Sunday, February 17, 2019

LA ESTÚPIDA BATALLA ANTI TRUMP

El Presidente Donald J. Trump, desde que se posesionó en enero del 2017 se ha empeñado en cumplir con una de sus principales promesas de campaña, que es mandato esencial de la Constitución: garantizar la seguridad de las fronteras, especialmente la de México. Pero los demócratas y algunos republicanos le han cerrado el paso.
La frontera sur se ha vuelto vulnerable en los últimos años al punto que en el 2006 tanto republicanos como demócratas acordaron en el Congreso asignar fondos para que se erija un muro de contención en los lugares propicios para detener el flujo de ilegales. Pero ambos partidos fallaron en asignar partidas suficientes.
Desde entonces los sucesivos gobiernos y congresos nunca pusieron en entredicho la necesidad del muro de frontera, dada la evidencia de que los traficantes (de drogas y de personas) llamadas coyotes,  seguían haciendo fortuna facilitando el tránsito de personas desde países corruptos hacia los Estados Unidos, no solo desde América Latina sino desde otros continentes.
Pero cuando ganó Trump y no la favorita Hillary Clinton en las elecciones del 2016, los demócratas progresistas han estado utilizando cualquier estratagema para torpedear al victorioso republicano. La aún improbable acusación de que triunfó con ayuda rusa de Putin sigue en investigación y, cuando todo parece indicar que quedará en el vacío, la guerra prosigue  en otros frentes.
Trump pidió 5.700 millones de dólares como cuota adelantada de un total de 23.000 milllones de dólares para completar el muro, pero Nancy Pelosi, que ahora preside la Cámara de Representantes de mayoría demócrata, se niega a complacerle y afirma que el muro es inmoral, que no hay crisis ni amenaza de invasión de ilegales y que todo es una treta política de Trump.
Las cifras estadísticas oficiales demuestran lo contrario. Hay crisis humanitaria con los niños utilizados como escudos, con niñas secuestradas para la prostitución, con gente utilizada para el paso de todo tipo de drogas y para el intento fraudulento de búsqueda de asilo. Los manipuladores y los coyotes han organizado ya la tercera caravana invasora con más de 15.000 ilegales.
Los demócrata progresistas han llegado a decir que a lo que aspira Trump es a un "Vanity Wall", a un Muro de la Vanidad. No es capricho lo que le mueve al Presidente, no es un tren rápido que pase por Mar a Lago, su residencia en Palm Beach o un puerto o algo parecido, sino un muro protector de la nación, como el que construyó y sigue construyendo Israel para protegerse de los enemigos.
En vista del odio similar al de una pandilla de los demócratas del Congreso y de algunos republicanos, respaldado en coro por la mayoría de los medios audiovisuales y escritos, Trump se vio forzado a firmar un decreto que asignó un mínimo miserable para el muro, para evitar un nuevo cierre fiscal parcial del gobierno. Pero anunció que completará fondos por 8.000 millones de dólares con decretos de emergencia.
Muchos de esos fondos no requerirán aprobación del Congreso, por lo cual si la emergencia es vetada por algún juez federal, podrán ser utilizados. Otros serán suspendidos hasta que la apelación llegue a la Corte Suprema. Mientras tanto, las elecciones presidenciales del 2020 están ad portas y acaso la suerte podría ser desfavorable para los demócratas y el panorama ahora hostil a Trump cambiaría.
El partido demócrata definitivamente se ha volcado hacia la izquierda marxista con la propuesta del Green Deal (supuestamente sucesor del New Deal de Franklin Delano Roosevelt) que pronto será votada en el Senado. Propone acabar en diez años con los combustibles fósiles (petróleo, gasolinas, plásticos y automotores), la aeronavegación, la energía nuclear, la contaminación de las vacas, los edificios anticuados, el cambio del clima.
La promotora del Green Deal, Alexandria Ocacio Cortez es partidaria de abolir las visas y requisitos de ciudadanía para los latinos ("porque nosotros estuvimos antes aquí"), la salud y la educación gratis en todos los niveles, el salario incluso para los que no quieren trabajar, el aborto hasta el último día del embarazo e incluso el infanticidio como lo describió el gobernador de Virginia.
El pueblo norteamericano, el surgido de las 13 Colonias con la Declaración de la Independencia y la subsecuente Constitución de 1778, no quiere nada que implique la pérdida de sus libertades individuales, origen de la grandeza de esta nación sin paralelo en la historia de la humanidad.
La posición actual de los demócratas está acorde con su pasado. Se opusieron a la abolición de la esclavitud y desataron la Guerra Civil. Uno de sus afiliados asesinó a Abraham Lincoln y con ello la discriminación se perpetuó con la ley Jim Crow y el KuKluxKlan de los demócratas hasta mediados del siglo XX. La mujer obtuvo el voto hace 100 años, venciendo la oposición de los demócratas.
La Corte Suprema y el sistema judicial ha caído en manos de los demócratas y ello explica que la decisión inconstitucional Roe vs Wade de 1973 en favor del aborto prevalezca, pese a que en 37 de los 50 Estados hubo voto popular en contra. La esclavitud fue "bendecida" por la Corte Suprema, hasta que el Congreso suprimió la resolución en 1857.
En estos momentos los anti Trump aparentan ser constitucionalistas y le recuerdan que solo el Congreso asigna o reasigna fondos, con o sin decretos de emergencia. Ello es falso, según propia resolución de la Legislatura en 1976.
Vale recordar que la Emancipación de los Esclavos del 1 de enero de 1863 fue un Decreto Ejecutivo de Lincoln. Si Trump es reelecto en el 2020 y si las dos cámaras del Congreso Federal vuelven a ser republicanas, ¿podría pensarse en revocar la decisión Roe vs Wade, causante de la muerte de más de 70 millones de vidas humanas desde 1973?

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