Monday, August 27, 2018

TRUMP Y JOHN MCCAIN

El Presidente Donald Trump no asistirá a las exequias del senador John McCain porque así lo dispuso el propio legislador poco antes de morir de cáncer. La razón es que el Presidente había cuestionado su condición de héroe de Vietnam donde estuvo preso cinco años.
"Prefiero a los héroes que no se dejan capturar", dijo Trump en una entrevista durante la campaña electoral del 2016, con la cual derrotó a su rival Hillary Clinton del partido demócrata. McCain jamás perdonó a Trump por haber puesto en duda su heroicidad.
Trump no habló sin respaldo. Existen documentos que prueban que McCain hizo un vuelo rasante no autorizado para bombardear a Hanoi cuando fue abatido por el Vietcong y que en la prisión colaboró con el enemigo para la difusión de propaganda antinorteamericana y señalamiento de objetivos.
Existe una grabación en la que se arrepiente por atacar a Hanoi y agradece por el buen trato y por los servicios médicos que le salvaron la vida, al sufrir graves y múltiples lesiones al ser abatido. Rechazó, eso si, obtener la libertad por ser hijo del jefe de operaciones del Pacífico.
Los veteranos sobrevivientes conjeturan que si aceptaba la liberación, su futuro militar y político se anulaba. En cambio, dan testimonio de que McCain en compensación colaboró en la propaganda anti yanqui y que el enemigo, por esa causa, lo conocía como el "songbird" o "pájaro cantor" por su ayuda para fijar puntos de ataque.
En el Senado, a fines del siglo pasado, hubo cuestionamientos acerca de la conducta de McCain en la prisión de Vietnam, pero él se opuso a los pedidos de desclasificar los documentos sobre el por qué de la suerte corrida por muchos de los prisioneros que nunca regresaron con vida (MIA o Missing in Action, desaparecidos en combate).
Según opina uno de los veteranos cuestionadores de McCain, es entendible que el senador hubiera hecho declaraciones favorables al Vietcong bajo la presión de la tortura e inclusive que hubiese colaborado en propaganda y entrega de información de objetivos de ataque. Pero lo que es inconcebible es que se le hayan concedido los más altos honores de héroe, pues no lo fue.
En uno de los video clips que se reproducen, McCain reitera una y otra vez en la campaña presidencial última, que es imperioso repeler y sustituir el Obamacare por perjudicial a los ususarios y  a la economía nacional. Sin embargo, a última hora, fue el único republicano que votó a favor de Obama, solo por odio a Trump, permitiendo que la nociva ley sobreviva.
En 36 años de legislador nada hizo en favor de una ley que haga justicia a los veteranos en cuanto a una mejor atención de la salud y otros servicios. Trump lo logró en una de sus primeras gestiones de gobierno que no llega a dos años. 
Y consiguió un aumento sustancial del presupuesto de las fuerzas armadas en 700 billones de dólares, presionando por la aprobaciónde un proyecto que injustamente se le quiere dar el nombre de McCain, que nada hizo, excepto prometer no dar su voto en contra, como lo hizo en el caso del Obamacare.

(A continuación un análisis del John McCain diferente al de las imágenes que se está observando en la TV)


