una mejor acción del sector privado, no con interferencia del gobierno.
La sociedad estadounidense se ha convertido en la más próspera de la historia debido a la operabilidad de su sistema poítico en el cual el gobierno está al servicio del pueblo y no el pueblo al servicio del gobieno. En 1776 las 13 Colonias se liberaron del Rey Jorge III y lo sustituyó por una forma de gobierno alternativo, representativo y responsable.
Al Rey no le elegía nadie y virtualmente no respondía de sus actos. En la nueva era el poder no emanaría del Rey por gracia divina sino  del pueblo, que delegaría temporalmente ese poder a representantes que a su vez se vigilarían mutuamente en tres ramas de gobierno para crear leyes, para ejecutarlas y para juzgar las divergencias.
A los neo demócratas de hoy esos principios de la Constitución y la Declaración de la Independencia les suena anticuados y sueñan con volver al Ejecutivo fuerte (al rey) que gobierne directamente con un Estado Administrativo para alcanzar una rápida "justicia social", que para ellos significa redistribución de la riqueza e igualación forzada de resultados.
Eso piensan los demócratas. Los mismos que prefirieron la Guerra Civil antes que abolir la esclavitud, generando la muerte de 600.000 ciudadanos, que asesinaron a Abraham Lincoln frustrando la plena integración de los negros a la sociedad, que apoyaron la ley Jim Crow, que fundaron el Ku Klux Klan, que se oponían al voto de la mujer y los que se negaban a aprobar los Derechos Civiles en 1960.
Un retorno demócrata en el 2020 sería un retorno al pasado lóbrego, no un tránsito al "progresismo" como proclaman.

Friday, June 28, 2019

¿POR QUÉ TANTO ODIO?

Hace exactamente cien años se firmó el Tratado de Versalles que puso fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial. Contrariamente a lo que la mayoría de la gente supone, no fueron los errores o excesos de ese tratado la simiente que dio origen a la devastadora Segunda Gran Guerra.
El historiador Joseph Laconte, catedrático de King´s College de la ciudad de Nueva York, publica hoy en el Diario The Wall Street Journal un excelente artículo en el cual sostiene que la I Guerra, que causó la muerte de 40 millones de personas, generó un trauma indecible en la humanidad de entonces.
Los valores y principios culturales, éticos y religiosos colapsaron y la gente, desorientada y desconcertada, renegó del pasado y deambuló en búsqueda de una nueva fe en la cual creer. En marzo de 1919, antes de Versalles, Mussolini anunció la llegada del fascismo "que lo abarca todo: fuera de él ningún valor humano o espiritual puede existir , mucho menos tener valor".
En 1922, Mussolini se declararía dictador. El comunismo de Lenín, en Rusia, se consolidaba como otra forma de fascismo con una tiranía absolutista, cuyos peligros advirtió Churchill desde su nacimiento a raíz de la caída del zarismo y el advenimiento de los bolcheviques.
En todo caso, la desazón y el desconcierto que siguieron a los estragos de la I Guerra Mundial se explican. Los sobrevivientes de la catástrofe se tornaron nihilistas y escépticos, prontos a aceptar fórmulas nuevas, por utópicas o extremas que pudieren aparecer. La prueba de la experiencia, sin embargo, los haría reflexionar.
