Monday, November 23, 2015

¿RADICALISMO ISLÁMICO SIN ISLAM?


El presidente Barack Hussein Obama sigue impermeable a las críticas de 2/3 de la población norteamericana y persiste en la incomprensible noción de que los terroristas musulmanes árabes nade tienen que ver con el Islam “que es una religión de la paz”.
En esa absurda obstinación, contradicha por la historia reciente y antigua, el mandatario está respaldado por Hillary Clinton, quien fue la ejecutora de su política exterior como Secretaria de Estado durante cuatro años y que ahora aspira a sucederle en la Casa Blanca por el partido demócrata.
Los terroristas árabes pertenecen a grupos con muchos nombres pero un denominador común: todos son musulmanes y sus inmolaciones y ataques lo hacen siempre invocando el nombre de Alá es grande (Allahu Akbar). No se registra en ninguno de tales abominables episodios alguno en que se haya citado a un ídolo distinto o un grito de batalla diferente.
Son musulmanes árabes los que han creado el I Califato del Siglo XXI en tierras de Irak y Siria, con el nombre de Estado Islámico o ISIS. No lo llaman Estado Cristiano, ni Budista, ni utilizan definición pagana. Han reclutado al menos 30.000 hombres bien apetrechados con armas y equipos obsequiados por Obama tras ordenar el repliegue de tropas en Irak el 2011. 
Los terroristas musulmanes son el brazo radical del Islam y constituyen, según estadísticas oficiales, 1/3 de la población islámica mundial o sea unos 300 millones. La pelea por la dominación del Islam no es de data reciente sino que fue iniciada por su fundador Mahoma, en el 600.
El objetivo es subyugar a por la fuerza a todo infiel y la rebeldía puede ser penada con el degüello o fuertes gravámenes, como los que se aplicaron durante la ocupacion mora en España durante siglos. La ley normativa es Shariah, con sanciones medievales por los delitos de robo, adulterio u homosexualismo, así como penas para la mujer que altera su papel de sumisión frente al hombre.
Obama se educó de niño en Indonesia en una escuela de adoctrinación islámica o madrasah, que dejó huellas indelebles en su conciencia. Tanto, que en varias intervenciones públicas no ha podido reprimir su admiración por esa religión, al extremo de sostener que esta nación judeo cristiana es lo que, gracias al influjo inicial del Islam.
(El primer contacto histórico registrado de Estados Unidos con los árabes fue a comienzos del siglo XIX, cuando el presidente Jefferson envió naves militares al Mediterráneo para evitar el saqueo de los piratas árabes a los buques comerciales norteamericanos que se desplazaban por la zonas. El otro contacto eran los esclavistas árabes que vendían su mercancía humana de negros para el mercado de las Américas)
Una compilación de extractos de los discursos pro Islam de Obama, hecha por el periodista Sean Hannity de FoxNews, se puede observar en este link o enlace.
La treoría de que los radicales musulmanes no son musulmanes se desbarata con lo ocurrido en París. En la matanza de la sala de conciertos los sobrevivientes narran que los asesinos perdonaban a quienes podían recitar algún pasaje del Corán. El avión que estalló sobre el Sinaí con pasajeros rusos, fue obra del ISIS, según propia confesión.
Las pruebas abundan. En 1993 y el 2001 en Nueva York, el Pentágono y Pensilvania, en Buenos Aires, Madrid, Líbano, Libia, París, Alemania y centenares de casos fallidos en los mismos Estados Unidos y otros lugares del orbe. Negarlo denota alienación mental o complicidad.
En consecuencia, la liquidación de ISIS geográficamente no bastará para terminar con el problema de la agresión islámica a Occidente. Porque si en apariencia sunis y shias son diversos, o si Arabia Saudita e Irán se pelean y si Hamas y Al Qaida tienen metas opuestas, la verdad, hay que insistirlo, es que todos son musulmanes y todos siguen el Corán y el Corán manda imponer su doctrina e ideología hasta el sacrificio.
¿Cabe imaginar un musulmán moderado? Si lo es, se trata entonces de un converso que ha sepultado el Shariah y la ética medieval que mueve a los terroristas del ISIS en París y Bruselas o del Al Qaida en Malí. Los terroristas no entienden sino el lenguaje de la fuerza. No cabe transar con el enemigo. Éste deja de serlo cuando se rinde, solo entonces cabe negociar. Todo lo demás es palabrería obamista.
En Obama parece existir la fusión de islamismo con socialismo/marxismo. La polémica sobre su verdadera identidad se silenció a poco de ganar la presidencia. Pese a los documentos se archivaron los reclamos sobre sus partidas falsas de nacimiento, seguridad social y todos los archivos de su vida estudiantil permanecen sellados por orden superior.
Es un caso de secretismo sin precedentes, que deberá develarse más temprano que tarde. En estos días se divulgará un documental probatorio de que el verdadero padre de Obama no es un Obama de Kenya, sino el conocido agente comunista a sueldo de Moscú, Frank Marshall Davis, citado por Barack en su libro autobiográfico.
Davis, negro, tiene iguales facciones que Barack Hussein, sobre todo la nariz. Era íntimo del abuelo materno de Barack, también comunista al igual que lo era Ann Dunham. Según el relato documentado, Ann tuvo relaciones íntimas con Davis durante su vida disipada como actriz porno, en la que  inclusive alternaba como lesbiana. Fruto de esa relaciones fue Barack.
Para explotar su condición de negro (mulato) y sus cualidades de “community organizer” o agitador de masas, sus “coachs” decidieron que era preferible ignorar a Davis como su padre biológico y asignarle en su lugar al Obama de Kenya que estaba estudiante en Hawaii en 1960 y que a la postre murió alcohólico. Dice el documental que revelar la verdadera identidad de Obama habría obstruído la carrera política que le estaban labrando.
ISIS es el primer estado musulmán en que se está aplicando un modelo socialista/estatista, lo cual encaja dentro de la mentalidad Obama. Ello explica siete años no solo de tolerancia sino de fomento del terror islámico y el constante esfuerzo por deteriorar y envilecer las a instituciones sustantivas de esta nación.
Cada vez se ha debilitado más la seguridad externa (Fuerzas Armadas) y la seguridad interna (Policía), al tiempo que se ha socavado la economía siempre basada en la competencia de libre mercado y en la menor intrusión posible del gobierno en las actividades lícitas del sector privado.
El gran fraude Obama sigue destrozando la ley y la única esperanza  de frenarlo, pues no otra válida se vislumbra, es sustituirlo en las votaciones de noviembre próximo en la Casa Blanca por un líder auténticamente pro USA. Con la esperanza añadida de que el cambio no resulte tardío.

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