Monday, March 31, 2014

ALGO MAS SOBRE PUTIN


Un lector del Blog, que pidió no ser identificado y que tampoco se  le trasncribieran sus comentarios, da su parecer acerca de por qué el papel de Vladimir Putín podría ser en estos momentos de trascendental importancia para la paz mundial.
Coincide en cierto modo con la visión de que Putin acaso no quisiera ser la reencarnación de Stalin para resucitar el imperio soviético que en 1989 se extinguió, sin ejércitos ni disparos y con solo el influjo de tres líderes de inmensa estatura: Reagan, Thatcher y el Papa Juan Pablo II.
Advierte, eso si, que si bien la URSS se fracturó, en cambio la Guerra Fría no ha sido derrotada. La prédica socialista/comunista sigue expandiéndose por el orbe y ello explicaría por qué la democracia según el modelo de   Washington, Lincoln y Churchill parece batirse en retirada, inclusive en los mismos Estados Unidos. 
La campaña antidemocrática y anticapitalista se ha tomado las principales bases de difusión y enseñanza en escuelas, colegios, universidades y en los principales diarios y emisoras de radio y TV. Desde los primeros años del decenio de 1960 el asedio ha sido constante y ha ido minando la credibilidad y confianza en el sistema liberal.
La estrategia propagandística se urdió en Moscú aún antes y después de la II Guerra Mundial. Es histórico, por ejemplo, el caso del periodista del NYTimes Walter Duranty, corresponsal en Moscú y ganador de premios Pulitzer por sus reportajes sobre Stalin, en los que calló sus crímenes por represión y hambruna de más de 50 millones de disidentes. Luego se supo que Duranty estaba en la nómina.
También está fresca en la memoria la tenaz denuncia del senador McCarthy de la gente de Hollywood, políticos y periodistas que en los Estados Unidos también recibían sueldo de Moscú para difundir el “evangelio” comunista. La prensa lo persiguió hasta destuirlo y callarlo, dejando en herencia el vocablo “macarthismo” como sinónimo de extremismo descabellado. Una vez abierta la información en Moscú, se conoció que todas las denuncias del senador eran ciertas.
El morbo socialista se ha irradiado en América Latina muy firmemente a través de Fidel Castro en Cuba y en la actualidad son sus fieles discípulos Chávez/Maduro, Ortega, Fernández, Correa, Morales. Los hay muchos otros en otras partes y versiones adaptadas a los distintos medios y circunstancias en Europa. Y, claro, en China o Norcorea.
El lector del Blog pide reflexionar que la preocupación por Rusia ya se hizo presente en los momentos mismos en que surgió la revolución bolchevique de 1917. No en Rusia, sino en Portugal. En Fátima, donde el 13 de mayo de 1917 se produjo ante unos pastorcillos analfabetos el milagro de la primera aparición de la Virgen María, reconocido oficialmente por el Vaticano. 
La vidente, Lucía, que vivió hasta 1999, fue receptora de tres profecías en las cuales Rusia está siempre presente. Las dos se han cumplido (sobre la I y la II Guerra Mundiales), porque ningún Papa siguió  el mandato de consagrar Rusia a la Virgen. Tal mandamiento persiste y la tercera profecía, que algunos la conocen, anuncia gravísimos trastornos si tampoco se la obedece.
El Papa Francisco, cuya popularidad ha sido espectacular en apenas un años de gestión, permanece siendo una incógnita. ¿Qué piensa de Fátima y de la tercera profecía? ¿Hay alguna vinculación entre Fátima y la renuncia del Papa Benedicto XVI? El Papa Francisco ya se entrevistó Putin. ¿Lo hará una vez más para anunciarle la consagración de Rusia? Y si tal ocurre ¿advendrá la  paz, estimado lector?
La consagración debe hacérsela con unanimidad de los obispos y  no necesariamente con la aceptación de Rusia. Al respecto, el lector indica que es interesante la observación hecha de que por momentos Putin luce más “occidental” que Obama en cuanto a sus convicciones judeocristianas.
Recomienda revisar los datos biográficos de Putin que revelan que fue bautizado, que es defensor de los cristianos, rechaza el avance de los islámicos, vincula moralidad con religiosidad. Igualmente es pro vida y pro libre mercado y repetidamente ha mostrado su enfado contra los panegiristas del homosexualismo y el matrimonio gay.
Complacidos atendemos al amable lector y para quienes estén interesados en estos asuntos, incluimos tres links o nexos que se conectan con una página web en español sobre Fátima y datos de Putin y una entrevista (ambos artículos en inglés) al padre Malachy Martin, quien fuera sacerdote jesuíta como el Papa Francisco.

