Tuesday, September 18, 2018

POR FIN...

Si, por fin el Presidente Trump ha ordenado a la Fiscalía General que haga públicos los documentos clave de los altos dirigentes de ese departamento en tiempos de Obama, comprometidos para sabotear al nuevo jefe de Estado.
Dentro de pocos días se confirmará pues que el cabecilla del FBI, James Comey y sus más altos subalternos, así como el ex-Director de la CIA, John Brennan y sus íntimos colaboradores jamás se resignaron a aceptar la pérdida de la demócrata Hillary Clinton en el 2016 por lo cual fraguaron un plan para descalificar a Trump.
Al plan lo llamaron una "póliza de seguro" anti Trump y comenzaron a diseñarlo y aplicarlo inclusive antes de concretarse los comicios en noviembre de ese año. Todos ellos daban por segura la victoria de Hillary, pero ante la realidad aún antes de la posesión del nuevo mandatario iniciaron los actos de sabotaje.
Se idearon las filtraciones de las conversaciones de Trump con mandatarios extranjeros y de otros de sus colaboradores y, en unidad conspirativa con influyentes medios de prensa, se publicaron notas ad-hoc sobre supuestas alianzas ilícitas de la campaña del Presidente con Rusia.
Llegaron al extremo de utilizar un "dossier" pagado por  Hillary con acusaciones falsas contra Trump en Moscú, elaborado por un ex agente británico. El dossier fue transferido por el extinto senador John McCain al FBI que filtró una nota a un Diario, que publicada fue luego utilizada como prueba por el FBI para obtener licencia judicial para espiar a colaboradores de Trump.
De ahí nació la famosa investigación sobre la supuesta "colusión" de Rusia y Putin para favorecer a Trump en las elecciones en desmedro de Hillary, que se ha prolongado por casi dos años y no ha arrojado prueba alguna. La dirige el ex-director del FBI Bob Mueller, directamente asociado con Comey.
La revelación de los documentos desclasificados promete ser sensacional y de total exculpación a Trump y algunos de sus cercanos colaboradores  injustamente perseguidos. Pero además pondrá en claro que la verdadera colusión se dió entre Hillary y Rusia, tanto por el asunto dossier como en la negociación fraudulenta de uranio enriquecido cuando ella ejercía la Secretaría de Estado.
Del intercambio de comunicaciones entre los altos dirigentes de Inteligencia y el mismo Obama, se pondrá en evidencia la forma corrupta como Hillary fue exculpada del delito contra la seguridad nacional por el mal manejo y destrucción de los 33.000 emails secretos del Departamento de Estado, así como el abuso de poder para lograr fondos para la Fundación Clinton a cambio de sus servicios en esa dependencia.
La conspiración anti Trump se convirtió en "Resistencia" y obstrucción a toda iniciativa y acción del Presidente, pese a lo cual la economía está boyante con un crecimiento del 4.2 del PIB, récords de empleo con más de 4 millones de nuevas ofertas, niveles de empleo para mujeres, negros y latinos como nunca antes en décadas y con reformas positivas en todos los acuerdos de comercio internacional. 
La obstrucción obcecada se ha hecho presente con la nominación del nuevo juez de la Corte Suprema de Justicia, Brett Kavanaugh, jurista de impecable trayectoria, alabado por especialistas de toda ideología. Cuando había concluído la etapa de "hearings" o audiencias del Comité del Congreso para el riguroso interrogatorio al nominado, a última hora surgió la denuncia sobre un supuesto acto de abuso sexual cometido hace 36 años.
La denunciante dice haber sido agredida cuando ella tenía 15 años y él 17, en una fiesta con licor de high school o colegio. Pero ella no se acuerda en qué día, ni si estaba acompañada por dos o cuatro colegiales, ni en qué casa. Dijo que supuestamente Kavanaugh quiso desnudarla y acaso matarla pero que  intervino alguien, al que identifica como Judge, que lo impidió. Nunca contó a nadie del incidente, ni a la Policía. (Judge lo niega todo)
Pero en el 2012, ya casada, tuvo una sesión de terapia sicológica para tratar de estabilizar su matrimonio y entonces recordó de pronto lo ocurrido, que a la postre lo contó en una carta a la senadora demócrata Dianne Feinsten, la cual calló desde julio pasado hasta el pasado fin de semana. La autora de la carta, Christine Blasey Ford, quiso permanecer anónima, hasta ayer, en que dijo querer presentarse al Comité para testificar.
El Comité aceptó recibirla, junto con el acusado, el próximo lunes. Pero Ford ha anunciado que no se presentará. Es probable, entonces, que el Comité reciba a Kavanaugh el lunes, descarte la denuncia de Ford por ausencia y proceda a la votación diferida sobre su nominación, que se espera le sea favorable. La definitiva y de confirmación vendrá días más tarde, antes de finalizar este mes, en el Senado.
La confirmación de Kavanaugh y la desclasificación de los documentos de la Fiscalía Fiscal marcarán un nuevo rumbo para la nación. La Corte Suprema de Justicia, dominada por más de cincuenta años por el "progresismo" se había convertido en rama legislativa para aprobar el aborto, el Obamacare y el matrimonio homosexual, violando la Constitución. En adelante, los jueces de la Suprema serían solo eso, jueces.
En cuanto a la desclasificación, se iniciará el desmoronamiento de un "golpe de Estado" del establishment progresista, que ha buscado modificar la esencia de la doctrina constitucional basada en el respeto a las libertades individuales y el fraccionamiento del poder popular en tres ramas que mutuamente se controlan, a nombre del solo dueño del poder, que es el pueblo.
   

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