Tuesday, October 31, 2017

LA FARSA ANTI TRUMP

Se necesita ser tozuda e irremediablemente pro Hillary Clinton para seguir esperando alguna trampa que pruebe que Donald J. Trump llegó a la Casa Blanca merced a una conspiración fraguada por Vladimir Putin, el nuevo zar de las Rusias.
Cuando Hillary, su promotor Obama, los demo progresistas y la mayoría de medios a su servicio finalmente se convencieron de que habían perdido las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre, inmediatamente comenzaron a tramar la manera de invalidarlas.
Primero intentaron probar que hubo fraude en algunos conteos, pero las primeras revisiones favorecían a Trump. Luego decidieron que los votos dirigidos a Hillary, a última hora fueron malévolamente desviados por influjo ruso  en pro del magnate neoyorquino, un novato en política. 
La deducción parecía admisible, al menos para los demócratas. Solamente que surgía un problema: probar que lo hicieron Putin y sus secuaces. Fue entonces que se armó una conspiración, primero para hallar el crimen de la alianza Trump/Putin, luego para exhibir las pruebas de cómo se perpetró el crimen.
Contra toda lógica y contra lo que dispone la ley, el Director Subrogante del FBI, Rod Rosenstein, nombró como Consejero Investigador Especial a su ex-jefe Robert Mueller para que se haga cargo del caso. ¿Qué caso? Uno de simple colusión, que no es crimen en si mismo, entre los rusos y la campaña Trump.
Mueller, que tiene capacidad ilímite de acción y acceso a fondos, nombró a 17 abogados anti Trump para la pesquisa y en más de siete meses no solo que no ha encontrado prueba alguna de colusión y menos de conspiración, sino que tampoco ha detectado la existencia de un crimen que justifique la creación de su cargo.
Hay otras dos comisiones con similares objetivos, en cada una de las dos cámaras legislativas y los resultados son similares. Pero Mueller acaba de sacudir a los medios dando a publicidad las “primeras acusaciones” fruto de su investigación y todos esperaban algo sensacional. Al contrario, fue un balde de agua helada para los “progresistas”.
Inculpa a Paul John Manafort, que fue director de campaña de Trump por ocho semanas, de incorrecto manejo de transferencia de fondos de firmas rusas de las que era representante, años antes de vincularse con Trump. Tan pronto se filtraron noticias al respecto, él fue cancelado de la campaña antes de la fecha de las elecciones. 
También Mueller involucra a un individuo residente en Londres de ancestro griego, George Papadopaolus, de 29 años de edad, que aparentemente se filtró entre los voluntarios primero como experto en política griega, luego en política rusa y al que supuestamente se lo quiere hacer aparecer como el vínculo clave entre Trump y Putin.
Pocos en la campaña conocieron al griego, nunca habló directamente con Trump, jamás fue ni siquiera tramitada una propuesta de cooperación rusa. Trump lo califica de mentiroso y Mueller revela que el griego ha resuelto colaborar con los investigadores con micrófono oculto para dar nombres. ¿Alguien cree que si hubiese una sola prueba o nombre ya no se habría filtrado ello al NYT hace un año o más?
Lo tragicómico es que la investigación a Trump ha desempolvado el oscuro negocio de Obama y Hillary con los rusos para venderles el 20% del total de las reservas estratégicas norteamericanas de uranio, a cambio de 145 millones de dólares para la Fundación Clinton (“Clinton Crime Family” Foundation) más 500.000 dólares para que Bill de un discurso de 20 minutos en Moscú.
En el negociado que se perfeccionó en el 2010 participaron los hermanitos Tony y John Podesta, el primero cabildero de los rusos, el segundo jefe de la campaña de Hillary. La colusión y la conspiración, pues, se dio en el lado de los Clinton, no en el de Trump. Cuando prospere la investigación y se imponga la justicia, los culpables deberán ir a parar con sus huesos en las mazmorras.
Por añadididura, las fuerzas especiales han capturado al inspirador de la masacre de Benghazi, en que murieron carbonizados el embajador de los Estados Unidos y otros tres altos funcionarios, ante la impavidez de Hillary y en general de todo el régimen Obama. Cuya portavoz salió a mentir en los medios que la causa de la masacre fue un video que nadie vió en el Internet.
La conspiración para anular a Trump ha fracasado y solo se explica que sobreviva merced a la mayoría de medios de comunicación audiovisuales y escritos que mienten, callan o distorsionan los hechos para apuntalar la delirante obsesión de Hillary, que insiste en que fueron los rusos los que le robaron la elección presidencial.
Mientras ella se pasea por Europea para rogar que le compren su libro en que narra por qué perdió las elecciones, alguien le plantea este Enigma:
It's An Enigma

I still haven't figured out why she lost.  Was it the Russians?  Or was it WikiLeaks?  Or was it Podesta, her campaign manager?  Or Comey, the FBI Director?  Or was it her sexual predator husband?  Or was it a staff's husband Weiner’s immoral pictures in social media?  Was it subpoena violation?  Or was it the corrupt Clinton foundation?  Or was it the congressional lies?  Or was it the Benghazi bungle?  Or was it pay for play?  Or was it travel gate scandal?  Or was it Whitewater scandal?  Or the Cattle Gate scandal?  Or the Trooper Gate scandal?  Or was it the $15 million for Chelsea's apt. bought with foundation money?  Or Comey's investigation?  Or her husband’s interference with Loretta Lynch and the investigation?  Or was it stealing debate questions?  Was it forensically deleting 30,000 emails?  Was it the Seth Rich murder?  Was it calling half the USA deplorable?  Was it the underhanded treatment of Bernie Sanders?  Was it the Vince Foster murder?  The Jennifer Flowers assault?  The Jennifer Flowers settlement?  The Paula Jones law suit?  The $800,000 Paula Jones settlement?  The lie about taking on sniper fire?  The impeachment?  The 6 billion $ she "lost" when in charge of the State Department?  The $10 million Bill took for the pardon of Marc Rich?  Or maybe the $145 millions to the Clinton Foundation for allowing sale of our Uranium mines to Russia?
Gee, I just can’t quite put my finger on it, can you?   But it seems to be right in front of me!