Friday, March 28, 2014

LA PANDEMIA DEL COLECTIVISMO


La democracia, como la entendían Washington, Lincoln y Churchill está en declinación en los úlimos años, pese a que para preservarla la humanidad se vió involucrada en dos gigantescas y cruentas guerras mundiales y otras menores que han quedado inconclusas.
La declinación es una verdad evidente. No de otro modo se explica que en los Estados Unidos se haya reelecto a Barack Hussein Obama, no obstante que en su primera administración hizo todo lo posible por debilitar y resquebrajar el sistema democrático y constitucional que ha convertido a los Estados Unidos en la primera potencia mundial.
En Europa la aplicación de los principios democráticos que reflotaron y se esclarecieron tras los dos conflictos bélicos allí originados, comenzaron a corroerse con las malas prácticas socialistas. Ahora la presión de los excesivos beneficios no financiados del “welfare state” tiene quebrados a la mayoría de sus países. 
En otras regiones, como en América Latina, la supervivencia de regímenes democráticos es una excepción. Lo que prevalece es la proliferación de los gobiernos populistas y autocráticos que han sido la tónica a través de la mayor parte de su historia y que han mantenido a la zona en un nivel crónico de retraso.
El panorama es sombrío en otros confines, pero la preocupación mayor ha de centrarse en Occidente, cuna de la concepción judeo cristiana de la “democracia occidental”. ¿Debido a qué fenómeno se han emponzoñado las mentes de los líderes y de las masas de los pueblos de Occidente, al extremo de reaccionar impasibles ante el retroceso de la democracia?
Entre las varias teorías, una es la del “nuevo orden mundial” según la cual, luego de la II Guerra Mundial los “dueños” del mundo occidental, es decir banqueros, monarcas, estadistas, CEOs de medios de comunicación y de grandes corporaciones, se reunieron en un hotel para acordar la forma de terminar de una vez por todas con las guerras.
Es lo mismo que se propusieron los gobiernos con el Tratado de  Versalles tras la I Guerra Mundial o lo que quisieron las Naciones Unidas luego de la II Guerra y fracasaron. Ahora los “dueños” del mundo, encabezados por los Rothschild y Rockefeller en el hotel Bilderberg de Holanda, tramaron formar un gobierno global por ellos manipulado que evite discrepancias, disputas, conflictos y guerras.
Desde hace más de 40 años esos señores se reúnen en secreto y se supone que diseñan las estrategias ahora en boga en los planos político, militar, de población, clima, banca, educación. El objetivo es uniformizar y colectivizar la mente, los objetivos, el lenguaje y silenciar protestas. En esa empresa, el compromiso de silencio por parte de los medios es capital.
A los complotados en el Bilderberg se los llama “bilderbergers”. Son miembros entre otros papá Bush, los Clinton, Murdoch, altos jefes militres norteamericanos y de Europa, políticos, periodistas. Todos comparten que el calentamiento de la tierra es un hecho y que lo causa el hombre con el petróleo y las vacas con su excremento. La ciencia les contradice, pero ellos insisten.
También respaldan la homosexualidad, el matrimonio gay, el libre uso de anticonceptivos y el aborto porque según ellos favorecen a la humanidad y paz y algunos, como Bill Gates y su mujer Melinda, dan cuantiosas sumas de dinero en pro de esas causas. No les importa que tales prácticas causen daños a la humanidad que quieren proteger con la reducción drástica del crecimiento demográfico.
Dentro de la meta de uniformidad, los bilderbergers parece que se han trazado el plan de desapaecer las hegemonías mundiales, principamente la de los Estados Unidos. Lo están logrando con Obama, un oscuro líder acaso por ellos escogido por el color de su piel y por sus inclinaciones tempranas hacias las teorías colectivistas inculcadas en él por sus tutores como Bill Ayerst, adalid de Saul Alinsky, el mismo de Hillary Clinton.
En Europa la globalización avanza, aunque con tropiezos, con la formación de la Unión Europea. La Comunidad Económica funcionó bien, mientras se proponía unificar para comerciar e invertir. Pero cuando intentó borrar las diferencias políticas y crear un gobierno común en Bruselas, surgieron protestas, sobre todo en el Reino Unido.
La colectivización, según los bilderbergers, tiene que afianzarse transformando la mentalidad de la gente a través de dos medios clave: las instituciones de educación y de difusión de noticias y opinión. La infiltrración en ellas a partir del decenio de 1960 ha sido impresionante y profundo y los resultados, desde su punto de vista, impecable. 
Con pocas excepciones grandes, medianos y pequeños diarios, revistas y estaciones de radio y TV han degenerado su misión en los Estados Unidos y en otras partes del mundo. Informan con limitaciones y protegen a los regímenes de turno, temerosos de las retaliaciones que se aplican con impunidad.
El sistema educativo, al menos en los Estados Unidos, ha terminado por distorisionar la historia de este país, omitiendo las verdaderas causas y orígenes de su fundación. Los discursos de Obama al inicio de su gestión lo reflejan, cuando en Egipto dijo en 2009 que Estados Unidos era un país como cualquier otro y que en su creación el islamismo fue de tanta importancia como el judeocristianismo.
El ex gobernador Jeb Bush (se ignora si es bilderberg como su padre, su hermano George W no lo es) y Hillary Clinton acaban de unirse en una charla para proclamar que es deber de la humanidad esparcir por el mundo los beneficios de un nuevo sistema educativo de los Estados Unidos llamado Core...cuyos alumnos no pueden ni ubicar al país en un mapa. 
La deuda de USA se aproxima a los 18 trillones de dólares, La protesta es anémica. ¿Se busca el colapso de la moneda y de la economía? ¿Para reemplazarla por una moneda universal, administrada por una banca universal gerenciada por los Rockefeller, Soros y Rothschild?
Suena a locura, pero están ocurriendo tantas aberraciones que tales versiones podrían no lucir tan descabelladas. Caerían, además, dentro del pensamiento de Platón, padre de los modernos utopismos. Según él, la república ideal, en la que piensan los bilderbergers (y con ellos todos los socialistas, fascistas y populistas de la historia) es la regida por una élite que dicta las normas perfectas de conducta para la colectividad.
Tales normas no pueden ser disputadas y, para ello, hay que ejercer la fuerza. Generalmente esa fuerza la dan las armas. La estrategia actual es mediante la educación y los medios, para lograr los votos. Se lo acaba de ver en Estados Unidos (ahora en la ciudad de Nueva York), en Europa, en varios países de América Latina, donde se está institucionalizando la reelección indefinida.
En el Ecuador, por ejemplo, donde la democracia ha sido tan endeble, el actual mandatario es un populista autócrata entronizado en el poder contra toda lógica democrática y pretende reelegirse indefinidamente como en Nicaragua o Venezuela y aparentemente lo logrará. Defiende a Maduro y se opone a que la OEA revise el caos y la matanza que él ordena, porque ese es un “en acto de humanismo”. La periodista O´Grady del WSJ lo pulveriza.
Si la conspiración Bilderberger resulta verdadera ¿hay alguien con poder que pudiera enfrentarla? ¿Quizás Putin? Podría decirse que la indignación contra él no es por Crimea y Ucrania, que a la final no tiene la importancia que quieren darla para la seguridad ni de Europa peor para la de la comunidad “internacional”. ¿Entonces?
Quizás precisamente porque se está rebelando contra el “nuevo orden mundial” que quieren imponer los bilderbergers. Acusarlo de que busca restaurar el imperio comunista de la URSS, como dijo Obama esta mañana en uno de sus canales de TV incondicionales, CBS, no tiene sustento. Decirlo porque ha movilizado tropas en la frontera de Ucrania, tampoco.
Esa movilización podría explicarse porque de todas partes se pide, incluso del lado republicano, que se arme a los ucranianos anti Putin con todo tipo de armas. ¿No está Putín en el derecho a defenderse ante una agresión anunciada? Sobre la crisis interna de Ucrania, está previsto un referendo para reformar la constitución y llamar a elecciones. ¿Es eso una guerra contra Occidente?
Sería ingenuo que Putin quiera reconstruir la URSS en las condiciones de la economía actual de Rusia. Más probable es que pretenda fortalecer la Federación Rusa ya existente en lo económico, antes que dilapidar energías en aventuras militares suicidas. Como bien lo ha dicho Putin, las sanciones económicas a Rusia, serían sanciones para todos.
Lo cual es indicativo de que la globalización es un hecho. Pero no tiene que estar gobernada necesariamente por un conjunto de normas dictadas y administradas por una elite que nadie ha nombrado. Ello es contrario a la naturaleza humana y siempre que ha querido aplicarse de una u otra forma con uno u otro membrete, ha fracasado en la historia.
Los enigmas esperan ser descifrados. ¿Por qué la democracia está en repliegue? ¿Qué hay de verdad sobre el Bilderberg? ¿Cuál es la referente a Putin y su destino? 

