Todos los jefes de gobierno de los últimos años en el Ecuador, inclusive los dictadores miitares, acataban la usanza democrática tradicional de ofrecer eventuales conferencias de prensa a periodistas profesionales de los distintos medios escritos y audivisuales.
La excepción ha sido Rafael Correa. Cree él que la gente se satisface con sus cadenas de radio y TV unidreccionales de los sábados, copia de las creadas por su mentor Hugo Chávez, presidente de Venezuela.
Durante una o dos horas Correa desfoga su odio contra todos los que no piensan como él, no solo políticos sino empresarios y periodistas, sin que falten en su lista gobernantes extranjeros que se han aventurado a cuestionarlo.
En esas alocuciones radiales, que las celebra en distintas ciudades del país con el mismo esquema siempre de que solo su voz sea escuchada, sin opción a intervenciones discrepantes. Ocasionalmente ha habido la pantomima de invitar a cuestionadores, pero o no han sido profesionales o han sido incondicionales.
En la cadena de ayer aludió al video que fue capturado a una terrorista en Colombia, en el cual se ve y escucha al líder de las FARC apodado Mono Jojoy decir que hay documentos demostrativos de que esa organización de narco terroristas apoyó a Correa en su primera campaña presidencial con entre 100 y 200 mil dólares.
Eso ya lo dijo Raúl Reyes, el líder de las a FARC que cayó abatido el 1 de marzo del año pasado en el ataque de las fuerzas militares colombianas al campamento Angostura, en territorio ecutoriano. Lo del Mono Jojoy no es una novedad: es una confirmación.
Correa reaccionó igual que frente al anuncio de que en el operativo de Angostura se hallaron tres laptops (y sus memorias) de Reyes con valiosa información sobre sus contactos y estrategias guerrilleras, incluídos sus contactos con el líder ecuatoriano. Hoy, como entonces, Correa dice que laptops y video son patrañas urdidas por Álvaro Uribe, su par colombiano.
En respuesta Uribe se ha limitado a enviar una copia del video a la OEA y otra a la Interpol, para que verifiquen la autenticidad. Eso hizo la Interpol con la información de la laptops y reiteró que son válidas y auténticas.
Los periodistas, si hubiera una conferencia de prensa no manipulada, le podrían preguntar a Correa cómo cree que Uribe pudo haber hecho un montaje (sus palabras) para el video. En cuanto a las laptops, el vicepresidente del Ecuador Lenín Moreno, para respaldar a su jefe, dijo con sorna que esas computadoras deberían haber sido muy especialmente blindadas para resistir bombardeos.
De nuevo, los periodistas podrían preguntar a uno y otro cómo se explica que en el mismo bombardeo de Angostura hubo varios seres humanos, no especiales sino de carne y hueso, que salieron ilesos. Y no solo eso, sino que fueron rescatados, protegidos y curados por el gobierno ecuatoriano y luego puestos a salvo en Nicaragua en lugar de ser apresados y sometidos a juicio como cómplices del terrorismo.
Correa, cada vez está más cercado y ahogado en sus propios errores y contrdadicciones, dijo ayer que estaría dispuesto a ir a los tribunales internacionales para responder por cargos de apoyo al terrorismo y que incluso sugería qué él y Uribe se sometan a detectores de mentiras para comprobar quién dice la verdad.
¿Quién cree usted que miente? ¿Uribe o Correa, que durante la campaña presidencial primera se negó a calificar de terroristas a las FARC y dijo que debe ser aceptada como organización de “luchadores por la libertad” y que se negó a colaborar con Uribe cuando éste le informaba repetidamente de las coordenadas de los campamentos terroristas de las FARC en varios sitios del territorio ecuatoriano?
Si Correa no mintiese obligaría a su ex ministro de Seguridad a que revele sin dilaciones el tercer país en el cual se entrevistó con Reyes, según él mismo lo confesó. Ese tercer país no existe. El sitio del encuentro fue Angostura y fue allí donde se concentraron seguidores de las FARC de varios países, México entre ellos, para conferenciar con Reyes días antes del bombardeo. El viaje era conocido y autorizado por Gustavo Larrea, el ex ministro de Seguridad.
Si hubiera un diálogo libre con los periodistas y el Presidente, le podrían averiguar cómo respalda su aserto de que los discos duros de las laptop y el video son espurios. Su argumento defensivo de que él no conocía de manera personal a ningún dirigente de las FARC no tiene fuerza de descargo porque él sabía que sus subalternos estaban en contacto con los terroristas.
En esa misión hubo por cierto acuerdos con Hugo Chávez y el coordinador era y es el general René Vargas, embajador de Correa en Caracas. ¿Por qué los periodistas no le preguntan al presidente sobre este personaje y su papel en todo este embrollo narcoterrorista?
Mientras tanto, Correa arrecia en sus invectivas contra los medios escritos y audivisuales independientes de alcance nacional. Ahora quiere cercarlos con la “ingeniosa” invención de cerrarles la información oficial y encarcer la importación de papel, para los diarios y revisar las frecuencias, para el caso de la radio y TV.
La información de las actividades oficiales quiere canalizarla a través de los medios menores, que el gobierno cree no tienen la “agenda” de los grandes que defienden solo sus intereses económicos y seguramente los del “imperio” yanqui y no los de la “revolución ciudadana”.
