Probablemente Rafael Correa jamás habría sido “coronado” por tercera vez consecutiva como presidente del Ecuador, si desde un principio hubiese existido allí una prensa altiva y firme en la defensa de los principios sustantivos de la democracia, como la libertad de expresión.
En los Estados Unidos también el presidente Barack Hussein Obama, tan parecido a los Correa y otros autócratas del tercer mundo, ha abusado del poder y ha pretendido y pretende acallar a la oposición, incluyendo a determinados medios de comunicación sobre todo de la radio y TV.
Desde el 2010 dispuso, aunque la documentación para probarlo está por develarse, que la Agencia de Cobros de Impuestos (IRS) hostigue a toda organización conservadora, incluído el Tea Party, cualquier grupo que ostente la palabra patriota y los que se unen para defender la vulnerada Constitución de 1787. Y también contra los periodistas de la más grande agencia de noticias, AP y de Fox News.
Hasta hace 17 años en el país había un monopolio de tres grandes cadenas de TV (ABC, NBC y CBS), con la adición última de CNN, pionera en la transmisión continua de noticias, análisis y comentarios. Todas eran uniformes en bloquear noticias no sujetas al patrón liberal demócrata. El vacío lo llenó Fox News, que decidió competir con un periodismo independiente.
Ese periodismo independiente, que no mezcla información con opinión ni silencia noticias y opiniones discrepantes, es calificado por los demócratas como periodismo de extrema derecha. Pero Fox News tiene los más altos índices de sintonía, aunque las tres otras cadenas y subsidiarias aún anegan con ventaja la audiencia nacional.
Para amedrentar a ese segmento del periodismo, Obama ordenó que se intercepten los celulares de 20 reporteros de la AP, a propósito de un leak o filtración de una noticia sobre un atentado terrorista en Yemén, que fue frustrado. El propósito era detectar al autor del leak, pero la arremetida fue contra AP. Desde ya, dijo su presidente, hay resistencia en las fuentes para dialogar con los periodistas.
En el caso de Fox News (que pertenece a Robert Murdock, el británico australiano dueño entre otros medios del The Wall Street Journal) el afectado fue James Rosen, a quien el Procurador General lo acusa de ser un co conspirador en búsqueda de información sensitiva para la seguridad nacional.
Niunguno de los reporteros de la AP (Associated Press), ni Rosen han sido separados por los ejecutivos de los medios para los cuales trabajan. Todo lo contrario, el presidente de la AP ha planteado un reclamo jurídico ante la Casa Blanca por esta violación a la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libre expresión y el libre acceso a las fuentes de información.
Y ésto es lo que dice hoy el principal ejecutivo de Fox News, Roger Ailes, a sus periodistas:
“Dear colleagues,
The recent news about the FBI’s seizure of the phone and email records of Fox News employees, including James Rosen, calls into question whether the federal government is meeting its constitutional obligation to preserve and protect a free press in the United States. We reject the government's efforts to criminalize the pursuit of investigative journalism and falsely characterize a Fox News reporter to a Federal judge as a "co-conspirator" in a crime. I know how concerned you are because so many of you have asked me: why should the government make me afraid to use a work phone or email account to gather news or even call a friend or family member? Well, they shouldn’t have done it. The administration’s attempt to intimidate Fox News and its employees will not succeed and their excuses will stand neither the test of law, the test of decency, nor the test of time. We will not allow a climate of press intimidation, unseen since the McCarthy era, to frighten any of us away from the truth.
I am proud of your tireless effort to report the news over the last 17 years. I stand with you, I support you and I thank you for your reporting with courageous optimism. Too many Americans fought and died to protect our unique American right of press freedom. We can’t and we won’t forget that. To be an American journalist is not only a great responsibility, but also a great honor. To be a Fox journalist is a high honor, not a high crime. Even this memo of support will cause some to demonize us and try to find irrelevant things to cause us to waver. We will not waver.
As Fox News employees, we sometimes are forced to stand alone, but even then when we know we are reporting what is true and what is right, we stand proud and fearless. Thank you for your hard work and all your efforts.
