Monday, December 28, 2015

TODOS CONTRA TRUMP


Por lo menos un mérito tendrán que reconocer sus enemigos al candidato presidencial republicano Donald Trump: su “milagrosa” capacidad para unir en su contra a la dirigencia (establishment) de los dos partidos y a los más “sabios” analistas de los medios audiovisuales y escritos.
Desde que Trump anunció su aspiración a la nominación por el GOP el 15 de junio pasado, los más connotados columnistas y mayores expertos en política y politología advirtieron que su candidatura no duraría sino pocas semanas, porque se trataba de un payaso insustancial, que no sabía otra cosa que vociferar, insultar y hacer piruetas de circo.
Han pasado seis meses y desde el primer día del anuncio, toda encuesta de opinión lo coloca en el primer puesto. Los analistas se deconciertan pero no se dan por vencidos y ahora han optado por acusar a quienes siguen a Trump de  idiotas, impresionables e ignorantes, que al momento de votar reflexionarán para rechazar al “payaso”.
La acusación aparte de ofender a los partidarios del candidato, revela falta de agudeza de los analistas. Arguyen que Trump insulta y elude ir a la sustancia de los temas en debate. Pero no observan que él jamás ha iniciado el diálogo ríspido, sino que siempre lo hecho como respuesta a los insultos gratuitos que ha recibido, sin motivación alguna.
Curiosamente, todos los pre candidatos que comenzaron de esa manera sus diatribas contra Donald, cayeron bruscamente en las encuestas hasta verse obligados a renunciar. Otros luchan por sobrevivir con 3 puntos o menos, como Jeb Bush, que inicialmente figuraba como puntero en la campaña y favorito del establishment del GOP.
Ciertamente que la oratoria de Trump es distinta, pero no es vacía. Dice lo que tiene que decir de modo directo, sin tapujos, con color, calor y humor y a momentos con sátira. Y lo que dice es lo que la mayoría de ciudadanos quiere oir de un líder con fuerza, de un “macho alfa” que promete no “la transformación” del país, como Obama, sino su recuperación.
Comenzó su incursión en la política denunciando una de las peores formas de destrucción del país: la virtual abolición de las fronteras para permitir la libre inmigración no solo de latinoamericanos sino sobre todo de árabes musulmanes para profundizar la “islamización” de los Estados Unidos en la que se halla empeñado Obama desde el 2009.
El asunto, que los “sabios” analistas dijeron que acabaría con la candidatura de Trump antes de que se afianzara, es ahora uno de los principales temas de discusión de la campaña, sobre todo tras los actos terroristas de París y San Bernardino y la gris reacción del jefe de la Casa Blanca. En Europa también se habla de acabar con el mito de la abolición de fronteras.
Correlativamente, Trump proclamó la necesidad de una moratoria para el ingreso de árabes a los Estados Unidos, hasta que se perfeccionen los métodos de investigación tanto para los que quieren llegar como para los que ya están aquí de primera, segunda o tercera generaciones. La medida es lógica, pues el islamismo radical tiene declarada la guerra a este país.
Jamás ha habido denuncias de musulmanes, residentes o no en los Estados Unidos, de atentados en ciernes que los servicios policiales hubiesen podido detectar y evitar a tiempo. Urge, por tanto, que se levante la orden de Obama que impide vigilar a mezquitas y organizaciones musulmanas potencialmente jihadistas. (Así no habría habido la tragedia de San Bernardino)
Los atacantes de Trump insinúan que sus expresiones sobre Putin delatan que, si triunfa, su gobierno sería tan autoritario como el del líder ruso. Es una más de las distorsiones de los analistas. Con sentido pragmático, lo que el candidato dijo es que Putin ha hecho en esa zona lo que Obama no hizo o no quiso hacer: derrotar a los terroristas en Siria y demoler al ISIS. ¿Por qué, pues, no apoyarlo?
En materia económica, jamás Trump ha dicho que gobernaría como dictador como Obama con el Obamacare y los Decretos Ejecutivos para modificarlo sin consentimiento del Congreso, o para legislar en materia de inmigración o a través de las agencias para legislar sobre medio ambiente y minería y banca e innumerables otras materias, sobre las cuales el Congreso ha abdicado en los últimos años.
Lo que ha impulsado a Trump a dejar sus multibillonarias empresas para lanzarse a la política, es la preocupación por la audacia de una minoría “progresista” que se ha aferrado al poder para ir deshaciendo la esencial grandeza de este país, que reside en la división de poderes y contrapeso entre si, conforme a las normas y doctrina de quienes fundaron esta nación en el siglo XVIII.
La Constitución de 1789, inspirada en la doctrina de la Declaración de la Independencia de 1776, no son documentos obsoletos como pretenden los progresistas, sino que están más vívidos y radiantes que nunca. Son los “progresistas” los que quieren marchitarlos, habiendo logrado ya que el Congreso y la Corte Suprema cedan gran parte de sus atribuciones.
Mientras más se debilite la Constitución, más posibilidades existen de que crezca un Ejecutivo dictatorial. Los fundadores de la nación la diseñaron para evitarlo. Los seguidores de Trump así lo creen, por eso lo respaldan y no por espejismo circense. Solo una maniobra siniestra de sus enemigos, como un atentado terrorista, podría impedir su nominación y victoria final.

