Friday, September 29, 2017

¿DECADENCIA MORAL?

¿Estados Unidos es un país moralmente enfermo? Buchanan analiza esta interrogante:

Judge Moore & God's Law


Judge Moore & God's Law
When elected chief justice of the Alabama Supreme Court in 2000, Judge Roy Moore installed in his courthouse a monument with the Ten Commandments that Moses brought down from Mount Sinai carved into it.
Told by a federal court his monument violated the separation of church and state, Moore refused to remove it and was suspended -- to become famous as "The Ten Commandments Judge."
Roy Moore is now the Republican candidate for the Senate from Alabama, having routed Sen. Luther Strange, whom President Trump endorsed and campaigned for.
Moore's primary win is a fire bell in the night for GOP senators in 2018. And should he defeat his Democratic opponent, the judge will be coming to Capitol Hill, gunning for Mitch McConnell.
Yet it is the moral convictions of the candidate that make this an interesting race for all Americans. For Moore is a social conservative of a species that is almost extinct in Washington.
He believes that man-made law must conform to the "Laws of Nature and of Nature's God," as written in Jefferson's Declaration of Independence.
If a law contradicts God's law, it is invalid, nonbinding. In some cases, civil disobedience, deliberate violation of such a law, may be the moral duty of a Christian.
Moore believes God's Law is even above the Constitution, at least as interpreted by recent Supreme Courts.
Homosexuality, an abomination in the Old Testament, Moore sees as "an inherent evil." When the high court, in Obergefell v. Hodges, discovered a constitutional right to same-sex marriage, Moore, back on the Alabama court, defied the decision, was suspended again and resigned.
Postmodern America may see the judge as a refugee from the Neolithic period. Yet, his convictions, and how he has stood by them, are going to attract folks beyond Alabama. And the judge's views on God, man, and law are not without a distinguished paternity.
In his "Letter from Birmingham Jail," Dr. King wrote: "(T)here are two types of laws: there are just laws, and there are unjust laws. I would agree with St. Augustine that 'An unjust law is no law at all.'...
"A just law is a man-made code that squares with the moral law, or the law of God. An unjust law is a code that is out of harmony with the moral law. To put it in the terms of St. Thomas Aquinas, an unjust law is a human law that is not rooted in eternal and natural law."
In his Declaration, Jefferson wrote that all men are endowed by their "Creator" with inalienable rights, and among these is the right to life.
Many Christians believe that what the Supreme Court did in Roe v. Wade -- declare an unborn child's right to life contingent upon whether its mother wishes to end it -- violates God's law, "Thou shalt not kill."
Throughout our history, people acting upon such beliefs have defied laws, and are today celebrated for it.
Abolitionists, in violation of laws they believed immoral, set up the Underground Railroad to help slaves escape to freedom. King believed that laws imposing racial segregation violated the American "creed" that "all men are created equal" and acted on that belief.
Thomas More is considered by Catholics to be a saint and moral hero for defying Henry VIII's demand, among others, that he endorse a lie, that the king's marriage to Anne Boleyn was not adultery.
Early Christians accepted martyrdom rather than obey laws of the Caesars and burn incense to the gods of Rome.
After Hitler took power in 1933, he authorized the eradication of "useless eaters" in the Third Reich. Those who condemned these laws as violations of God's law, and even attempted to assassinate Hitler in 1944, are today regarded as moral heroes.
Moore, should he win, is going to become an object of fascination in The Secular City. Yet his questions and concerns are those of the silent millions on the losing side of America's culture war.
Is the USA still a good and Godly country when 55 million abortions have been performed with the sanction of law in 45 years?
Do court decisions that force Christians to act against their religious beliefs have to be obeyed? What is the duty of Christians in a paganized and perverted society?
What is taking place today is a growing alienation of one-half of the country from the other, a growing belief of millions of Americans that our society has become morally sick.
Christianity and the moral truths it has taught for 2,000 years have been deposed from the pre-eminent position they held until after World War II, and are now rejected as a source of law. They have been replaced by the tenets of a secular humanism that is the prevailing orthodoxy of our new cultural, social and intellectual elites.
If elected, Judge Moore, one imagines, will not be rendering respectfully unto the new Caesar. 

