La candidatura de Hillary Clinton languidece con el curso de las horas y los demócrata/progresistas que la respaldan recurren a cualquier medio para intentar impedir su desplome total frente al republicano Donald Trump.
Su última maniobra fue resucitar la polémica sobre las dudas acerca del certificado de nacimiento de Barack Hussein Obama, surgidas en el 2008 en la dirigencia de la campaña de Hillary Clinton, cuando en ese año quiso llegar a la Casa Blanca y fracasó.
Obama es un ser misterioso, nacido en 1961 de una madre blanca de 18 años de edad, de Kansas y un ciudadano negro de Kenya, siete años mayor que ella. La madre se divorció, casó con un indonesio y allí su hijo adoptó oficialmente el nombre de Barry Soetoro y la ciudadanía indonesia.
Según la ley, la madre de Obama no completó el número de años mínimo para trasladar la ciudadanía norteamericana a su hijo y éste nunca cambió oficialmente su nombre por el anterior de Barack Hussein. Éstas y otras incógnitas quiso Donald Trump que se esclarezcan, no como político sino como ciudadano común.
A insistencia suya, Obama presentó un certificado de nacimiento expedido en Hawaii que inmediatamente los expertos lo escrutaron y afirmaron que era fraudulento. También presentaron pruebas de que su certificado de Seguridad Social, equivalente a Cédula de Identidad, era falso y expedido sin explicación en Connecticut.
Ningún ciudadano está autorizado a revisar la historia de Obama a su paso por colegios y universidades, pues todos los documentos están sellados, lo que contrasta con todos los candidatos presidenciales precedentes. ¿Qué es lo que quieren ocultar? Se especula que obtuvo becas para estudiar en calidad estudiante extranjero.
Cuando el gobierno de Obama exhibió el certificado de nacimiento por tanto tiempo retenido, Trump probablemente fue informado de que era falso. Pero decidió aceptarlo y dar por terminada su participación en el problema. Acaso no por convicción, sino por conveniencia política. Como acaba de hacerlo esta vez, a presión de los medios pro Hillary.
¿Qué esperaban jadeantes los medios el viernes pasado? Los mantuvo en expectativa y tras obligarlos a transmitir elogiosos respaldos de varios generales condecorados a su candidatura, anunció: “Hillary inició las dudas sobre el nacimiento de Obama y yo puse punto final. Gracias”.
Hay periodistas que critican a Trump porque no pidió excusas a Obama por haber dudado de su ciudadanía. Son los mismos que encubren a Hillary por sus mentiras que se remontan a 30 años de acompañar en la vida política a Bill Clinton, que si bien se salvó de la censura del Congreso por perjuro, perdió el derecho a ejercer la abogacía por ese delito.
Si Trump gana la Presidencia en las elecciones del 8 de noviembre, dentro de 50 días, es posible que se resucite o active una demanda de deportación contra Barack Hussein Obama por infracciones contra la Constitución y leyes relativas a la ciudadanía y a los requisitos para ser elegido presidente o vicepresidente de este país. El alegato, presentado en octubre del 2014, contiene documentos de respaldo y videos probatorios de las adulteraciones. Se lo puede observar en este link o enlace,
Muchos alineados con Hillary y el progresismo izquierdista/utopista afirman que dudar sobre Obama es “racista”. Que quienes lo atacan lo hacen porque él es negro. Falso. El móvil es la búsqueda de la verdad y el respeto a la Constitución y las leyes. Quienes citan ese argumento son los que han explotado el complejo de “víctima” en los negros, lo que obstruye su completa asimilación y progreso en la comunidad.
Los blancos de ahora no son los blancos de ayer que compraron esclavos negros para las plantaciones del Sur. Los negros de hoy no son los de ayer que fueron esclavizados sin resistencia, con la connivencia de otros negros que lucraban igual que los blancos en ese negocio. Esos negros esclavos y eso blancos esclaivizadores son historia, es algo del pasado que no se puede revisar ni modificar, aparte de lamentar.
600.000 blancos murieron en la Guerra Civil para dar fin con la esclavitud negra y fue una mayoría de blancos la que eligió a Obama en el 2008 y lo reeligió en el 2012. Obama, en lugar de exhortar a dejar de lado la actitud revanchista, revisionista y victimizante sobre el pasado esclavista, para mejor aprovechar la abundancia de bienes a la que pueden acceder en una sociedad libre, ha atizado el odio racial.
Prager University ha divulgado un videoclip sobre el tema. Demuestra que la actitud de víctima necesita un culpable. Se siente atado, sin poder liberar su fuerza interior para competir y surgir por si mismo. Quienes han superado ese complejo alcanzan posiciones superiores en el arte, los deportes, los negocios, la política.
Obama y los progresistas prefieren mantenerlos como víctimas, como ciudadanos de segunda clase que necesitan de una protección extra, del Estado por cierto. Para ello los subsidios, los food stamps, la “guerra” contra la pobreza, que es “guerra” contra los “ricos” que jamás se gana con esos métodos.
Es por ello que los demócratas necesitan de los votos de los negros cada dos y cuatro años. Para robustecer más al Ejecutivo y a la Presidencia y continuar debilitando hasta la extinción a la Constitución de este país y los principios que sustentan, la Declaración de la Independencia de 1776. La candidata Hillary quiere acelear el proceso destructivo, Trump revertirlo.
No comments:
Post a Comment