Wednesday, December 16, 2015

EL TEMA DE LA INSEGURIDAD


El tema que absorbió el debate en CNN entre los nueve aspirantes a la candidatura presidencial por el partido republicano anoche fue cómo volver a garantizar la seguridad interna y externa del país, alterada tras siete años de gobierno del presidente demócrata Barack Hussein Obama.
Hubo variantes, pero se confirmó que la tónica de la campaña pre electoral que culminará en noviembre próximo ha sido dada por Donald Trump, a quien el “establishment” del GOP lo dio por liquidado a poco de anunciar su candidatura en junio pasado. Las invectivas y presagios se han ido con el viento y su candidatura es hoy la más sólida de todas.
Trump puso a discusión el problema de la inseguridad al momento mismo de proclamarse candidato, al denunciar que era infame que Obama fomente la inmigración ilegal por la frontera sur, no solo de mexicanos y latinos en general, sino de árabes, chinos y de otras nacionalidades. 
Afirmó que entre los ilegales se filtraban criminales narcotraficantes y violadores y otros delincuentes que ya habían sido expulsados del país. Su discurso fue distorsionado y se lo caliificó de racista y xenófobo, pero paulatinamente la denuncia se la aceptó por real y pasó a ser tema del debate de campaña.
Luego de los atentados terroristas en París y San Bernardino, Trump volvió a dar la voz de alarma sobre la vinculación que existe entre el terrorismo y la inmigración ilegal. Dijo que había que prohibir temporalmente la libre entrada de los musulmanes hasta que las autoridades aclaren la situación real de los los que aquí residen y los que estén por venir.
Su propuesta desató otra ola de insultos. Se la tachó de xenófoba e inconstitucional. Se la debatió anoche y el consenso fue que, en verdad, el sistema de información para la admisión de extranjeros, sobre todo de países conflictivos, es deficiente y urje reformarlo por razones de seguridad nacional. 
Los debatientes, en respaldo de Trump, coincidieron en que la seguridad se ha convertido en la principal preocupación de los ciudadanos, según lo confirman las encuestas. Desplazó al tema del alto desempleo y la deuda de casi 20 trillones de dólares. Se observó, sin embargo, que sin solidez económica, no existe seguridad interna ni externa.
Si bien el desempleo y la incertidumbre sobre la economía son frustrantes, es la sensación de inseguridad la que está creando una atmósfera de miedo, acentuada por un gobernante que ha dado muestras de aliarse con los promotores del terrorismo y no con los que lo eligieron dos veces como Presidente. 
Fue el pre candidato presidencial y gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien dijo al iniciar su debate anoche que el país se ha sentido traicionado por un mandatario incapaz de garantizar la seguridad nacional. No lo dijo pero ¿cómo se califica al autor de esa traición?
Obama ha dado repetidas muestras de su alineamiento con el Islam, cuya religión y doctrina inspiran al ala radical que planea y ejecuta los actos de terror, dentro y fuera de los Estados Unidos. Los atentados comenzaron con Mahoma en el siglo VII y se prolongan hasta nuestros días. Pero el actual presidente insiste en desligar al terrorismo islámico del Islam.
En Fort Hood, cuando un oficial musulmán mató a 13 soldados al grito de Alahu Akbar, Obama ordenó abstenerse de calificar al acto de terrorista y lo circunscribió a “incidente de trabajo”. Similares atentados han recibido trato similar. En San Bernardino, tan pronto como la pareja msulmana mató a 14 personas e hirió a 21, dispuso que se omita el adjetivo “terror”.
Por fortuna, el jefe del FBI, James Comie, que no es de libre remoción,  hizo caso omiso del veto presidencial y hacia la noche anunció lo obvio: que las muertes en San Bernardino habían sido planeadas y ejecutadas por un par de musulmanes terroristas. Luego se supo que la masacre pudo evitarse, a no ser por obstrucciones presidenciales.
En efecto, si bien Syed Farook era nacido en Illinois, su mujer Tashfeen Maleek vino como novia desde Pakistán. Ambos anunciaban en Facebook sus inclinaciones por el islamismo radical pero los agentes de investigación estaban impedidos de acceder a los medios sociales (por motivos religiosos o raciales), por instrucciones superiores. Pero si lo hubieran hecho, la visa a Maleek habría sido negada y Farook puesto en la lista roja.
Para atacar a Trump se arguye que el islamismo radical no es el Islam, porque la religión islámica "es moderada". No hay prueba de ello, Farook y su cónyuge serían islámicos comunes en Pakistán y en cualquier otro sitio donde rige el Corán, que aboga por la ley Sharia y la condena a toda otra religión.
La religión Católica y sus derivaciones protestantes, asi como la Judía, creen que la suya es la religión verdadera. Pero el Cristianismo es misional y busca la conversión de los no creyentes por la persuasión. El islamismo es diferente, no busca persuadir a los infieles sino destruirlos. (Ver nota al pie del BLOG)
Nunca antes como con Obama ha habido tan libre flujo de musulmanes en los Estados Unidos. Miembros del CAIR y de Muslim Brotherhood están en la Casa Blanca. Las mezquitas se mutiplican, asi como las escuelas madrasas, que cuentan con billonario respaldo financiero de Arabia Saudita.
Ahora Obama quiere admitir a un número ilimitado de musulmanes sirios en fuga de un país al cual él contribuyó en crear el caos. Trump y los demás pre candidatos republicanos buscan frenarlo. Pero las elecciones presidenciales serán en noviembre y mientras tanto algo tiene que hacer el Congreso, con mayoría republicana en las dos cámaras.
Chris Christie dijo que el país ha sido traicionado. ¿Por qué no interpelar al traidor, para impedirle que siga despedazando a esta nación? 


During the Civil War most of the  nurses were nuns. 

    Even if you are not Catholic, this  is eye opening: 

    when the Catholic Church was founded, there were no hospitals. Today, one out of five people in this Country receive their medical care at a Catholic hospital. 

    

    When the Catholic Church was  founded, there were no schools. Today, the Catholic Church teaches 3  million students a day, in its more than 250 Catholic Colleges and Universities, in its more than 1200 Catholic High Schools and its more than 5000 Catholic grade schools. Every day, the Catholic Church feeds, clothes, shelters and educates more people than any other organization in the world. 

    

    The new Obama Health Mandate could end all this and the tax payers would have to make up  the loss.  Also, all Catholic adoption services will come to an end...a human disaster. 

    

    There are more than 77 million Catholics in this country. It takes an estimated 50 million Catholic votes to elect a president. 

    

    I am asking all of you to go to the polls in 2016 and be united in replacing all Senators and Reps with someone who will respect the Catholic Church, all Christians, and all Religions with the exception of  Islam. 

    

    Mr. President, you said, "The USA  is not a Christian Nation." You are wrong - we are a Christian Nation founded on Judeo-Christian values allowing all religions in America to  worship and practice freely.... something that Islam will never  do. 

    
ASK YOURSELF!!
    Oh, by the way, on MUSLIM HERITAGE IN America .... Have you ever been to a Muslim hospital, heard a Muslim orchestra, seen a Muslim band march in a parade, know of a Muslim charity, ever seen Muslims shaking hands with a Muslim Girl Scout, or ever seen a Muslim Candy Striper volunteering in a hospital?  Have you ever  seen a Muslim do much of anything that contributes positively to the  American way of life? 