Thursday, March 27, 2014

Putín, Obama, el Papa ¿Y ahora qué?


El Presidente Barack Hussein Obama estuvo esta mañana en privado con el Papa Francisco durante 52 minutos. De inmediato han comenzado a circular conjeturas acerca del contenido del diálogo pero probablemente nunca se llegará a conocer su exacto contenido.
A menos, claro está, que haya ex abruptos de parte y parte. Del lado de Obama, si acaso en alguna conferencia de prensa se desmarca del texto que le preparan para los teleprompters o del lado del Papa, si de pronto lanza otro de sus enigmas que alguien tiene más tarde que aclarar.
Obama dijo, antes de su encierro con el Papa, que lo admiraba mucho. No es verdad. Si se admira a alguien es para imitarlo. Y lo último que quiere Obama es eso. Al contrario, desde la Casa Blanca se ha convertido en el principal promotor del aborto, el homosexualismo, el matrimonio gay y la distribución gratuita de anticonceptivos.
Tales prácticas son condenadas no solo por el Papa Francisco sino por la Iglesia Católica, no de ahora sino desde su fundación hace casi 2000 años. El actual Papa ha emitido declaraciones para algunos ambiguas en torno a estos temas, pero con seguridad habrá sido claro y firme en su diálogo con Obama esta mañana.
Si Obama admira al Papa, debe admirar o por lo menos respetar a la Iglesia Católica que él representa. No es así. Aparte de querer forzar a través de legislación y decretos ejecutivos el aborto y demás prácticas conexas, pretende obligar con su Obamacare a iglesias y corporaciones católicas y cristianas a que financien píldoras y otros fármacos abortivos a sus empleados.
Desde el comienzo de su administración en el 2009, además, ha tratado de minimizar el influjo de los principios y la cultura judeo cristiana en la fundación de los Estados Unidos, sugiriendo que igual fue el aporte del islamismo. Esta pretensión es totalmente anti histórica, pero ese criterio se extiende también a debilitar el tradicional apoyo de este país a Israel, en favor de los palestinos.
Calla de los continuos ataques terroristas del pueblo palestino a Israel y calla de las matanzas musulmanas contra los católicos en Egipo, Nigeria, Libia y otras naciones árabes. Prefiere continuar en su teoría de dialogar con Irán mientras este país sigue robusteciendo su industria nuclear y armando al Jezbolá terrorista.
En su charada con Putín, los resultados eran presumibles. El objetivo de Obama de acabar con el liderazgo mundial de los Estados Unidos se está cumpliendo con Crimea/Ucrania. Todos se han reído de las “retaliaciones” de Obama contra Putín. Este sigue tan campante con su Ucrania y su Crimea, que además no constituyen conquista alguna sino re-unión.
Se mofan cuando Obama justifica su “ira” al invocar la necesidad santa de respetar la ley. ¿Con su Obamacare que la aplica y desaplica a su antojo? ¿Con la deuda de 17.7 trillones de dólares que vulnera la Constitución? ¿Con su irracional e inconstitucional desprecio a la independencia de las tres funciones del Estado?
Hay quienes comentan que Obama buscó estar junto al Papa para intentar recuperar puntos de su perdida popularidad (60% de los encuestados ven negativamente su gestión), dado que el pontífice es un “rock star”. O porque cree que ambos comparten el criterio de que el capitalismo es el causante de la pobreza en el mundo.
Fue una de las aseveraciones ambiguas del Papa sobre el capitalismo, cuando dijo que hay que procurar combatir la pobreza y eliminar las grandes desigualdades del ingreso en el mundo. ¿Quién puede oponerse a ello? Nadie. Pero Obama y los suyos creen que la desigualdad se la logra hurtando la riqueza a los ricos mediante impuestos y confiscaciones, para trasladarla a los pobres a través del gobierno.
Es falso. La reducción de la pobreza solo se logra con más acceso de más gente a la riqueza. No con impuestos, no con más sino con menos intervención del Estado. La pobreza en el globo comenzó a menguar con el capitalismo, no a causa de él. Si se quiere más riqueza y menos pobreza de lo que se precisa es de más, no de menos  capitalismo.
La absorción de más y más recursos privados por el Estado aparte de empobrecer a la nación, no reduce el número de pobres, los aumenta. En el decenio de 1960 el demócrata Lyndon Johnson lanzó su cruzada de la Gran Sociedad para terminar con la pobreza con fondos públicos. Luego del gasto de más de 52.000 millones de dólares ha crecido el gasto y la burocracia y...la pobreza 
A continuación (y para facilitar su inmediata lectura) un artículo breve y preciso sobre el tema que despeja un mito en el cual puede caer Obama pero no el Papa: 