Wednesday, September 27, 2017

NEGROS MALAGRADECIDOS

No solo los jugadores de fútbol americano negros, sino todos los que aquí se autoclasifican como afroamericanos deberían arrodillarse, pero no para maldecir a los Estados Unidos al enarbolarse la bandera y entonarse el Himno Nacional, sino para agradecer por vivir aquí y no en el África.
Los futbolistas que desde el año pasado han desatado la campaña para denigrar los símbolos patrios en los estadios, dicen que buscan llamar la atención para frenar la brutalidad policial y el sistema de opresión contra negros y minorías como la de los inmigrantes hispanos.
Los que protestan reciben salarios multimillonarios de empresas privadas multibillonarias, que el Estado subsidia para que construyan estadios y realicen otras inversiones. Sus propietarios son líderes de corporaciones que han hecho fortunas inmensas dentro del sistema “opresivo”.
Los “afroamericanos” que protestan, azuzados por los demócratas y sin una visión clara de la Historia, se consideran víctimas del esclavismo que fue abolido en este país en 1864, luego de una Guerra Civil que segó la vida de más de 600.000 personas. Los demócratas sureños preferían ir a la guerra y la secesión antes que renunciar a la esclavitud.
Pero la esclavitud no fue “inventada” por los “supremacistas” blancos según el insulto a Donald Trump y ni siquiera por los blancos. Fue practicada y explotada como negocio lucrativo por los propios negros en el África y en el antiguo Egipto, hace 3.500 años, cuando centenares de negros contribuyeron a la construcción de las monumentales pirámides.
Los negros que vinieron a los Estados Unidos, antepasados con seguridad de algunos de los que ahora protestan, fueron antecedidos por otros que fueron vendidos como esclavos a Europa, vía Zanzíbar, que se dice que los comerciaban en promedio de 50.000 al año. España era uno de los principales consumidores y los primeros que embarcó a América llegaron a Cuba y La Española (República Dominicana) en 1501.
Pero también había otros destinos y se calcula que entre 11 y 18 millones de esclavos fueron transportados por el Mar Rojo, el Índico y el Sahara, entre los años 650 y 1900. Los esclavos eran los capturados en las guerras entre tribus, que luego se vendían en los puertos al mejor postor.
Cuando la demanda de la América española se amplió a la del Norte, la práctica comercial no varió. Los mercaderes, al mando de los buques de transporte aguardaban en los puertos, mientras los vendedores negros llegaban con su mercancía humana lista para el  embarque. Los bucaneros no necesitaban arriesgar su pellejo en una supuesta cacería de esclavos, sus hermanos de raza lo hacían por ellos. Además evitaban así el contagio de enfermedades tropicales. 
No todos los esclavos han sido negros. Los ha habido blancos y tanto que la palabra esclavo viene de eslavo, de los invasores nórdicos vikingos que también convertían en esclavos a sus prisioneros. Igual lo hacía todo guerrero conquistador, en todas las latitudes, aunque con variaciones en el trato.
En la Grecia y Roma antiguas, por ejemplo, los esclavos podían aspirar a la libertad si la compraban y en algunos casos su trabajo era remunerado. En las Américas pre colombinas la esclavitud por motivos de guerra era una práctica rutinaria y aceptada, con ribetes sanguinarios en el caso de los aztecas.
Sin los esclavos, acaso nunca se habrían logrado construir monumentos históricos de magnitud y hermosura tan desbordantes, ni la acumulación de riqueza o capital se habría dado en las dimensiones conocidas. Es una realidad que el industrialismo, iniciado en Inglaterra a comienzos del siglo XIX, da inicio en ese aspecto a la sustitución del esclavismo.
Cuando se revisa la Historia, se aborrece de muchos actos resultantes de la condición humana, como la agresividad y el ansia de dominio. Pero lo que ocurrió es irreversible. La esclavitud existió, pero querer culpar de ello a los blancos de hoy es infantil y menos pedirles alguna recompensa. Peor si se distorsiona la historia con la idea de forjar una víctima artificial.
Los demócratas quieren crear esa imagen de “víctima”, para enrolarla en su lista de votantes y beneficiarios del “welfare state” (Estado de bienestar), con “foodstamps” y privilegios de ingreso a centros educativos y de trabajo, lo cual prohibe la Constitución.
La esclavitud quedó atrás. Y atrás debe quedar el complejo de inferioridad que se pretende inculcar en una etnia cuyas desventajas no están en el color de la piel ni en sus capacidades intelectuales, sino en la idea de que no puedan forjarse un mejor destino con su propio esferzo, sino solo con la intervención y patronazgo del Estado.
Los multimillonarios futbolistas de la  protesta son unos privilegiados de su raza que están obstruyendo el tránsito a la prosperidad a sus compañeros de raza con la propagación de prejuicios. En África los promotores de la esclavitud eran negros como ellos. Los que quieren perpetuarla aquí son, en su mayoría, blancos demócratas que propalan tanta infamia insensata, falsa y contraria al sentido común.