  • By Gordon Duff, Senior Editor
    Over the weekend, “the Donald” backed down on his attacks on McCain, calling “Hanoi John” a “war hero.”
    However, Donald is not going to be able to close the can of worms he opened.  Today, McCain is trying to wrap himself in the POW flag for cover.  POWs had never been rock star heroes before, quite the opposite.  These are people who surrendered to the enemy, people suspected of collaboration and worse.  With Korea, POWs became the shame of America with many “brainwashed” into following communist doctrines.
    American POWs from Vietnam were the bloody flag Richard Nixon wrapped himself in, on the advice of Henry Kissinger, part of a ploy to divert attention from his endless personal failings which included his agreement with North Vietnam that let them keep and later execute hundreds of American POWs.  1205 American POWs were kept by North Vietnam according to records recovered at the end of the Cold War.  President’s Clinton and Yeltsin instituted a search of Russia’s gulags looking for their remains with no success.  In 1993, armed with testimony from a former high ranking Czech security official, I proposed a systematic search of archives in Prague that recorded the fate of 200 missing US POWs from Vietnam but was blocked by Senator John McCain.
    33 POWs faced execution for treason after Vietnam until Nixon pardoned all POWs.  McCain was on the list of the 33, in fact at the head of it.
    Here are the facts as we know them:
    According to Colonel Ted Guy, John McCain’s commander as a POW, McCain collaborated with the enemy.
    McCain is accused of giving information that led to the downing of 60 US aircraft
    McCain is accused of training North Vietnamese air defense personnel
    McCain is accused of making over 30 propaganda broadcasts against the US, broadcasts he moved to have classified when he was elected to the senate
    These 4 accusations are the only real and supportable accusations against McCain.  The evidence for these acts exists and is substantial.  What is stranger still is McCain’s longtime war against veterans, other POWs and their families.  When John was a bit younger and better capable of looking after himself, he was often both verbally and physically abusive to POW families, POW activists and veterans.  We hear nothing of these brutal outbursts of McCain’s though they continue to this day, now taken as the ravings of a mental defective.
    The door Donald opened should be kept open.  We need to examine the POW phenomenon.  After Vietnam, we allowed Nixon to glorify POWs while abandoning hundreds.  The facts came to light during the late 1990s when tapes of conversations between Nixon and Kissinger were made public, for moments, with Kissinger admitting that American POWS held outside North Vietnam, in Laos, Cambodia and the South, were purposefully not included in the agreements, a number Kissinger put at over 200.
    These tapes were cleaned from the media and are not available to even researchers, were such interested parties to exist, which they do not.
    Vietnam was a useless war.  I served in Vietnam as a Marine combat infantryman and know the war well close up.
    Those of us that served felt abused and exploited and suffered far worse at the hands of Nixon and subsequent leaders who backed away from those of us who served as honorably as possible while engaging in a nutty frenzy of POW worship.
    Trump is right, those who surrender are generally not heroes.  Some were however, like Ted Guy, a man taken on the ground fighting, killing 4 of his captors.
    Guy, however, is only one of many thousands, many many thousands, from Vietnam that should have received some aspect of recognition in a war where many more thousands lived like gods.  Vietnam was a scam, drugs, prostitution, black market, the best food and hottest parties in the world for many who came home from the war with medals on their chests for doing nothing whatsoever.
    I might add, the Saigon press club war correspondents were the worst of all, living like kings on little boys and little girls while being occasionally flown for “10 minutes of war” with a general, then back to the clubs and brothels.  They all should have been locked in FEMA camps, were such things to exist.
    As for the Donald, he should demand that, minimally, the American public be able to hear McCain’s broadcasts and see the records of his debriefing and read the statements made against him by other POWs, including and especially Colonel Ted Guy.
    This man, if you wish to call him that, “McCain” has been allowed to destroy America’s security for two generations, along with friends like “light loafer Lindsey” Graham and others.
    In one instance alone, the F35, McCain has personally destroyed America’s defense capabilities for 25 years.  This is his plane, his project, his monstrosity.
    There hasn’t been a defense scam in decades that hasn’t had his hand prints on it.  Time for Trump to get serious and show some backbone.  McCain is a hard target, time for Trump to stop bashing the easy guys and take this one on.


Sunday, August 26, 2018

ESTO DEL "IMPEACHMENT"

