Thursday, January 29, 2009

HUMILLARSE ANTE EL ENEMIGO

Durante la pasada campaña presidencial en los Estados Unidos, uno de los bumper stickers o leyendas para colocar en la parte trasera de los automóviles decía: “Give Al Qaeda a Chance: Vote for Obama”. Es decir: “De un chance a Al Qaeda: vote por Obama”.
La insinuación parecía exagerada, pero las primeras decisiones del nuevo gobernante están probando lo contrario. Más aún, el citado sticker luce ahora premonitivo. Barack Hussein Obama parece haber cancelado la lucha contra el terrorismo.
A 48 horas de asumir el mando, BHO dijo que cerrará la prisión de Guantánamo donde están criminales terroristas capturados en los campos de batalla y dictó la suspensión de los juicios que estaban en curso por parte de las cortes militares.
Los árabes y los enemigos de los Estados Unidos celebraron con júbilo la doble decisión, que significa echar por la borda el sacrificio de más de 4 mil soldados norteamericanos (y muchos más de las fuerzas de coalición) caídos en la lucha contra los terroristas.
Acto continuo BHO anunció que dialogará y hará las paces con el líder de Irán, Mahmoud Ahmedinejad, sobre quien pesa una condena del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por negarse a suspender sus planes para desarrollar armas nucleares.
Les ha dicho a él (y a los dirigentes del mundo árabe) que su intención es mejorar las relaciones con los seguidores de Alá y Mahoma, dado que él conoce y aprecia las bondades del culto islámico, pues vivió su infancia y adolescencia en Indonesia y su padre (fallecido) y parientes paternos (que viven en Kenya) son musulmanes.
¿Por qué no resucitamos las buenas relaciones que entre nosotros había hace 20 o 30 años? preguntó. Y les exhortó a desechar la idea de que los norteamericanos sean enemigos del mundo árabe. Pero si los terroristas atacaron (y seguirán atacando, no cabe duda) a los norteamericanos, es porque consideran enemigos a los infieles (los no musulmanes), a quienes hay que convertir o asesinar.
Los dos ataques a las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York, que en un segundo fueron pulverizadas con más de 3.000 muertes inocentes, no se hicieron en acto de retaliación por alguna agresión de los Estados Unidos. Fue una acción más dentro del “jihad” o lucha del mundo árabe contra el mundo judeo cristiano, cuya mayor potencia es los Estados Unidos.
Si los árabes no considerasen enemigos a los norteamericanos ¿por qué los atentados y las alusiones siempre injuriosas contra esta nación y su cultura y contra todos los que comparten su cosmovisión judeo cristiana?
La furia árabe se esparece por el orbe sembrando terror y muerte, siempre para afectar a los “infieles”: en Gran Bretaña, Francia, Indonesia, España, Argentina, Yemén, Filipinas, Chechnia, Tailandia, Holanda, Sudán, Somalia, Italia y, por supuesto, Israel.
La consigna ancestral del islam es convertir o eliminar a los infieles. En ese sentido no es una religión: es un culto y una propuesta política para sustituir el sistema democrático por el califato, en sus varias formas que en suma implican autocracia.
Ahmadinejad reaccionó de inmediato al anuncio de rendición de BHO pero le advirtió que tiene que pasar de las palabras a los hechos para creerle. Le fija lo que tiene que hacer para merecerlo y lo primero es, obvio, que repudie al “zionismo”, es decir a Israel.
No sería sorprendente que en el curso de su gobierno BHO termine por complacer al lider iraní en ese tema. En declaraciones sobre el Oriente Medio ha sido ambiguo y ha terminado por juzgar en igualdad de derechos a los asesinos de Hamas y a los soldados israelíes que defienden a Israel frente los constantes ataques terroristas con cohetes y suicidas.
Tampoco ha sido claro Obama en cuanto a Irak. En el discurso inaugural apenas dedicó una oración corta y no elogiosa al sacrificio de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y de la Coalición por instaurar en ese país una democracia estable, tras 30 años de la tiranía de Saddam Hussein.
Lo que quiere Obama es un inmediato retiro de las tropas militares y si no ha forzado para que así sea será por razones logísticas y la oposición de los mismos iraquíes.
Si de todos modos se precipitase el retiro sobrevendría el caos. Al Qaeda recuperaría posiciones perdidas y se volvería más violento con la ayuda ahora no disimulada de Irán y Siria. La ofensiva árabe/terrorista se aceleraría por todo el orbe a medida que los líderes del mundo libre se tornen más débiles y complacientes, como Obama.