Monday, September 25, 2017

OTRO MULATO RESENTIDO

Colin Kaepernick es un jugador de fútbol americano que pese su biografía conflictiva, debería acaso por ello mismo ser uno de los más agradecidos ciudadanos por los beneficios de educación y riqueza que ha recibido de esta nación. 
Pero paradógicamente se ha convertido en símbolo de división y racismo al pregonar una campaña aún incomprensible y que no acaba por definir en contra de los Estados Unidos, país al que acusa de ser un “Estado opresor de las minorías negras”.
Kaepernick no es negro. Es mulato, como Obama y, como él, su madre es blanca (de ancestro irlandés). Concibió a Colin cuando tenía 19 años y luego lo dio en adopción a la familia Kaepernick, que perdió a sus dos hijos biológicos por enfermedades cardíacas.
Colin fue un brillante deportista desde la niñez y adolescencia. Pero últimamente sufrió lesiones en el hombro izquierdo lo que le  obligó a dejar los entrenamientos por lo cual su coach o entrenador no le complació en los cambios que la “estrella” quería, lo cual le resintió.
Fue entonces que decidió, el año pasado (cuando estaba de Presidente su homólogo mulato e igualmente resentido Obama), protestar irrespetando el Himno Nacional que suele tocarse al inicio de los juego de fútbol en todos los partidos de fúbol en los Estados Unidos. Lo hizo arrodillándose, en lugar de permanecer de pie.
Su gesto llamó la atención y la respuesta que dio fue que quería alertar al público acerca de la desgracia que significa para los negros y las minorías este país opresor. No mencionó su problema personal dentro del equipo ni nadie le preguntó (ni le pregunta) en qué consiste la opresión ni qué propone para remediarla. 
La sensación de la supuesta “victimización” de la negritud por parte de la “supremacía” blanca, azuzada en este país durante ocho años por el obamismo, se irradió a partir de lo que algunos llaman “heróica” actitud de Kaepernick y muchos jugadores negros siguieron arrodillándose con los primeros compases del Himno Nacional en los estadios.
Algunos critican la ofensa al Himno y a la Bandera, pero defienden el derecho a la protesta que tienen los ciudadanos con la Enmienda 1 de la Constitución sobre Freedom of Speech (libertad para hablar). Pero quemar la bandera no es hablar ni las rodillas en tierra expresan un discurso contra el régimen, el país o el establishment.
Por otro lado, acaso los menos indicados a protestar por las injusticias del sistema sean los jugadores de fútbol americano. El 80% de ellos es de la raza negra o son mulatos y el promedio de ingresos es 2.4 millones de dólares anuales para cada uno. Además, ninguno de los antecesores paternos de Obama o Colin fueron esclavos en USA, pero los ancestros blancos de Obama fueron esclavistas.
¿Cuál es la redención para los negros que reclaman los “kneelers”, o sea los jugadores negros que se arrodillan e irrespetan al Himno y la Bandera? ¿Acaso una pensión vitalicia? ¿Cadenas y castigo para los blancos?¿No fue suficiente los 600.000 muertos de la Guerra Civil para abolir la  esclavitud? Si sienten que este país es injusto ¿por qué no regresan al África?
Mohammed Alí, el campeón mundial de los pesos pesados que hizo todo lo posible también para protestar contra el sistema, dijo tras visitar a ese continente que preferiría todo menos ir a vivir en el país de sus raíces. Todos los días hay centenares de africanos que sueñan con venir a este país y que harían cualquier sacrificio por lograrlo. (Igual de otros continentes)
Donald Trump fue elegido por 63 millones de personas que están hartas de esta gente que menosprecia los valores tradicionales de la nación, que no es racista en su mayoría como lo demuestra la elección y reelección de Obama, que no odia a los ricos como es el caso de Trump, que ama con pasión la libertades individuales, de empresa y de mercado.
El “progresismo”, apoderado del partido demócrata, se opone al sistema de valores de libertad tradicionales delineados en la Constitución y para ello corroe la imagen de Patria, distorsiona la Historia y busca colapsar las instituciones para sustituirlas con un régimen autocrático en que todo lo decide el Estado.
Trump pudo haber utilizado un calificativo “impropio” al condenar a los “kneelers”. Pero dijo lo que se debía decir, lo que la mayoría en este país esperaba que se diga en un tiempo borrascoso en el que no caben atajos para complacer a los puristas. La “actitud políticamente” correcta es una de las armas de la izquierda intolerante, que esgrime para minar la democracia. 

