Thursday, October 26, 2017

SI GANABA HILLARY...

Si la candidata demócrata Hillary Clinton llegaba a la Casa Blanca, el hedor del pantano (“swamp”, que dice Trump) en el que tienen sumergido a Washington los políticos del Establishment, se habría esparcido por toda la nación y acaso por el orbe.
Las tenebrosas maniobras de los Clinton que ahora comienzan a aflorar nunca hubieran visto la luz y las intrigas, sobornos, fraudes, incluso muertes incomprensibles jamás explicadas habrían continuado, como en la trama de algún drama del Medioevo.
Si ganaba Hillary, ganaba el Establishment de ambos partidos. Eso se confirma con la investigación que ahora se inicia de un “dossier” que un candidato republicano en desventaja en las primarias del año pasado (¿Jeb Bush?) pagó a un ex jefe del buró británico MI6 para que fragüe falsías sobre Donald Trump.
Ese informe fabricado costó 9,2 milllones de dólares, parte de los cuales los financió Hillary y el partido demócrata. El documento falso fue utilizado por el Director del FBI de Obama para ordenar una investigación sobre la supuesta colusión del líder ruso Vladimir Putin en favor de la candidatura de Trump.
Se nombraron dos comisiones del Congreso  y un Investigador Especial para poseguir la pesquisa. Este último contrató a 17 abogados pero tras nueve meses no hay el menor indicio de la colusión. Al contrario, con el aparecimiento del “dossier”, la colusión rusa evidentemente se dió entre Hillary y Putin con el nexo Bush.
Nada se habría conocido si triunfaba Hillary, como lo esperaban los que lo apoyaban, Obama y la mayoría de medios. Como tampoco que en el 2009 Rusia compró el 20% de las reservas estratégicas de uranio a los Estados Unidos, con la venia de Obama y la propia Clinton, a cambio de 145 millones de dólares para su Fundación y 500.000 dólaes para Bill por un discurso de 20 minutos.
La maniobra tuvo un testigo, un informante de la FBI que tenía orden de guardar silencio del régimen Obama. El actual Director de esa institución, tan ultrajada, acaba de levantar la prohibición de silencio y ese informante comenzará a delatar ante el Senado a todos los confabulados en ese acto de traición.
James Comey era Director del FBI cuando se le investigó a Hillary por el uso abusivo e inconstitucional de emails cuando era Secretaria de Estado. Aún antes de entrevistarla a ella y a otros implicados, la exoneró de culpa según de ello hay documentos. Su papel es investigar y dar cuenta de la investigación, no juzgar.
Hoy, con el nuevo régimen, se reabrirá la investigación sobre el caso de los emails y de los actos deshonestos de Comey, algo que habría quedado sepultado para siempre si ganaba Hillary. Ella destruyó 33.000 emails y varios smartphones, quebrando la ley, pero es probable que se recupere al menos parte de los documentos.
Los destruyó porque allí había constancia de que presionaba a gobiernos y coporaciones para que alimenten las insaciable arcas de la Clinton (“Family Crime”) Foundation, con miras a la candidatura presidencial que organizaba desde la Secretaria de Estado de Obama. Los senadores republicanos nunca pudieron adelantar la investigación, por el bloqueo del régimen.
Si ganaba Hillary y se posesionaba de la Presidencia, el limo pestilente y asfixiante del “progresismo” demócrata/colectivista se habría extendido por la cultura americana, minimizando cada vez las conquistas derivadas de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, plasmadas en la Constitución, indemne con 23 enmiendas desde su aprobación.
Con ayuda de los mayores medios de comunicación y el control de la educación, acaso con ella hubiese terminado por imponerse la creencia de que quienes defienden a la Constitución con su división de poderes y un gobierno por consenso, son nazi fascistas y que quienes los silencian y aporrean son “luchadores por la libertad”.
Igualmente, con Hillary, quienes en realidad son herederos del concepto de que el Estado a través de un Ejecutivo fuerte es el que debe prevalecer sobre el derecho del pueblo a escoger y elegir, se convertirían en el partido “compasivo” y de la protección a débiles, minusválidos, negros, pese a que sus ancestros fueron esclavistas y purificadores raciales.
Con el régimen Hillary, habrían cobrado fuerza los Antifa, Black Life Matters y demás grupos terroristas financiados por Soros para acallar a golpe de garrote a quienes se oponen a la “idea única” del colectivismo de raíz marxista/nazifascista, que culminaría con la revisión de la Historia y la condena al “capitalismo opresor” y al “abuso” de la libre expresión.
Inclusive, como lo predecía George Orwell, se hubiera creado para la nueva y única verdad un  nuevo lenguaje, una nueva sociedad uniforme, sumisa, "sin desigualdades". Con un comité de sabios que administran lo que la gente necesita y quiere, de modo inapelable. 
¿No fue estremecedora la escena de los cinco ex Presidentes en un festival organizado para levantar fondos para las víctimas de los recientes huracanes? Parecía que formaban el partido único del globalismo, unidos contra Trump, el “supremacista” que se niega a renunciar a la Constitución de los Estados Unidos en favor del colectivismo universal?
Pero Hillary y su aureola de azufre se perdieron, aunque tardará un tiempo hasta que se esfume su pestilencia.

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