Capitalism In No Way Created Poverty, It Inherited It
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Photograph from the records of the National Child Labor Committee (U.S.) (Photo credit: Wikipedia)
The nineteenth century, many people believe, was an era in American history when workers were forced to toil in sweatshops twenty-eight hours a day for starvation wages. It was only when governments intervened, either directly on behalf of workers or indirectly by empowering unions, that conditions improved.
The facts tell a different story—one that reveals the unmatched power of capitalism to improve human life.
Remember the historical context. As Ayn Rand observed, “Capitalism did not create poverty—it inherited it.” For much of human history, the vast majority of the population was mired in poverty. All too often, the average individual lived in unimaginably wretched conditions. It was only in the nineteenth century, and then only in the West, that the masses started to enjoy prosperity.
Keep that in mind when you hear about living and working conditions during the nineteenth century. Because it’s true—by today’s standards, the living and working conditions of the time were often miserable. But by the standards of everything that had come before, they were not. For the men and women working those jobs, they were often a godsend.
Remember also, the population of the time was growing at a rate never before seen in human history—so fast that early economists like Malthus wrung their hands over whether such growth could be sustainable. How did the West actually sustain those growing numbers? Only through the rising productivity made possible by capitalism. Many of the workers who manned the factories would not have been able to survive at all in the era before capitalism.
Indeed, two basic facts speak more loudly than any statistical study could. First, factory owners did not have the power to force workers to labor in their factories; all they could do was offer work at a given wage to people who were free to accept the offer, or reject it and look for work elsewhere. Second, people flocked to those jobs, emigrating to the cities from America’s farms and from abroad.
How, then, did conditions for workers improve? Just as businessmen had to compete for customers, offering better products and lower prices, so they had to compete for workers, offering them better wages and better working conditions. This process of competition led businessmen to bid wages up to reflect workers’ productivity: the more productive workers became—the more skills they developed, the more efficiently they were managed, the more capital and technology they could employ—the higher their wages tended to rise.
As a result of the era’s mounting productivity, the statistics show steadily rising wages and steadily declining working hours—long before the government intervened to “protect” workers. Real wages more than tripled over the course of the nineteenth century.
In 1870, according to research from Michael Cox and Richard Alm, the average worker worked 3,069 hours a year. But as his productivity increased, by 1913 he could enjoy a much-improved standard of living working only 2,632 hours. Or consider how much easier it got to earn the money for a half-gallon of milk (56 minutes in 1900, down to 31 minutes in 1930) or 100 kilowatt hours of electricity (107 hours in 1900, but only 11 hours in 1930)

What about child labor? Didn’t nineteenth-century capitalism sentence children to hard and dangerous work? Child labor, despite what we’ve heard, was not created by capitalism. It’s a practice that stretches back to prehistory, when children would spend hours toiling in the scorching sun or freezing rain, risking disease, injury, or death, virtually as soon as they could walk.
Why were most children made to work before the twentieth century? Is it because parents were sadistic and governments cruel? Hardly. It’s because, before capitalism made us rich, children had to work if they were to survive at all. When a family lives on the equivalent of a dollar a day, there is no alternative: if you can work, you work.
What eliminates child labor is not government decree but a rising standard of living. That’s what eliminated it in the West during the nineteenth century, and that is what is eliminating it today in countries like China. As parents grow richer, one of the first things they do is use their burgeoning incomes to send their children to school.
If capitalism is what caused the West to grow rich, then it was capitalism, not government intervention, that eliminated child labor in the developed world.
This is not to deny that governments have limited or forbidden child labor by law. But child labor was going away on its own, and the laws were far from benign. By pushing children out of the newer, more visible factories where these laws were easier to enforce, hungry children were forced to seek work at smaller, older, more dangerous factories—or failing that, as economist Ludwig von Mises notes, to “infest the country as vagabonds, beggars, tramps, robbers, and prostitutes.”
To be sure, life during the early days of capitalism was hard (as life had always been), but for anyone willing and able to work, life was better than it had ever been—and getting better.
The lesson for us today? Laissez-faire doesn’t impoverish us, but makes us progressively richer.