Friday, September 22, 2017

MCCAIN ¿HÉROE O TRAIDOR?

Algunos cuestionan, basándose en documentos, la supuesta heroicidad del senador John McCain por sus cinco años de prisión durante la guerra de Vietnam. Dicen que fue abatido en un vuelo que realizó por una ruta no  autorizada por el comando y que tras de rejas colaboró con el enemigo vietcong.
En lo que si no hay dudas es en el hecho de que el veterano senador de Arizona ha traicionado al partido republicano, el cual lo eligió y reeligió seis veces y que lo postuló erróneamente como candidato presidencial para competir con Obama en las elecciones del 2008.
Cuando el demócrata de la raza negra se posesionó de la Casa Blanca el 20 de enero del 2009, anunció que iniciaría la “transformación” del país prometida en la campaña y que uno de los principales instrumentos para conseguirlo sería lo que luego se conocería como el Obamacare.
En esencia, el proyecto apunta a la absorción de los servicios de salud por parte del Estado, acción clave para la socialización del país. Las encuestas revelaron que la mayoría de los ciudadanos, un 67%, se oponía a ello y esa cifra se ha seguido manteniendo constante durante todo el proceso de aprobación y aplicación de la ley.
El desacuerdo popular se manifestó en las elecciones de medio término en el 2010 y en las sucesivas, hasta culminar con las del 2016 en las que fue electo el republicano Donald Trump. Una de las principales ofertas para llegar a la victoria suya y de los senadores y representantes federales y estatales, así como gobernadores, fue la eliminación del Obamacare.
Varios gobernadores pidieron declarar inconstitucional la ley que se aprobó sin un solo voto republicano en el Congreso, debido sobre todo al mandato para que todo ciudadano adquiera un seguro de salud. El caso subió a estudio y decisión de la Corte Suprema de Justicia, que desechó la demanda con el voto, otro voto traidor, del Presidente de la Corte, el republicano John Roberts.
Roberts, escogido por George W. Bush, buscó eludir su responsabilidad aduciendo que el mandato no era una ley, sino un impuesto. El Obamacare siguió en vigencia y ha tenido más de 40 enmiendas dictadas inconstitucionalmente por Obama para evitar su colapso total. La quiebra es evidente, pero para los demócratas la solución es incrementar el subsidio con más impuestos a los “ricos”.
La única solución es abolir el Obamacare para permitir al mercado de libre competencia entre empresas privadas de servicios de salud que ofrezcan las mejores opciones para los usuarios de cualquier Estado. Una primera ley orientada en ese sentido perdió en el Senado por un voto, el voto trtaidor de McCain. La próxima semana se debatirá un proyecto sustitutivo, pero esta tarde McCain se adelantó en decir que votaría en contra.
Se ignora cuál será la reacción de Trump. Algún senador republicano ha anunciado que aún hay esperanzas de reunir votos para abolir el Obamacare, pero cunde el pesimismo. El punto clave es y sigue siendo el mandato inconstitucional de adquirir pólizas de salud, so pena de multas acumulativas.
Si no hay un acuerdo para la terminación del Obamacare y dado que su aplicación es imposible sin más deuda fiscal, el presagio de Obama y de los socialistas podría cumplirse: la socialización o estatización de los servicios de salud, con deterioro de la calidad y el alza imparable de la crisis fiscal.
Si tal ocurre y si de por medio no surge algo cuasi milagroso, los dos Juanes de la Hazaña quedarían indelebles en la memoria colectiva: John Roberts, el Supremo Juez  y John McCain, el Héroe de Vietnam. Ambos Republicanos, ambos del GOP de Lincoln, Reagan y Trump. Qué ironía.