Thursday, October 26, 2017

SI GANABA HILLARY...

Si la candidata demócrata Hillary Clinton llegaba a la Casa Blanca, el hedor del pantano (“swamp”, que dice Trump) en el que tienen sumergido a Washington los políticos del Establishment, se habría esparcido por toda la nación y acaso por el orbe.
Las tenebrosas maniobras de los Clinton que ahora comienzan a aflorar nunca hubieran visto la luz y las intrigas, sobornos, fraudes, incluso muertes incomprensibles jamás explicadas habrían continuado, como en la trama de algún drama del Medioevo.
Si ganaba Hillary, ganaba el Establishment de ambos partidos. Eso se confirma con la investigación que ahora se inicia de un “dossier” que un candidato republicano en desventaja en las primarias del año pasado (¿Jeb Bush?) pagó a un ex jefe del buró británico MI6 para que fragüe falsías sobre Donald Trump.
Ese informe fabricado costó 9,2 milllones de dólares, parte de los cuales los financió Hillary y el partido demócrata. El documento falso fue utilizado por el Director del FBI de Obama para ordenar una investigación sobre la supuesta colusión del líder ruso Vladimir Putin en favor de la candidatura de Trump.
Se nombraron dos comisiones del Congreso  y un Investigador Especial para poseguir la pesquisa. Este último contrató a 17 abogados pero tras nueve meses no hay el menor indicio de la colusión. Al contrario, con el aparecimiento del “dossier”, la colusión rusa evidentemente se dió entre Hillary y Putin con el nexo Bush.
Nada se habría conocido si triunfaba Hillary, como lo esperaban los que lo apoyaban, Obama y la mayoría de medios. Como tampoco que en el 2009 Rusia compró el 20% de las reservas estratégicas de uranio a los Estados Unidos, con la venia de Obama y la propia Clinton, a cambio de 145 millones de dólares para su Fundación y 500.000 dólaes para Bill por un discurso de 20 minutos.
La maniobra tuvo un testigo, un informante de la FBI que tenía orden de guardar silencio del régimen Obama. El actual Director de esa institución, tan ultrajada, acaba de levantar la prohibición de silencio y ese informante comenzará a delatar ante el Senado a todos los confabulados en ese acto de traición.
James Comey era Director del FBI cuando se le investigó a Hillary por el uso abusivo e inconstitucional de emails cuando era Secretaria de Estado. Aún antes de entrevistarla a ella y a otros implicados, la exoneró de culpa según de ello hay documentos. Su papel es investigar y dar cuenta de la investigación, no juzgar.
Hoy, con el nuevo régimen, se reabrirá la investigación sobre el caso de los emails y de los actos deshonestos de Comey, algo que habría quedado sepultado para siempre si ganaba Hillary. Ella destruyó 33.000 emails y varios smartphones, quebrando la ley, pero es probable que se recupere al menos parte de los documentos.
Los destruyó porque allí había constancia de que presionaba a gobiernos y coporaciones para que alimenten las insaciable arcas de la Clinton (“Family Crime”) Foundation, con miras a la candidatura presidencial que organizaba desde la Secretaria de Estado de Obama. Los senadores republicanos nunca pudieron adelantar la investigación, por el bloqueo del régimen.
Si ganaba Hillary y se posesionaba de la Presidencia, el limo pestilente y asfixiante del “progresismo” demócrata/colectivista se habría extendido por la cultura americana, minimizando cada vez las conquistas derivadas de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, plasmadas en la Constitución, indemne con 23 enmiendas desde su aprobación.
Con ayuda de los mayores medios de comunicación y el control de la educación, acaso con ella hubiese terminado por imponerse la creencia de que quienes defienden a la Constitución con su división de poderes y un gobierno por consenso, son nazi fascistas y que quienes los silencian y aporrean son “luchadores por la libertad”.
Igualmente, con Hillary, quienes en realidad son herederos del concepto de que el Estado a través de un Ejecutivo fuerte es el que debe prevalecer sobre el derecho del pueblo a escoger y elegir, se convertirían en el partido “compasivo” y de la protección a débiles, minusválidos, negros, pese a que sus ancestros fueron esclavistas y purificadores raciales.
Con el régimen Hillary, habrían cobrado fuerza los Antifa, Black Life Matters y demás grupos terroristas financiados por Soros para acallar a golpe de garrote a quienes se oponen a la “idea única” del colectivismo de raíz marxista/nazifascista, que culminaría con la revisión de la Historia y la condena al “capitalismo opresor” y al “abuso” de la libre expresión.
Inclusive, como lo predecía George Orwell, se hubiera creado para la nueva y única verdad un  nuevo lenguaje, una nueva sociedad uniforme, sumisa, "sin desigualdades". Con un comité de sabios que administran lo que la gente necesita y quiere, de modo inapelable. 
¿No fue estremecedora la escena de los cinco ex Presidentes en un festival organizado para levantar fondos para las víctimas de los recientes huracanes? Parecía que formaban el partido único del globalismo, unidos contra Trump, el “supremacista” que se niega a renunciar a la Constitución de los Estados Unidos en favor del colectivismo universal?
Pero Hillary y su aureola de azufre se perdieron, aunque tardará un tiempo hasta que se esfume su pestilencia.

