La histeria anti Trump se está volviendo cada vez más peligrosa a medida que se descarrilan todos los intentos por descalificar al Presidente. La última “gracia” fue exhibir una cabeza simulada del líder, degollada y ensangrentada al mejor estilo jihadista.
La imagen fue preparada por la comediante de CNN Kathy Griffin en colaboración con un fotógrafo estrella y circuló profusamente por el Internet. Pero causó repulsión, inclusive de parte de una asociación que existe para venerar a Satán.
Griffith se limitó a tuitear que quizás se excedió y pidió disculpas. Pero si hubiese sido un republicano el autor de algo similar en FoxNews contra Obama, habría sido encarcelado y al canal se lo habría seriamente amonestado o multado por infringir la ley.
Los demócrata/progresistas están más desesperados que nunca y no atinan qué hacer para detener a Trump con el The New York Times como jefe de campaña, para lanzar toda suerte de sandeces y especulaciones sin el más mínimo respaldo.
En lugar de ejercer un periodismo profesional, la “gran prensa” infestada en su mayoría por el virus demo/progresista, no hizo un análisis real de la importancia de la reciente gira de Trump por Medio Oriente y Europa y se dedicó a distorsionar nimiedades anunciadoras de supuesas rupturas y distanciamientos.
No solo entre Estados, sino incluso con su cónyuge Melania. Las cámaras repitieron ad infinitum una imagen en la que Melania retira su mano de la de Donald por alguna razón trivial, pero que los sagaces reporteros intepretaron como señal de que el divorcio entre los dos estaba ad portas.
Les importó un comino que Trump sellara un pacto estilo OTAN con Arabia Saudita y más de 50 estados árabe musulmanes para combatir juntos al terrorismo del ISIS y del radicalismo islámico apoyado por Irán, un país fortalecido por Obama. Prefirieron destacar minucias.
Como en Bruselas, ocasión en la cual Trump apoyó al Secretario General del organismo que igual que él ha reclamado a los socios morosos que paguen sus cuotas de al menos el 2% del PIB. Decirlo en público fue insultante, dijo la “gran prensa”. Pero todos a una firmaron el acuerdo de lucha antiterrorista pedido por Trump y comienzan a ponerse al día en los pagos.
Otra “perla” globalista “progresista” legada por Obama, el acuerdo de París para elevar los impuestos a quienes emiten carbono en la atmósfera para agravar un inexistente calentamiento global, se va al canasto. El solo beneficio habría sido fortalecer los controles centralizados ahora a nivel mundial, con desmedro para el desarrollo de los pueblos.
El desmantelamiento del Estado Administrativo, que es el proceso seguido en esta nación en las últimas décadas para suplantar el libre mercado y el pleno ejercicio de las libertades individuales por un Ejecutivo cada vez más intrusivo y regulador, tiene desconcertados a los seguidores de ese credo de izquierda, inspirado en un socialismo/marxista que no murió en 1989.
Y son ellos, los que se mofaron de Joseph McCarthy cuando demostró con documentos que había demócratas a sueldo de Moscú, los que atizaron las protestas contra la guerra en Vietnam (fomentada por Moscú y Beijing), los que aplaudieron a Obama por capitular ante Fidel Castro, son ellos los que ahora acusan a Trump de haber llegado a la Casa Blanca por Putin.
Han transcurrido más de ocho meses de la cantaleta o charada, según Trump, de la “conspiración” de los rusos para sepultar a Hillary Clinton en las elecciones del 2016 y llevar como borregos a los electores de USA para que voten por el multibillonario de las Golden Towers de Manhattan.
A útima hora quieren involucrar al yerno de Trump pues no han conseguido nada para vincularlo directamente a él. Pero Jared Kushner, de 36 años de edad y casado con Ivanka, sonríe y ha dicho desde el primer momento que no hay nada oculto, que está voluntariamente listo a declarar todo lo que sabe y hecho con el embajar ruso y cualquier otra persona de ese país.
Obviamente no habrá nada. Queda pendiente descubrir y castigar a todos los obamistas burócratas que continúan filtrando información confidencial a los medios demócratas. Alguien ha dicho con sorna que se les debería cortar la lengua, como se estila en algunas culturas que tanto defienden. Por eso ha dicho Trump, también con sorna, que cualquier líder mundial puede llamarlo a su celular cuando quieran.
Esas potenciales llamadas tendrían tanto secretismo y confidencialidad como las tantas que ha tenido en la Casa Blanca y que los burócratas y agentes secretos demócrata/obamistas del FBI/CIA infiltrados han estado ofreciendo a los grandes medios, desde antes de su posesión y hasta estos días.
Los jueces del IV Circuito Federal han vuelto a vetar a Trump en su deseo de restringir el ingreso de inmigrantes de siete países de alto riesgo terrorista, así calificados por Obama. Dicen que discrimina a una religión, la musulmana. En Manchester el suicida se sacrificó a nombre de Alá, como sus predecesores. Se reveló que en Inglaterra residen 23.000 jihadistas dispuestos a hacer lo mismo en cualquier instante.
¿Cuántos de igual calaña hay aquí? El terrorismo islámico es religioso y así lo acaban de aceptar los propios árabes sunitas en Riyad. Quieren, con Trump y ahora con la OTAN y el Papa e Israel combatir a este terrorismo que los shiítas de Therán promueven y fomentan con armas y dinero. Dinero que fue dado a raudales por Obama, más de 500.000 millones de dólares.
¿Está la oposición a Trump con Irán, con los shiítas, con Kathy Griffin, con la disolución del país, con la victoria islámica? Si no es así ¿por qué actúan, piensan y escriben para decir exactamente lo mismo?