Tuesday, September 19, 2017

TRUMP Y LA CLOACA

El Presidente Donald D.Trump pronunció su primer discurso esta mañana  ante la Asamblea General de las Naciones Unidas luciendo como lo que realmente es: un líder transparente, que dice la verdad sin rodeos ni velos que maticen su impacto.
Advirtió al dictador comunista de Corea del Norte que si no renuncia a sus sueños de alcanzar un demencial poderío nuclear, no habrá otra opción que pulverizar a su país. El “hombre cohete”, dijo, está empeñado en una misión suicida que no se puede tolerar.
También sin circunloquios reiteró que el acuerdo de Obama con Irán debe ser anulado, pues permite a la dictadura teocrática de esa nación exportar la violencia y el terror en desmedro del bienestar de su pueblo, al tiempo que avanza el desarrollo de armas nucleares.
Singularizó igualmente a Venezuela como otro ejemplo del daño causado por la ideología socialista/comunista, que arrasa con las economías y las libertades donde quiera que se ha intentado imponerla. "El problema en Venezuela no es que el socialismo haya sido pobremente aplicado, sino que haya sido aplicado con tanta fé", afirmó.
Recordó que las Naciones Unidas se crearon hace setenta años tras la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, secuela de la Primera, con el fin de instaurar una paz y prosperidad duraderas en el planeta y que fueron los Estados Unidos el principal país promotor, albergue de su sede y el mayor contribuyente con más del 22% del presupuesto.
Pero se lamentó que los logros no han respondido a los postulados y que la abultada burocracia absorbe la mayor parte de los recursos. Exhortó, por tanto, a reformas administrativas y estratégicas inmediatas, a fin de trabajar en favor de la paz y el bienestar de los pueblos y no de unas ideologías en particular.
Aprovechó su discurso para recordar el 230 aniversario de la vigencia de la Constitución de los Estados Unidos, el documento político más coherente y estable en la historia de la humanidad. Sus principios sustantivos, dijo, son ejemplares en cuanto establecen que el poder y la soberanía de las naciones residen en sus pueblos.
Las Naciones Unidas deben guiarse por la misma norma, sugirió. Garantizar que en el mundo prevalezca la ley, el respeto a la soberanía popular, la libertad y la independencia, únicas vías conducentes a la prosperidad. La ideología que lo olvida e instaura en su lugar regímenes autocráticos, conlleva la ruina.
Consecuentemente, Trump anunció que no alteraría las restricciones comerciales con Cuba si no cambia la dictadura comunista y que estudia más sanciones a Venezuela, cuyo gobierno silenció al Congreso legal de oposición para convocar a una constituyente ad-hoc que endureciera más la dictadura. 
Mientras el Presidente descuella en lo interno y externo, la oposición de los demócratas “progresistas” y sus medios de amplificación, los diarios y las televisoras afines, continúan en su infructuosa campaña por morder y zaherir a Trump como si fueran ratas hambrientas salidas en tropel de una cloaca.