Tuesday, October 24, 2017

LOS NEGROS HUMILLADOS

Uno de los dramas más lamentables y bochornosos es el que se vive en los Estados Unidos como resultado del esfuerzo más que centenario de los demócratas/progresistas por mantener humillados a los ciudadanos de la raza negra.
El último episodio fue la farsa urdida en torno a una llamada telefónica de condolencia del Presidente Donald Trump a la viuda de uno de los cuatros soldados muertos en una emboscada en Niger, tendida por terroristas musulmanes del ISIS.
El fallecido, sargento La David Johnson, era negro. La llamada se supone que debía ser íntima y confidencial y dirigida a la viuda, pero fue recibida cuando ésta iba en un automóvil con la congresista de la Florida Frederica Wilson,   ambas de la raza negra.
El teléfono tenía abierto el parlante y la congresista dice que el mensaje del Presidente fue irrespetuoso propio, según dijo a la TV, de los blancos supremacistas que oprimen a los negros. La denunciante es estrafalaria, con sombreros de paja de color cambiante, carnavalesca.
Alguien ha insinuado que se le tendió una trampa a Trump, que alguien advirtió a la viuda que se iba a producir la llamada a determinada hora para que esté acompañada de aquella legisladora anti Trump. Éste reaccionó indignado y así lo hizo también su Jefe de Despacho, el general de los Marines de cuatro estrellas John Kelly.
La viuda tardó varios días en sumarse públicamente a los agravios, indicativo de que se resistía a mentir. Pero cedió a la presión de un movimiento que perdura desde la terminación de la Guerra Civil en el siglo XIX que acabó con la esclavitud, pero no con la discriminación racial contra los negros.
Abraham Lincoln, que doblegó a los sureños demócratas esclavistas, se proponía extender los derechos constitucionales en toda su extensión a los negros luego de la victoria militar. Pero fue asesinado por un demócrata y sus sueños se frustraron. Prevaleció la prohibición del voto a los negros y el acceso a servicios de educación, transporte, hotelería, libre matrimonio.
Los negros eran de raza inferior, según la ley Jim Crow que perduró hasta el siglo siguiente. Las uniones birraciales eran prohibidas, se crearon fuerzas de choque del KKK para linchar a los negros rebeldes, surgió la idea de purificar la raza mediante la eugenesia y la eutanasia con instituciones que luego serían los Planned Parenthood para abortar negros y no blancos.
Asombra, con esa historia, que se haya producido una suerte de síndrome colectivo de Estocolomo en la mayoría de la población negra de los Estados Unidos, según la cual los secuestrados o los oprimidos se vuelven adoradores de sus opresores. Tal es el caso, por ejemplo, del senador por Maryland Elijah Cummings.
Con frecuencia se recuerdan escenas de la Marcha de Selma con Martin Luther King Jr., a las que se sumaba el joven Cummings. Se organizaban con el gran líder negro pro derechos civiles para todos como manda la Constitución, sin distintivo del color de la piel. La marcha fue disuelta a palos y gases por el gobernador demócrata de Alabama. 
El senador y muchos negros como él y la viuda del sargento y la diputada son fervientes demócratas progresistas. Acusan a Trump y a los republicanos de racistas, fascistas, neonazis, extremistas. Son los atributos precisamente que los demócratas ahora “progresistas” utilizaban desde el siglo pasado contra ellos.
¿Qué pasó? ¿A qué obedece la transición? Dinesh D´Souza, autor del libro “The Big Lie” (La Gran Mentira), Una Exposición de las Raíces Nazis de la Izquierda en los Estados Unidos, lo explica documentadamente. A la postre el marxismo, el fascismo y el comunismo tienen en común la convicción de que el Estado prevalece sobre los individuos.
Lenin admiraba a Mussolini y viceversa, más tarde Hitler se alió a Mussolini . El marxismo de Mussolini se trocó en fascismo y el de Lenín y luego Stalin en una feroz dictadura comunista, que sacrificó centenas de millones por fusilamientos y hambre. Hitler se obsesionó por la purificación de la raza y el exterminio de los judíos. En un principio fue admirado por Franklin D. Roosevelt y a Mussolini le fascinaba el New Deal.
Entre los ideólogos de Hitler hubo judíos marxistas que desertaron y llegaron a los Estados Unidos para formar la escuela Frankfurt. Con la derrota nazi, la estrategia doctrinaria de Heidegger y Marcuse cambió: no podían utilizar esa insignia para divulgar la causa marxista, pero utilizaron sus tácticas para amedrentar a los opositores republicanos e independientes.
Desde el decenio de 1960 se popularizó la creencia de que la extrema derecha reprimía al individuo con las inhibiciones sexuales burguesas de origen cristiano y sobrevino la “revolución” sexual. Igualmente se propaló la idea de que el capitalismo, el libre mercado y el libre pensamiento son insdtrumentos de opresión de los débiles, por lo que había que sustituirlos por un pensamiento y doctrina colectivistas.
La máxima “cero intolerancia a la intolerancia”, creada por Goebbels para la nazificación de Alemania, comenzó a implantarse aquí y en estos días opera con apoyo de Soros mediante Antifa, Black Lives Matter y otros que se embozan para palear y aporrear a los que disienten con la idea única. 
Los negros, por supuesto, según esa perspectiva, son víctimas del sistema y hay que tratarlos como minusválidos, subcapacitados mentalmente y asignarles privilegios especiales anticonstitucionales para el ingreso a instituciones educativas, lugares de empleo y acceso a subsidios estatales.
La izquierda progresista, de raíces nazifascistas y marxistas, se ha tomado el control de los mayores medios de comunicación, Hollywood y el sistema público de educación y ha causado inmenso daño en la cultura nacional. ¿Serán sus efectos reversibles? La elección de Donald D. Trump es alentadora.
La “biblia” de los medios impresos “liberals”, The New York Times, había predicho días antes de las elecciones presidenciales de noviembre pasado, que la candidata demócrata Hillary Clinton ganaría con el 93% de los votos. Trump la derrrotó y acaparó la mayoría en el Senado, la Cámara de Diputados y las gobernaciones y congresos estatales. 
Y se mantiene incólume en su posición de aplicar el mayor antídoto contra la izquierda de orígenes marxistas nazi fascistas: la Constitución de los Estados Unidos, que se basa en esa deslumbrante, luminosa Declaración de Independencia que dio un vuelco a la concepción de cómo organizar la sociedad, basada en  que es en el pueblo donde reside la soberanía, no en monarcas ni en círculos autócratas inapelables que controlan el Estado.