Thursday, December 10, 2015

DE LO "POLÍTICAMENTE CORRECTO"


Las revelaciones de la Policía acerca de la trama que rodea a la masacre de San Bernardino, California, perpetrada por islamistas radicales árabes, confirma que las medidas protectoras del presidente Obama hacia el Islam están llevando al país hacia el caos.
El atentado fue planeado por lo menos con dos años de anticipación con la coordinación y financiación de fuerzas terroristas extranjeras. La pareja que actuó directamente no lo hizo de modo aislado, como mintió la Fiscal General Loretta Lynch, vísperas de las declaraciones del FBI.
Syed Farook, el terrorista nacido en Illinois, contrajo matrimonio con Tashfeen Malik, una pakistaní adiestrada en terrorismo jihadista en Arabia Saudita. Todo indica que el enlace fue concertado por los superiores de la organización terrorista, para que actúen no solo en San Bernardino sino en otros lugares del país.
La masacre ocasionó 14 muertos y 21 heridos. No hubo más víctimas pues hubo fallas en el detonante de tres bombas colocadas en el centro de asistencia a minusválidos de California, donde se celebraba una fiesta navideña con casi un centenar de personas.
Malik llegó de Arabia Saudita con visa de novia comprometida con Farook hace más de un año y de inmediato pusieron el plan en marcha, junto con la madre de Farook, otros familiares y amigos. La casa de un barrio de clase media se convirtió en un arsenal y laboratorio para el ensamblaje de bombas.
La Policía jamás detectó sospecha alguna de conducta impropia, menos de terrorismo en ciernes. Algunos vecinos confiesan, luego de producido el atentado, que habían observado movimientos extraños en casa de Farook, como la repetida entrega nocturna de bultos, pero dicen se inhibieron de presentar denuncias por temor a ser tachados de “islamofobia”.
La “islamofobia” es, para Obama y Lynch, el peor de los pecados que un ciudadano puede cometer en este país. Luego de la tragedia en California, la Fiscal General amenazó con sancionar y encarcelar a quienes profieran insultos contra esa religión. Obama, en su discurso del domingo pasado, dedicó más tiempo a prevenir ese peligro que a condenar al terrorismo.
Con esa mentalidad se ha quebrado a los sistemas de inteligencia de los Estados Unidos. De un plumazo, Obama prohibió el “profiling”, o sea el uso de perfiles de los grupos con alto porcentaje de criminalidad para adelantar y acelerar escrutinios e investigaciones, sea en aeropuertos o en calles y lugares de concentraciones públicas.
Si los atentados terroristas son cometidos casi sin excepción por árabes que profesan el Islam y que matan al grito de Alá, es obvio que haya mayor prevención en el examen de documentos con gente de esa etnia, que con alguien de otra raza. Igual ocurre con individuos de la raza negra, no por prejuicio racial sino porque el mayor número de delitos los comete gente de esa etnia.
Por actuar dentro de lo “políticamente correcto”, a Malik seguramente no se le hizo investigación especial, pese venir de Arabia Saudita y cubrirse con burka. Si el investigador cumplía su deber, habría constatado que dio  una dirección domiciliaria falsa y que omitió decir que acababa de terminar un curso en jihadismo.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, tan de izquierda como Obama, se ha dedicado también a quebrar la autoridad policial. A más del “profiling”, ha prohibido que se haga el registro corporal a sospechosos, con lo cual los delinciuentes de cualquier etnia pueden pasear por las calles de la metrópolis sin temor a ser molestados con un arsenal de “trabajo” a bordo.
Israel no podría sobrevivir, rodeado como está de musulmanes, si imperase allí la misma mentalidad “políticamente correcta” que aquí existe. Las reglas de ingreso son extremadamente rigurosas, basadas en el “profiling” y antecedentes para cualquier individuo, sin importar su rango. En contraste en los Estados Unidos hay quienes creen que los inmigrantes deben entrar sin cortapisas, a cambio de convertirse en votantes demócratas.
Se necesitaba alguien con la personalidad fuerte y sin mancha de Donald Trump, pre candidato presidencial republicano, para denunciar a los cuatro vientos la corrupción del sistema y anunciar que lo desterrará una vez que logre la candidatura y gane las elecciones en noviembre venidero. Frente al repliegue de Obama y Lynch, Trump acaba de proponer una moratoria al ingreso de musulmanes, “hasta que se aclare la situación”.
La moratoria obviamente estará dirigida a todos los musulmanes y no con sospechas de vínculos con el terrorismo. La “aclaración” se refiere a poner en vigencia todas las técnicas de inteligencia para detectar a los sospechosos ya ingresados en el país, para registrarlos y encarcelarlos y deportarlos si se comprueba que son jihadistas.
No se trata, como han dicho algunos, de declarar la guerra al Islam, sino de responder a una guerra que ellos tienen declarada a Estados Unidos y Occidente desde hace mucho tiempo, como ya lo advertían Thomas Jefferson y John Adams en 1786 (cuando eran embajadores en Londres, según nota al pie del BLOG). Fue un error de George W. Bush, tras el 9/11, pedir que la gente vaya a los malls en lugar de convocar al Congreso para una declaratoria formal de guerra.
El “establishment” o dirigencia de los partidos demócrata y republicano se ha unido para condenar a Trump por su pedido de moratoria, pero las encuestas en su favor han crecido de manera espectacular. Es de sentido común esperar respaldo a quien busca bloquear al enemigo, interno y externo, no a quien busca protegerlo.
En el BLOG anterior se incluyen enlaces o links a documentos en los que se transcriben versículos del Corán contra los infieles y el trato que hay que darles. Los musulmanes, árabes y no árabes, que renuncian a dichos mandatos y a los de la ley Sharia, con regulaciones y penalidades del Medioevo, son bienvenidos en los Estados Unidos y no tienen nada que temer a Trump.
Solo queda un interrogante. Sin esos versículos y sin Sharia ¿el Islam sigue siendo Islam? Queda la duda. Pero lo que si está claro, con Trump y la mayoría que lo respalda, es que el islamismo radical y los musulmanes que lo socapan, no tienen ni tendrán cabida en este país. Porque espanta pensar que aquí ocurra lo de Europa.

(From a March 28, 1786, letter written by John Adams and Thomas Jefferson, who were American diplomats at the time, to U.S. Secretary of Foreign Affairs John Jay reporting on their conversation in London with the ambassador from Tripoli regarding piracy by the Barbary States:
We took the liberty to make some enquiries concerning the ground of their pretensions to make war upon nations who had done them no injury, and observed that we considered all mankind as our friends who had done us no wrong, nor had given us any provocation.
The Ambassador answered us that it was founded on the laws of their Prophet; that it was written in their Koran; that all nations who should not have acknowledged their authority were sinners; that it was their right and duty to make war upon them wherever they could be found, and to make slaves of all they could take as prisoners; and that every Mussulman [Muslim] who was slain in battle was sure to go to Paradise.)



