Tuesday, July 23, 2013

¿OBAMA SOLO HA BAJADO AL 41%



Los medios de comunicación de este país, que en su mayoría respalda rebañegamente la doctrina radical del presidente Barack Hussein Obama, publican alarmados que la popularidad de su líder ha bajado al 41%.

Hasta hace poco tiempo y luego de su extraña reelección en noviembre pasado, las encuestadoras señalaba que esa popularidad era superior al critico nivel del 50%, registrándose por un buen lapso hasta el 54%, para decaer luego al 49% y finalmente al 41%.
Los seguidores a ultranza de Obama podrán alarmarse por la caída, pero lo realmente sorprendente es que la cifra no sea mucho menor, dado que su administración de cinco años se ha deteriorado a un ritmo imparable en todos los frentes, tanto interno como externo.
Obama ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para dividir a la nación y para frenar la economía. El pueblo lo eligió en el 2008 con la esperanza de que lograría en su gobierno lo contrario, seducido como estuvo por la demagogia que él y los medios esparcieron por doquier.
La deuda pública sigue incrementándose y ha llegado a los 17 trillones de dólares, superior a la riqueza nacional. Nada ha hecho este gobierno por moderarla, sino lo opuesto. El banco de la Reserva Federal, puesto que los recursos no bastan para cubrir los gastos, sigue imprimiendo moneda sin respaldo.
La justificación ideológica de la izquierda en el poder es la redistribución de la riqueza para alcanzar la “justicia social”. En contubernio con las “unions” o sindicatos públicos y de las grandes corporaciones se continúan otorgando privilegios exorbitantes a empleados y trabajadores acrecentando  gravemente la deuda pública y externa.
El partido demócrata cree que la desigualdad de ingresos puede superarse no con el esfuerzo individual para el aprovechamiento de la libertad de oportunidades, sino con la intervención del Estado a través de un gobierno autoritario, desentendido de los mandamientos de la Constitución y ahito de poder.
Obama continua empeñado en aplicar el modelo intervencionista que ha llevado a la ruina a Detroit, la otrora dinámica ciudad del automóvil. En esa urbe ha reinado el partido demócrata desde 1960, hasta llevarla a la bancarrota porque primó el criterio de redistribución sobre el de estimular la inversión y la libre competencia para estimular el crecimiento de la economía y el empleo.
Los sindicatos de gigantes como la General Motors quebraron por esos motivos, pero Obama los rescató con subsidios de 90.000 millones de dólares, sin condiciones. Continuó el pago de pensiones a gente que no trabajaba o que se jubilaba a los 45 años de edad. Ninguna reforma estructural se operó por oposición de los sindicatos, contribuyentes de Obama, La deuda incobrable supera los 54.000 millones de dólares.  
Parecida situación se registró en otras empresas y en oficinas públicas. Las pensiones, que no pueden reducirse por mandato de la Constitución de Michigan, se siguen saldando con deuda. Ésta ha llegado a 20.000 millones de dólares y la situación se hizo insostenible.
La bancarrota no la declaró el alcalde, que es demócrata. La decisión, que es la única factible y que la recomendó Mitt Romney en la campaña presidencia pasada, la adoptó un republicano. Todas las leyes y regulaciones pre existentes quedan suspendidas, hasta que agentes de bancarrota fijen reglas claras para salir de la crisis.
Si se observa un mapa de USA se identifica a los Estados en rojo, al borde de la bancarrota: son demócratas. California, por ejemplo, tuvo superávit al cierre de la gestión de Ronald Reagan. Pero a raíz de la amnistía a los immigrantes el Estado se volvió azul, o sea demócrata y la economía ahora está en rojo por años, con varias ciudades próximas a la bancarrota.
Gastar más de lo que ingresa, sea en una economía familiar o de Estado, conduce a la quiebra. Es lo que está ocurriendo en Europa donde la señora Merkel de Alemania quiere acaso infructuosamente convencer a los países de la UE que solo con más trabajo y no con más impuestos y subsidios se corregirán los absurdos socialistas en Grecia, España, Italia y tantos otros socios ineficaces.
Para Obama y su equipo estas realidades de Detroit y Europa no existen, son falsías de la derecha recalcitrante. Su Obamacare naufraga, pero eso no le impide iniciar una campaña cuasi electoral para proponer medidas de salvamento de la economía. Pero sus tesis son las mismas, las mismas que han fracasado en cinco años de su gobierno, las mismas que han llevado a la bancarrota a Detroit y Europa.
Como si lo de la economía no fuera suficiente, Obama vuelve a interferir en el sistema judicial, que prohibe la Constitución garante de la independencia de funciones. En la Florida un vigía voluntario fue agredido brutalmente por un negro y para librarse del asedio lo dispara en defensa propia y lo mata. Obama de inmediato acusa al autor de racista.