Wednesday, October 18, 2017

UNA PRENSA SECUESTRADA

En Estados Unidos, la mayoría de los medios de comunicación escritos y audiovisuales, con gigantes como el The New York Times o la CNN, se han  descarrilado y resistido a reencontrar la pista del verdadero periodismo  profesional, que es informar con objetividad.
James O´Keefe, un joven periodista que no se ha dejado arrastrar por esa corriente degenerativa de la profesión, ha emprendido por cuenta propia una cruzada de contornos épicos para desenmascarar a los medios que manipulan la verdad con un objetivo político izquierdista/progresista.
Anteriormente O´Keefe cobró fama por sus reportajes que pusieron en evidencia, mediante grabaciones audiovisuales secretas, el mercado de partes de fetos de los abortos que, legalmente y con fondos del Estado, realizan diariamente las  agencias del Planned Parenthood. El macabro mercado se concierta entre las agencias y clientes privados.
Esta vez la investigación se centra en el The New York Times, también con cámaras escondidas. Son varias entrevistas a reporteros y editores, en las que se transluce que la política del Diario no es servir de intérprete objetivo entre el hecho noticioso y el lector, sino ser un censor de la noticia para administrarla, vetarla o editarla con fines políticos.
En la última entrega de esos diálogos, la periodista del NYT entrevistada, que cree que habla off the record, estalla en odio contra de Donald Trump e inclusive contra Mike Pence, confirmando que el Diario busca presentar las informaciones de esos personajes para anularlos, primero cuando fueron  candidatos, luego como gobernantes.
La indignación de Trump contra la “gran prensa”, por la nula o maliciosa cobertura recibida, se justifica con las delaciones publicadas por el reportero O´Keefe en la serie que ha titulado “American Pravda”, en alusión al diario oficial “Verdad” del partido comunista de la extinta URSS. Lo que reclamaba y reclama Trump no es una prensa “positiva” sino objetiva.
Por fortuna y pese al poder de medios como el citado NYT, o el The Washington Post, estaciones de TV como CNN, CBS, NBC y en menor medida radios, su influjo no es total como pudo haber sido hace algunos decenios cuando reinaban solo tres estaciones de TV nacionales. Ahora existen FOXNews, otras y sobre todos los llamados “medios sociales” que han contribuído a romper el monopolio.
Un ejemplo saliente en este caso es el de O´Keefe, cuyo último video   se transcribe. Con su aporte y la entereza inquebrantable de Trump, los medios sesgados están perdiendo la batalla de credibilidad y sus suscriptores no logran expandirse más allá de los habituales, que no admiten otro pensamiento que no sea el “progresista”.
El “progresismo”, que aquí es calificado también como liberal, es una versión siglo XXI del socialismo/comunismo que afloró hace cien años y que se volvió ruso con Lenin y Stalin, italiano con Mussolini, nacional socialista con Hitler. La tendencia camuflada tiene en sus garras hoy al partido demócrata de los Estados Unidos: ganó las elecciones con Obama y casi se prolonga con Hillary Clinton.
Dicta la Historia a su modo en escuelas, colegios y universidades y de allí salen, adoctrinados, los profesores y periodistas encargados de esparcir la nueva “buena” nueva: que los Estados Unidos es causa de los males del mundo, que el capitalismo es perverso y hay que suplantarlo por el colectivismo, que hay que abolir su Constitución, que Trump es un blanco supremacista esclavista y nazista.
Son acusaciones que atentan contra el sentido común, por lo cual pronto quedarán sepultadas en el olvido. Distinta habría sido la suerte si ganaba, como lo vaticinaban todos los medios demócrata/progresistas, Hillary o su coideario Bernie Sanders. Pero quien salió victorioso es Trump y con él la ideología verdaderamente liberal y demócrata que ha hecho grande a este país.
Cuán distinta la suerte de otras naciones, donde la libertad parece que fuera dada por los gobiernos como una limosna y no como un derecho consustancial a la soberanía popular. En el Ecuador, por ejemplo, Correa implantó una ley de prensa o ley mordaza que implica pre censura del gobierno para repartir libertad de información con cuenta gotas, conforme a los caprichos del gobernante.
El proyecto de ley fue aprobado siguiendo los procesos reglamentarios, sin protestas visibles ni válidas de periodistas, ni de sus gremios, ni de los empresarios de los medios. La humillación es total y ha sido bienvenida por los humillados. Suerte que la situación sea distinta en este país. 