Lo que no se explica, en contraste, es lo que está ocurriendo en los Estados Unidos, país que contribuyó a salvar a Europa y al mundo de las dos grandes tragedias bélicas sin sufrir directamente los horrendos destrozos de otras naciones. No obstante ello, se está extendiendo una corriente de repudio hacia lo que es este país, como si hubiere sido víctima de alguna crisis de decadencia y destrozo funestos.
Ello a juzgar por la campaña política de la veintena de pre candidatos presidenciales por el partido demócrata, que con el membrete de "progresista" aspira a evitar la reelección del Presidente Donald J. Trump en noviembre de 2020. Sus postulados todos se han alineado con principios socialistas, antípodas de lo que consagra la Constitución de 1778 inspirada en la Declaración de la Independencia de 1776.
Para salir del supuesto deterioro en que se halla el país, los demócratas piden despenalizar el ingreso ilegal de migrantes y la concesión gratuita de asistencia médica, licencias de manejo (que sirven de cédula de identidad para votar), derecho a alimentación y vivienda y otras garantías, todo lo cual prohibe la Constitución. Al mismo tiempo proponen no deportar a los hijos menores de quienes llegaron ilegalmente.
Proponen abolir los servicios privados de salud para sustituirlos por un servicio único estatal gratuito, calificando a la salud como un derecho humano, no contemplado en la Constitución. En igual situación colocan al derecho a la educación gratuita en todos los niveles, lo que tampoco prescribe la Constitución.
Los demócratas, por unanimidad, quieren que se convierta en ley federal el derecho al aborto en cualquier instancia, que fue autorizado en forma condicional por la Corte Suprema de Justitica y está sujeto a revisión. La Constitución garantiza el derecho a la vida en toda circunstancia.
En suma, el "progresismo" del partido demócrata inclinado hacia el socialismo considera que la Constitución es obsoleta y tiene que ser modificado para amoldarse a las modernas necesidades de "justicia social" que no otra cosa es sino redistribución del ingreso según criterios de un gobierno y de una burocracia cada vez más más autoritarios (quitar a los ricos para dar a los pobres, pese a que la Constitución garantiza la propiead privada).
Esa mentalidad de cambio de los últimos decenios no es resultado de una catástrofe o una demolición como las ocurridas con las dos grandes guerras, sino de la obra de zapa de una ideología marxista que se ha ido infiltrando arteramente en los centros de educación en sus distintos niveles y se ha ido extendiendo a la mayoría de medios de comunicación e infiltrado ahora hondamente entre los demócratas.
Si esa corriente persevera y se impone en las elecciones del 2020, como ya se impuso en los pasados comicios para retomar la Cámara de Representantes y generar tanto daño y obstrucción a la misión de gobernar,  se habría iniciado ahora sí la declinación de la nación más próspera y libre que haya tenido la humanidad.