Friday, March 21, 2014

LA FEDERACIÓN RUSA DE PUTÍN


Putin nunca lo ha dicho y acaso no tiene por qué decirlo pero quizás la Federación Rusa que está construyendo bajo su liderazgo no tiene para qué ni por qué parecerse al imperio expansionista de la ex URSS comunista. 
Por cierto que él fue director de la central de inteligencia KGB, como también lo fue Papá Bush de la CIA. Son funciones con finalidad idéntica, es decir la acumulación, selección y análisis de información de rivales en épocas distintas y eran loables según la ideología de cada cual. 
Suponer que Putin aspira a restituir las glorias de la Unión Soviética solo porque en alguna ocasión dijera que su fraccionamiento en 1989 fue una de las peores desgracias históricas para las naciones que la conformaron, acaso fue mal interpretado en Occidente. Quizás se lamentaba, más bien, del fraccionamiento debilitante en sí.
La Europa próxima es el ejemplo mejor de lo positivo de una unión en la que Putin probablemente estaba pensando. Ese continente, hasta la II Guerra Mundial, fue uno de los más belicistas del planeta. Pero lo fue hasta 1951, cuando se firmó el Tratado para el libre comercio del Carbón y el Acero entre Francia, Alemania, Italia y el Benelux.
A partir de entonces se inició un intercambio gradualmente intensivo de comercio, capitales, inversiones, flujo de trabajadores, reducción de barreras aduaneras, facilitación de transporte, para finalmente dar paso a tratados fomales y el nacimiento de la Comunidad Económica Europea y más tarde de la Unión Europea.
Esta última tropieza con obstáculos, pues intenta la unidad política, lo cual es extremo. Pero, en todo caso, el gran logro en decenios de comunidad económica ha sido la cesación de las guerras. El Diario The Wall Street Journal, acaso el más sensato y mejor informado del momento, acaba de publicar una nota en la que indica que ha ocurrido precisamente eso.
Los intereses económicos están íntimamente imbricados no solo al interior del continente europeo, sino entre Europa y la Rusia ahora libre de la URSS. Las inversiones de la BMW en Rusia son demasiado cuantiosas como para tolerar piruetas políticas Obama/Merkel y en igual situación están las ventas de artículos de lujo de la deteriorada economía de Italia.
Es ridículo suponer que Putin quiera poner en riesgo la bonanza económica post URSS que experimentan Rusia y los ex satélites asociados en la Federación Rusa. Al contrario, quiere robustecer esa tendencia y para ello busca la alianza, la unidad, la conjunción de fuerzas y el ejemplo de la Comunidad Europea o de los mismos y más antiguos Estados Unidos. 
Ese ejemplo ni remotamente está inspirado en el comunismo marxista de la ex URSS, a la cual sirvió en la KGB. Pretender restituirlo sería suicida y acabaría con los logros de progreso y riqueza allí alcanzados. Putin  no es tonto. Tonto es si lo que Obama y los demos pretenden: detener al capitalismo para llevarnos al socialismo, que es regresión.
Lo que decepciona no es la falta de originalidad ni liderazgo de Obama para enfentar a Putin en el conflicto de Crimea y Ucrania. Sino la actitud de miopía de la dirigencia republicana. Acaso sin excepción, ven en Putín una reencarnación de Stalin o Hitler y están convencidos de que tras la toma de Crimea y Ucrania comenzará la expansión imperialista.
Algunos ya vislumbran que el próximo paso será Estonia, luego Lituania e incluso hay quienes mencionan Alaska. ¿No habrá alguien que también diga que Putin querrá Texas, que ya conoció cuando visitó a Bush en su rancho o algún otro Estado con mucho ruso inmigrante? Son digresiones completamente disparatadas.
Hitler invadió Polonia a sangre y fuego en 1939 y la ocupó hasta 1945, cuando pasó a ser dominada por la URSS. Putin controló un referendo en Crimea sin disparar un solo tiro y permitiendo a los ciudadanos el libre discernimiento sobre si unirse o no a la Federación Rusa. El 97% dijo si, no a unirse sino a re-unirse. Y les dio independencia.
Ucrania es distinto, como lo es Georgia. Es igualmente un caso ruso, acerca del cual Obama debe quedarse aislado dedicado a su golf. Al títere del Primer Ministro quieren obligarlo a dejar la Federación Rusa y unirse a la OTAN, creada para frenar a la URSS. Que sean los ucranianos los que decidan, no la Merkel, ni peor Obama o McCain.
Putin podrá haber cometido algunos excesos poco democráticos en el ejercicio del poder, pero eso no justifica a nadie ni a los republicanos ni a comentaristas tan experimentados como Rush Limbaugh a compararlo con cualquier zar de las rusias. Después de todo, Putin luce más tradicionalmente judeo cristiano “occidental” que Obama.
Algunos igualan a Hitler con Putin, a Putin con Stalin. Hitler y Stalin eran cultores de la muerte, Putin es pro vida. Hitler y Stalin causaron la muerte de millones en los campos de batalla, exterminio, hambruna. Obama es cultor de la muerte al respaldar el aborto causante de la muerte de 57 millones solo en USA desde 1973 y la privación de la vida de millones al apoyar el homsexualismo y el matrimonio gay.
El presidente George W Bush fue objeto de mofa cuando dijo de Vladimir Putin, tras recibirlo en su rancho privado en Texas, que luego de mirarlo intensamente en sus ojos, creía que en el fondo era un hombre bueno y bien intencionado. Acaso tenía razón. 

Monday, March 17, 2014

¿A QUIÉN CONVENCE OBAMA?


Incluso en el supuesto de que Putin sea un perverso (que sea una reencarnación de Hitler, según algunos o de Stalin, según otros) ¿por qué los habitantes de Ucrania o de Crimea van a rechazarlo solo porque así lo recomienda un indefinible y confuso líder de los Estados Unidos?
¿Qué de atractivo puede ofrecerles ese líder, Barack Hussein Obama, en contraste con el fuerte liderazgo del ruso Vladimir Putin? ¿Abierta protección y fomento al homosexualismo, al matrimonio gay y al aborto, feminización de las fuerzas armadas, destrucción del núcleo familiar y el crecimiento demográfico?
Putin busca con la reincorporación de Crimea a la Federación Rusa, el fortalecimiento de esta Federación. Cuando en época reciente dijo que el mayor desastre histórico para esos pueblos fue la desintregración de la URSS, en Occidente se le malinterpretó. Se le atribuyó decir que se refería a la desaparición del imperio soviético/comunista y no fue así.
Lo que se refería en realidad era a la fractura de las unidades nacionales que conformaban la URSS y que pudieron haber sobrevivido, en su concepto, con otro sistema político y económico a la manera de Europa de posguerra con la Comunidad Económica, primero y la Unión Europa después. O los Estados Unidos con anterioridad o la Gran Colombia de Bolívar.
Con una Federación Rusa fuerte y unida, como lo son USA y la UE, los rusos podrán vigorizar su economía, multiplicar el comercio entre si y con el mundo y elevar sus niveles de vida. No con el comunismo ya desterrado en la URSS, por cierto, sino con...el capitalismo. Si, con ese capitalismo que aborrecen precisamente Obama y los suyos y ahora hasta el Papa!
¿Por qué diablos Obama y su carnal John McCain se creen autorizados a intervenir contra Putin en Ucrania y Crimea? ¿Que el referendo en Crimea viola la ley internacional? Es un argumento sin base, como tantos que él exhibe. En Crimea sus habitantes votaron casi unánimemente (97%), no por algo a los que se les obligó sino a retornar a lo que siempre fueron, a ser  rusos.
Algo parecido ocurre con Ucrania. Toda la vida hemos asociado a esa región con la “madrecita Rusia”, a través de su literatura, música, danzas, folclor. No en vano Kiev era ya la capital rusa en el siglo X. Sus habitantes, como en Crimea, quieren aferrarse a su historia y para nada simpatizan con su actual Premier que busca congraciarse con un Obama antípoda de su cultura.
Obama y algunos de la UE quieren poner una cuña politico/económica en la exURSS a través de Ucrania y Crimea, forzándolas a desligarse de Rusia y adherirse a la OTAN, creada en la posguerra para enfrentar militarmente a la URSS. Esas pretensiones están siendo pulverizadas por Putin merced a su liderazgo y a la espontánea voluntad popular.
El argumento de que el referendo viola leyes Obama debería echarlo a la basura. Drudge Report, esa excelencia del periodismo que pone al día y gratis la información internacional más relevante por Internet, recuerda que en estos mismos momentos hay varios eventos, como en Venecia, donde la gente vota con libertad por la secesión sin que le importe un bledo cómo piense Obama.
La Constitución en los Estados Unidos tampoco lo prohibe. Texas acaricia con frecuencia la posibilidad de separarse de la Unión, dados los excesos de control y abusos de Washington DC, como ahora con Obama. Y claro, en 1860 el federalismo secesionista para preservar la esclavitud originó la Guerra Civil con 600.000 muertos.
Venecia, que abarca toda la región de Veneto, era independiente por mil años hasta que intervino Napoleón y de domingo a viernes votan sus ciudadanos si resucitan o no ese estatus. Los escoceses lo harán el próximo septiembre. En Quebec el pueblo lo hace con frecuencia, la siguiente toca este próximo abril 7 y en Cataluña se discute cuándo.
Las listas de casos pendientes y las históricas son enormes. Se las puede encontrar en el Internet con facilidad, una ruta corta es Wilkipedia en inglés o español. Lástima que con tantas partidas de golf Obama no tenga tiempo para revisar estos temas, antes de amenazar a su colega Putín.