El autor es de apellido Zimmerman pero es hispano mestizo. Los medios, para proteger a Obama, dicen que es hispano pero blanco. La Policía, por las evidencias del suceso, no presentaron cargos. Pero los activistas lograron que se lo instaure, éste se realiza y Zimmerman queda absuelto. El Presidente no se da por vencido. Insinúa que hay que respetar el fallo pero suelta una andanada de alusiones racistas que a estas alturas no son aplicables de los Estados Unidos.
Afirma que él comprende el racismo, porque siempre se sintió rechazado por la sociedad blanca en la calle, los ascensores, escuelas, almacénes y restaurantes. Lo cual no es verosímil, pues Obama no tiene esclavos en su ancestro, es mulato, se crió con su madre y abuelos blancos e ingresó a las mejores escuelas y universidades del país sin problema.
Su objetivo es atizar el odio. Él y el Procurador, Eric Holder, otro negro, se propusieron instaurar un juicio civil contra Zimmerman para probar que violó los derechos civiles de la víctima Trayvon Martin. Se organizaron flash mobs o asaltos fugaces en 100 ciudades, pero no tuvieron impacto. A la postre, no habrá juicio civil.
Pero queda clara la actitud racista de Obama, secundada por Holder. (Nadie menciona otro caso de contubernio corrupto entre un presidente y el Procurador, que se supone es independiente: el de John F Kennedy, que nombró Procurador a su hermano Robert por orden del padre de ambos...) Y Obama fue electo por blancos y negros, dizque para acabar con el racismo.
Los negros han sido siempre oprimidos por los demócratas. A comienzos del siglo XIX, la esclavitud fue inclusive alentada por los conservadores de entonces, los whigs. Pero hubo una ruptura de quienes no consideraban válida esa posición y así surgió el GOP o partido republicano en 1854, con el agregado de muchos republicanos anti esclavistas.
El GOP cobró notoriedad con Lincoln, quien comandó la Guerra Civil hasta la victoria. Evitó así la secesión buscada por los demócratas que no querían privarse de la mano de obra esclava para mantener su poder económico en las grandes plantaciones del Sur. Terminada la Guerra Civil, Lincoln fue asesinado y con ello la tarea de reivindicación de los negros quedó truncada a medias.
La Restauración se obstruyó por los excesos republicanos contra los demócratas vencidos. Y éstos, a su vez, bloquearon el acceso a los derechos civiles de los negros hasta bien entrado el siglo XX. Los negros, por tradición, fueron republicanos. Pero a la fecha, un negro republicano es una excepción escarnecida por sus hermanos de etnia.
Los demócratas, para aislar a los negros, se organizaron en grupos como el Ku Klux Klan. Su misión era amedrentar a los negros y a los que pretendían su amistad o un matrimonio mixto. La era de los linchamientos e incendio de iglesias para negros se registraban hasta mediados del siglo pasado, hasta que la ley de Derechos Civiles se aprobó, rompiendo el bloqueo demócrata.
La conquista de la causa negra tuvo líderes de la talla de Martin Luther King, maravilloso ideólogo y orador que fue asesinado por un demócrata radical. King proponía la armonía racial y estaría horrorizado hoy al escuchar a Obama en sus prédicas de odio contra blancos y contra empresarios de cualquier color.
La America (USA) de odio de los años sesenta de King ya no es la America de hoy. La elección misma de Obama lo prueba. Si bien las relaciones inter raciales pudieran ser aún defectuosas, son mucho más humanas y menos prejuiciadas de lo que insinúan Obama y otros líderes negros congelados en las luchas de entonces.
Obama dijo que la muerte de Trayvon Martin era como si hubiese muerto el hijo que no tuvo. Luego dijo que él mismo habría sido Matin hace 35 años. Son palabras insinceras en procura de alentar al radicalismo negro. Pero, por fortuna, sin eco. Los tiempos han cambiado, como lo anota con perspicacia el columnista del The Wall Street Journal (link).
¿Por qué la popularidad de Obama sigue con el alto porcentaje del 41? Si a la manipulación del caso Zimmerman se suma lo del asesinato del embajador en Benghazi, el espionaje de NSA, el acoso a periodistas de medios críticos, el bloqueo a las agencias del Tea Party con el IRS (Control de Impuestos), la inaplicabilidad del Obamacare, el fracaso en la política externa y la hecatombe de la economía...¿por qué hay todavía 41% de Obama adictos?
En gran medida, por los medios de comunicación. Facilitaron la divulgación de la mentira Obama en la elección y reelección y ahora la minoría radical controla la Casa Blanca, el sistema judicial, los sindicatos, las escuelas y colegios. La “verdad” demócrata parace blindada. Ello explica tanto barullo por el caso Zimmerman, pese a que el sector negro es solo el 13% del total de la población.
Igual sucede con el homosexualismo, que no pasa del 3% del total de este país. Es tal el influjo creado por estas minorías que la “verdad” homosexual se distorsiona hasta parecer mayor que el parecer y vivir de la abrumadora mayoría que aborrece esa tendencia, así como el aborto, las drogas y el uso indiscriminado de anticonceptivos.
La barrera interpuesta es por hoy casi infranqueable, pero no invencible. A la postre la sensatez y el sentido común terminarán  por derribarla.

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