Sunday, December 7, 2008

REVOLUCIÓN CIUDADANA + REVOLUCIÓN ISLÁMICA

El presidente ecuatoriano Rafael Correa ha volado a Teherán acompañado de casi un centenar de personas para sellar personalmente y ante testigos un pacto con el gobierno teocrático que preside el Ayatola Sayed Ali Jamein.
El pacto no es para crear y estimular el comercio entre los dos países. Dado que ambos producen y consumen casi los mismos productos, ese objetivo es solo una fachada. La verdadera razón de la alianza es la lucha conra el enemigo común: los Estados Unidos.
Se entiende que Irán considere a los Estados Unidos su enemigo por ser el líder de un movimiento que cuenta con el respaldo de las Naciones Unidas para obligar a esa nación a que se abra a la inspección de expertos para comprobar si está o no construyendo armas nucleares con las cuales quiere, según confesión expresa de sus líderes, combatir a Occidente y borrar del mapa a Israel.
Tampoco Irán ha visto con simpatía a los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en la lucha para contener la expansión del terrorismo islámico de Al Qaeda, Hamas, el Talibán y otras organizaciones afines y conexas que cuentan con el respaldo político, financiero, moral y táctico de Irán.
Lo que no está claro es el origen y justificación de la animadversión de Correa contra los Estados Unidos, ni el sumarse a las autoridades iraníes para calificar a este país como potencia imperialista de la que hay que liberarse asociándose con regímenes que propician y aplican el terror.
El Canciller iraní Manecher Motaki, al unísono con Correa, acaba de decir en Teherán que "la unión entre países que no quieren estar bajo el yugo de los Estados Unidos es la única vía para salvar a la humanidad del imperialismo mundial".
Como eco a sus palabras, Correa ha dicho que "no hay lugar para los radicalismos relacionados con los Estados Unidos", añadiendo: "Los gobiernos de Irán y Ecuador triunfarán sobre la arrogancia de los Estados Unidos". ¿A qué radicalismo y a qué arrogancia se refiere el líder ecuatoriano?
La identificación que siente Correa con el Ayatola Jamein y con el presidente Mahmud Ahmedinejad debe ser muy fuerte como para justificar tan largo y tan costoso viaje y para decidir de común acuerdo, entre otras cosas, abrir embajadas en las dos capitales en enero próximo.
Si tal afinidad existe y lo están probando sus acciones, entonces Correra debe estar de acuerdo con Ahmedinejad en que Israel deber ser pulverizada tan pronto Irán disponga de un arma nuclear. Y que por cierto está de acuerdo con que no se obstruya su plan de fabricar tales armas.
Igualmente verá con malos ojos el proceso de democratización de Irak gracias al apoyo militar y económico de los Estados Unidos (y otra veintena de países que forman el contigente de intervención aprobada por las Naciones Unidas).
No lo ha dicho públicamente, pero si se identifica con Ahmadinejad entonces se opone a la presencia de tropas de NU en Irak y de la OTAN en Afganistán, donde las fuerzas islámicas talibanas, apoyadas por Irán, se resisten fieramente al proceso de democratización. (Los talibanes fueron los artífices de la reciente bárbara acción de terror en Mumbai o Bombay, India)
Rafael Correa vivió en los Estados Unidos por 4 años cuando en goce de una beca estudió Economía. Debieron haber sido años tortuosos para él, dada la aversión que tiene contra todo lo que se asocie a la cultura yanqui, a su sistema político y económico. Aquí obtuvo un doctorado, aunque ello resulte inverosímil dada su obscena ignorancia en asuntos económicos.
(Hay quienes creen que Correa aborrece a los Estados Unidos por cuanto su padre, ya fallecido, fue condenado a prisión aquí por tráfico de drogas.)
La alianza de gobiernos con similar odio a a los Estados Unidos, por ignorancia o convicción ideológica, recuerda las asociaciones o simpatías compartidas entre regímenes que se observaba durante la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética estaba en el pináculo de su poderío bélico y su afán expansionista por el globo, incluyendo a Cuba y a través de ella América Latina.
Pero entonces había al menos dos claras ideologías en disputa: la socialista o comunista fomentada por Moscú y la capitalista y democrática, con los Estados Unidos a la cabeza. Correa, imitando a Hugo Chávez y a su asesor Fidel Castro, dice que su doctrina (o ideología) es la del Socialismo del Siglo XXI.
Nadie, ninguno de sus propiciadores, acierta a definirla. En todo caso ¿en dónde podría hallarse una afinidad entre Correa y el gobierno teocrático musulmán del Irán? No se lo ve por ninguna parte. Pero quizás la analogía se la podría hallar en el membrete de los dos gobiernos : el de Correa es gobierno de la "Revolución Ciudadana", el del Ayatola es el de la "Revolución Islámica Iraní".
¿Qué tienen en común  las dos "revoluciones",  aparte de su común desafecto por los Estados Unidos? Muy simple: la concentración unilateral del poder en manos del Ejecutivo. Y la consecuencia inevitable : pauperización, destrucción del esfuerzo privado para crear riqueza, acumular capital e incrementar el empleo y la reducción de las libertades individuales.
Es sintomático que las economías de Irán y Ecuador estén en declinación por el excesivo gasto fiscal y la caída de los precios del petróleo, producto exportable que genera la mayor parte de los ingresos públicos en ambos países. En Irán, como en Venezuela, la inflación ya está en el 30% y en el Ecuador sería igual o mayor si no fuere por la contención de la dolarización, recurso que está en peligro de sucumbir a corto plazo.
¿Será capaz el terrorismo islámico de derrotar a Occidente y a los Estados Unidos, como lo pronostican Correa y el Ayatola con la alianza que acaban de concertar? ¿Qué opinan al respecto los ciudadanos conscientes del Ecuador, sus políticos y sus fuerzas armadas? ¿Qué dice la comunidad católica (cristiana en general) y judía? ¿Y la Canciller María Isabel Salvador y su padre y ex Canciller Jorge Salvador Lara, supuestamente ultra católico? El silencio es cómplice.

1 comment:

Juan Montalvo said...

Sinceramente creo que toda la parafernalia que se ha montado tiene dos motivos: negociar uranio ecuatoriano(que no tengas dudas existe) y que Irán se asegure un voto en la ONU y en la OPEP a favor de sus propuestas o en contra de las que considere inadecuadas para su país. Y pensar que este Sr. dice que no tendrá relaciones diplomáticas con Colombia mientras no exista un gobierno "decente" en ese país, y sus amigos decentes sean un Militar Golpista Venezolano, Un Sembrador de Coca Boliviano un Pederasta Nicaragüense y un Fundamentalista que permite la pena de muerte para menores y gays. Extraño concepto de la decencia el de este caballero...