Monday, December 7, 2015

¿DE QUÉ LADO ESTÁ OBAMA?


Obama defraudó una vez más con su discurso de anoche, dicho en tiempo preferencial en TV para referirse al nuevo ataque terrorista ocurrido en esta ocasión en San Bernardino, California, con 14 muertos y 21 heridos, víctimas de una pareja árabe musulmana.
Unos pensaban que anunciaría un cambio en su actitud pro islámica y que finalmente se decidiría por responder, con todo el poder militar de esta nación, al reto de la guerra declarada hace mucho tiempo por el Islam contra los Estados Unidos y Occidente.
Aunque otros anhelaban que se ratificase en su teoría de que el terrorismo y la violencia, que se han acercentado durante sus siete años de gobierno, se debe a la libertad que existe para adquirir armas de fuego en el mercado, garantizada por la II Enmienda de la Constitución.
Aunque este tema tocó en su discurso de 12 minutos, Obama sin embargo no amenazó lo que quisiera, confiscar las armas de fuego en manos de los ciudadanos y prohibir totalmente las ventas. No lo hizo porque la mayoría rechaza su posición, como lo prueba el aumento de ventas de armas a raíz de los últimos atentados terroristas aquí y en Europa.
El Presidente insistió en su pretensión de desligar al Islam del terrorismo radical islámico, que se ha convertido en tesis oficial de esta administración. Si bien admitió que lo de San Bernardino fue un acto terrorista, se abstuvo de atribuirlo al radicalismo islámico, pese a las pruebas en contrario.
Obama, Hillary Clinton (su Secretaria de Estado, ahora candidata por los demócratas a la Presidencia), el canciller John Kerry y demás funcionarios sostienen que el uso de la expresión “radical Islam” hiere a la mayoría de quienes practican esta “religión de la paz”, por lo cual prefieren utilizar el calificativo de “extreme jihadists” o jihadistas extremistas, “que han usurpado el Islam para cometer actos de terror”.
La gente se pregunta ¿qué es el jihad? y cualquier diccionario le responde: es la “guerra santa” del Islam contra los infieles. ¿Y qué son los jihadistas extremistas? Son todos, pues no hay jihadistas que prefieran degollar “con moderación” y otros “sin moderación” a cristianos, judíos y musulmanes “apóstatas” (opuestos a su visión radical de conducta). ¿Hay jihadistas que no sean musulmanes? No.
Dentro del galimatías verbal en que se sumerjen Obama y sus seguidores, figura el intento de aislar al Islam del ISIS, al que lo llaman ISIL (no por capricho: esconde un propósito y una meta. ISIS involucra solo a Irak y Siria, mientras que el ISIL a Levante, incluídos Israel...e Irán). Es el ISIS y no el Isil, dicen (¿?) el que fomenta a los terroristas en Europa, África, los Estados Unidos, Asia.
Es teoría que se destruye por si misma. Desde la aparición de Mahoma en el siglo XII el Islam ha buscado expandirse a sangre y fuego, en contra de otras religiones y los musulmanes apóstatas. La pretensión globalista islámica es similar a la de las ideologías dictatoriales del nazifascismo y el comunismo de Stalin y Mao.
La táctica expansionista islámica tomó un nuevo giro con Obama. En el 2011 el terrorismo islámico había sido doblegado en el Irak y allí regía un gobierno democrático parlamentario que necesitaba del respaldo militar de los Estados Unidos para consolidarse. Pero el nuevo líder del “mundo libre” ordenó el desmantelamiento de más de 100.000 tropas y el abandono del armamento. 
Los jihadistas resurgieron y formaron un ejército de unos 50.000 hombres con equipo norteamericano gratuito y millonarios yacimientos petrolíferos para financiar los operativos terroristas en la región y fuera de ella. Se formó el califato en Irak y Siria que ha causado tantos estragos y que solo a partir de la intervención militar inicial de Putin ha comenzado a resquebrajarse.
Pero si desaparece el ISIS o ISIL, el radicalismo islámico seguirá vigente en cualquiera de sus denominaciones, para continuar organizando directa o indirectamente atentados terroristas en cualquier lugar del mundo y que serán de inenarrables consecuencias cuando comience a funcionar la maquinari nuclear mortífera de Irán.
Todos los terroristas recientes han sido musulmanes. Ello no quiere decir que todos los musulmanes sean terroristas. Pero la mayoría calla, sea por respaldo o temor a represalias. Farouk y su mujer eran extremadamente radicales, pero lucían pacíficos y devotos. Los servicios de inteligencia nunca los tuvieron en la mira.
Allí radica la raíz del problema. Los terroristas no van a pasearse por calles y plazas con turbantes y fajas cargadas de bombas para la inmolación suicida. Están inmersos en la población como ciudadanos comunes, listos para actuar en el momento que ellos por si mismos o por órdenes superiores lo determinen. ¿Cómo identificarlos?
El escrutaje en los puertos de entrada es insuficiente. Muchos islámicos entran legalmente, otros ilícitamente por la frontera, otros son nacidos aquí como en el caso de Farouk. La solución la da el candidato Donald Trump: hay que abrir un registro de todo musulmán que resida e ingrese a los Estados Unidos y a cada uno de ellos, previa investigación, se le exigirá una declaración juramentada de respeto a la Constitución y las leyes de los Estados Unidos. 
Porque muchos de ellos, en Michigan y Texas, por ejemplo, pugnan porque se les acepte vivir aislados bajo la ley Sharia, que se opone a la Constitución y que aplica normas de conducta del Medioevo. Son los musulmanes que inmigran a este país los que tienen que adaptarse a sus leyes y costumbres, no viceversa. Porque “inmigración sin asimilación es invasión”.
Raymond Ibrahim, un profesor musulmán de la Universidad Prager, dice que en el mundo hay unos 1.500 millones de musulmanes de los cuales al 10% los tilda de “islamistas”, que practican el Sharia, o sea 150 millones. De éstos, dice, no menos del 2% son terroristas, o sea 3 millones de personas. Es mucha gente. 
En los dos atentados de París de este año, el número de asesinos no fue de más de 10, en San Bernardino fue una pareja, en Boston dos hermanos y en Malí y Chad igualmente muy pocos. Están en reserva 3 millones. Y hay el Califato y en perspectiva un Irán nuclear. 
Súmese a todo ello la evidencia de que por primera vez en la Casa Blanca está alguien que no se sabe si está en favor o en contra de los Estados Unidos y se comprenderá por qué la gente siente miedo, por qué quiere armarse, por qué desconfía de un Presidente que no dice la verdad se refugia en una melosa telaraña verbal que solo a pocos podrá engañar.

