Tuesday, July 10, 2018

EN DEFENSA DE LA VIDA

El Presidente Donald J. Trump anunció anoche a quién ha elegido para sustituir en la Corte Suprema de Justicia al juez Anthony Kennedy, que se jubila: será Brett Kavanaugh, quien en su discurso de agradecimiento prometió que se limitará a ser eso, un juez.
Si, un juez y como tal no un legislador, que es lo que ha estado ocurriendo en los últimos sesenta años en la Corte Suprema y en muchas cortes secundarias infestadas por el influjo demócrata progresista, que optó por la vía de captar la judicatura para iniciar la transformación regresiva del país.

Kavanaugh, de 53 años de edad, ha estado vinculado con los Bush y ello ha despertado suspicacias en algunos adeptos de Trump. Pero su récord como juez y jurista es impecable en cuanto a un total respeto a la Constitución en su concepción original de división del poder en tres ramas, que se auto controlan entre sí.

Es católico y pro vida más allá de toda duda, faceta que ha alertado en su contra como ninguna otra a la izquierda demócrata progresista, especialmente a las mujeres, que extrañamente se han convertido en las mayores defensoras del derecho "constitucional" de matar a los seres  indefensos concebido en sus vientres.
Durante las audiencias en el Senado, previas a autorizar su nombramiento, los senadores demócratas lo acribillarán con preguntas amenazadoras sobre si apoyará revertir la decisión de la Corte Suprema en el caso Roe v Wade de 1973, que fue punto de partida para legalizar el aborto. Pero ese tema será esquivado, pues el cuestionario debe referirse solo a generalidades.
La resolución del aborto es un típica demostrración de jueces activistas que no juzgan sino que legislan. Mencionaron una vaga "emanación" derivada de algún artículo no precisado de la Constitución sobre "privacidad" y condicionaron a que se pruebe cuándo comienza la vida, si en la concepción o el nacimiento del niño, para validar los abortos.
Pese a que la decisión no tiene sustento legal ni constitucional, se la mantiene en vigencia, se la ha ratificado indirectamente y es la causa de la muerte de alrededor de 70 millones de seres humanos desde 1973 solo en los Estados Unidos. El ejemplo norteamericano fue imitado en el resto del orbe y la mortandad en Europa y otros continentes es inconmensurable.
El aborto legal, junto con el uso de anticonceptivos y abortivos, ha desecho la unidad familiar, debilitando la posición de la mujer en todos los niveles especialmente cuando deciden ser mades solteras. La práctica sexual sin responsabilidad se ha multiplicado y la edad de iniciación en la mujer se ha reducido precipitadamente a los 12 años.
Es probable que con la inclusión de Kavanaugh la decisión Roe v Wade seguirá inalterada. Pero quizás para las elecciones de medio término de noviembre venidero y dado el fuerte liderazgo de Trump, el partido republicano incremente su mayoría en ambas cámaras del Congreso para facilitar nuevos nombramientos en la Corte, quizás dos o tres más en el período Trump.
Podría entonces ser seleccionada Amy Barrett, por ejmplo, que estuvo de finalista con el juez escogido anoche. Ella es pro vida, tiene excepcionales dotes de jurista y es madre de siete hijos, lo que implicaría una elocuente respuesta a la posición "feminista" de las aborteras, que promueven el derecho a matar a los seres inocentes e inermes en sus vientres.
Estas mujeres y madres potenciales que hablan del derecho de la mujer a abortar inclusive a potenciales mujeres nonatas, se han condolido hasta las lágrimas por la separación de los niños de padres que cruzan ilegalmente la frontera sur del país. Mas no protestan por las madres que arriesgan las vidas de esas criaturas al enviarlas, muchas veces solos, en su viaje a la frontera a quebrantar las leyes del país vecino.
El mundo entero ha seguido en vilo el alarde de coraje y alta tecnolgía de los rescatistas de un grupo de 12 niños y su coach o guía atrapados en una cueva de Tailandia. Pero mira con indiferencia como a diario en este país y en todo el orbe se sacrifican millares de vidas inocentes con el respaldo de los gobiernos e inclusive de las Naciones Unidas, según relata la ex funcionaria Amparo Medina, de Ecuador.
El crecimiento vegetativo de Estados Unidos y de Europa es negativo debido a los métodos abortivos y de anti concepción. Angela Merkel, de Alemania, cree que la libre inmigración puede compensar el desequilibrio y al parecer los demócratas comparten aquí esa opinión, porque además creen que los migrantes les darían votos. Pero la solución es otra, la abolición del derecho a matar (prohibido por la Constitución).
Con Hillary Clinton la tendencia anticonstitucional en los Estados Unidos se habría agravado imitando a Obama. Con Donald Trump, en contraste, se está viviendo una clara restauración de los valores ancestrales de esta nación estampados en la Declaración de la Independencia de 1776 y su articulación orgánica expresada en la Constitución de la República.  

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