Monday, October 16, 2017

UN "FASCISTA" LEGALISTA

Los demócratas progresistas y los republicanos que les hacen el juego se están quedando sin argumentos para tratar de justificar sus ataques contra el Presidentre Trump, en sus vanos intentos por torpedear su gestión.
La cada vez más debilitada acusación de que ganó la Casa Blanca con apoyo del Presidente ruso Vladimir Putin ha cedido paso a la violencia de los grupos autodenominados antifascistas y anti supremacistas, que han querido identificar a Trump como neo nazi.
El tema se exacerbó con el incidente de Charlotteville, Virginia, cuando hubo enfrentamientos entre grupos antifascistas y otros que se oponían a la destrucción de un monumento al general Robert E. Lee, que comandó las fuerzas sureñas en la Guerra Civil.
La gresca dejó un muerto. Trump criticó, con razón, que la violencia vino de las dos partes y que ambos eran igualmente condenables. Fue criticado incluso por gente de su partido, por no haber cargado toda la culpa a la facción que se identificaba con del general Lee.
Los manifestantes argüían que el monumento es Historia, sin defender la posición esclavista del Sur, dominada por los demócratas. Ellos tenían permiso para expresar su protesta, que no la tenían grupos como Antifa (antifascista), que enmasacarados blandían garrotes para castigar a sus opositores.
En el caso de Charlotteville, como en tantos otros Trump, se alineó con la ley. Los grupos supuestamente antifascistas originaron la violencia en el campo y debieron haber sido frenados a tiempo por la policía por carecer de  autorización y por estar embozados, lo que es ilegal.
Igual está ocurriendo en el plano internacional. Corea del Norte ha evadido el cumplimiento de los acuerdos con Naciones Unidas y ha desarrollado un armamento militar que amenaza con convertirse en nuclear, con la venia e incluso la ayuda de los anteriores presidentes norteamericanos y aliados.
Esa complicidad Trump ha resuelto terminarla con una efectiva diplomacia que ha logrado el respaldo unánime no solo del Consejo de Seguridad sino prácticamente de todas las naciones, para cercar al tirano y obligarlo a terminar con su amenazante programa nuclear.
Parecida estrategia está aplicando con Irán y el acuerdo que firmó con Obama para desarrollar en secreto su poder nuclear en diez años, con la ayuda financiera de 1.500 billones de dólares, incluído un embarque aéreo con dinero cash. El acuerdo debió pasar por el Senado, pero Obama lo esquivó con la complicidad del senador republicano Bob Corker.
El acuerdo no fue ratificado por Trump, quien lo puso en manos del Congreso para que lo estudie y se pronuncie, como manda la Constitución. Corker buscaba la reelección en Tennessee, pero la retiró luego de que el Presidente le negó su respaldo por su paticipación en el Acuerdo con Irán. Ahora Corker, que renunció a la reelección, es anti Trump.
Siempre en búsqueda de aplicar la ley, Trump confiaba en que el Congreso anularía el Obamacare ipso facto, por quebrado y por inconstitucional y porque los republicanos en ambas Cámaras, en las que son mayoría, habían hecho promesa unánime de anularla durante la campaña electoral (y que votaron 61 veces en contra durante siete años). No fue así, debido a la traición especialmente del senador John McCain.
Dado que el proceso de anulación quedó aplazado para el próximo año, el  mandatario tuvo que decidir qué hacer con la quiebra de la ley causada por la falta de asociados al Obamacare, por impago, por alzas en primas y otras causas. Obama mintió al decir que los costos se reducirían: ocurrió lo contrario.
No hubo suficiente número de jóvenes afiliados, que prefirieron pagar o no  la multa, lo que desfinanció la ley obligatoria. Durante su mandato, Obama optó por subsidiar a las aseguradoras, con fondos asignados sin autorización del Congreso, violando la Constitución. (Como se la violó con la obligatoriedad de adquirir pólizas).
¿Qué es lo que hizo Trump? Ordenó cancelar el pago de esos subsidios, por inconstitucional. Es lo mismo que hizo al no prolongar la protección de Obama a los “dreamers” (que llegaron de niños a este país junto con sus padres por la vía ilegal). En ambos casos, subisidio para el Obamacare y “dreamers”, será el Congreso el que se pronuncie.
Mientras tanto, el Presidente abre las fronteras para la libre competencia entre aseguradoras de salud, para que la gente opte por los mejores precios del mercado nacional. Para ello puede asociarse y reducir costos. En concordancia, se levanta la obligatoriedad para la adquisición de pólizas y se elimina la pena de multas.
El objetivo de Obama (y el de Hillary Clinton y Bernie Sanders y demás demoprogresistas)  era la socialización de los servicios de salud, con un solo proveedor, el Estado. El paso dado por Trump es en la dirección contraria, el fortalecimiento del sistema de competencia de mercado como mecanismo óptimo de mejora de servicios y precios. 
Ciertamente el debate en el Congreso no debió centrarse en “abolir y reemplazar” al Obamacare, sino simplemente en “abolir” ese instrumento  encubierto orientado a destruir el sistema preexistente de libre mercado, que ha probado ser el más eficiente del mundo. Con deficiencias y vacíos que había y hay que superar, pero  para perfeccionarlo, no para destruirlo. 

Extraño fascista, neonazi, supremacista, misoginista este señor Trump que no  deja de decir que su preocupación máxima es cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, mandato que su antecesor ignoró. Y que ha propuesto como jefe de seguridad de la nación, Homeland Security, nada menos que a una mujer: Kirstjen Nielsen.