Monday, November 30, 2015

DE JIHADISTAS Y ABORTEROS


En uno de los canales hispanos de TV, el entrevistador preguntó a un líder de los musulmanes que frecuenta ese medio, cómo explica que en nombre de la “religión de la paz”, que así calificó al islamismo, se cometan actos tan monstruosos como los de París.
Actos de terrorismo, contestó, se registran en otras religiones y ha habido terrorismo de judíos y cristianos, como el que acaba de ocurrir en Colorado contra Planned Parenthood. No por ello, dijo, cabe acusar al Cristianismo o al Judaísmo de promotores del terror. Se identificó así con Obama al tratar de excluir al Islam del terrorismo islámico.
(La alusión al ataque al centro de abortos de Colorado no se justifica, pues se trata de un hecho aislado y de alguien con problemas mentales. No se conoce su identidad religiosa. Lamentables las muertes de dos civiles y un policía, como lamentables son las muertes diarias de niños inocentes en ese centro y similares que se financian con fondos públicos) 
Es una aspiración contraria a la lógica y a la historia. La violencia del Islam contra la cristiandad y el judaísmo nació con Mahoma en el siglo VII y es un mandato que lo cumple el ala radical de esa ideología desde entonces y sin pausa hasta la fecha, ahora instalados en el reinstaurado Califato en el Medio Oriente. 
En el programa, el líder musulmán no citó casos concretos de terror de cristianos y judíos, pero es de suponer que se refería quizás a los excesos en las Cruzadas, como ya lo dijo Obama. Pero las Cruzadas fueron actos  de guerra en respuesta a la guerra originada por los moros en Jerusalén contra los cristianos, a los que se decidió proteger por pedido del Papa Urbano II en el siglo XI.
¿Quizás habría querido mencionar al Ku Klux Klan, los enmascarados que se escudaban en crucifijos de madera para ahorcar y quemar vivos a los negros, en rechazo a su integración plena tras la abolición de la esclavitud con la Guerra Civil? Esta secta fue organizada por demócratas sureños, cuya defensa de la esclavitud causó la guerra de las 600.000 muertes. (Su odio incluyó a católicos y judíos)
No hay memoria de cristianos o judíos unidos para planificar y ejecutar asaltos a objetivos civiles como en París, las Torres Gemelas y tantos otros hechos horrendos en diversas partes del mundo. Lo que si se recuerda, en cambio, es la alianza del Islam en la II Guerra Mundial con Hitler, aliados por su común antisemitismo.
Podrían acusar a los israelíes de actos de fuerza (terror) en Gaza, pero la agresión constante palestina contra Israel se ha convertido en ataques que no tienen otra respuesta que la guerra. La historia lo prueba desde que las Naciones Unidas autorizaron la creación del Estado de Israel en 1948 y alrededor de su territorio se tendió un círculo árabe/musulmán para sofocarlo.
El ISIS o Estado Islámico es, como su nombre lo indica, musulmán. Surgió con el apoyo de Obama y se armó con materiales de guerra dejados por las tropas norteamericanas cuando les ordenó que evacuaran Irak en el 2011, cuando el terrorismo islámico estaba bajo control. Tan pronto el ejército de casi 50.000 hombres comenzó a aterrorizar, hubo quejas.
A regañadientes, Obama autorizó bombardeos sobre el ISIS, cuyo territorio se había extendido por Irak y Siria. Pero advirtió que no se destruyan los pozos de petróleo iraquíes ni los tanqueros que financiaban al estado terrorista y el impacto de la acción de “guerra” de Obama fue nulo. Alguien pidió  que se asignen tropas en tierra y se negó.
Los terroristas islámicos estaban resueltos a tomarse toda Siria y entonces fue que el Presidente Bashar el Asad pidió auxilio a Putin para sobrevivir. En pocas semanas, contra la voluntad de Obama, el líder ruso está por liquidar al ISIS. Pero el extremismo musulmán no se circunscribe al ISIS pues está desperdigado por todo el Medio Oriente y el mundo.
En Egipto, los terroristas implantaron una bomba en la aeronave comercial que transportaba a más de 200 turistas de regreso a Rusia y la hicieron estallar sobre el desierto. En París los atentados dejaron 130 muertos y 400 heridos. El presidente Hollande se unió a Putin para pulverizar al ISIS. Obama y su discípula Hillary Clinton, mientras tanto, siguen  predicando que el Islam, “la religión de la paz”, nada tiene que ver con el ISIS.
¿Si el ISIS desaparece geográficamente como EI, puede esperarse que el radicalismo islámico también desaparezca? Por cierto que no. Existe el dicho “muerto el perro se acabó la rabia”. El ISIS, evidentemente, no es el perro, no es todo el radicalismo islámico, no es la rabia en si sino una rama, una muestra, una expresión de la furia musulmana anti occidental.
Se calcula que hay entre 1.200 a 1.300 millones de musulmanes en el mundo, por lo cual se supone que no todos estén contaminados con la rabia del islamismo radical. Consecuentemente, no se trata de eliminar a 1.200 o más millones de seres humanos para evitar la diseminación del mal, pero si que es imperioso frenar por las armas a los terroristas, que son una cuarta parte del total, o sea unos 250 millones de personas.
Occidente no puede ni debe ceder ante esta guerra declarada por los musulmanes desde hace centurias. Si no lo hace ya, con las armas nucleares convertirán a Occidente en un cementerio. Hitler estuvo a punto de hacerlo e igual habría ocurrido con  la URSS, si no se imponía la firmeza de Ronald Reagan. 
Obama no trabaja en favor de los Estados Unidos ni de Occidente. Lo ha demostrado en incontables confesiones pro Islam y en su pacto con Irán que le permitirá financiar y desarrollar armamento nuclear. Ahora se une al único estado islámico de la OTAN, Turquía, para hostigar a Putin y derrribar aviones rusos de combate que están destruyendo al ISIS y sus fuentes financieras. Se halla en París en estos momentos para distraer la atención mundial con la payasada del “calentamiento global” y el propósito de erigirse en dioses para controlar el clima...mediante impuestos.
A los terroristas islámicos y sus cómplices hay que denunciarlos, matarlos si se resisten, encarcelarlos o recluirlos en campos de concentración. A los musulmanes neutros, pro radicales o anti radicales habría que exigirles que renuncien al mandato de forzar la conversión de los “infieles” so pena de degüello, prisión o alta tributación.
En el caso de que fueren inmigrantes en países de Occidente, además se les deberá exigir acatar las leyes y costumbres nacionales y renunciar a la ley Shariah, por inconstitucional y porque implica mutilaciones, muerte por adulterio y rebeldía a la autoridad paterna y más penalidades medievales. Los inmigrantes obstinados serían expulsados o recluídos.
Winston Churchill, cuando todavía no concluía la I Guerrra Mundial, propuso exterminar a los bolcheviques que habían fusilado al Zar y a su familia y habían suspendido en 1917 el apoyo a los aliados en la guerra contra Alemania. Churchill temía que Alemania se tomara Rusia y sobre todo estaba alarmado de la barbarie bolchevique, que inclusive había asaltado un consulado británico e inmolado a su cónsul.
Sin embargo, su pedido no tuvo respaldo ni en el curso de la guerra ni después. Más bien la Oficina de Guerra (War Office) decidió que se invitara a París u otro lugar a “bolcheviques, anti bolcheviques y pro bolcheviques” para que dialogaran “fraternalmente” en búsqueda de la misma paz que se buscaba para la Europa de posguerra. Todo en nombre de la “libertad”.
No fue mediante el uso de la libertad que Lenín y más tarde Stalin terminaron por dominar a Rusia y la URSS y luego a China. Tampoco fue a nombre de la libertad que Hitler se convirtió en Führer y desencadenó la II Guerrra Mundial. En cuanto a los radicales árabes, lo menos que les interesa para dominar al mundo es la “libertad”, como se la entiende en Occidente.

