Thursday, March 14, 2019

TRUMP CON 12 MENOS

Doce senadores republicanos decidieron esta tarde alinearse con los líderes demócratas Shummer y Pelosi y votar en contra del Presidente Donald Trump en su propósito de cumplir con el mandato constitucional de garantizar la vulnerable seguridad de la frontera sur del país.
Desde hace décadas atraviesan por esa frontera decenas de miles de ilegales no solo de México, Centro y Sudamérica sino de todos los continentes y entre ellos se filtran delincuentes de todas las cataduras incluídos narcotraficantes, traficantes de niños y niñas para la prostitución o simplementes seres a los que engañan por dinero prometiéndoles ingresos fraudulentos como asilados.
La policía de fronteras ha sido impotente para controlar el ingreso creciente de ilegales, pese a las ayudas tecnológicas y de contingentes militares eventuales. De ahí que en el 2006 se convino, por consenso de los dos partidos del Congreso, construir un muro de contención al estilo de los que existen en Israel y otros países.
Desafortunadamente, la asignación de recursos fue magra aunque nunca cesó hasta que en las pasadas elecciones de noviembre los demócratas lograron la mayoría en la Cámara de Representantes, que es la encargada de la asignación de recursos fiscales. Fue entonces que la líder de la Cámara, Nancy Pelosi, ordenó rechazar a Trump su pedido de 5.700 millones de dólares para proseguir la construcción del muro.
Le asignó 1.700 millones, que Trump consideró insuficientes. Sobrevino un veto, un cierre de gobierno y luego un decreto de emergencia del Ejecutivo para utilizar fondos de otras fuentes. Esa emergencia es la que ha sido negada esta tarde por los demócratas por unanimidad, con el apoyo de 13 republicanos.
Aducen que lo hacen por "constitucionalistas", pues juzgan que solo al Congreso le compete asignar recursos y no al Presidente, incluso si hace uso de una emergencia autorizada por el propio Congreso en 1976. Se inclinan por esa "ortodoxia constitucionalista" pero ignoran la obligatoriedad que tenía y tiene la Cámara de Pelosi de respaldar al Presidente (a cualquier Presidente) con fondos para que cumpla con su deber constitucional de velar por la seguridad de fronteras. 
El mandatario, como ya lo ha anunciado, vetará la resolución del Senado y este veto se someterá a votación de las dos cámaras. Solo con los 2/3 de cada una podría rechazarse el veto, lo cual se descarta. La emergencia, pues, se impondría pero hasta que algún juez federal la impugne una vez más y el caso vaya a resolución definitiva de la Corte Suprema de Justicia. 
Lamentable pérdida de tiempo para un asunto que pudo haberse resuelto hace mucho tiempo y de modo simple e inmediato si hubiese habido mayor lealtad, celeridad y unidad en el lado republicano, que durante dos años controló las dos cámaras legislativas y por cierto la Casa Blanca. ¿Qué ocurrirá cuando el caso llegue a la Corte Suprema?
Mientras tanto, se acorta el plazo para las elecciones presidenciales del 2020 en las cuales Trump buscará ser reelecto. Su reelección parece más cierta que nunca a medida que se confirman y hablan los candidatos de la oposición, por el cúmulo de sandeces que evacúan por sus gaznates. Con ellos y el eco de los columnistas y comentaristas de radio y TV todos antiTrump, la reelección está garantizada.
Con la excepción de Howard Schultz, el demócrata que anuncia su candidatura como independiente, todos quieren el socialismo como sistema de gobierno para este país. Para ello tendrían que comenzar por derogar la Constitución, pues el socialismo es antípoda de la propiedad individual y el libre mercado. Respaldan también el Green New Deal que destruiría la forma actual de vivir y producir.
Los demócratas progresistas, además, respaldan el aborto en cualquier etapa del embarazo e inclusive la extinción de la vida del ser que sobrevivió a un aborto. Acabaron de rechazar un proyecto de ley que prohibía el infanticidio. Pero al propio tiempo apoyan al gobernador de California que intenta abolir de un plumazo la ley de la pena de muerte, sin sujetarse al proceso legal de extinción o reforma a la ley.
En suma, los demócrata progresistas, como en el caso de la construcción del muro, tienen aversión al acatamiento a la norma  "The Rule of Law" (Soberanía de la Ley), sin la cual cualquier sociedad se desquicia. Sin seguridad de fronteras hay flujo incontrolado de drogas y de individuos, con peso para la sociedad respetuosa de la ley. 
Sin respeto a la vida, mandato primario de la Constitución, la cifra de 70 millones o más de seres humanos muertos por aborto desde la vigencia en 1973 de la decisión inconstitucional Roe vs Wade seguirá en ascenso, declinará la población y la sociedad envejecida no tendrá seguidores con capacidad productiva para mantenerla.
Al ramillete de candidatos inútiles de oposición, añádase los escándalos pendientes del informe Bob Muller sobre la fantasía "colusión rusa" de Putin para llevar a Trump a la Casa Blanca en perjuicio de Hillary Clinton, que está por publicarse, así como los documentos aún reservados en que se prueba la conspiración de Obama para perjudicar a Trump antes, durante y después de la campaña electoral del 2016.
Han comenzado a aflorar datos sobre dichos documentos, confirmando que hubo órdenes de Obama para que no se procese a Hillary por el uso  ilícito de más 30.000 emails que destruyó, así como fondos que recibió ilegalmente para su Fundación, la venta fraudulenta de uranio a Rusia y otras "joyas y manjares" parecidas. 
Con todo ello, el multibillonario quizás no necesite gastar ni un solo centavo adicional en la campaña por la reelección, para ganar por "landslide" o avalancha.

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