La alharaca armada por los demócratas progresistas opuestos a Trump con la amenaza de llevarlo a un "impeachment" o interpelación, con el nuevo Congreso en el que esperan tener mayoría en enero próximo, no tiene sentido alguno.
El "impeachment" está previsto en la Constitución para enjuiciar y acaso destituir a un Presidente que haya cometido crímenes comprobados durante el ejercicio de su cargo, no antes. El tipo de crímenes no está especificado pero la Cámara de Representantes tendría que determinarlo.
Los demoprogresistas sufrieron un trauma del que no se recuperan cuando el 8 de noviembre del 2016 el republicano Donald Trumpo derrotó nítidamente a Hillary Clinton, la demócrata que todos daban por victoriosa hasta los últimos conteos de los votos.
Cuando la derrota fue inobjetable forjaron estrategias para anular el triunfo de Trump. No prosperó el intento de encontrar fraude en el conteo de votos y entonces se creó la fantasía de la "colusión" de Putin en las elecciones, o sea  intervención rusa para favorecer a Trump.
Varias comisiones del Congreso estudiaron el caso y lo desecharon por falta de pruebas. Pero subsiste la que preside el ex Director del FBI Bob Mueller, que desde hace casi dos años está en la pesquisa ayudado por 17 sabuesos demócratas, abogados que ganan altísimos sueldos. También sin resultados.
En el curso de la investigación, la comisión Mueller se ha detenido en revisar los archivos de algunos ex colaboradores de Trump y ha hallado delitos tributarios en algunos de ellos, que en todo caso nada tienen que ver con Trump ni con la campaña electoral a la que alguna vez sirvieron.
Las acusaciones y amenazas persisten y ahora está claro que el propósito de Bob Mueller y la oposición es acumular delitos que se vinculen con Trump, no ligados con la "colusión", porque no existen, sino con pagos fraudulentos o supuestas mentiras del candidato, con miras al "impeachment".
Por ejemplo, se le quiere acusar a Trump de haber utilizado ilícitamente fondos de campaña para silenciar a una o dos mujeres de vida alegre, la una porno star, la otra playgirl, con las que habría tenido algún affaire en el 2016 y antes. El candidato lo niega, dice que su abogado pagó con fondos asignados a él por sus servicios profesionales y no de la campaña.
Abogados independientes sostienen que la "colusión" no es un delito y que tampoco lo es que un candidato pague de su bolsillo para su campaña o para "silenciar" o comprometer a alguna persona. Lo que si fue delito es que Hillary pague nueve millones de dólares a un ex espía británico para crear un falso "dossier" contra Trump, que el FBI de Obama lo tomó como cierto para iniciar la investigación anti colusión.
En todo caso los supuestos fraudes o delitos cometidos por Trump no fueron consumados en ejercicio de la Presidencia, de la que se posesionó el 20 de enero del 2017, sino antes. Distinto fue el caso de Bill Clinton, quien llevó abusivamente a Monica Lewinsky, de 22 años de edad, a la Oficina Oval de la Casa Blanca para tener sexo oral con ella, que luego negó bajo juramento.
Monica cumplía una pasantía y su caso generó un escándalo que develó otros exceso sexuales de Clinton y culminó con una interpelación por perjurio, que no terminó con destitución por razones de política partidista. En ese entonces y hasta la fecha, Hillary se convirtió en la mayor defensora y encubridora de su marido infiel.
El proceso de "impeachment" tiene que iniciarse en la Cámara de Representantes, en la cual hay mayoría republicana. Con las elecciones de medio término, en noviembre, los demócratas aspiran a recuperar la mayoría, así como en el Senado, donde los republicanos tienen una estrecha mayoría de 51/49 (51 republicanos, 47 demócratas, 2 independientes; el fallecido John McCain de Arizona tiene que ser reemplazado por el Gobernador de ese Estado).
Pero la oferta demócrata es poco atractiva para los votantes, que han visto con Trump fortalecerse la economía y el empleo como nunca antes en muchas décadas, aumentar la oferta de empleo más allá de la oferta de mano de obra, recuperar el prestigio internacional en el comercio y las relaciones con aliados y no aliados y la certeza de seguir en la ruta de progreso.
La oposición, en contraste, busca eliminar la reducción de impuestos que estimuló la economía, fomentar las fronteras abiertas, eliminar la policía de control de fronteras y aduanas y proteger los llamados "santuarios" en ciudades y Estados que impiden la acción federal de control de indocumentados. 
También la oposición insiste en bloquear el nombramiento de nuevos jueces en la Suprema y Cortes Federales, destinados a sustituir a quienes se han convertido en manipuladores de las leyes y no en jueces cumplidores del mandato constitucional de emitir veredictos independientes sobre dudas en la interpretación de las leyes, no en cambiarlas. (Casos aborto, matrimonio gay, etc.)