Thursday, March 13, 2014

CORREA, UN FRAUDE INTELECTUAL


Se necesita de gran coraje para decidirse, sin que nadie lo force a ello, a ver una entrevista por TV del presidente Rafael Correa. Eso me ocurrió a mi por “defecto profesional”, tras leer algunas reseñas acerca de la sarta de sandeces dichas por el mandatario en esa ocasión.
La entrevista la ubiqué en YouTube. Es fácil encontrarla, si acaso hay alguien que, como yo, quisiera también autoflagelarse y verla si no la ha visto aún. No lo recomiendo, a menos que quien lo haga sea un siquiatra, correista o no entienda el español. 
Dura algo más de hora y media. Pese a mi objetivo, no pude tolerarla sino unos 30 minutos y el resto los empleé en ir de salto en salto a los puntos más salientes del diálogo/monólogo, para acortar la tortura. Desde el punto de vista periodístico, fue un fracaso total.
Una pena verlo a Miguel Rivadeneira, buen periodista de El Comercio, ahora al frente de Ecuadoradio. Es de la vieja escuela en la que se hacía un periodismo independiente, según la cual el reportero es intermediario entre lo que genera la noticia y el público receptor. El mensaje se lo transmitía de la manera más fiel posible, asignando la opinión a otros espacios.
El periodista, por tanto, no tenía por qué aparecer en una entrevista ni en favor ni en contra del entrevistado. Su misión era, nada más pero tampoco nada menos, que representar al público en los cuestionamientos a quienes ejercen una función por mandato popular. Éstos responden no al reportero pro o anti gobierno,  sino al pueblo.
Correa no lo entiende así. Cualquier cuestionamiento crítico a su gestión lo interpreta como un ataque malévolo de la derecha y de la prensa corrupta y arremete contra unos y otros. Miguel preguntaba como en la vieja escuela, pero recibía contestaciones desviadas e impropias que invitaban a polemizar, no a mantener una entrevista periodística.
El otro periodista, Rubén Darío Buitrón, antaño independiente, lucía como un bufón de corte, muy del agrado de Correa. Le sonreía, asentía y trataba de ayudarle incluso con argumentos de tanto adulo que el mismo adulado se vio obligado a rechazar. Señor Presidente, le dijo, no es cierto que la derecha ganó en Quito, no es para tanto...
No, Rubén Darío, le replicó, es la verdad. Entonces el poeta/periodista le dio una lección de Historia al Presidente: Quito siempre ha sido rebelde y de izquierda, desde Rumiñahui. Todos sus alcaldes han sido de izquierda... Solo le faltó decir que todos, desde Rumiñahui, fueron de Alianza País, incluídos Jacinto Jijón y Caamaño, Carlos Andrade Marín, Jaime del Castillo, Álvaro Pérez y demás.
Con esta gente (Correa, Buitrón) el diálogo racional se bloquea. El jefe de Estado, máxima autoridad política en el país, contradijo a Rivadeneira y le aseguró que la aplastante derrota de su partido en las pasadas elecciones fue una victoria para su partido. En Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta, Portoviejo y otras grandes ciudades, AP perdió por amplia votación y así se difundió urbi et orbi.
Pero él juzga que esos resultados son manipulados por la prensa corrupta que no analiza que esa derrota es en realidad victoria, solo por su ánimo golpista. Para corrobar la verdad de sus asertos, dijo a sus contertulios (había también una señorita que decoraba el panel) que no descartaría revisar su decisión de retirarse en el 2017 y presentarse a la reelección.
En el diálogo y en días subsiguientes, Correa ha manoseado y destrozado la lógica para imponer su criterio. Según él, la prohibición constitucional de reelección no existe, se la puede aclarar de un plumazo y sin referendo. Alguien le dijo que las recientes elecciones pudieran ser consideradas en si un referendo, esto es, una negativa adelantada a la reelección.
Y comentó, en lo que aparentemente consideraba una muestra suprema de su sagacidad: si la oposición cree que hubo un referendo, entonces vayamos a la reelección y probemos que me puedan derrotar con votos. Resumió su sapiencia en Derecho Constitucional diciendo que es el pueblo y solo el pueblo el que puede decidir sobre la opción de la reelección.
En esa y otras entrevistas, singularmente la que concedió al veterano periodista mexicano Jorge Ramos, Correa dio otra muestra de sabiduría sobre democracia y Derecho Constitucional. En Cuba, le dijo a Ramos, hay un democracia distinta, la que quiere el pueblo cubano. ¿La quiere? ¿Con dos millones de exiliados, 20.000 presos políticos, dictadura de 50 años?
Con seguridad hubiera alabado también la “democracia” de Kim Jong-un en Corea del Norte, quien acaba de ser reelecto con el 100% de los votos, tal como lo quisieran los Correas, Obamas y Maduros del mundo: sin rivales. (Un humorista de TV dijo que el porcentaje de Jong-un podría aumentar cuando se sumen los absentee ballots o votos de los ausentes como se estila aqui en USA...).
Correa le dijo otra barbaridad a Rivadeneira: que Maduro, el monigote colocado en Venezuela por Hugo Chávez, es un humanista incomprendido y atacado por la “ofensiva imperialista” contra los “gobiernos progresistas”. Defendió que tenga a Leopoldo López encerrado en una mazmorra militar y virtualmente compartió el criterio “muy maduro” de que a los rebeldes en ese país “hay que tratarlos como a terroristas”.
Sinceras condolencias a Miguel Rivadeneira por la penosa tarea de lidiar a un individuo que destroza de tal manera la lógica, la historia, la cordura y la decencia. Son gajes del oficio, Miguel, en le cual usted ya lleva mucho años de un  brillante desempeño.

