Los demócratas “progresistas”, incluídos los medios de comunicación (con muy contadas excepciones) están cegados por el odio a Trump y prefieren exaltar a Kin Jong-Un, el dictador de Corea del Norte, para tratar de afectar al presidente republicano de los Estados Unidos.
La maniobra, como todas las que se sustentan en el odio y la falsía, genera a la postre el efecto contrario. ¿Cómo justificar que se enaltezca a un régimen genocida condenado por las Naciones Unidas, pasando por alto sus atrocidades, para minimizar a un jefe de Estado que demanda a Kin Jong-Un someterse a la ley internacional?
En la Olimpiada de Invierno que se celebra en Corea del Sur, la hermana de Kin Jon-Un, su delegada oficial, ha sido glorificada por The New York Times, CNN y demás medios, destacando su supuesto mensaje de “conciliación” y “paz”, del cual se ha hecho eco el presidente del país anfitrión, Moon Jae-In, quien sería demócrata “progresista” en los Estados Unidos.
La impresión que se trata de reflejar es que Trump, el malo, está en plan de agresor frente a Corea del Norte y su líder Kin Jong-Un, el bueno. Y que el mandatario norteamericano, con su delegado en la Olimpiada, Mike Pence, Vicepresidente, son un obstáculo para que se concrete la unificación y esa conciliación y paz en la península coreana.
La verdad, algo que detestan los demócratas y sus periodistas, es que Corea del Norte se comprometió a comienzos del decenio de 1960 a cumplir al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de las Naciones Unidas, que más tarde decidió desconocer con el argumento de desarrollar energía nuclear sin fines bélicos. Lo cual no cumplió.
Las misiones de Naciones Unidas denunciaron el incumplimiento pero los planes belicistas continuaron. Los presidentes Bush y Obama pretendieron persuadir al padre del actual dictador y a Un que suspendan los programas de fisión nuclear a cambio de asistencia en alimentos y medicinas. Éstos llegaron, pero la nuclearización y las amenazas y atrocidades del tirano continuaron.
Trump, con apoyo internacional, decidió que la península coreana debería permanecer sin armas nucleares como se acordó en Naciones Unidas y desde que se posesionó en enero del 2017, ha logrado la alianza de las principales potencias mundiales para recrudecer las sanciones contra el régimen dictatorial, sin que se descarte como último recurso la retaliación militar.
La actitud de Trump hoy frente a Corea del Norte no es resultado de un capricho, como no fue capricho de los Estados Unidos el participar en la guerra en la península (1950-1953). Fue mandato de las Naciones Unidas para repeler la invasión comunista de tropas chinas y soviéticas y se la organizó con batallones de esa organización al mando de MacArthur.
La guerra terminó a medias con el armisticio dispuesto por Truman para mantener dividida la península en el paralelo 38. Al Norte se perpetuó un régimen comunista despótico y carcelario, basado en el terror y al Sur uno de tipo democrático, que ha convertido en poco tiempo a un país mísero y desmoralizado en una potencia industrial y tecnológica.
Tampoco Estados Unidos entró a la guerra en Vietnam por capricho, sino en acatamiento a similar mandato de Naciones Unidas para confrontar otra invasión comunista del norte. En Corea las fuerzas coaligadas estaban a punto de derrotar a los comunistas que se batían en retirada, pero Truman se aferró al armisticio. Algo similar ocurrió en Vietnam cuando la victoria estaba ad-portas. No hubo armisticio, pero si la primera dorrota militar de los Estados Unidos, fruto de la política interna de los demócratas.
La democracia en los Estados Unidos nació en 1776 y ha creado la nación más próspera y libre en la historia de la humanidad. Sus enemigos la acechan constantemente. Las dictaduras fascistas y comunistas buscan esparcirse por el planeta pero la democracia norteamericana lo impide. ¿De qué lado están los demócratas “progresistas” y los medios y sus periodistas que ahora exaltan a Kim Jon-Un y se mofan de Mike Pence?
1 comment:
Solo quiero felicitarlo, soy de México. Siempre leo sus artículos. Necesitamos voces como la suya para que la gente aprenda. Muchas veces comparto sus artículos en mi facebook. Excelente trabajo
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