Sunday, August 19, 2018

LA "RESISTENCIA" FLAQUEA

La oposición demócrata/progresista, con algunos republicanos disidentes, se unificó en lo que la derrotada Hillary Hilton denominó La Resistencia para tratar de descalificar a Donald Trump y planear su "impeachment" (interpelación) y la  destitución con el próximo Congreso.
Están esperanzados, por cierto, en recuperar la mayoría en las dos cámaras en las elecciones de medio término en noviembre venidero, pero esa posibilidad es remota dado que la economía mejora cada día, hay más oferta de empleo que demanda, la confianza en el mercado de inversión aumenta y mejoran las relaciones comerciales internacionales. 
La "resistencia", que toma el adjetivo de la heróica actitud subterránea anti nazi durante la II Guerrra Mundial, no tiene asidero y la comparación es burda. Trump es constitucionalista, fue elegido libre y legalmente y busca mejorar las condiciones de vida de las ciudadanos preservando las libertades, lo cual no era precisamente característica de la era hitleriana.
Como uno de los líderes de la "resistencia" se ha erigido nada menos que el ex Director de la CIA de Obama, John Brennan, conocido por su afininidad con los musulmanes y los comunistas, que se ha lanzado en diatribas contra Trump hasta el extremo de calificarlo de traidor por su encuentro con Putin en Helsinki. El delito de traición implica aquí la pena de muerte.
Trump ha buscado aproximación con Putin no por afinidad ideológica, sino para hallar puntos probables de acuerdo para evitar distanciamientos y conflictos que pudieran derivar en guerra nuclear. Rusia, aunque distante en poderío económico de los Estados Unidos, posee un temible arsenal nuclear heredado de la antigua URSS y modernizado.
Brennan lanzó su acusación en uno de los canales de TV anti Trump que le pagan un jugoso salario. Como ex Director de la CIA, lo que diga se supone está basado en informes confidenciales que no está autorizado a revelar y que si lo hace sin respaldo, es flagrante irresponsabilidad. Por ello, Trump le canceló su derecho de acceso a los archivos secretos de la CIA.
Esa prerrogativa existe en la suposición de que tan altos funcionarios, una vez en retiro, siguen siendo respetuosos de la institución y del país y útiles para proveer información a sus sucesores en casos específicos. Brennan ha violado esos principios, lo cual nada tiene que ver con el derecho a la libre expresión.
En parecida situación están otros ex funcionarios, entre ellos el general Michael Hayden (R) de la Fuerza Aérea nombrado por Obama para dirigir la CIA. Dijo que Trump, al separar a los niños de los padres que llegan ilegalmente al país mientras se procesan sus casos, ha hecho lo que Hitler en Auschwitz. La ley la dictó Obama y en general se aplica a los hijos cuyos padres son recluído por cualquier motivo legal.
La medida contra Brennan (y probablemente contra otros) tiene un contenido moral antes que práctico, pues el acceso a información secreta la tienen los ex funcionarios cuando son consultados por los gobiernos sobre casos en los cuales se considera tuvieron experiencia. Nadie en este régimen va a pedir a dichos ex de la "resistencia" su opinión sobre nada.
Pero la "resistencia" no ceja en sus esfuerzos. El diario The New York Times, que con el The Washington Post y los principales canales de TV son voceros de la "resistencia", publicó un largo análisis sobre la supuesta "traición" de uno de los abogado de Trump por haber colaborado con Bob Mueller en tres  ocasiones por 30 horas. No hubo tal traición. Trump aclaró que su abogado tuvo su venia para cooperar porque no tiene nada que ocultar acerca de la supuesta "colusión" con Rusia para ser elegido Presidente.
Brennan, en cambio, sabía en el 2016 que Hillary Clinton pagó a un ex agente birtánico para fabricar un "dossier" falso sobre supuestas actividades obscenas de Trump en Moscú y a pesar de ello lo utilizó como documento válido que sirvió de base para levantar la investigación que dura dos años sobre colusión con Rusia y que no ha logrado exhibir una sola prueba. 
Si colusión probada ha habido es la de Hillary Clinton con Rusia en el caso del "dossier" y la negociación fraudulenta de venta de uranio, que ignoraron la CIA de Brennan y Obama. Como han ignorado, hasta ahora, los delitos de Hillary sobre la destrucción de 33.000 emails o la masacre de Benghazi. Solo la desclasificación de documentos secretos del FBI y la CIA aclararán de modo concluyente la conspiración de la "resistencia".