Monday, June 17, 2019

TOWARD THE RE-ELECTION

President Donald J. Trump will announce tomorrow in the city of Orlando, Florida, that he will seek re-election in the 2020 presidential election. Twenty-two Democratic, socialist and probably 1 independent candidates will try to prevent it.

Unless something totally unexpected happens it will be impossible.Because the proposals of the progressive democrats who oppose Trump erode the substantive principles of the Constitution of this country of 1778, derived from the Declaration of Independence of 1776, which have made this nation great.
These documents created, in short, a system that would forever prevent the establishment of authoritarian regimes in America in the manner of the monarchy of George III of the United Kingdom that had just been defeated. For this, although the need to create a regulatory government was admitted, at the same time mechanisms were imposed to prevent it from exceeding its power.
The mechanism devised was the delegation of popular power in three branches with the task of mutual control, precisely to stop the excesses.One of the branches would be in charge of legislating, another of executing the laws and a third of resolving doubts and discrepancies in the application of the laws.
If for the monarchs the power came to them as a gift of the deity and the conqueror as a result of the imposition of force, for the liberated settlers the power resided in the people by the grace of God. And since men were not angels, as Madison explained, one had to be very vigilant about the use they would make of the temporal power that the people conferred on them to govern.
The Constitution was elaborated for that purpose. Guarantee that the government never exceeds its powers of control and that both the Federal Congress and the State Congresses do not renounce their mission to legislate and that the Courts at their various levels do not exceed their functions assuming those of legislating beyond what allows the Constitution.
The anti-Trump candidates propose that health care for all be socialized, which would imply a growth of more than 32 trillion dollars in public spending, the abolition of the private health sector and an unsustainable increase in state intervention and bureaucracy, to the detriment of the quality of service and the rise of fraud and corruption.
In another unconstitutional demand, they ask to abolish the polling stations for the presidential elections, which was the mechanism of the Founders to balance the political forces of the smaller and less populated states with the larger and densely populated ones. It was another way to create a Republic, not a democracy that could degenerate into "mobocracy" or the imposition of amorphous crowds.
They also ask for "social justice", a verbal game to hide their socialist / Marxist attempts to redistribute income through the imposition of confiscatory taxes or the direct confiscation of goods "to those who have more" in favor of "those who have less". which is a violation of the Constitution that guarantees the right to private property.
The demoprogressists are ardent defenders of abortion and gay marriage, two options contrary to the Constitution that are now practiced freely in the United States by decision of the Supreme Court itself, which years ago backed slavery as legal and later as illegal. interracial marriage.
Opposition candidates do not have a single valid idea according to the Constitution. If there was an independent press, they would be beaten for that and other circumstances night and day. But they are not, but on the contrary. Because that press, with minimal exceptions, has been common cause with "progressivism" for several decades and has renounced outright professional journalism.
That blockade of the media could explain why there are people who support them, that ignores that the day this country abandons the principles of the Declaration of Independence and its Constitution, it will have begun its decline and self-destruction comparable with that which undermined the Roman Empire , without external influence of the barbarians.
There are still many moons for the elections of November 2020 but some anti-Trump polls are already jumping. Any of the 23/24 candidates precedes it with more than 10 points. But just remember that on the eve of the 2016 elections, The New York Times gave Hillary an advantage over Trump with 80%.

