Wednesday, August 14, 2019

ODIADO POR ACOGERSE A LA LEY

Las sociedades mejor organizadas son las más prósperas. Y las mejor organizadas son aquellas que han acordado sujetarse a un patrón de conducta delineado por leyes y regulaciones que todos se han comprometido a respetar para lograr una convivencia armónica y feliz.
Lo contrario es el caos, la anarquía, la incertidumbre, la corrupción y el abuso. Los países más pobres o subdesarrollados son aquellos en los cuales el irrespeto a la ley es la característica común. La anarquía deviene en caos y el caos se interrumpe por lo general con otros regímenes que no dan soluciones de fondo.
La solución de fondo, la trascendente, es establecer un sistema de gobierno que garantice la convivencia pacífica basada en el respeto a la ley, que todos se comprometen a respaldar porque esas leyes no son impuestas por monarquías o dictaduras, sino por  consenso del pueblo a través de sus representantes elegidos libremente.
Ese sistema es el que rige en los Estados Unidos desde 1776 y ha funcionado eficientemente. Su Constitución ha sido enmendada pero nunca quebrantada. Sus 13 Colonias iniciales se transformaron en 13 Estados Federales a los que se añadieron otros 37 Estados, no por la fuerza de las armas sino por la adhesión de sus habitantes a los principios de libertad de la Constitución. 
En noviembre del 2020 se celebrarán elecciones presidenciales y Donald J. Trump, actual Presidente republicano, buscará ser reelegido. Su plataforma es simple. Quiere seguir restaurando la vigencia plena de la Constitución de 1778, que para muchos de sus partidarios está siendo debilitada por parte del partido demócrata progresista.
Por esa promesa, la de querer cumplir con la ley y la Constitución, el actual mandatario ha sido y sigue siendo víctima de la más virulenta campaña de insultos y calumnias que se inició el día primero de su campaña en junio del 2015, cuando dijo que evitaría el libre flujo de la inmigración ilegal.
Mencionó que entre los inmigrantes que acceden furtivamente por la frontera sur se filtran traficantes de drogas, otros delincuentes y mercaderes de seres humanos. La oposición, incluídos la mayoría de la "gran prensa", lo acusó de enemigo de los inmigrantes y de calificar a "todo inmigrante latinoamericano" de criminal y traficante de droga.
Lo que quiere Trump y la mayoría del pueblo es que se respete la ley. Quien desee inmigrar tiene que solicitar su ingreso según las normas legales. Las "fronteras abiertas" que invocan los demócratas son contrarias a la seguridad nacional y están prohibidas por la ley. 
Trump también desea que se respete la ley en el plano internacional. Con la OTAN había el compromismo de que los países aportaran al menos con el 2% del PIB para el presupuesto y les pidió que lo hicieran, so pena de alguna retaliación. La oposición se escandalizó, pero prevaleció la cordura y ahora la OTAN está refinanciada según la ley sin la carga injusta sobre los Estados Unidos.
Se empeñó también Trump en revisar acuerdos comerciales que no se ajustaban a la ley. Con China principalmente, que ha robado sistemáticamente patentes de los Estados Unidos desde la época de Jimmy Carter y que ha manipulado su moneda y otras regulaciones prohibidas por la Organización Mundial del Comercio, generando un déficit comercial en contra de USA de más de 500.000 millones de dólares por año.
La batalla comercial con China, que no la inició Trump y que la quiere detener hasta lograr un trato recíproco en las relaciones, no ha terminado. El Presidente ha utilizado el arma de las tarifas para presionar al dictador Xi. Las discusiones son arduas y China ha comenzado a sufrir el impacto en su economía, mientras que la de Estados Unidos se robustece frente a las del resto del orbe.
Cuando parecía que finalmente Xi cedería y anunciaría que rectificaría su política frente a los Estados Unidos, dio marcha atrás por lo que Trump impuso más tarifas a las importaciones por un equivalente de mercadería por 300 billones de dólares a partir del primero de septiembre. Al parecer Xi esperaría hasta conocer los resultados de las elecciones del 2020 con la esperanza de que Trump no sea reelecto.
Trump acaba de suspender la aplicación de tarifas a la importación de varios productos de China, como eTablets y similares, muy populares para la época navideña. Con las tarifas, dichos productos podrían encarecerse si China no reduce los precios o podrían escasear en el mercado si el importador no quiere importar el producto más caro si China no baja los precios.
En todo caso la "guerra comercial" no es un capricho de Trump, es el deseo de que se cumplan las leyes nacionales e internacionales del comercio ignoradas por sus antecesores en la Casa Blanca. La Bolsa de Valores puede caer 800 puntos o más, pero la razón está del lado de Trump y terminará por prevalecer, antes o después de su reelección. 