Monday, November 23, 2015

¿RADICALISMO ISLÁMICO SIN ISLAM?


El presidente Barack Hussein Obama sigue impermeable a las críticas de 2/3 de la población norteamericana y persiste en la incomprensible noción de que los terroristas musulmanes árabes nade tienen que ver con el Islam “que es una religión de la paz”.
En esa absurda obstinación, contradicha por la historia reciente y antigua, el mandatario está respaldado por Hillary Clinton, quien fue la ejecutora de su política exterior como Secretaria de Estado durante cuatro años y que ahora aspira a sucederle en la Casa Blanca por el partido demócrata.
Los terroristas árabes pertenecen a grupos con muchos nombres pero un denominador común: todos son musulmanes y sus inmolaciones y ataques lo hacen siempre invocando el nombre de Alá es grande (Allahu Akbar). No se registra en ninguno de tales abominables episodios alguno en que se haya citado a un ídolo distinto o un grito de batalla diferente.
Son musulmanes árabes los que han creado el I Califato del Siglo XXI en tierras de Irak y Siria, con el nombre de Estado Islámico o ISIS. No lo llaman Estado Cristiano, ni Budista, ni utilizan definición pagana. Han reclutado al menos 30.000 hombres bien apetrechados con armas y equipos obsequiados por Obama tras ordenar el repliegue de tropas en Irak el 2011. 
Los terroristas musulmanes son el brazo radical del Islam y constituyen, según estadísticas oficiales, 1/3 de la población islámica mundial o sea unos 300 millones. La pelea por la dominación del Islam no es de data reciente sino que fue iniciada por su fundador Mahoma, en el 600.
El objetivo es subyugar a por la fuerza a todo infiel y la rebeldía puede ser penada con el degüello o fuertes gravámenes, como los que se aplicaron durante la ocupacion mora en España durante siglos. La ley normativa es Shariah, con sanciones medievales por los delitos de robo, adulterio u homosexualismo, así como penas para la mujer que altera su papel de sumisión frente al hombre.
Obama se educó de niño en Indonesia en una escuela de adoctrinación islámica o madrasah, que dejó huellas indelebles en su conciencia. Tanto, que en varias intervenciones públicas no ha podido reprimir su admiración por esa religión, al extremo de sostener que esta nación judeo cristiana es lo que, gracias al influjo inicial del Islam.
(El primer contacto histórico registrado de Estados Unidos con los árabes fue a comienzos del siglo XIX, cuando el presidente Jefferson envió naves militares al Mediterráneo para evitar el saqueo de los piratas árabes a los buques comerciales norteamericanos que se desplazaban por la zonas. El otro contacto eran los esclavistas árabes que vendían su mercancía humana de negros para el mercado de las Américas)
Una compilación de extractos de los discursos pro Islam de Obama, hecha por el periodista Sean Hannity de FoxNews, se puede observar en este link o enlace.
La treoría de que los radicales musulmanes no son musulmanes se desbarata con lo ocurrido en París. En la matanza de la sala de conciertos los sobrevivientes narran que los asesinos perdonaban a quienes podían recitar algún pasaje del Corán. El avión que estalló sobre el Sinaí con pasajeros rusos, fue obra del ISIS, según propia confesión.
Las pruebas abundan. En 1993 y el 2001 en Nueva York, el Pentágono y Pensilvania, en Buenos Aires, Madrid, Líbano, Libia, París, Alemania y centenares de casos fallidos en los mismos Estados Unidos y otros lugares del orbe. Negarlo denota alienación mental o complicidad.
En consecuencia, la liquidación de ISIS geográficamente no bastará para terminar con el problema de la agresión islámica a Occidente. Porque si en apariencia sunis y shias son diversos, o si Arabia Saudita e Irán se pelean y si Hamas y Al Qaida tienen metas opuestas, la verdad, hay que insistirlo, es que todos son musulmanes y todos siguen el Corán y el Corán manda imponer su doctrina e ideología hasta el sacrificio.
¿Cabe imaginar un musulmán moderado? Si lo es, se trata entonces de un converso que ha sepultado el Shariah y la ética medieval que mueve a los terroristas del ISIS en París y Bruselas o del Al Qaida en Malí. Los terroristas no entienden sino el lenguaje de la fuerza. No cabe transar con el enemigo. Éste deja de serlo cuando se rinde, solo entonces cabe negociar. Todo lo demás es palabrería obamista.
En Obama parece existir la fusión de islamismo con socialismo/marxismo. La polémica sobre su verdadera identidad se silenció a poco de ganar la presidencia. Pese a los documentos se archivaron los reclamos sobre sus partidas falsas de nacimiento, seguridad social y todos los archivos de su vida estudiantil permanecen sellados por orden superior.
Es un caso de secretismo sin precedentes, que deberá develarse más temprano que tarde. En estos días se divulgará un documental probatorio de que el verdadero padre de Obama no es un Obama de Kenya, sino el conocido agente comunista a sueldo de Moscú, Frank Marshall Davis, citado por Barack en su libro autobiográfico.
Davis, negro, tiene iguales facciones que Barack Hussein, sobre todo la nariz. Era íntimo del abuelo materno de Barack, también comunista al igual que lo era Ann Dunham. Según el relato documentado, Ann tuvo relaciones íntimas con Davis durante su vida disipada como actriz porno, en la que  inclusive alternaba como lesbiana. Fruto de esa relaciones fue Barack.
Para explotar su condición de negro (mulato) y sus cualidades de “community organizer” o agitador de masas, sus “coachs” decidieron que era preferible ignorar a Davis como su padre biológico y asignarle en su lugar al Obama de Kenya que estaba estudiante en Hawaii en 1960 y que a la postre murió alcohólico. Dice el documental que revelar la verdadera identidad de Obama habría obstruído la carrera política que le estaban labrando.
ISIS es el primer estado musulmán en que se está aplicando un modelo socialista/estatista, lo cual encaja dentro de la mentalidad Obama. Ello explica siete años no solo de tolerancia sino de fomento del terror islámico y el constante esfuerzo por deteriorar y envilecer las a instituciones sustantivas de esta nación.
Cada vez se ha debilitado más la seguridad externa (Fuerzas Armadas) y la seguridad interna (Policía), al tiempo que se ha socavado la economía siempre basada en la competencia de libre mercado y en la menor intrusión posible del gobierno en las actividades lícitas del sector privado.
El gran fraude Obama sigue destrozando la ley y la única esperanza  de frenarlo, pues no otra válida se vislumbra, es sustituirlo en las votaciones de noviembre próximo en la Casa Blanca por un líder auténticamente pro USA. Con la esperanza añadida de que el cambio no resulte tardío.