Sincerely,
Roger Ailes
En traducción no profesional al español, Ailes dice: Queridos colegas. La reciente noticia de que el FBI ha secuestrado los récords telefónicos y de email de los empleados de Fox News, incluído James Rosen, genera el interrogante acerca de si el gobierno federal está cumpliendo con la obligación constitucional de preservar y proteger a la prensa libre en los Estados Unidos. Rechazamos los intentos del gobierno por penalizar la tarea del periodismo de investigación y de caracterizar falsamente al reportero de Fox News ante un juez federal como un “co conspirador” en un crimen. Sé lo preocupados que están porque muchos de ustedes me han preguntado: ¿por qué el gobierno puede hacerme temer usar mi teléfono y mi email para colectar información o incluso para llamar a un amigo o a un familiar? Bueno, no deberían haberlo hecho. La pretensión del gobierno de intimidar a Fox News y a sus empleados no prosperará ni sus excusas serán suficientes frente al rigor de la ley, de la decencia ni la prueba del tiempo. Nosotros no toleraremos un clima de intimidación a la prensa no vista desde la época de McCarthy, para apartarnos de la verdad por temor.
Estoy orgulloso del incansable esfuerzo que han demostrado para reportar las noticias en el curso de los últimos 17 años. Estoy con ustedes, los respaldo y les agradezco por sus reportajes hechos con coraje optimista. Demasiados norteamericanos han luchado y muerto por defender nuestro preciado derecho a una prensa libre. No podemos olvidarlo ni lo olvidaremos jamás. Ser un periodista norteamericano no solo es una gran responsabilidad, es un gran honor. Ser un periodista de Fox es un alto honor, no un alto crimen. Incluso este memo de respaldo va a motivar que alguien nos demonice para tratar de buscar causas superficiales para hacernos claudicar. Pero nosotros no vamos a claudicar.
Como empleados de Fox a veces nos vemos forzados a permanecer solos, pero inclusive en esos casos cuando sabemos que estamos informando porque es la verdad y lo correcto, permanecemos orgullosos y sin ningún temor. Gracias por su excelente trabajo y todos sus esfuerzos.
Atentamente,
Roger Ailes.
Qué contraste con lo ocurrido en el Ecuador. Correa disolvió al Congreso, destruyó la Corte Suprema, atropelló a los partidos políticos de oposición, amedrentó al sector privado de la producción, vituperó a los medios, se adueñó de varios de ellos y criminalizó a los periodistas con los peores epítetos. Y la prensa claudicó. La voz crítica de periodistas de prensa, radio y TV se silenció para siempre, sin protección de sus empleadores.
En los Estados Unidos la prepotencia de Obama persiste sin castigo, pese a las voces de Fox y otros medios independientes. Por desgracia, la mayoría de medios lo protege, encabezada por el The New York Times. La disputa es compleja, porque con esos medios no hay diálogo: ellos y solo ellos tienen la verdad y Obama es su caudillo intocable.
Los escándalos de traición en Benghazi, los abusos inconstitucionales por parte del IRS y el Procurador, sumados a la crisis que no se detiene de la economía desde hace 5 años de Obama en el poder, habrían determinado la interpelación y despido del actual gobernante hace mucho tiempo, si no fuera por el escudo de desinformación de los principales medios de comunicación colectiva.
El influjo de los medios para apuntalar o desmantelar a una democracia no es nuevo. Correa lo sabía desde el comienzo, como lo sabían Castro, Cristina Fernández, Chávez y demás tiranuelos en cualquier parte del orbe y desde siempre. Silenciarlos, para atrincherarse en el poder, es el objetivo central de los caudillos. Lo cual una vez más se ha comprobado en el Ecuador.
En cuanto a los Estados Unidos, la incógnita persiste. Lo que alienta es el hecho de que la democracia aquí es la más sólida del mundo y que la mayoría de la población la quiere defender frente al acoso de una mayoría que ha llegado al poder por una equivocación de la historia. La batalla está en pleno desarrollo.