HACIA LA REELECCÓN

El Presidente Donald J. Trump anunciará mañana en la ciudad de Orlando, Florida, que buscará la reelección en las elecciones presidenciales del 2020. 22 precandidatos demócratas, l socialista y probablemente 1 independiente tratarán de impedirlo.
A menos que ocurra algo totalmente inesperado ello será imposible. Porque las propuestas de los demócratas progresistas que se oponen a Trump carcomen los principios sustantivos de la Constitución de este país de 1778, derivados de la Declaración de la Independencia de 1776, que han hecho grande a esta nación.
Dichos documentos crearon, en suma, un sistema que impidiría para siempre la implantación en tierras de América de regímenes autoritarios a la manera de la monarquía de Jorge III del Reino Unido que acababa de ser derrotada. Para ello, si bien se admitió la necesidad de crear un gobierno regulador, al mismo tiempo se impusieron mecanismos para evitar que se exceda en su poder.
El mecanismo ideado fue la delegación del poder popular en tres ramas con la tarea de control mutuo, precisamente para frenar los excesos. Una de las ramas se encargaría de legislar, otra de ejecutar las leyes y una tercera de dirimir dudas y discrepancias en la aplicación de las leyes.
Si para los monarcas el poder les llegó como un don de la divinidad y al conquistador como resultado de la imposición de la fuerza, para los colonos liberados el poder residía en el pueblo por la gracia de Dios. Y ya que los hombres no eran ángeles, como aclaró Madison, había que estar muy vigilantes en cuanto al uso que harían con el poder temporal que el pueblo les confería para gobernar.
La Constitución fue elaborada con ese fin. Garantizar que el gobierno nunca se exceda en sus poderes de control y que tanto el Congreso Federal como los Congresos Estatales no renuncien a su misión de legislar y que las Cortes en sus distintos niveles no rebasen sus funciones asumiendo las de legislar más allá de lo que permite la Constitución.
Los precandidatos anti Trump proponen que se socialice el cuidado de la salud para todos, lo que implicaría un crecimiento de más de 32 trillones de dólares del gasto público, la abolición del sector privado de la salud y un aumento insostenible de la intervención estatal y la burocracia, con desmedro de la calidad del servicio y auge del fraude y la corrupción.
En otra demanda inconstitucional, piden abolir los colegios electorales para las elecciones presidenciales, que fue mecanismo de los Fundadores para equilibrar las fuerzas políticas de los Estados pequeños y menos poblados con los más grandes y densamente poblados. Era otra forma de crear una República no una democracia que pudiera degenerar en "mobocracia" o imposición de multitudes amorfas.
También piden "justicia social", juego verbal para ocultar sus intentos socialistas/marxistas para redistribuir los ingresos mediante la imposición de impuestos confiscatorios o la confiscación  directa de bienes  "a los que más tienen" en favor de "los que menos tienen", lo que es violatorio de la Constitución que garantiza el derecho a la propiedad privada.
Los demoprogresistas son ardorosos defensores del aborto y del matrimonio gay, dos opciones contrarias a la Constitución que ahora se practican libremente en los Estados Unidos por decisión de la misma Corte Suprema de Justicia que años atrás respaldó como legal la esclavitud y más tarde como ilegal el matrimonio interracial.
Los precandidatos opositores no tienen una sola idea válida acorde con la Constitución. Si hubiese una prensa independiente, serían vapuleados por esa y otras circunstancias noche y día. Pero no lo son sino al contrario. Porque esa prensa, con mínimas excepciones forma causa común con el "progresismo" desde hace varias décadas y ha renunciado de plano a ejercer el periodismo profesional.
Ese bloqueo de los medios podría explicar por qué hay gente que los apoye, que ignore que el día que este país abandone los principios de la Declaración de la Independencia y su Constitución, habrá iniciado su declinación y autodestrucción comparable con la que minó al Imperio Romano, sin influjo externo de los bárbaros.
Aún faltan muchas lunas para los comicios de noviembre del 2020 pero ya saltan algunas encuestas anti Trump. Cualquiera de los 23/24 precandidatos lo aventaja con más de 10 puntos. Pero basta recordar que la víspera de las elecciones del 2016, el diario The New York Times le daba ventaja a Hillary sobre Trump con el 80%.   