Thursday, November 19, 2015

OBAMA, PROFETA DEL ISLAM


Siempre ha intrigado que Barack Hussein Obama fuese al mismo tiempo un socialista marxista y un ardiente defensor del Islam. ¿Cómo alguien que promueve el homosexualismo y el matrimonio gay, que fue bisexual y abusó del alcohol, el tabaco y las drogas puede alinearse con una religión que prohibe tales excesos?
La respuesta parece atisbarse en un análisis que hace el director de la revista rusa “El Arte de la Guerra”, Ilya Plejanov, quien asegura que el Islam ha dado un giro hacia un socialismo cuyo objetivo es sustituir a un capitalismo “corrupto e inmoral”, habiendo iniciado para ello un proceso nazi/fascista/bolchevique para adoctrinar a las nuevas generaciones.
El “islamosocialismo” al que alude utiliza, en efecto, el mismo lenguaje que se escucha de labios de Obama y sus seguidores demócratas como Hillary Clinton o los estudiantes rebeldes de las universidad de Misuri y Yale y los dirigentes negros para denigrar al sistema de los Estados Unidos, al que acusan de ser responsable de todos los males del planeta.
Esa simbiosis socialista/islámica en Obama explicaría por qué su decisión de retirar las tropas de Iraq en el 2011, para permitir que surja el ISIS cuyas primeras atrocidades calificó de simples juegos juveniles y por qué acudió ante el Ayatola del Irán para firmar un acuerdo que le permitirá sin restricciones desarrollar armas nucleares y acceder a más de 100.000 millones de dólares congelados por la ONU. 
En su última y nefasta rueda de prensa en Turquía, Obama no ocultó su fastidio por las insistentes preguntas sobre su falta de solidaridad por la tragedia de París, originada por los islámicos radicales a menos de un año de lo de la revista Charlie Hebdo, hecho terrorista que tampoco le conmovió. A la última acción la calificó de “set back”, simple tropiezo, no una confirmación macabra de las intenciones mortíferas del Islam. 
Su inclinación pro musulmana se ha vuelta inocultable. La adquirió en su niñez en Indonesia, cuando asistía a una escuela islámica o madrasah, de adoctrinamiento islámico y esa semilla ha germinado para quedarse en su espíritu para siempre. Lo demostró en El Cairo, lo demostró al inclinarse 90 grados ante el califa saudí y cuando dijo que el llamado para la oración en las mezquitas era música celestial para sus oídos.
Su renuencia a frenar la inmigración de árabes a los Estados Unidos está en consonancia con su credo. Se diría que el Decreto Ejecuito, ahora en suspenso por orden del juez federal, para conceder aministía a los ilegales que ingresan por la frontera sur, no es sino un pretexto para seguir favoreciendo la llegada de más y más musulmanes a este país.
La masacre de París del viernes pasado no es “otro evento" del ISIS, sino una agresión más del Islam contra Occidente, protegida por primera vez en la historia desde la Casa Blanca. El Islam no es una religión de la paz, como tontamente lo dijera George W. Bush tras el ataque del 9/11, sino todo lo contrario: es una religión de la muerte.
El ISIS no existía cuando los jihadistas volaron las Torres Gemelas en el 2011 y cuando lo intentaron antes en 1993. Tampoco cuando asaltaron las barracas de Beirut en 1983 en tiempos de Reagan y mataron a 299 soldados. Iguales actos terroristas ha habido en Buenos Aires, Madrid, Boston, en años recientes y mucho antes, desde el año 600 en que a Mohama se le ocurrió fundar el Islam cimitarra en mano. En el 1095 el Papa Urbano II llamó a la Primera Cruzada para defender a los cristianos que iban a Jerusalén y eran perseguidos y muertos por los musulmanes.
El presidente Obama pretende equiparar al Islam con el Cristianismo y ello es execrable. La Biblia predica el amor, el Corán el dominio del Islam como ideología impuesta por la fuerza, no la persuasión. O el infiel se somete a la ley islámica incluída el Shariah, o es degollado o paga un estipendio. No hay derecho al libre albedrío y los delitos de robo, sodomía y adulterio pueden penarse con la mutilación o la muerte.
Hillary ha dicho hoy que si llega a la Casa Blanca luchará no contra el Islam sino contra los jihadistas extremistas. ¿Hay algún jihadista moderado o hay algún jihadista que no sea musulmán? Obama tampoco quiere admitir que el EI (Estado Islámico) sea islámico. Si no son islámicos ¿que son? ¿marcianos?
Muchos “liberals” defienden al Islam diciendo que no todos sus seguidores son radicales, sino talvez una cuarta parte. Es decir unos 250 millones de individuos. En Alemania, los nazis que siguieron a Hitler inicialmente eran en número infinitamente menor, como ocurrió con Stalin y Mao en Rusia y China. Esas minorías radicales son las de peligro y hay que exterminarlas de raíz. 
Jeb Bush y Marco Rubio creen que con pulverizar el ISIS en Irak/Siria, el problema ha terminado. Donald Trump no lo cree así. En París se anuncia que el líder de la masacre del viernes fue en efecto liquidado, pero Trump opina que él no es sino un “scam” o engatusamiento del problema. El asunto de fondo es el Islam.
El Islam está absorbiendo al Occidente. No lo hace solo con simples atentados como los descritos, por cierto abominables. Sino mediante la maniobra que Gadafi predijo: la invasión irrefrenable de Europa y los Estados Unidos, cuyas poblaciones originarias se agostan por el uso de anticonceptivos y el aborto. Es escalofriante el panorama demográfico en perspectiva, según este documental grabado hace siete años, en el 2008.
(Los musulmanes en Europa y los Estados Unidos, al contrario de lo que generalmente sucede con los latinos, no se asimilan a las sociedades huéspedes. Forman getos aislados y herméticos, como a la espera de la invasión definitiva. Ya se ha dicho: inmigración sin asimilación es invasión)
Fue escalofriante la reacción del público en el estadio de Turquía, cuando antes de iniciarse un partido de fútbol se pidió un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la tragedia de París. En repudio, hubo una silbatina estentórea y gritos de Allauh Akbar, grito de batalla de los terroristas cuando atacan o se inmolan.
Cuánta razón tuvo el Papa Benedicto XVI en oponerse a que Turquía se integre a la Unión Europea, por no compartir los principios judeo cristianos de Occidente. Turquía, como lo demostró ese público plural que asistió al estadio, es musulmán y anti occidental. 
Muchos se preguntarán ¿y Putin? Bueno, ha reemplazado a Obama como líder mundial, está demoliendo al ISIS, no tolera a los musulmanes extremistas o no y le repugnan los homosexuales. Además, es cristiano. Vean lo que recientemente advirtió a los islámicos y compárennlo con Obama link.
(Se transcribe a continuación un artículo publicado por el diario The Wall Street Journal acerca de cómo actuar frente a los terroristas)

