A tres semanas de ganar las elecciones presidenciales, Donald Trump continua demostrando una coherencia que sigue dejando desconcertados a sus opositores, entre los que se cuentan demócratas, los analistas de los medios y algunos dirigentes republicanos.
En el discurso que ponunció anoche en Ohio, el primero después de ser electo el 8 de noviembre, resumió los objetivos de su campaña que la inició el 15 de julio del 2015 y que se abrevian en el slogan “Let´s make America Great again”, o sea, volvamos a enaltecer a los Estados Unidos.
Previamente estuvo en Indianapolis, Indiana, junto a Mike Pence, quien fue allí gobernador y ahora es su Vicepresidente electo. El motivo de la visita era ratificar una de sus promesas de campaña, aún sin posesionarse de la Presidencia el 20 de enero próximo.
Trump había reiterado que suscribir tratados comerciales internacionales es aceptable, siempre que no perjudiquen a los intereses nacionales. Pero algunos lo son, como NAFTA y dijo que hay que revisarlos o anularlos pues generan fuga de inversiones y pérdida de empleo, tal el caso de la fábrica Carrier de Indianapolis, de máquinas de enfriamiento.
Muchas empresas norteamericanas han emigrado a México, China y otros países porque allí la mano de obra es más barata y porque no pesa sobre ellas el impuesto a las corporaciones del 35%, uno de los más altos del mundo. Los productos así fabricados con ahorro para los inversionistas, llegan al mercado norteamericano libres de impuestos.
Naciones con sistemas políticos rígidos como China han florecido con ese sistema en lo económico y los obreros de las fábricas que emigraron se han quedado aquí sin empleo. Por esa y causas como el Obamacare, hay 95 millones de desempleados en el país y muchos sobreviven con dos o más empleos a medio tiempo, con una deuda pública que ha llegado a la cifra surreal de los 20 trillones de dólares.
La empresa Carrier había planeado trasladar sus instalaciones a México hace un año y medio y había realizado iniversiones. Pero Trump, ya electo, llamó a la dirigiencia matriz y le pidió suspender el proyecto, anunciando que con su gobierno estimulará y facilitará la inversión en el país, así como el regreso de capitales calculados en por lo menos 3 trillones de dólares.
Carrier archivó el proyecto, absorberá la pérdida de la inversión inicial y los 1.100 trabajadores que iban a quedar sin empleo celebrarán la próxima Navidad con alegría y optimismo. El gobierno estatal, en la misma tónica que Trump, dijo que otorgará un subsidio a la compañía de exención de 7 millones de dólares en impuestos.
Donald Trump, quintaesencia del capitalismo, va camino de convertirse en el líder que podría acabar con el mito de la izquierda marxista de que los empresarios son perversos, que el capitalismo humilla y explota, que el antagonismo obrero/patronal es insuperable, que el libre mercado conlleva miseria y debe ser sustituido por el Estado redistribuidor de la riqueza.
Fidel Castro era uno de los que pensaba así, al igual que sus admiradores. Los resultados son inocultables. La redistribución forzada se la hace con privación de las libertades. Los Castro asumieron poderes absolutos por 57 años. La riqueza se esfumó, salvo para el círculo de poder y lo que se generalizó es la miseria y la indignidad.
El camino hacia la prosperidad es otro, el que quiere retomar Trump con el apoyo de la mayoría de votantes y que se delinea en la Declaración de la Independencia y la Constitución de los Estados Unidos: rechazo a toda forma de tiranía y perpetuación en el poder, gobierno por consenso y para ello equibrio y mutuo control entre las tres ramas de la administración.
El Presidente Electo es claro y coherente en su visión constitucional de lo que será su gobierno. Los cambios que propone se adoptarán con el Congreso, lo que no hizo Obama, siendo el caso saliente el Obamacare que se adoptó sin un solo voto republicano. Con el nuevo régimen será rechazado y sustituído ipso facto, con los legisladores de ambos partidos.
Obama debilitó el sistema constitucional, soslayando al Congreso para legislar con Decretos Ejecutivos sobre temas ambientales y de todo orden, lo que ha desalentado a inversionistas grandes y medianos. La mayoría de esos decretos será anulada por la misma vía de Decretos Ejecutivos por Trump, quien reveló que los empresarios le dijeron que muchos emigran más que por el peso de los impuestos, por este tipo de regulaciones.
Anoche reiteró Trump que no descuidará otras áreas primordiales para revitalizar a la sociedad norteamericana. En educación, nombró a Betsy DeVos, una millonaria dedicada desde hace muchos años a presionar por la reforma del sistema educativo público, monopolizado por los sindicatos de profesores que frenan toda reforma y ahondan un aprendizaje dedicado a demonizar a los Estados Unidos.
En finanzas y comercio estarán otros millonarios, Steve Mnuchin y Wilbur Ross, respectivamente, que se dedicarán por igual a revisar tratados y a eliminar trabas a la inversión para favorecer las inversiones, el desarrollo y por ende el empleo y la riqueza. ¿Por qué millonarios? le han criticado a Trump. Y él contesta: porque saben cómo crear riqueza...
Algunos han comentado en el pasado: ¿cuándo se ha visto que un “homeless” cree empleos? ¿preferirían los izquierdistas a un “community organizer” (agitador social) como Obama para Secretario del Tesoro? ¿o a uno de los rebeldes anti Wall Street o acaso un miembro del The Black Lives Matter?
La seguridad interna y externa seguirá siendo clave para Trump. Ha designado al senador Jeff Sessions como Fiscal General, de trayectoria impecable y como Director de la CIA a Mike Pompeo, de credenciales igualmente cristalinas. Su ministro de Defensa será el general James Mattis, a quien lo ha comparado con los legendarios generales George S. Patton y Douglas MacArthur.
Sigue pendiente la decisión de Trump acerca del nominado para Secretario de Estado, o Ministro de Relaciones Exteriores, considerado el principal del gabinete y primero en la sucesión presidencial, en caso de catástrofe. Se barajan algunos nombres y opciones, motivo de especulación. Pero se espera que el seleccionado estará a la altura de los que ya ha escogido.
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