Friday, August 3, 2018

SOBRE EL "FAKE NEWS"

El Presidente Donald Trump ha globalizado el término "fake news" para referirse al periodismo no profesional que no cumple con la misión de informar con la mayor sujeción a la verdad sobre los hechos, sino que los distorsiona.
Muchos confunden esa crítica de Trump como que rechaza a los medios con opiniones contrarias a las suyas por su manejo de las políticas de gobierno y esa no es sino otra de las distorsiones de ese tipo de periodismo falso llamado en inglés "fake".
Lo que reclama Trump y la mayoría que le respalda es un periodismo honesto y profesional que se constriña a informar con veracidad lo que dice y hace el gobierno, sin mezclar insidiosamente la opinión partidista del reportero en la versión de la noticia, convertida así en seudo noticia.
El periodismo, en cuanto informa (sin callar ni distorsionar) está plenamente respaldada por la Constitución de los Estados Unidos, pues es un instrumento esencial diseñado por los fundadores de está nación para vigilar al gobierno, exigiéndole transparencia constante en todos sus actos.
La crítica, o sea el derecho a disentir, también está garantizado por la misma
Carta Magna y no solo para el ejercicio del periodismo sino para cualquier otra forma de expresión de las ideas. Pero la distinción en un medio impreso o audiovisual de comunicación entre opinar e informar es nítida: no cabe unir los dos conceptos sin distorsionar la misión periodística.
Según estudios académicos, el 90% de la cobertura de los medios sobre la gestión de Trump en este país ha sido negativa, en cuanto se han callado logros como abolición de las obstrucciones para el sector privado que han acelerado el crecimiento al 4.1% del 2.1% de Obama, aumento del empleo en todas la etnias y estratos, las conquistas en el área externa y similares.
En contraste, la mayoría de medios de tendencia demócrata progresista se ha dedicado a tiempo completo a forzar sucesos que podrían dañar la imagen del Presidente, como la supuesta colusión rusa para llevarlo a la Casa Blanca en los comicios del 2016 y otras ficciones conexas de supuestos escándalos que nunca han tenido sustento y que motivan investigaciones interminables.
Pese a la hostilidad de los medios, la popularidad de Trump sigue avante y unas últimas encuestas le adjudican un 50% de popularidad, frente al 45% que obtuvo Obama en similar lapso de su primer gobierno en el 2010, pese a que toda la prensa lo tuvo como su favorito de comienzo a fin. Más del 80% de los republicanos dice tener poca credibilidad en los medios.
Ello explica que Trump tenga que recurrir al Twitter y a los "rallies" para difundir su pensamiento. Los locales de la concentraciones no se dan abasto para albergar a sus seguidores, que sin embargo se resignan a escucharlo y verlo en las inmediaciones frente a las grandes pantallas de TV que han tenido que ser instaladas.
El manejo de los tweets puede a veces tener efectos no deseados o interferir en la divulgación que de todos modos se hace de sus logros en la materia de economía y empleo. Pero refleja la impaciencia del Presidente frente a la desinformación y su deseo de que se corrijan los entuertos con presteza. Uno de sus últimos mensajes por dicha vía estuvo dirigido al Fiscal General Jeff Sessions, pidiéndole que de por terminada la investigación por la colusión rusa.
La investigación, comandada por Bob Moeller y 17 abogados demócratas latisueldos lleva casi dos años de absorber cuantiosos fondos fiscales y distraer la atención nacional, sin ningún resultado. Pero un tweet no es la manera presidencial de acabar con esa farsa. Podría ser una orden para destituir a Sessions y a Moeller, pero ello sería fatal políticamente.
La sola intepretación que cabría es que dicho tweet sea un anuncio de que se aproxima la desclasificación de los documentos en base a los cuales se ha montado toda esta farsa. El Presidente puede hacerlo y cuando lo haga quedarían al descubierto los nombres hasta ahora ocultos de quienes fraguaron la conspiración contra Trump para intentar llevarlo a la interpelación por el Congreso.
De otro modo, el tweet de Trump sobre Sessions quedará en el aire, dando pábulo a burlas de la oposición y no frena ni resuelve la evidente maquinación sin sustento de la investigación Moeller. ¿Qué espera Trump para actuar? Varios legisladores republicanos le han pedido formalmente que ordene la desclasificación cuanto antes ¿por qué no lo hace?
Mientras tanto, Ivanka, la hija de Trump, cometió un desliz al contradecir a su padre cuando se refirió a los periodistas de los "fake news" como "enemigos del pueblo". Entrevistada por TV sobre si creía que los periodistas son enemigos del pueblo, Ivanka dijo que no. Evidentemente le faltó especificar. Su padre le ayudó a hacerlo al decir que su hija se refería a los  periodistas honestos como no enemigos y no a los del "fake news".