Wednesday, January 31, 2018

TRUMP Y LA OPOSICIÓN

Donald J. Trump, en su Mensaje a la Nación habló anoche de los logros de su gobierno en un año de gestión y exhortó a sus opositores a cooperar en proyectos de beneficio nacional, que trascienden las barreras partidistas. 
Al parecer su imploración será vana. Los legisladores demócratas de las dos cámaras del Congreso Pleno que lo escuchaban permanecieron rígidos mientras hablaba y no se pusieron de pie ni siquiera cuando el Presidente honró los valores patrios de la bandera, el himno y el respeto a Dios.
Trump expuso con datos concretos la recuperación económica del país, resultado de la reforma tributaria en marcha y la baja de los impuestos individuales y a las corporaciones, así como por la abolición de millares de regulaciones de Obama que obstruían el crecimiento. 
Inclusive cuando mencionó que en menos de un año se han creado 2.6 millones de nuevos empleos, que el desempleo entre negros y latinos es el menor en décadas, los diputados y senadores demócratas, entre ellos los de la raza negra y latina, permanecieron inexpresivos mientras estallaban aplausos a su alrededor.
Nancy Pelosi, ex presidenta de la Cámara de Representantes y ahora líder de la minoría demócrata, así como Chuck Shummer, líder de la minoría del mismo partido en el Senado, dieron muestras de disgusto ante las cámaras de TV cuando Trump habló de la necesidad de trabajar juntos más allá de los cercos partidistas.
En anteriores ocasiones, Pelosi y otros líderes demócratas se han mofado de los logros económicos del régimen y han calificado de migajas los bonos que muchas corporaciones han dado a sus empleados y obreros como fruto de la baja de impuestos y que en mucho casos son de mil, mil quinientos o dos mil quinientos dólares por individuo.
La reforma tributaria que redujo del 35% al 22% el impuesto a las corporaciones, impulsó a los inversionistas a repatriar capitales invertidos en el exterior donde los tributos eran menores y a atraer a inversores extranjeros, como se supo en Davos. Apple anunció que traerá a Estados Unidos 350 mil millones de dólares del exterior para crear 20.000 nuevos empleos.
En cuanto a inmigración, Trump reiteró su propuesta de triplicar a casi dos millones de ilegales mediante un proceso de naturalización de doce años. Obama los protegió con el decreto inconstitucional DACA para evitar deportar a 690.000 extranjeros menores de edad traídos por sus padres ilegalmente.
Al asumir la presidencia, Trump anuló el DACA y pidió al Congreso que se ingenie un método para legalizarlos. Al no hacerlo, presentó su proyecto propio, que está frenado por los demócratas pese a que implica una cierta forma de amnistía por la que han clamado con miras a convertirlos en potenciales votantes demócratas.
En el proyecto se incluye la abolición de la lotería de visas y la concesión de visas a parientes de inmigrantes naturalizados, que podrían o no  ser calificados en otras circunstancias. Desde que se aplica la norma han entrado por esa vía 59 millones de inmigrantes, casi la misma cifra (60 millones) de seres humanos abortados desde la legalización en 1973. 
Al parecer los demócratas no quieren negociar una forma diferida de legalización de los ilegales porque su meta sería la amnistía general no solo para los “dreamers” (o sea los niños, ahora adultos, ilegales) sino para sus padres y para los acaso 10, 12 o más millones de ilegales de América Latina, Asia y otras regiones que están en la sombra.
Los demócrata progresistas sueñan con recuperar el poder perdido a través de los votos de los ilegales legalizados. La derrota de Hillary Clinton les tiene aún desconcertados y extraviados. No ven otra manera de disminuir a Trump, ya que han fracasado todas las estrategemas de su supuesta colusión con Rusia, de abusos sexuales, de retraso mental, de insania.
Aún antes del Mensaje de anoche y después, los comentaristas anti Trump comienzan a aceptar la realidad de la recuperación económica, en tácita pero no explícita rectificación a las “migajas” de Pelosi. Pero quieren darle un giro pueril a las causas de esa recuperación. Son resultado, dicen, de las políticas de Obama...
Arguyen que los 890 millones de dólares usados al inicio de su régimen en el 2009 para afrontar la recesión económica por la crisis hipotecaria, comenzaron a fructificar en el 2012 hasta llegar al esplendor en el 2017. Si así fuere ¿por qué el PIB se estancó en el 2.1% en ocho años, la deuda pública se duplicó a 20 trillones de dólares y Apple no vino antes para  complacer a su coideario del alma Obama?
Si no hay un cambio en el partido demócrata progresista, su futuro es sombrío, como sombrías eran las expresiones de odio de los legisladores que anoche parecían asistir a un funeral. No tienen otro mensaje que el de odio a Trump. A Trump algunos le critican  que su Mensaje parecía estar dirigido a sus “bases”. ¿Qué habría de malo? Esas “bases” son el pueblo que lo eligió, que según las encuestas de una emisora de TV hostil, gustó en un 75% de su discurso.
¿Cuáles son las “bases” que siguen al actual partido demócrata que solo odia, que no tiene mensaje? Un analista lo dijo: son los medios, la prensa, la radio, la TV, los columnistas que en su mayoría está obnubilada por la Presidencia y el gobierno de alguien a quién no terminan de entender ni de entender por qué todo lo que prometió en su campaña en favor del país lo está cumpliendo. Y cumpliendo bien.


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