Wednesday, October 11, 2017

¿MÁS O MENOS IMPUESTOS?

Si uno se ubica en el lado de los contribuyentes, la respuesta sería obvia:  menos impuestos. Siempre que el que opine no esté corroído por el virus del “progresismo” demócrata/izquierdista que busca fortalecer al Ejecutivo, como solución a todos los problemas de la comunidad.
Los que piensan de otra manera, como los republicanos e independientes que respaldan a Donald J. Trump, juzgan que una reforma tributaria que simplifique el esquema e incluya una reducción general de impuestos estimularía la economía y consolidaría el sistema democrático capitalista.
La Declaración de la Independencia y la Constitución de los Estados Unidos determinan que el poder reside en el pueblo, no en el gobierno. El pueblo delega su poder temporalmente al gobierno para que garantice las libertades ciudadanas y elabore leyes y cuide que se cumplan, para  así garantizar la armonía social.
Al gobierno, con ese fin, se lo dividió en tres ramas para que mutuamente se controlen para evitar excesos. Sus representantes son elegidos directa e indirectamente por votación popular. En ningún caso el Ejecutivo podrá crear impuestos o dictar leyes, atribución vedada igualmente a las Cortes de Justicia.
La mayor carga de responsabilidad del poder popular recae en la rama legislativa, en la Federal y en la de cada uno de los 50 Estados. Desafortunadamente, en los últimos decenios el Congreso Federal ha ido cediendo parte de sus atribuciones al Ejecutivo y a la Corte Suprema, que han comenzado a legislar y regular pese a prohibirlo la Constitución.
El Ejecutivo, sobre todo con Obama, ha expedido más de 4.000 leyes, con más de 90.000 regulaciones (Véase el cuadro) que técnica y constitucionalmente debían tener la venia del Congreso. Lo ha hecho a través de organizaciones para la protección del medio ambiente, o de la energía y similares, autorizadas por los propios legisladores.
El proceso democrático se ha entorpecido y envilecido en los últimos años, como ocurrió con el Obamacare y su mandato inconstitucional para la adquisición de pólizas de salud. La demanda contra le ley llegó a la Corte Suprema pero fue desechada con el voto dirimente del Presidente de la Corte, el republicano John Roberts. 
La misma Corte violó la Constitución al legalizar el sacrificio de los niños nonatos mediante el aborto. El Congreso se niega a rechazar esa decisión opuesta al principio básico de defensa de la vida que estipula la Carta Magna. Igual sucedió con la admisión de legalidad del matirmonio homosexual, repudiado en los referendos que se han  realizado en 37 Estados.
Los partidarios de Trump confiaban en que la confusión terminaría con las pasadas elecciones, debido a que el GOP captó, además de la Casa Blanca, la mayoría de las gobernaciones estatales y la mayoría en las dos cámaras del Congreso Fedreal y la mayoría también de los congresos estatales. Pero la realidad ha sido frustrante.
Aparte del nombramiento de Neil Gorsuch como noveno juez de la Corte Suprema de Justicia, ningún otro logro de importancia de la agenda de Trump se ha concretado hasta la fecha, debido a la traición de algunos senadores republicanos. Todos ellos prometieron, por ejemplo, anular el Obamacare de inmediato, pero nunca se obtuvo mayoría.
Trump ha dicho que la batalla no está perdida, aunque si aplazada hasta el año próximo. Mientras tanto y puesto que el Obamacare está quebrado, ha anunciado que recurrirá a arbitrios legales fuera del Congreso para mitigar el impacto negativo, como abrir las fronteras estatales a la competencia de las aseguradoras, exonerar de multas a los que no se afilien, formación de grupos de asociados, etc.
Ahora Trump se apresta a “vender” su proyecto de reforma y reducción de tributos. Obama duplicó irresponsablemente la deuda pública a a más 20.000 billones. Característica demócrata: aumentar excesivamente el gasto público, endeudamiento, incremento de impuestos. En Estados Unidos, ciudades en rojo como Detroit, Chicago, muchas de California, Puerto Rico, están quebradas, por obra de gobiernos demócrata/socialistas, como en Venezuela o Ecuador.
Para combatir el endeudamiento no cabe sino la opción de reducir el gasto y acelerar el desarrollo. La primera es de efecto lento pero la segunda puede alcanzar resultados más rápidos al simplificar la compleja fijación de los impuestos y exenciones (que implican evasiones y uso  de expertos tributarios), junto con la baja de las tasas impositivas.
La medida, si bien es republicana, fue aprobada en 1963 por John F. Kennedy, demócrata, con excelentes resultados y más tarde la repitió Ronald Reagan, republicano. En ambos casos la economía creció de una manera consistente y persistente, hasta que advinieron otros regímenes que descuidaron un manejo prolijo del gasto.
Los demócratas, que se autoproclaman defensores de la clase media y de los desposeídos, ya se han declarado opuestos al plan Trump para reducir y reformar el esquema tributario. Repiten, mintiendo, que va a beneficiar a los “ricos” en perjuicio de los pobres. El 50% de la población no paga el impuesto a la renta - la mayor recaudación tributaria proviene de menos del 10% de la población de más altos ingresos, que es la que crea riqueza y empleo.
Trump ha iniciado giras de promoción del plan por varios Estados, para presionar a los legisladores de su partido a que cumplan con la agenda que los llevó al poder. Si nuevamente hay tropiezos, parecería que la sola alternativa es iniciar una campaña para que en las elecciones de medio tiempo del 2018, la gente no reelija a ninguno de los legisladores que han traicionado a la causa.

