En los Estados Unidos, contrariamente a lo que sucede en otros países como Venezuela, Ecuador o Argentina, el Ejecutivo no tiene que manipular la ley para desarmar el rol de los medios de comunicación como escrutadores de las actuaciones gubernamentales.
Porque aquí, con pocas excepciones, los mayores diarios y cadenas de radio y TV son incondicionales del actual gobernante izquierdista Barack Hussein Obama. Pero son severísimos investigadores de todo lo que concierne a la vida personal y política de sus contendores, mucho más cuando aspiran a disputarle la reelección en el 2012.
Las elecciones primarias para designar al candidato presidencial republicano aún no han comenzado (se realizarán de enero a junio del año próximo), pero ya los medios han emprendido una feroz batalla contra los aspirantes, anticipando la victoria de Obama, ciudadano de cuya historia nada se conoce por silenciamiento de los medios.
En la campaña del 2008, las baterías de los periodistas de izquierda se enfilaron contra John McCain, su rival, aduciendo que no era ciudadano norteamericano de nacimiento, pues nació en Panamá cuando su padre, un militar, estaba asignado a esa plaza. El Congreso aceptó la demanda y la desechó, porque la plaza de Panamá era territorio de los Estados Unidos.
Pero no quiso conocer la demanda para que Obama exhiba su partida de nacimiento que hasta la fecha no se la conoce. No se sabe si nació en Hawaii o en Kenya. Pero aún si su lugar de nacimiento físico era en Hawaii, estaría descalificado para la presidencia porque su padre era kenyano. La Constitución manda que los dos padres del aspirante sean norteamericanos por nacimiento.
También los medios y las cortes han obstruído todo intento por conocer detalles de la vida estudiantil de Obama en Hawaii, Indonesia, California. Se presume, con documentos, que adoptó la nacionlidad de su padre adoptivo de Indonesia para viajar por Oriente. Y que ganó una beca Fulbright para estudios universitarios en USA, que solo se conceden a exrtranjeros.
Durante tres años de gobierno Obama ha destruido a la economía de los Estados Unidos y, por rebote, a la economía mundial. El desempleo no baja del 9%, acaso llega realmente al 11% y la deuda se ha disparado a más de 15 trillones de dólares, equivalente a la riqueza nacional o PIB.
Al igual que en Europa, donde el proceso de deterioro de la economía parece ser modelo para Obama, aquí se quiere solucionar el problema de la deuda con más deuda y el desempleo con más desempleo. Pero con miras a la reelección de Obama en noviembre del 2012, los medios ya manipulan la información y las perspectivas, para sugerir que la depresión ha comenzado a declinar en los Estados Unidos.
Hablan de una reducción del desempleo al 8.6%, pero ello obedece a que la pensión de desempleo (en que se basa el índice) ha caducado para muchos o han renunciado a ella por otras razones que la obtención de un empleo. De todos modos, la tasa de desempleo aún es muy alta y para fomentar la creación de empleo Obama pide...más impuestos y más deuda.
En gesto infantil, como para contradecir su obsesión por los impuestos a los “ricos”, el régimen en los últimos días ha exigido a los congresistas que aprueben la prórroga del no pago de un 4.2% del “impuesto” que en los roles de pago se asigna para el fondo del Seguro Social. La oposición se resistió, porque perjudica al cuasi quebrado Seguro Social.
Pero Obama y sus áulicos demócratas y por cierto los medios desataron una campaña para acusar de contradictorios y “clasistas” a los republicanos, porque de un lado defienden la no suspensión de la prórroga de los impuestos a los “ricos”, pero si cuando se refiere a los “pobres” de la clase media y baja.
Los argumentos no tienen sustento. El “impuesto” al seguro social no es tal, es la contribución de todo empleado al fondo general de la institución, (no al fisco). El cual se está desfinanciando a medida que sube el número de pensionistas y baja el de los trabajadores aportantes. Obama quiso gravar a los ricos en compensación y fue rechazado. Pero a la postre ese beneficio temporal (de dos meses, acaso prorrogable a un año, de no más de 40 dólares por mes por persona) se verá compensado con otro impuesto a los que buscan una segunda hipoteca tras el desastre en el mercado hipotecario. ¿Irá ese fondo al SS o al fisco?
La Cámara de Representantes, de mayoría republicana, se vió vilipendiada por Obama y los medios por su actitud de resistencia. A la final cedió hoy, aceptando que la prórroga sea solo por dos meses y que ello no altera sus principios ni concede una victoria política al presidente. No lo ven así los medios, que consideran que la solución de hoy catapulta a Obama a la reelección.