Es una meta ridícula e inalcanzable, por lo mismo que los medios de menor difusión sirven a círculos geográficos reducidos o de grupos. No tienen, por tanto, alcance nacional. Los otros medios ya en poder y control del gobierno, carecen de credibilidad.
Pero sobre todo se trata de una pelea idiota, contraria al sentido común, a las necesidades populares y a la Constitución. El gobierno está impedido de controlar y menos apoderarse de medios de comunicación ni coartar información. Su deber es gobernar y responder por sus gestiones ante el pueblo elector a tavés de un Congreso crítico y la entrega periódica de información relativa a esas gestiones, a través del periodismo.
No obstante, Correa marcha infrenable en su propósito de reducir cada vez más las libertades democráticas, singularmente las de discrepar y expresar libremente esas discrepancias. La Asociación de Diarios por fin ha emitido un comunicado de protesta, aunque tibio. Tan solo un diario, El Universo de Guayaquil, lo publicó en sitio destacado en su página web. Hay artículos de algunos columnistas, pero a Correa “no le pasa nada”.
Lo que le habría salvado al Ecuador de su actual descalabro habría sido una acción temprana para cortar de plano y frontalmente los abusos de poder de Correa. Como cuando cerró al Congreso, destituyó a varios de ellos y, con la ayuda de su hermano Fabricio, corrompió a los subrogantes y los instaló para lograr una mayoría incondicional.
Ni el Congreso ni los otros organismos del Estado, ni los políticos, ni los medios tuvieron fuerza para detener al autócrata. Los militares tampoco porque Correa fue listo y los chantajeó con mucho dinero a través de la entrega de Petroecuador y contratos para obras de infraestructura sin licitaciones, operaciones todas contrarias a la ley y la Constitución.
Esa Constitución y todas las anteriores estipulaban que la misión de las Fuerzas Armadas es garantizar la seguridad nacional y la estabilidad de la democracia en el país. Este precepto fue borrado de la actual Constitución por orden de Correa y he ahí los resultados.
Ese por fortuna no fue el caso de Honduras. Allí el Congreso, el Tribunal Electoral y las Fuerzas Armadas dijeron no a Manuel Zelaya en su intento de imitar a los demás discípulos, como él, de Chávez para instaurar en ese país otro régimen satélite bajo la doctrina “socialismo del siglo XXI”, que a la postre no es sino una aventura fascistoide más que se creía enterrada con el siglo XX en América Latina (con la salvedad de Cuba).
A Zelaya se le olvidó chantajear a las fuerzas armadas, como lo hizo Correa y ahora su expulsión parece ser irreversible. Las gestiones del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, que tanto se parece al inútil de Jimmy Carter (otro Nobel como Arias), han fracasado. Carter apuntaló a Chávez en elecciones fraudulentas.
Arias quiso hacer lo propio con Zelaya pero el presidente interino Roberto Micheletti le dijo no, con una dosis de energía y pericia que despiertan total admiración.
(Nota: Un lector me aclara que el Mono Jojoy no ha muerto. Lamento el error, que ya se ha corregido. Leí, o creí leer, que el líder terrorista había fallecido, pero no recuerdo la fuente. En todo caso y tras pedir excusas, hay que destacar que Correa tiene que demostrar que el video capturado es un montaje)
3 comments:
Santiago,
No sé de dónde saca Ud que jojoy está muerto. Que yo sepa no es así. El, Timochenko y Alfonso Cano siguen, para desgracia del mundo, dispuestos a continuar con esta infamia anacrónica y sin sentido del narcoterrorismo asesino en Colombia.
Julio 24, 2009
Los conceptos expresados en su artículo recogen el sentir de muchos compatriotas que presenciamos a diario un nuevo escándalo, nuevos actos de corrupción, un nuevo arrebato del dictador y, ni más faltaba, nuevas amenazas, ahora ya en el plano personal e incluso con violencia: los ataques físicos a periodistas de El Comercio, la incursión a la Revista Vanguardia y asalto a sus colaboradores, a reporteros de Teleamazonas, etc., son prueba de ello Los ciudadanos comunes y corrientes nos sentimos también seriamente amenazados. La persecución se disfraza por lo pronto de SRI, porque la retaliación está pendiendo sobre la cabeza de cada ciudadano que se atreve a opinar. Jamás imaginamos que sufriríamos un régimen estalinista dirigido por un sujeto que es un sicópata pero que también sabe exactamente lo que hace, aunque no pueda evitarlo; el delirio de poder se ha apoderado de su mente confundida y por eso no sorprende ya la catarata de insultos, vejámenes, raciocinios y conclusiones descabelladas, menos que infantiles, e infamias y mentiras descaradas que vierte a diario, sin recato alguno.
Por eso, aunque la evidencia sea irrefutable, jamás va a aceptar que estuvo, y probablemente continúa, en tratos con las FARC. El video del asesino Mono Jojoy solamente corrobora una vez más lo que todos sabemos.
Sin embargo la ciudadanía está comenzando a dar muestras de sentirse ofendida, y no puede ser de otra manera.
César Mora.
Porque dicen los ciudadanos (quieres decir en plural?) dilo por ti, yo prefiero un Presi que ataque a tanto empresario, a que llegue un presidente pintado que exprima al pueblo con impuestos y demas para que los empresarios y la derecha puedan seguir explotando al pueblo, para ti Lucio era buen presidente? o Noboa y compania? me das pena como reportero y critico
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