Monday, April 21, 2014

¿ES OBAMA LÍDER DEL MUNDO LIBRE?


Muchos políticos, sobre todo republicanos y uno que otro demócrata y comentaristas de todas las tendencias, no han cesado de exigirle al presidente Barack Hussein Obama que envíe misiones militares a Ucrania para enfrentar al líder ruso Vladimir Putin. 
Lo critican por su pusilanimidad y lo comparan con el canciller Chamberlain del Reino Unido, que prefirió firmar un tratado de paz con Adolf Hitler en Munich en septiembre de 1938, antes que bloquear de algún modo sus ambiciones expansionistas. Un año más tarde vino la II Guerra Mundial.
Los belicistas ven en Putin una reencarnación de Hitler o de Stalin. Creen que, en efecto, su propósito es resucitar el imperio soviético disuelto en 1989 y que los primeros pasos han sido primero la integración a la Federación Rusa de Georgia, recientemente Crimea y ahora Ucrania.
Piensan ellos que probablemente luego irá agregando a Lituana, Estonia, Latvia y acaso otros territorios de la ex-URSS ahora independientes y hay quienes temen que podrían estar en la mira de Putin otras naciones ajenas a la órbita soviética en Europa y acaso Alaska.
Por cierto ninguno de los agoreros fundamenta sus presagios en hechos que los sustenten. Por ejemplo ¿cuán poderosa es la maquinaria militar de Rusia para respaldar sus pretensiones de conquista, aparte del arsenal nuclear que posee pero que es de imposible uso para tales fines? 
Tampoco ha habido ningún acucioso periodista que entreviste a Putin acerca de éstos y otros temas y cargos que se le imputan, ni tampoco se han hecho evaluaciones sobre el verdadero potencial humano y económico de Rusia, que le pudiese permitir lanzar y sostener una aventura de conquista de la envergadura que se le achaca. 
En todo caso, la retórica belicista encabezada por líderes republicanos como John McCain, el fracasado candidato presidencial, no han hallado eco ni interna ni internacionalmente. La gran prensa en este país, que está con Obama siempre incondicionalmente, parece esta vez coincidir con el modo de pensar de la mayoría de la población.
Y con Obama, por cierto. Él ha optado, desde un principio, en retirar la opción militar para discutir cómo regañar a Putin en sus incursiones en Crimea y Ucrania. Los resultados son lógicos: a Putin le importa un bledo lo que opine Obama y sigue avante en sus propósitos de unir Ucrania a la Federación Rusa, como ya lo hizo con Crimea.
Comparar esas acciones con la invasión nazi a Polonia en 1939 es ridículo y baste con señalar que la decisión de Crimea de regresar a la Federación se hizo con el 97% de los votos de sus ciudadanos. Igual procedimiento democrático Putin quiere establecer en Ucrania, cuyo actual Premier fue impuesto por la CIA.  
Aparte de estas consideraciones de geopolítica e historia, pesan mucho en la apatía popular, frente a las prédicas intervencionistas, el hecho de que si a Putin se lo personifica como émulo de Hitler, hay resistencia y mucha a querer identificar como su antípoda, esto es, como líder del mundo libre, a Barack Hussein Obama.
Winston Churchill fue la figura de dimensiones homéricas que se enfrentó a Hitler y movilizó al mundo libre, involucrando a los Estados Unidos, hasta conducirlo a la victoria final. Uno de los primeros actos de Obama al llegar a la Casa Blanca fue devolver el busto de Churchill a Inglaterra. Su padre no lo quería, había colonizado a su tierra natal Kenya.
Los nazis, enemigos del mundo libre de entonces, han sido sustituidos hoy por los musulmanes extremistas del Jihad. Obama se niega a reconocerlos como tales. Cuando los jihadistas atacaron a la embajada norteamericana en Libia y asesinaron al embajador y otros tres funcionarios, Obama lo negó y dijo que el incidente fue reacción por un video anodino que nadie vió.
Ordenó a su embajadora en Naciones Unidas que vaya a difundir la mentira por todos los canales de TV en una mañana del domingo y desde entonces bloquea toda investigación sobre la masacre, cometida con la complicidad de la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, que ahora los demócratas la quieren para Presidente.
Cuando un jihadista, capitán del ejército en Fort Hood, Texas, asesinó a 13 de sus compañeros militares y herido a decenas, la palabra terrorismo también fue excluída, pese a que el autor se comunicaba con Al Qaida y que en el asalto invocó a Alá. Los familiares de las víctimas, por esa exclusión, no tuvieron los beneficios que tuvieron las víctimas de las Torres Gemelas.
Putin, reencarnación de Hitler según algunos, considera a los extremistas árabes enemigos de Rusia y los tiene bajo estricto control. Obama, supuesto líder del mundo libre, es el principal promotor del aborto, el matrimonio gay, la distribución gratuita de anticonceptivos. Putin condena estas opciones y fomenta y estimula la procreación.
Un líder del mundo libre responsable cuida de modo especial de las finanzas de la nación. Como un padre de familia responsable. Obama no se ha comportado así. La deuda pública llegará a 2l trillones de dólares a fines de ese año, lo que implica un incremento del 106% en cinco años de su administración. Ello es inmoral y es inconstitucional. 
Tampoco revela amor por el mundo libre su constante hostigamiento a la otra rama del gobierno, la legislativa, con la cual se ha negado a negociar y a transar para adoptar leyes de común acuerdo. El peor ejemplo fue y es el Obamacare, aprobado con maniobras sin precedentes, con oposición de la mayoría de la población y sin un solo voto republicano.
Su aplicación ha sido imposible sin enmiendas temporales, que él las ha puesto en vigor sin consultar al Congreso. Suman una veintena y solo esa circunstancia bastaría para llamarlo a interpelación y sancionarlo por violar la Constitución. Sigue intocado, en gran parte por la protección de la gran prensa y la falta de acción unificada de la oposición.
El desempleo es el más alto desde la gran depresión de l920/30 y cada vez son más los que reciben subsidio monetario y alimentario del fisco y menos los que trabajan y tributan para mantener esa ficción. Si el “mundo libre” que simbolizan los Estados Unidos sigue por esa ruta, va a la quiebra como han ido a la quiebra otras naciones con similares prácticas.
No solo naciones. Dentro de los Estados Unidos, los Estados que han sido administrados por demócratas, han quebrado. Destacan la trilogía California, Michigan, Nueva York. Igual sucede con la mayoría de países socializados de Europa, con la Cuba del eterno castrismo, con Venezuela, pronto el Ecuador. ¿Costa Rica será el próximo con su flamante presidente izquierdista?
¿Se pretende, pues, hacerle figurar a Obama como el líder del “mundo libre” para enfrentar al oso comunista (o nazi) de Moscú? No cabe duda que el silencio y la apatía que han seguido a los gritos de guerra contra Putin, tienen su explicación.

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