Sunday, August 4, 2019

DE GOOGLE Y POLICíAS

Google es la invención de un grupo de jóvenes norteamericanos que ha generado una de las más espectaculares revoluciones en el mundo del conocimiento y de las comunicaciones en todo el orbe.
Por la vía del Internet ha facilitado el intercambio de información de manera instantánea entre personas y corporaciones ubicadas a corta distancia o en lugares remotos, a costos ínfimos. Y permite, además, efectuar transacciones y acceder a datos que antes requerían demorados trámites.
Google es el núcleo formativo de las llamadas "redes sociales" con las cuales la gente ahora se comunica directamente entre sí sin el escollo de la censura de los habituales medios de comunicación, lo que inclusive ha dado lugar a excesos lindantes con la calumnia, la pornografía, el espionaje y recolección ilegal de datos.
En este aspecto, ha surgido la preocupación particularmente por parte de los partidos políticos, en especial de los republicanos y en general del ala conservadora. Se acusa a Google, Facebook, Twitter entre otros de censurar los mensajes de tendencia conservadora como las contrarias al aborto y al matrimonio homosexual, por ejemplo.
Se lamenta que medios de tanto influjo sean en contraste tan abiertamente partidistas en favor del "progresismo" y demandan que se ponga freno a tal situación mediante la interención del gobierno y concretamente del Congreso Federal para que dicte una ley restrictiva anti monopolio.
Aparentemente se han convertido en gigantes de tal envergadura que absorben el mercado de las redes sociales en su totalidad. Recuerda este caso el de la Standard Oil de New Jersey forjada por Nelson Rockefeller que llegó a producir, vender y manejar toda la industria concerniente al petróleo sin lugar a competencia hasta 1911.
En ese año la Corte Suprema de Justicia, cuando Theodore Roosevelt era Presidente de la República, aplicó la Ley Sherman Anti Monopolio de 1890 y disolvió a la Standard Oil Company, que se dividió en varias subsidiarias. ¿Será eso aplicable a las compañías como Google y demás y sus  derivaciones?
Es probable. Una ley restrictiva sería improbable pues las compañías son privadas y cualquier ciudadano tiene el derecho constitucional de utilizar un medio para expresar sus preferencias por un partido o ideología libremente, sin injuriar ni calumniar. La alternativa a quienes se sienten ignorados o diferidos por estas supercompañías  sería pues acudir a otros medios alternativos.
¿Será eso factible? Existen otras alternativas a Google como Bing, DuckDuckGo, Yahoo, pero la mayoría aún dista de ser competitiva. Pero Bing pertenece a Microsoft, de ideología izquierdista afin a Google. ¿Acaso disolver a Google para dar opción a accionistas conservadores a intervenir en las potenciales células subsidiarias divididas? Parece utópico. ¿O que inversionistas multibillonarios creen otro medios rivales? Quizás.
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Con insistencia se han difundido por TV imágenes de jóvenes y niños lanzando baldes de agua a policías uniformados en barrios de Nueva York y Baltimore. Los locutores protestan insistentemente por la falta de respeto a los gendarmes y reclaman sanciones a los atacantes y mayor firmeza a las autoridades policiales. Pero nadie se queja de la cobardía de los policías humillados.
Desde luego es censurable la agresión. Pero es censurable también que los "agentes del orden" no reaccionen con firmeza y autoridad para impedir la agresión. Si temían una reacción colectiva de la gente, pues bien podían pedir respaldo por radio a sus colegas. 
Las autoridades superiores harán bien en tratar de ubicar a la gente que irrespetó a los policías para reprenderlos, pero igual deberán sancionar a estos gendarmes por su humillante conducta, a fin de que no vuelva a repetirse.