Monday, May 27, 2019

UN PERIODISMO DESVIADO

El escritor y periodista Mark Levin acaba de publicar un libro en el que analiza documentadamente el estado de deterioro en el cual ha caído el periodismo en los Estados Unidos, debido a la pérdida de objetividad por influjo de la ideología demócrata "progresista".
Al libro lo titula "Unfreedom of the Press", empleando un neologismo para insinuar que la libertad de prensa en los Estados Unidos, uno de los pilares de la democracia garantizada por la Constitución de la República, ha comenzado a debilitarse en el país.
En una entrevista por TV con Sean Hannity, Levin hace un recuento  de la evolución del periodismo en los Estados Unidos desde la época revolucionaria, cuando prevalecieron los panfletos, hasta el advenimiento del "progresismo" a comienzos del siglo XX con el Presidente Woodrow Wilson y el ideólogo John Dewey.
La corriente "progresista" de la que se adueñó el partido demócrata,  consideró que la Constitución de 1778 era insuficiente para satisfacer las necesidades modernas de justicia social y de una más adecuada redistribución del ingreso, por lo cual surgieron las primeras ideas para crear un Estado Administrativo.
El Estado Administrativo fue surgiendo paulatinamente a medida que el Congreso Federal capitulaba al ceder funciones legislativas a una burocracia que asumió, además, tareas inconstitucionales de administrar justicia y dictar sanciones privativas del sistema judicial.
Con anterioridad a la ola "progresista" y tras la etapa panfletaria, los diarios usual y abiertamente se alineaban por uno u otro partido político, pero expresaban sus criterios políticos solo en las columnas y espacios dedicados a la opinión. Los hechos noticiosos públicos o privados se relataban con  objetividad. 
Pero el "progresismo" se tomó por asalto el periodismo. Algunos líderes de la profesión consideraron que el periodismo debía dejar de ser neutro en la entrega de noticias y optar por una posición de impulsor del cambio social, entendido éste como la necesidad de implantar la justicia social con redistribución del ingreso.
Estos postulados "progresistas" (socialistas) implican violación de la Constitución pues no cabe redistribución forzada de ingresos sin pérdida de libertades, basamento del sistema vigente en el país. La existencia del Estado Administrativo es, por cierto, otra aberración anticonstitucional inaceptable.
El problema mayúsculo es que la mayoría de medios está comprometida con la causa "progresista", que la absorben en las universidades. Según las estadísticas, más del 90% de los periodistas que trabajan en los medios son afiliados demócratas que  han aportado a candidatos de ese partido. La ideología "progresista" es prioritaria en casi todos los centros educativos del país y no solo académicos, sino a nivel secundario.
Ello explica la oposición implacable de los medios al Presidente Donald J. Trump, quien se ha propuesto y lo está logrando restaurar la plena vigencia de la Constitución, tal como fue concebida por los Fundadores y que ha probado ser el documento más eficaz de convivencia y bienestar en libertad que ha existido en la historia.
Trump ha demostrado cualidades de liderazgo inéditas para afrontar victorioso a la arremetida de los medios. Y hay encuestas que predicen que será reelecto con amplitud en las elecciones del 2020. Cualquier otro líder con menor prestancia hace ya mucho tiempo que habría sucumbido.
La entrevista a Levin se la puede ver y escuchar en este enlace o link. El libro Unfreedom of The Press, impreso o digital, se lo puede adquirir por Internet de cualquiera de los proveedores como Amazon o Kindle.