Los musulmanes se están esparciendo como cáncer y allí donde logran mayoría implantan regímenes opresivos, donde la disensión no existe: en Líbano, Filipinas, Somalia y otros numerosos países africanos. En donde son todavía minoría, se valen del sistema democrático para lograr avances en favor de su cultura antidemocrática, como en Europa y los Estados Unidos.
George W. Bush, Tony Blair y otros líderes occidentales, aún cuando fueron claros en su condena al terrorismo árabe, erraron cuando afirmaban que el islamismo “es una religión de paz”. No lo es, porque la prédica de Mahoma y el Corán exhortan a luchar a muerte contra cristianos, judíos y de otras religiones, a menos que terminen por convertirse.
¿Por qué, si es de otro modo, no ha habido una condena abierta, firme y reiterada de los árabes “buenos y “amantes de la paz” regados por los 5 continentes, cada vez que se registran horrendos atentados terroristas en Israel, Europa y otros lares? Cuando Bush o Blair hablan de árabes “buenos” probablemente estén refiriéndose a árabes que dejaron el Islam. La tolerancia no figura en ningún versículo del Corán, como tampoco la persuasión: solo la imposición de su credo “por la fuerza de la espada”.
Es el absolutismo que apoyan en la era actual los modernos autócratas como Hugo Chávez de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, los Castro de Cuba, Humberto Ortega de Nicaragua. Chávez y Morales cortaron relaciones con Israel tras la represalia contra Hamas ¿por qué no lo ha hecho Correa?
Los israelíes fueron sabios al lanzar la ofensiva contra Gaza semanas antes de la posesión de BHO. Si hubiesen esperado al cambio de régimen para consultar con Obama habría equivalido a que Álvaro Uribe de Colombia hubiese consultado a Correa antes de atacar el campo terrorista de Angostura. El golpe nunca se habría dado.
El futuro de Israel es incierto, sin duda. El premier Olmert debe estar arrepentido de no haber pulverizado (como en el Irak de Hussein) las centrales nucleares de Irán pues, según se ha filtrado, no obtuvo la venia de la Casa Blanca. Pero él o su sucesor tendrán que hacerlo más temprano que tarde por la supervivencia de Israel, ya que Ahmedinejad no cesa en amenazar con reducir a cenizas a ese país.
Al tiempo que Obama ha resuelto bajar las armas frente al terrorismo, se ha pronunciado también en favor del aborto. Ha levantado la prohibición de que se usen fondos fiscales para financiar la muerte de seres inocentes en el vientre materno de las naciones pobres. El líder de los pobres, el líder de la esperanza, se ha erigido así en el líder protector de la muerte en el campo del terrorismo y el aborto.
En lo económico sigue dispuesto a continuar destruyendo el sistema de libre empresa que ha engrandecido a los Estados Unidos. Lo que él llama “estímulo” para reactivar a la economía nacional y del mundo no es sino un incremento delirante del gasto fiscal (1.3 trillon o 1.3 miles de millones).
Con ello, si el Senado se suma a la Cámara de Representantes y aprueba el proyecto, se ahondará la crisis, sobrevendrá la inflación y habrá mayor desempleo y miseria. Aunque conseguirá el objetivo de extender las tenazas intervencionistas del Estado en todos los órdenes y niveles de una sociedad cada vez más cautiva. (Queda una esperanza: la Cámara de Representantes aprobó el proyecto, pero 11 demócratas y todos los republicanos votaron en contra).
Los resultados negativos de esa tendencia ya experimentaron los mismos Estados Unidos con Franklin D. Roosevelt en el decenio de 1930. La recesión de entonces no cedió: se agudizó. La situación cambió con el ingreso del país a la II Guerra Mundial que dio un vuelco a la capacidad de producción y empleo de la nación.
Los efectos del estatismo se han dado en otras épocas y en otros países con el nazismo y el fascismo y con autócratas como Chávez, los Castro, Corea del Norte y demás. Rafael Correa marcha firme en esa dirección y parece que tendrá para largo pues según las encuestas será reelecto y acaso para siempre, en los comicios de febrero.
Correa organizó el sainete de “primarias” para seleccionar a los candidatos de lo que él llama su “partido”, País. El proceso fue sinietro pero a la postre consiguió lo que deseaba: los votos le favorecieron en un 85%.
El único consuelo sería que se constate que hubo fraude en las primarias y que habrá fraude en las elecciones generales. Porque si también en estas últimas gana con tan amplio margen sin fraude, entonce habría que admitir que los ecuatorianos son tan.....que bien se merecen tener a Correa como a su califa.

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