La acusación de que ganó la Presidencia en noviembre con la ayuda de Putin languidece, aún cuando el encargado de la investigación sigue en su tarea de sabueso nombrando más y más abogados con sueldos altísimos. Pero hasta la fecha no lanza a publicidad ningún resultado. Para alentar a la ratas, surgió otro pretexto: el supuesto nazismo y supremacismo de Trump.
Stephen Colbert es un comediante de TV que animó el programa de entrega de premios Emmy. Se centró no en los artistas y sus méritos sino en Trump. Como en sus propios shows, lo volvió a tildar de nazi. Hace algunos años alguien propuso que se enviara al espacio una placa con la imagen y descripción de Colbert como el especimen humano más inteligente, para que algún día los ultraterrestres lo estudien.
Si en verdad es tanta la inteligencia de Colbert, de seguro que habrá leído y entendido la Constitución de los Estados Unidos. Y con seguridad sabrá que lo que Trump dijo hoy en las Naciones Unidos del documento, es algo que lo viene de decir constantemente desde que comenzó la  campaña electoral en el 2015: que su principal propósito será vigilar que se restaure el cumplimiento de la Constitución.
¿Hay algo más distante en la concepción de gobierno que la que tiene un nazi, con la que tiene un defensor de la Constitución Americana? Para el nazi, el Estado lo es todo. Para el constitucionalista, el gobierno existe para garantizar las libertades individuales. ¿Si saben Colbert y quienes piensan como él que el nazi fascismo es secuencia del comunismo?
Hitler tenía en su escritorio la estatuilla de Mussolini. Mussolini fue comunista y Lenin lo tenía en alta estima. El partido de Hitler se llama en realidad nacional socialismo e igual “ismo” utiliiza el fascismo. Surgieron en Italia y Alemania cuando el comunismo de Lenin en Rusia se desvió por cauces según ellos no ortodoxos.
Comunistas, socialistas, progresistas, nazi fascistas tienen en común la creencia (la fé, que dijo Trump esta mañana) de que los problemas del hombre se solucionan con su subyugación a un Estado autocrático que no admite réplica, porque solo el Estado posee la verdad de lo que es bueno y malo para la comunidad. 
Lo están demostrando los movimientos destructivos de hoy como el Antifa, Blacks Lives Matter y similares, que se oponen al diálogo y la discusión con quienes no piensan como ellos. ¿Trump fascista, Trump nazi, Trump supremacista? ¿Cómo ligar a ese Trump con el Trump constitucionalista? 
Cuando esta estupidez también languidezca ¿qué otra surgirá para los de la oposición progresista, “luchadora por la libertad”, como alguien calificó al Antifa en Charlottville, cuando sus militantes embozados atacaban a palos a quienes se oponían a la demolición de una estatua del general Robert E. Lee?