La realidad es que el fondo del SS, con esta medida, dejará de recibir unos 140.000 millones de dólares, lo que acentúa su riesgo de quiebra para el año 2020. Los republicanos plantean alternativas para salir de la crisis, como la chilena, pero los demócratas siguen obtusos y creen que más gravámenes a los ricos equilibrarán al SS y bajarán la deuda.
La verdad es otra, que se la ve a través de la historia y ahora en Europa. La mentalidad socializante y estatizante, ahora y aquí o en cualquier parte, se aliena de la realidad. Supone que la riqueza social brota de la explotación de los pobres, no del ingenio empresarial privado, el mercado libre y competitivo, el ahorro y la inversión. Afirma que la pobreza terminará si el Estado comienza a repartir esa mal adqurida riqueza.
Los resultados no son la baja de la deuda ni de la pobreza, sino todo los contrario. La deuda de 15 trillones y más de dólares no disminuiría sino en mínimo porcentual si se confiscara toda la riqueza de todos los ricos de los Estados Unidos. Si los ricos desaparecen o fugan ¿quiénes crearán fuentes de trabajo? ¿Los pobres? ¿Sin recursos ni conocimientos? En cuanto al gobierno, los empleos públicos se financian con impuestos a los empresarios privados y a los consumidores. Si se volatiliza la riqueza con más gasto fiscal, el colapso general es inevitable.
Obama no puede hacer una campaña defendiendo los logros de su gobierno, porque su gestión ha sido negativa. Tiene, pues, que armar su equipo Goebbels de propaganda para aniquilar al adversario. Ya lo hicieron con Herman Cain, luego con menos esfuerzo contra Rick Perry y ahora están contra Newt Gingrich. No quieren ningún sólido contendor, sino uno al estilo John McCain. Esa ficha, deleznable, es Mitt Romney.
¿Qué podría defender Obama? El repliegue de tropas en Irak y acaso muy pronto de Afganistán, dejarán todos los esfuerzos pro paz de las fuerzas militares en veremos. La insurgencia terrorista en Irak se ha renovado. En Egipto y Libia, el extremismo musulmán está al comando y a Israel lo ha aislado.
Los jueces, en su mayoría de izquierda, siguen legislando en favor de la causa centralista de gobierno. Cuando Gingrich dice que esa situación no debe continuar, pues está en contra del equilibrio de poderes de la Constitución, brota un vocerío que afirma que Newt es un dictador. Gingrich razona, da ejemplos como la negativa de los jueces a considerar a los terroristas de Guantánamo como enemigos combatientes y si como delincuentes sujetos a los derechos constitucionales en tiempos de paz.
Pero los demócratas son impermeables. El Procurador General, que parece clon ideológico de Obama, se opone a que en los comicios los que van a votar presenten su identidad, porque ello atentaría contra los derechos de las minorías que no pueden adquirir dichos documentos. Lo cual es falso. Como falso también es oponerse al uso de la identidad previa a votar, asunto común en todo tipo de acciones y transacciones de la vida diaria.
La exigencia de la ID rige en 27 Estados, fue propuesta por Jimmy Carter, un presidente demócrata y respaldada por Clinton. La negativa de Obama y Eric Holder, el Procurador, vaticinan un posible recurso del fraude desde la matriz de la mafia en Chicago, que tan bien funcionó para dar los votos que le faltaban al pspá de John F Kenney para ganar las elecciones de su hijo en noviembre de 1959. El juez federal negó hoy a Carolina del Sur el derecho a exigir la ID antes de votar...
Para colmo, aparece también hoy otro posible baluarte de Obama para debilitar al partido republicano y asegurarse la reelección: Donald Trump, el magnate de bienes raíces y frecuente personaje de televisión. Anunció que se desafilia del partido republicano para postularse como candidato presidencial por una tercera opción.
Fue Trump quien fraguó una campaña para que Obama exhiba sin más demora el misterioso certificado de nacimiento en Hawaii. Al fin lo presentó luego de un “suspense” de telenovela y Trump, sin más, lo aceptó como legítimo y afirmó que la polémica sobre el tema quedaba oficialmente archivada.
Lo cual está muy lejos de la verdad. Ese documento, según expertos de todos los niveles y posiciones ideológicas, es fraudulento. Y si el candidato republicano a la presidencia para los comicios del 2012 es honesto y no teme inclusive por su vida, tendrá que hacer unos de los motivos centrales de campaña la necesidad de clarificación de este tema vital.
Si el nominado es Mitt Romney, el asunto no será tocado. Tal como ocurrió con McCain. Y Obama será reelegido y con él la epidemia estatizante que ha azotado a Europa y otros confines, como la plaga previa a la II Guerra Mundial, se habrá afincado acaso por mucho timepo en estas tierras hasta ahora precariamente libres.