Tuesday, March 11, 2014

¿PUTÍN ES EL ENEMIGO O LOS TERRORISTAS MUSULMANES?


En estos días el tema favorito a debatir en los medios de comunicación es la intervención del hombre fuerte de Rusia, Vladimir Putin, en Ucrania y Crimea y la respuesta o falta de respuesta del hombre débil de los Estados Unidos, Barack Hussein Obama.
En los diálogos se cruzan argumentos de todas las especies, no solo de tipo político sino histórico y generacional. Para unos Putin es la reencarnación no solo de Lenin o Stalin sino de Pedro el Grande, en plena campaña para revivir si no el zarismo si el imperio de la URSS sepultada a su pesar en 1989.
Casi unánime es el criterio de que la aureola de Putin, no importa cuales sus motivaciones, obedece en gran parte a la opacidad del líder de la principal potencia de Occidente, que ha preferido rehuir de la realidad para  aferrarse ciegamente a un mundo utópico imposible, como lo señaló The Washington Post, diario usualmente obamista.
Muchos comparan la situación actual ruso/norteamericana con la que hubo en el decenio de 1960 con la crisis de los cohetes nucleares que la URSS se proponía instalar en Cuba. El símil es exagerado pues una base de cohetes nucleares enemigos a 150 kilómetros de la Florida es con mucho más temible que los tanques rusos en la península de Crimea. 
Pero los dos fenómenos en algo pueden parecerse en cuanto que ambos registran síntomas de parecida debilidad para dirigir la defensa nacional. John F Kennedy, en 1960, no secundó a Eisenhower en apoyar a los rebeldes que querían derrocar a Fidel Castro mediante el asalto en Bahía de Cochinos. Sin el respaldo militar previsto, los rebeldes fueron apabullados por Fidel.
Jrushov, el caudillo de la URSS de entonces, advirtió lo débil que era el joven y atractivo líder demócrata y en su primer encuentro en Viena lo humilló. Acto continuo resolvió fortalecer su respaldo a Fidel no solo en lo político y económico sino en lo militar, para hacer de Cuba una punta de lanza para esparcir la “revolución” por toda América y fuera de ella.
Decidió instalar la base de cohetería. Los aviones espía U-2 detectaron los movimientos de barcos e instalación de las bases. Kennedy se preocupó e igual su hermano y demás demos del gobierno y dijeron, algo hay que hacer. E hicieron. No pasarán, advirtieron. La cuarentena a los barcos duró poco, así como la tensión mundial. Los barcos soviéticos dieron vuelta, las bases se desmantelaron y retornó la calma.
Pero ¿a qué precio? Kennedy se comprometió a no tocar “ni con el pétalo de una rosa” a Fidel y a desmantelar las bases anticohetes de Turquía. Kennedy intentó asesinar a Fidel en noviembre de 1963, pero días antes la mafia de Chicago lo asesinó a el en Dallas. Fidel se perpetuó en el poder y sin él no habrían los dictadorzuelos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Argentina.
El caso de Putin con Ucrania y Crimea es distinto. No se trata de territorios anexados por la fuerza, que buscan independizarse. Ucrania fue siempre rusa y tanto que Kiev, la capital, fue la capital rusa desde el siglo X hasta que fue destruida por los mongoles en el siglo XIII. Volvió a la “madrecita Rusia” en el siglo XVII y continuó siendo parte de la URSS y más tarde fuera de ella hasta estos días.
La historia de Crimea es mucho más compleja de contar, por la infinidad de guerras y cambios de estatus, incluyendo la célebre conferencia de Yalta en las postrimerías de la II Guerra Mundial con Churchill, Roosevelt y Stalin. Pero su adhesión a Rusia es innegable y ello al parecer va a confirmarse con un plebiscito convocado para los próximos días. 
Si bien está fuera de cuestionamiento que Obama ha conseguido debilitar a los Estados Unidos en el plano mundial como era su objetivo al asumir el poder hace cinco años, cabe preguntarse ¿qué papel de fuerza pudo haber ejercido para que los hechos varíen en una u otra forma en Ucrania y Crimea?
Para comenzar ¿qué se hubiera querido, qué se quiere en esa región? ¿Qué Ucrania y Crimea repudien a Rusia y a Putin y adhieran a la Unión Europea y a la OTAN, creada para contener a la URSS? ¿Que respalden a las propuestas de bloqueo económico a Rusia, que comenzarían por asfixiarles a ellos? ¿Que se demuestren pro aborto, pro gay, pro jihad?
Porque Putin se ha mostrado mucho más en favor de esos principios que han constituído la base cultural, moral y religiosa de Occidente que Obama. En Chechenia fue un implacable opositor y castigador de la violencia terrorista de los extremistas musulmanes y sigue siéndole en toda instancia y sitio en que vuelven a presentarse.
Obama, que fue musulmán, ha querido parangonar al islamismo con el judeo cristianismo como cofundador (totalmente falso) de esta nación y les ha extendido la mano. Al musulmán de Fort Knox que asesinó a 17 soldados lo mantiene preso sin sentencia, a terroristas del 9/11 los libera de Guantánamo. Y se inclina 90 grados para besar reverente las manos de los califas.
A la Olimpiada de Invierno de Sochi no fue porque Putin prohibió a los homosexuales que hagan propagando pro gay. Cuando era senador en Ohio, negó su voto a una ley que permitía salvar la vida a fetos que sobrevivían a un aborto. Y es el gran campeón en favor del matrimonio gay y el primero en llamar a felicitar a luminarias del deporte que finalmente deciden “salir del closet”.
Los españoles conmemoran hoy la masacre ocasionada por los terroristas árabes en el subterráneo de Madrid. Hay sospechas de atentado terrorista en la desaparición del avión de Malasia. Los musulmanes jihadistas no cejan un instante de programar nuevos y nuevos actos de muerte y terror contra seres inocentes en cualquier parte del mundo. 
Su cruzada, que es milenaria, tiene la meta de acabar con los infieles, sea por conversión o por aniquilación. Cualquier medio es válido, entre ellos la mentira y la traición. Y la infiltración en toda sociedad “libre”, cuyos derechos manipualn para distorsionarlos en favor de su causa.
Hay líderes y críticos que ven con claridad esta evolución de la historia. Otras prefieren ignorarla por temor, por fatiga mental, por acomodo. Otros, porque comparten la causa. ¿De qué lado está Putín? ¿De qué lado está Obama? ¿De qué lado está usted?  