Tuesday, September 5, 2017

COMPASIÓN HIPÓCRITA

Donald Trump hizo lo que tenía que hacer y que prometió hacerlo durante la campaña presidencial: dar por terminado el amparo inconstitucional otorgado por el presidente Obama a los hijos menores de 16 años que llegaron con sus padres ilegalmente.
La inmigración es un tema que compite exclusivamente al Congreso, pero el anterior gobernante hizo caso omiso para dictar la amnistía pese a que en esa época su partido demócrata dominaba en el Senado y tenía, como hoy, republicanos complacientes en la Cámara de Representantes.
Los hijos de los ilegales, de tierna o mayor edad, no pueden estar exentos de la culpabilidad de sus padres de quebrantar la ley, pues sobre ellos regía la “patria potestad”, es decir la voluntad asumida por los padres a nombre de ellos de respetar o no la ley del país al que decidieron migrar en conjunto.
La oposición demócrata y los mayores medios de comunicación, asi como los republicanos anti Trump, rechazan la decisión de anular el DACA (siglas en inglés) decreto ejecutivo violatorio dictado por Obama en el 2012 y que fuera objetado por un juez federal, alegando que revela falta de compasión y fobia antihispana y antiinmigrante.
Si bien es lamentable que muchos de los niños ahora adolescentes se han asimilado a la sociedad norteamericana y ocupan situaciones equiparables a las de los ciudadanos aquí nacidos o nacionalizados, sobre ellos pesa la inocultable realidad de que su ingreso a los Estados Unidos fue ilegal y ello debe ser enmendado. 
En adelante, ya nadie podrá acogarse al DACA que queda abolido y los que estén registrados deberán esperar seis meses hasta que el Congreso estudie el caso y dicte leyes y regulaciones para normalizar su situación. En caso contrario, el Ejecutivo habrá de diseñar la manera de hacerlo, comenzando con la deportación inmediata de los jóvenes (“dreamers”) que hubieren cometido delitos.
La controversia desatada por la oposición trata de explotar una compasión en el fondo hipócrita en favor de los “dreamers”, a quienes se los quiere legalizar a la fuerza para añadir votos seguros al partido demócrata. Porque en el fondo lo que se discute es la vigencia de la ley que deben cumplirla todos, incluídos los que quieren inmigrar.
El móvil principal de la avalancha de ilegales a este país desde la  América Latina y otras latitudes es la búsqueda de una sociedad estable y próspera, que lo es porque aquí prevalece una cultura de respeto a la ley. Mal hacen, pues, quienes al tratar de vivir aquí comienzan por violar la ley, tratando de hallar amparo luego en los demócratas para eludir sanciones.
La perspectiva emocional del mundo y de la vida, que perturba la visión de los demócratas y en general de los “progresistas” conduce a un compasión hipócrita con resultados contraproducentes para la sociedad y para los sujetos potenciales de esa compasión. Si Trump cedía, el problema de la inmigración ilegal habría continuado agudizándose.
Obama, el Papa Francisco, Merkel de Alemania, Hillary Clinton creen que deben abolirse las fronteras. En Europa virtualmente ha ocurrido ello por varios años y ahora en Italia, Hungría, Austria y otros países hay gritos de desesperación porque la ola de refugiados, que se criminaliza, cese a como de lugar.
Trump y los que lo eligieron no quieren que ello ocurra en los Estados Unidos. Es falsa la idea de que se repudie a la inmigración o a una etnia en particular, como la hispana. Lo que se exige es que se respeten las leyes de ingreso para impedir la libre enrtrada de delincuentes, terroristas y narcotraficantes.
El Papa Francisco irá mañana a Colombia a “bendecir” la capitulación del presidente Juan Manuel Santos frente a los grupos de narco guerrilleros y terroristas de las FARC y ELN. Los dos grupos, por más de 53 años, han causado la muerte de más de 250.000 colombianos, a más de secuestros, violaciones, robos y tráfico de estupefacientes. 
Cuando el presidente Álvaro Uribe tenía prácticamente doblegada a la guerrila, su sucesor Santos en lugar de liquidarla los invitó a La Habana para negociar la paz. Les ofreció amnistía, cinco curules en el Senado y cinco en la Cámara Baja. El pueblo rechazó el acuerdo en un referendo que no sirvió de nada y FARC es ya partido político con las mismas siglas y la misma palabra “revolucionario”. ELN está tras conseguir lo mismo en Quito, con un gobierno afin al de Cuba como anfitirión.
¿Qué es lo que buscaban a sangre y fuego los terrorista narcotraficantes de Colombia por más de media centuria? Lo dijeron desde un comienzo y lo repiten ahora: la revolución que cambie el sistema para implantar otro. ¿Cuál? Uno en el cual desaparezcan las desiguldades e impere la justicia social. Como en Cuba, Venezuela ¿pronto Ecuador?
El colectivismo fascista, socialista o comunista ha ido cambiando tácticas, de la sedición y lucha armada a la toma del poder por otros medios, los de la propia democracia. Sin fusiles. FARC en las urnas. Los narcos en ese país lo conseguían todo con la fórmula “plata o plomo”. Ahora Santos les da la oportunidad de ahorrarse el plomo (aunque sin descartarlo): tienen plata a raudales del narcotráfico para tomarse el poder y ¿quién duda que lo tomarán?
Y lo harán con la bendición papal y el entusiasmo de apologistas como Lenín Moreno, los demócratas, las Naciones Unidas. ¿Pero, se acabará la pobreza cuando se acabe el capitalismo de libre mercado y éste pase a control del Estado? Lea y escuche este breve video didáctico y visualice luego a Cuba y Venezuela.