Friday, May 17, 2019

Y SE HARÁ JUSTICIA

El número de pre candidatos presidenciales de la oposición demócrata "progresista" llega ya a 23 y ninguno de ellos presenta una opción válida que no sea de insultos al Presidente Donald Trump, cuyo gobierno de dos años ha sido uno de los más prósperos en la historia de este país.
Durante más de dos años la oposición se ha dedicado a tratar de probar que el actual mandatario llegó a la Casa Blanca empujado por Putin, en perjuicio de Hillary Clinton, la candidata escogida por  Obama para que sea ungida en los comicios de noviembre del 2016.
Una comisión investigadora gastó entre 35 y 40 millones de dólares y no halló ninguna prueba de colusión, pese a que entrevistó a centenares de personas y examinó millones de documentos. Igual resultado nulo tuvieron otras comisiones legislativas, pero ello no satisfizo a los opositores.
La situación se oscureció con la pérdida republicana en la Cámara de Representantes, que se dedicó a boicotear a Trump en todos los planos, tanto en lo relativo a la supuesta colusión como a la política de fronteras  y de inmigración en general. En cuanto a otro material de legislación, la Cámara ha sido totalmente improductiva.
Mientras tanto, a ninguno de los pre candidatos presidenciales le importa asumir una posición anticonstitucional cuando atacan a Trump o defienden una tesis. Por ejemplo, se oponen a respaldar al Presidente en su afán de garantizar la seguridad de la frontera sur con un muro debido a la crisis y al no hacerlo, vulneran la Constitución.
Se negaron a votar en favor de prohibir el aborto al tercer trimestre del embarazo o de dar cuidados médicos a infantes que sobreviven a un embarazo y consideran el aborto como un derecho humano de la mujer, pese a que la Constitución garantiza el derecho a la vida como un derecho primario. Y quieren extender los servicios médicos universales como derecho obligatorio, lo cual es inconstitucional.
También hablan los demócratas de suprimir el sistema de elección presidencial por colegios electorales y no solo por voto popular, como lo estatuye la Constitución. El sistema lo idearon los fundadores para contrastar el peso de los Estados más populosos con los más débiles en población y no debe ser alterado pues es  lo justo.
(Y, por supuesto, casi todos ellos, acaso con la excepción de Biden, el ex vicepresidente de Obama, abogan por cambios sustantivos en el sistema pollítico de la nación orientados al socialismo marxista, lo cual está en abierta oposición a la esencia de lo que la Constitución propone inspirada en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de 1776.)
En tres ocasiones un Presidente ganó por votos electorales y no por votos populares: Jefferson, Lincoln y Trump. Trump va camino de hacer historia, como lo predijo John F. Kennedy Jr en junio de 1999 en su revista George Magazine: "Si mi querido amigo Donald Trump se decidiera alguna vez a sacrificar su fabulosa vida de billonario para convertirse en Presidente sería una fuerza imbatible para hacer justicia que demócratas y republicanos celebrarían por igual".
("John F. Kennedy Jr. said, "If my dear friend Donald Trump ever decided to sacrifice his fabulous billionaire lifestyle to become president he would be an unstoppable force for ultimate justice that Democrats and Republicans alike would celebrate.")
La justicia está por llegar con el nuevo Fiscal General, William Barr que ha comenzado a bucear en el pantano de la CIA y FBI, que bajo la tutela de Obama conspiraron con sus agentes para crear la fantasía de la colusión. En sus primeras declaraciones, da signos de que muchos de los altos dirigentes de Inteligencia, conectados con Obama y los Clinton, serán interrogados y enjuiciados.
Muchos deshonestos anti Trump terminarán tras de rejas.