On March 27, 2002, a suicide bomber walked into the Park Hotel in the Israeli city of Netanya and blew up the explosives belt he had strapped around his waist. Thirty people, who moments earlier were sitting down for the Passover Seder, were murdered. A celebratory and civilized scene, like those in Paris last week, had suddenly become a field of carnage.
The Park Hotel attack came at the height of the Second Intifada, a conflict that would ultimately claim the lives of more than 1,000 Israelis. More than 130 people were killed that March, and by then there had already been thousands of terror attacks.
My country, Israel, seemed paralyzed and the national sentiment was that the military would be unable to defeat the terror campaign. The only real way to stop the attacks, many supposed experts said, was by political means.

Opinion Journal Video

Gen. Jack Keane on the terror network’s leadership, goals and strategic reach. Photo credit: Getty Images.
They were wrong. Two days after the hotel massacre, the Israeli government launched a military operation called Defensive Shield to stop the suicide bombers and retake control of Palestinian cities in the West Bank.
It worked. Within weeks of the operation, the number of attacks and Israeli casualties dropped by more than 80%, and while it took time, we eventually succeeded in bringing suicide attacks down to zero. We proved that terror can be defeated.
Europe, the U.S. and their allies can defeat the terrorists of Islamic State, or ISIS. The first step is making the decision to fight back. The next step is understanding that drones and standoff missiles will not be enough. Ground troops will be needed.
In 2002 Israel went on the offensive in the West Bank cities of Nablus, Jenin, Jericho and Tulkarm, going house-to-house and door-to-door to hunt down Palestinian terror suspects. We found and demolished bomb labs, arms caches and terrorist command centers.
I remember the period well. At the time I was in New York running a high-tech company. As an officer in an elite Israel Defense Forces (IDF) commando unit, I got on a plane, flew back to Israel and joined my fellow soldiers as we fought to stop the terror wave that had struck our country.
We succeeded because we understood that when fighting Islamic terror, there is no middle ground. There is no halfway solution. There is one path to victory and that is taking the fight to the enemy.
I know that “boots on the ground” is a scary phrase and that the Western world has gotten used to sterile attacks. But we need to be honest—while these attacks hurt ISIS, they will not destroy it.
To win, the world needs to go on the offensive. There is no other way. What Israel did in 2002 is a model for how terror can be defeated. Soldiers may be put in harm’s way, but the number of civilian lives saved will be much higher.
Europe must also share intelligence within and outside the continent. Israel can help on that front. We maintain powerful counterterrorism intelligence tools because we are in the thick of the Middle East turmoil, with borders surrounded by Islamic State, Hamas and Hezbollah.
But you don’t have to live next to terrorist lands to be able to defeat the enemy. The West has demonstrated its ability in the past to project power and move troops to distant regions. What Israel showed in 2002 was that when you take the fight to enemy territory, the enemy will have difficulty taking the fight to you.
This is not currently the case with ISIS. Yes, the jihadists face occasional airstrikes and missile bombardments, but they aren’t on the run. They don’t go to sleep worried that soldiers may burst in during the night and seize them. Their command centers are not really threatened. Only when that happens will the ability of ISIS to direct attacks in Europe or America be hindered.
Like Israel, Europe and the U.S. also face terrorists who lurk in their own cities. Hundreds of young Westerners have inexplicably been drawn to the ISIS death cult; they fight in Syria or Iraq and return home with orders to attack. Europe is especially vulnerable to terrorists who may hide among the refugees pouring across its borders.
To detect these threats, European countries and the U.S. must strengthen their surveillance techniques. Liberty, freedom of speech and human rights are pillars of our democracies, but in Israel we balance them with national-security needs. Privacy is occasionally and under certain circumstances invaded, passports are confiscated and administrative detention is used to lock up terror suspects. We also demolish terrorists’ homes to deter future attacks.
These steps can be highly effective. Last week a Palestinian terrorist ambushed an Israeli car, murdering a father and his son. The terrorist’s family turned him in on Sunday to prevent their house from being demolished.
Europe can adopt some of these models. French President François Hollande on Monday called for amending France’s constitution to allow for more effective and aggressive measures against terrorists. This is an important step. No time can be wasted.
The historic upheaval currently engulfing the Middle East is not going away. The world needs to be determined, to show resolve and not to blink when challenged by adversaries like ISIS. These terrorists understand only one language: force.
Mr. Bennett, Israel’s minister of education and diaspora affairs, is a major in the IDF reserve corps.