Monday, March 3, 2014

LA FÓRMULA MILAGROSA


Los Estados Unidos atraviesan por uno de los períodos más críticos en lo político y económico de su historia, lo que se refleja en un alto desempleo que no declina y en una deuda pública que crece y crece hasta bordear la cifra inverosímil de los 17 trillones de dólares.
¿Qué es lo que proponen los demócratas comandados por el presidente Barack Hussein Obama para salir del atolladero? Más deuda y menos empleo. Es lo que se lee en la proforma presupuestaria para el 2015 que el gobierno presentrará mañana al Congreso Federal.
En lugar de sugerir medidas simples para reducir el excesivo gasto fiscal hasta cuadrarlo con los ingresos, Obama pide casi un trillón de dólares más de endeudamiento para educación y obras de infraestructura. Pone fin a los intentos de austeridad que le impuso la oposición y anuncia nuevos impuestos “a los ricos”, lo que aumentará el desempleo.
En el Ecuador el pueblo votó claramente en los comicios del domingo pasado contra el régimen autoritario y represivo de Rafael Correa. Pero él ¿cómo reaccionó? Con la oferta de promover su reelección indefinida a fin de que el pueblo no yerre más por equivocaciones de sus subalternos de campaña.
Para el caso de Obama, prometer más deuda para solucionar el problema de la deuda es como pretender curar a un alcohólico encerrándolo en una bodega repleta de vodka y ron gratuitos. O como recomendar una terapia curativa a un pedófilo confeso, asignándole el exclusivo manejo de un orfanato.
En cuanto a Correa, su posición refleja un cinismo irreal, propio de seres alucinados por el poder, incapaces de asimilar hechos tan obvios de rechazo como el del domingo pasado. La historia registra el fin trágico de estos caudillos cuyo ego demencial les impidió retirarse a tiempo para al menos salvar sus vidas.
En el Ecuador la demostración de repudio fue pacífica. Pero si Correa insiste en su locura de la reelección indefinida, como ha ocurrido en  Venezuela o Nicaragua, la situación podría empeorar. Y la actitud pacifica podría tornarse violenta, como en Caracas.
Como analiza con sapiencia la columnista O´Grady del The Wall Street Journal, lo que ha sucedido en Venezuela (y lo que podría ocurrir en otras naciones latinoamericanas) no se dió por generación espontánea, sino que fue resultado de la acumulación de acontecimientos negativos por mal manejo de los gobiernos anteriores a Maduro y Chávez.
Las clases dominantes en dichos países desperdiciaron las oportunidades de administrar el gobierno con eficiencia. En el caso de Venezuela, por el despilfarro de los fondos provenientes de los precios inflados del petróleo, con los cuales se abultaron las burocracias, los subsidios y el fácil enriquecimiento de los allegados al régimen.
En suma, primó la corrupción y cuando se quisieron enmendar los erores fue demasiado tarde, las medidas no cuajaron y se precipitó el caos. Sobrevino el mesianismo y la situación empeoró. La economía venezolana está hecha trizas y la gente o emigra o se lanza a las calles para protestar.
Correa también ha usufructuado de la bonanza petrolera para erigir un Estado benefactor, con inmenso gasto fiscal y de subidios que ha elevado la deuda pública a niveles sin precedentes. Como en Venezuela, también en el Ecuador se ha enraizado una retórica anti norteamericana y anti empresarial privada, lo que ha reducido la producción interna.
No muy alejado de ese esquema está Obama. Su meta es demostrar que los Estados Unidos han dejado de ser la primera potencia mundial y que es una nación “como cualquier otra”. El mecanismo para lograrlo ha sido debilitar al sistema capitalista de libre empresa y elevar la deuda.
Lo está logrando. La tasa de crecimiento, según última cuenta, ha bajado al 2.5% una de las más bajas de la historia y de los países industrializados. 
El desempleo sigue en casi el 8%, solo comparable a las tasas de la Gran Recesión. Paralelamente, Obama va a asestar un golpe mortal a las fuerzas armadas al reducir su presupuesto a niveles previos a la II Guerra Mundial.

Todo ésto se produce precisamente en momentos de crisis mundial por el caso de Ucrania y la actitud resuelta de Putin, quien ve en Obama a un líder débil de una nación por él debilitada, que no hay que temer. Obama ha adoptado la misma actitud anodina frente al gobierno dictatorial de Maduro. Putin, en contraste, anuncia instalar allí una base militar.
Putin cumplió con la formalidad de pedir autorización al parlamento ruso para utilizar la fuerza militar en Ucrania, lo cual le fue concedido sin discusión. Igual la Asamblea de sumisos en el Ecuador pondrá el sello de “aprobado” al proyecro de reelección indefinida de Correa. Solo resta lucubrar sobre el referendo de confirmación.
En los Estados Unidos, según las encuestas, la mayoría desaprueba la gestión de Obama. Si esa tendencia perservera, el gobierno sufrirá un duro golpe en los comicios de medio período en noviembre próximo y en las del 2016, cuando se elija al nuevo presidente. Cualquier maniobra puede venir de Obama y su clan para revertir ese augurio, por lo cual es aventurado dar por descontado el triunfo de la oposición.
La incógnita es mayor en el caso del Ecuador. Si la reforma para la reelección se aprueba  tan pronto se presenta ¿queda alguna esperanza de que sea revertida en referendo? Por un lado están los resultados del domingo pasado, como signo alentador, pero por otro están las encuestas que siguen dándole a Correa hasta un 80% de popularidad.
Y por sobre toda otra opción está Correa, el manipulador. No sería insólito que el caudillo resuelva pedir a la Asamblea eliminar el fastidioso requisito del referendo, a fin de que el pueblo “no vuelva a equivocarse”. O que incluso descarte las elecciones y se declare sin más el el dictador omnímodo y perpetuo de la revolución ciudadana.