Thursday, April 18, 2019

LA FARSA DE LA COLUSIÓN SE VAPORIZÓ

Por cerca de tres años los demócrata "progresistas" han pregonado a diario la mentira de que Donald J. Trump llegó a la Casa Blanca con la ayuda ("colusión") de los rusos, comandados por Vladimir Putin. La farsa era indigerible, pero la mayoría de medios la respaldaba también a diario.
Esa fantasía se ha desplomado con el informe dado a conocer hoy de las investigaciones del Investigador Especial Bob Mueller, que exime de toda culpabilidad a Trump y a su personal de campaña de nexos con los rusos para alterar los resultados electorales de noviembre del 2016.
En esos comicios Trump derrotó nítidamente a Hillary Clinton, candidata de los demócratas a la que creían segura ganadora. El inesperado resultado contrario afectó duramente a los demócratas y a sus aliados los principales medios escritos y audiovisuales, que comenzaron a fraguar ideas para desacreditar e inclusive anular la victoria de Trump.
Tras descartar varias opciones, se inclinaron por la de atribuir un supuesto influjo de Putin en las elecciones para favorecer a Trump, un billonario de Manhattan más bien antípoda del ideal para alguien como Putin, ex-Director de la KGB, cuyas simpatías se inclinarían mejor por Hillary, simpatizante marxista seguidora de Saul Alinsky.
La farsa se montó sobre la base de un dossier mentiroso preparado por un ex espía británico a un costo millonario pagado por Hillary, que relataba escenas obscenas de Trump con prostitutas en un hotel de Moscú. El entonces director del FBI, James Comey, indicó a Trump que tal documento era falso pero la decisión de investigar la supuesta colusión rusa siguió adelante, con Mueller como Investigador Especial.
Mueller, ex-Director del FBI, gastó algo más de 30 millones de dólares en la investigación y contrató a 17 abogados, todos ellos demócratas, incluído uno de la Fundación Clinton. Entrevistaron a millares de personas, accedieron a millones de documentos y, pese a que Trump constantemente afirmó que era inocente y que la investigación constituía una "cacería de brujas", jamás negó a la comisión documento alguno o acceso a ningún funcionario.
Vaporizada la acusación de colusión, los demócrata progresistas pretenden ahora cercar a Trump acusándolo de que hubo "obstrucción a la justicia" en la gestión de Mueller. Mencionan, para comenzar, que canceló a Comey. Pero lo hizo por recomendación del Inspector de la Fiscalía porque Comey perjuró ante el Congreso y cometió otros actos impropios. Además, la ley le permite deshacerse del Director del FBI en cualquier momento y sin explicaciones.
Citan otros motivos de supuestas interferencias obstruccionistas, que el actual Fiscal General William Barr explicó no tienen magnitud censurable. En todo caso, se observa que Trump siempre ha negado toda conexión con los rusos con fines de manipulación electoral, por lo cual mal podía querer maniobrar para obstruir la investigación sobre un delito que jamás cometió.
De otro lado, el punto central de la investigación Mueller es la colusión rusa. En el supuesto de que los demócratas encontrasen un acto de obstrucción a la justicia válido ¿cómo operó esa obstrucción? ¿se ocultó, se distorsionó algún factor de colusión, cómo actuó e influyó, si hubo, esa obstrucción en favor de Trump?
Si además se prueba la obstrucción ¿se anularía el informe Mueller, se anularía y descalificaría a Barr? ¿iría Trump al "impeachment"?
En el fondo los demócratas cada vez más pierden piso en su batalla para debilitar y destituir a Trump, que tuvo la "audacia" de bloquear a Hillary y al avance del "progresismo" de Obama, que no otra cosa es sino debilitamiento de la Constitución como garantía de que rija en el país un sistema democrático sustentado en la libertad, la tolerancia y la división del poder popular en tres instancias de mutuo control.
Esa concepción es la que está rescatando Trump y la está consolidando en menos de sus tres primeros años de gobierno pese al embate de una oposición ciega y medios de comunicación que les hacen eco irreflexiblemente. Ahora, para el 2020, una veintena de pre  candidatos presidenciales demócratas se proponen reanudar la tarea de radicalización, entre otros con un marxista sin tapujos, Bernie Sanders y el matrimonio homosexual de Pete the Mayor.
El uno, Sanders, representa una ideología que la historia ha probado es un fracaso total porque agudiza la miseria y suprime las libertades. Lo otro, porque el matrimonio gay simplemente constituye una aberración que va contra la ley natural. Dichas variantes, "innovadoras" según ellos, no son sino una garantía para que la reelección de Donald J. Trump en el 2020 sea un hecho seguro.
Pero quienes tramaron la farsa de la colusión y causaron tanto daño a tantas personas inocentes y ocasionaron tanto daño a la nación no pueden quedar impunes. Trump y la Fiscalía General tienen la misión moral y ética de investigar a los investigadores y sancionar a los responsables con todo el peso de la ley. Porque lo que hicieron es comparable con un acto de traición a la Patria.