Monday, October 9, 2017

UNA PRENSA OBJETIVA

Si el periodismo en los Estados Unidos recuperara de pronto esa condición inherente a la profesión que es la objetividad, es probable que otra sería la imagen que dentro y fuera del país generalmente se tiene del Presidente Donald J. Trump.
Al mandatario y a sus partidarios les enfurece lo sesgado de la mayoría de los medios de comunicación audiovisual y escrita y no reclaman, como mal se ha dicho, una “prensa positiva”, sino una información objetiva.
Porque al mencionar “positiva” podría suponerse que Trump implora adulo o supresión de crítica. No, ha dicho, lo que queremos es que se informe al público con veraciad acerca de las gestiones del gobierno, de lo que sobre ellas decimos, sin omisiones ni distorsiones.
Cuando al inicio del régimen Trump habló de política externa y reclamó a la OTAN que rectifique rumbos y aporte más al presupuesto, los medios alineados con la oposición demócrata, lo condenaron acusándolo de enemigo de la organización y de aislacionista.
Nada han informado, ni menos comentado, acerca de la posterior decisión de la OTAN de revisar los porcentajes de aporte presupuestario de sus miembros ni de reenfocar la prioridad de la lucha contra el terrorismo, tal como lo pidió en ambos casos el Presidente Trump.
Sobre el nuevo trato a Corea del Norte y China las condenas a Trump han sido igualmente implacables. No obstante, es evidente que el tirano de los cohetes está acorralado y que el rechazo a él fue unánime en el Consejo de Seguridad por 15 votos a 0, incluídos claro está China y Rusia.
La repulsiva capitulación de Obama ante Irán, con el cual firmó un acuerdo que le da luz verde a la nuclearización, con un obsequio de 15.000 millones de dólares, va camino de ser bloqueada y para ello contará con el apoyo del mundo árabe y de su mayor potencia, Arabia Saudita, otrora simiente del 9/11.
El acuerdo debió haber sido autorizado por el Senado, pero Obama violó una vez más la Constitución y la ignoró, con la complicidad del senador republicano por Tennessee Bob Corke, presiddnte del Comite de Relaciones Exterores del Senado, convertido en enemigo de Trump porque el Presidente se negó a apoyarlo (por esa causa) para su reelección en el 2018.
El ISIS, el primer Califato del siglo XXI que Obama ayudó a fundar con la retirada abrupta de tropas en el Irak, está en retirada gracias al repunte en los ataques antiterroristas. Acaba de anunciarse que 1.000 militantes del ISIS se retiran y entregan formalmente sus armas.
Si el periodismo fuese objetivo, ya se habría relievado que la acusación y los gastos multimillonarios para hallar vínculos de colisión entre el líder ruso Putin y Trump en las pasadas elecciones, es una farsa de la oposición.
Se nombró para el caso a un Investigador Especial, James Mueller, que ha contratado a otros 16 juristas para que lo ayuden. Pero su trabajo lleva ya más de nueve meses y no encuentran una sola pista. Según la ley, el nombramiento de un Investigador se justifica solo al constatarse la existencia de un crimen y la falta suficiente de pruebas.
En ningún caso se nombran comisiones o investigadores especiales para que busquen un crimen. Los nombramientos se dan sobre la base de la existencia del crimen (colisión en este caso), no sobre sospechas. Trump podría cancelar a Mueller, pero el clima político no le es propicio.
En el ámbito interno, los medios hacen esfuerzos de distorsión y omisión. Pretenden disminuir la verdadera ayuda dada a Puerto Rico azotada por los huracanes y prefieren destacar las mentiras de una alcaldesa (de entre 70 alcaldes), Yulin Cruz, que se desata en improperios contra el régimen.
Yulín Cruz aplaudió a Obama cuando perdonó al terrorista portorriqueño Oscar López Rivera, preso en Nueva York por asesinar a policías. López, como Yulín Cruz, lucha por la independencia de la Isla, tesis que no echa raíces en la población. La alcaldesa prometió a López un recibimiento triunfal en San Juan, en homenaje a su liberación.
La oposición no se limita al partido demócrata, se ha esparcido también al segmento pro establishment o pro pantano del GOP. Pese a ello, a que no se aprueba la abolición del Obamacare y a que aún no se consideran leyes para reducir impuestos y otras medidas de estímulo a la economía, ésta se ha robustecido de modo espectacular con Trump.
Estos hechos no son noticia de primera página. Pero si lo son rumores sobre supuestas divisiones internas del equipo Trump o especulaciones sobre determinadas frases del gobernante, dichas a viva voz o en Twitter, que muchas veces escapan al sentido del humor de los periodistas o que son deliberadamente mal interpretadas.
Mientras Trump brega con la oposición demócrata y de su propio partido, así como con la obstrucción de los medios, muchas de las promesas de campaña siguen cumpliéndose en cuanto no haya conflicto legal con el Congreso. Por ejemplo, con las regulaciones ejecutivas que su predecesor dictó al margen de la Legislatura para obstruír las libertades y la expansión de la economía.
Suprimió la obligatoriedad de los patronos a proveer anticonceptivos, que se negaban por razones religiosas o morales, como por ejemplo una institución regentadada por monjas. Igualmente levantó la prohibición para explotar carbón, que dejó en el desempleo a millares de personas. Otras regulaciones sobre uso de aguas y de medio ambiente se archivaron.
En materia de inmigración, Trump pide al Congreso clarificar leyes para evitar que se repita el fenómeno de los “dreamers” o soñadores, que son los hijos de inmigrantes ilegales que crecieron aquí y reclaman ahora la ciudadanía inmediata, protegidos temporalmente por Obama.
Trump pide que ningún niño ilegal sea admitido, esté o no acompañado y que tampoco se permita ingresar a parturientas con visas de turismo, cuya sola intención es dar a luz en suelo norteamericano para lograr la ciudadanía automática de sus hijos. Para los “dreamers” reclama un proceso riguroso de naturalización y, por supuesto, reclama la construcción del muro en toda la extensión de la frontera con México.