Saturday, April 13, 2019

LA OPOSICIÓN NO ES SOLO ANTI TRUMP

El problema de la oposición de los demócratas/progresistas contra Donald Trump, que busca ser reelegido Presidente en noviembre del 2020, es que sus propuestas son tan radicales y contrarias a las leyes y cultura de este país, que están perfilándose no solo como anti Trump sino como anti USA. 
Varios son los ejemplos. El de la inmigración ilegal es concluyente. Uno de los mandatos primarios que la Constitución asigna a todo Presidente es velar por la seguridad territorial. Uno de los puntos más vulnerables de los últimos años es la frontera con México y Trump, desde el inicio de su gestión, ha pedido al Congreso los fondos necesarios para asegurar la frontera.
Los demócratas retomaron el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de noviembre del 2017 y desde entonces se han negado a cooperar con el Ejecutivo para que cumpla con el mandato constitucional. Trump ha ensayado toda suerte de proposiciones transaccionales, pero la oposición ha sido  implacable.
Trump tuvo que declarar la emergencia para hacerse de fondos por sobre el bloqueo del Congreso, pero ello no basta. Hace falta reformar leyes obsoletas pues los invasores de ilegales aumentan y a pretexto de buscar asilo, tienen el derecho a ingresar al país hasta que se resuelvan sus casos. Casi sin excepción nunca retornan ante los jueces atiborrados de trabajo para finiquitar sus casos. A este paso, los nuevos ilegales sobrepasarían este año el millón.
Los precandidatos demócratas a la Presidencia han planteado eliminar todo obstáculo a los ilegales y 27 Estados se han declarado "santuarios" para protegerlos de la requisición y captura por la policía de fronteras, lo cual prohiben las leyes federales. Muchos ilegales así protegidos han cometido asesinatos y otros crímenes abominables.
Los sitios de albergue en las fronteras, para adultos y niños (muchos de éstos llegan sin sus padres como escudos para los ilegales) ya han rebasado su capacidad, por lo cual Trump ha advertido que no quedaría otra opción que el cierre de la frontera sur (excepto el paso autorizado por la autopista de enlace comercial entre los dos países) o el envío de ilegales a los Estados y  ciudades "santuarios".
Esta cuasi amenaza disgustó a los líderes demócratas partidarios de fronteras abiertas y ciudades santuarias, pues la mayoría de ellos habita lujosas y millonarias mansiones que se verían afectadas con la llegada de multitudes empobrecidas de refugiados, que huyen de la miseria de países mal gobernados, donde impera la corrupción y el irrespeto a la ley.
Un país sin fronteras o con fronteras mal protegidas, como el que abogan los demócratas por su rechazo a Trump, no es un país que se ciña a lo que estipulan la Constitución y las leyes. Igual actitud contraria a la ley es la que patrocinan los demócratas/progresistas en otros de sus ataques a Trump.
En las elecciones, la demócrata Hillary Clinton obtuvo 3 millones más de votos populares que Trump (65 millones vs 62 millones), pero perdió los votos electorales 306 frente a 232 con lo cual se convirtió nítidamente en Presidente. Los demócratas quieren eliminar el sistema del Colegio Electoral, consustancial a la noción federalista de la República. Si desapareciese, los presidentes serían electos por las mayorías de Nueva York y California sin que influyan los criterios de Estados menores.
Al crearse la República, las 13 Colonias previeron que cada una eligiera dos senadores y que éstos eligieran tantos diputados proporcionalmente a su población. Cada Estado eligiría tantos electores según diputados para Presidente, para así lograr un equilibrio de fuerzas. La reforma buscada por los demócratas, sin embargo, nunca pasará pues se requeriría de la aprobación de los 2/3 de cada una de las dos cámaras de cada Estado y los 2/3 de los 50 Estados.
También los demócrata/progresistas quieren violar la ley al reducir la edad para votar de 18 años a 16 años y hasta 14 años y también conceder el derecho al voto a los reclusos y a los ilegales. Todo en la convicción de que dichos votos serían favorables al partido demócrata, dado que a menor cultura y a menor información, mayor vulnerabilidad a la mitología marxista.
Se ha convertido también en dogma indispensable de afiliación para los  demoprogresistas la defensa del aborto, al que consideran derecho intocable de la mujer. El aborto, para ellos, es permisible en todas las etapas del embarazo e inclusive tolerable la muerte del ser que nace si ello  así lo resuelve la madre.
También los precandidatos presidenciales demócratas acaban de jurar ante Al Sharpton su voluntad a legislar si llegan a presidentes, que se asignen fondos a los descendientes de los esclavos. Las "reparaciones" tendrían que pagarlas todos los ciudadanos de Estados Unidos hoy, tengan o no vínculos con los esclavistas anteriores a 1865, a la gente que tenga o no vínculos con los esclavos de ayer, en cifras por montos que no se sabe quién ni por qué pudiera determinarlas.
Otro lema de batalla anti USA es la promesa de destruir el sistema de salubridad del país, reconocido como el más eficiente del mundo, para sustituirlo por uno de control absoluto del Estado. Los costos subirían en diez años a más de 32 trillones de dólares, el desempleo sería brutal, los servicios se volverían desastrosos y la corrupción alcanzaría niveles asfixiantes.
Para colmo, la destrucción del país más próspero de la historia se completaría con la idea de "sanear" el medio ambiente mediante la eliminación del uso de combustibles fósiles, la aerotransportación, la eliminación del ganado vacuno, la reducción de la reproducción humana (que ya está en declinación por el excesivo uso de  anti conceptivos, el aborto y la multiplicación del homosexualismo y los matrimonios gay).
El panorama aparece injustamente lóbrego debido a la resonancia que hallan los demócratas en la mayoría de medios de comunicación audiovisual e impresos. Pero la realidad parece ser otra si se observa como pese al bloqueo constante de los medios al discurso y a los logros de Trump, su popularidad ha  crecido últimamente del 47% al 51% según Rasmussen y del 37% al 45% según la encuestadora Gallup.