Tuesday, October 3, 2017

¿ESTADOS "UNIDOS"?

Las investigaciones continúan sobre las motivaciones que tuvo el asesino de Las Vegas para planear y ejecutar su diábolica matanza colectiva de 59 seres inocentes, que hirió a otros 527 y que con casi 30.000 aficionados asistían a un concierto de música country.
Las especulaciones abundan, pero acaso la que más se acerca a la verdad sea la que apunta a que el móvil fue asesinar a republicanos, en la presunción de que en el concierto del domingo se tocaba “country music”, género popular entre los americanos tradicionales, muchos de los cuales se identifican con Trump.
Hace unos tres meses se produjo otro atentado con idéntico fin, esa vez en un campo de entrenamiento de beisbol, cerca a Washington, la capital. Varios legisladores republicanos se reunieron allí muy temprano en la mañana para practicar, previo a un partido amistoso para reunir fondos con destino benéfico.
Sorpresivamente irrumpió un individuo armado que comenzó a disparar y la mortandad habría sido enorme si no hubiese intervenido a tiempo un policía de civil que lo mató. Quedó muy malherido el dirigente “whip” de la Cámara de Representantes, Steve Scalise, quien acaba de reintegrarse ayudado de muletas.
Las investigaciones revelaron que el asesino, James Hadkinson, obseso en su odio contra Trump, había estudiado con detenimiento el momento más propicio para castigar con la muerte a un grupo de legisladores partidarios del Presidente: una mañana como aquella, aún sin tránsito, sin testigos ni medidas de seguridad.
En el caso de Las Vegas, el asesino Stephen Paddock, que se suicidó al ser acorralado por la policía, había elegido una suite en el piso 32 del hotel  Mandalay desde cuyas ventanas era fácil lanzar una lluvia de balas contra los hombres, mujeres y niños concentrados al pie del hotel frente a la tarima con los cantantes e instrumentistas.
De lo que se ha llegado a conocer, se sabe que Paddock era un hombre de mucho dinero, aunque con deudas derivadas de su afición al juego. No tenía antecedentes penales y según su hermano, residente en Orlando, Florida, jamás dio muestras de violencia. Era solitario pero últimamente mantenía relaciones con una indonesia/australiana que podría estar de viaje a los Estados Unidos mañana. 
Si se confirma que viene o si de todos modos los investigadores logran comunicarse con ella, se obtendrá información invalorable sobre este personaje hasta el momento misterioso. Marilou Danley, la supuesta amiga o amante estaba en Tokio y luego en Filipinas, hasta hoy. Acababa de recibir un giro de 100.000 dólares de Paddock.
El frenesí contra Trump no tiene límite y está alimentado a diario por casi todos los periódicos, revistas y canales de TV y radio. Las encuestas dicen que solo el 5% de los espacios contiene información “positiva” sobre Trump, pero lo que Trump reclama no es información positiva sino objetiva. Lo que los medios hacen es distorsionar, ignorar, manipular hechos y dichos.
La masacre de Las Vegas sirvió a los demócratas y los medios para insistir en que se prohiba la venta de armas de fuego a los ciudadanos, garantizado por la Constitución. Padddock invirtió una fortuna para comprar casi 40 armas, la mayoría automáticas de venta prohibida. En Chicago existen las mayores restricciones y gobiernos demócratas por décadas, pero la crimimalidad es una de las más altas del país.
Los ciudadanos compran armas para defenderse (o para la cacería), luego de presentar las credenciales de ley. En Chicago y en todos los sitios, los criminales adquieren armas en los mercados negros, no para defenderse sino para asaltar, robar y matar. No siempre la policía llega con presteza para impedirlo, de ahí que los ciudadanos honestos busquen armarse para  defenderse.
La mayor criminalidad se da entre los negros. No a causa de su color sino de su forma de vida. La pobreza entre las parejas de negros casados era de un 8% hasta 1960. Con las medidas “protectivas” de subsidio de los demócratas el matrimonio se fracturó, se multiplicaron las madres solteras, pulularon los niños y adolescentes sueltos en los ghettos y la criminalidad subió.
La delincuencia se combate con la Policía y entre los policías hay también ciudadanos negros. El número de detenidos en urbes conflictivas como Chicago, Baltimore  y similares crece entre los negros y es a ello lo que los demócratas se refieren cuando hablan en contra de la brutalidad policial, los policías que evitan que haya más negros asesinados por negros en las calles de Chicago.
Para protestar por la “police brutality” los jugadores negros de fútbol americano decidieron irrespetar a la bandera y al himno de los Estados Unidos. Cuando Trump y millones de americanos protestaron contra esa irreverente forma de protestar, los negros ahora se entrelazan entre si de pie, para demostrar que luchan por la “justicia social”.
La justicia es justicia. No es ni social ni antisocial. Es buena o mala se ciña o no a la ley. Pero últimamente los izquierdistas le han añadido el término “social”, que no otra cosa quiere decir sino justicia distributiva, redistribución de ingresos e igualación de resultados. O sea socialismo y negativa a los principios de división de poderes de la Constitución a cambio de un Ejecutivo omnímodo.