Friday, April 20, 2018

ES LA HORA DE ASSANGE

Cuando todo indica que está a punto de terminar, sin cargos contra Trump, la larga y costosa investigación sobre su supuesta colusión con Rusia para llegar a la Casa Blanca en lugar de Hillary Clinton, la directiva del partido demócrata acaba de plantear hoy un juicio penal sobre el tema.
Esta vez lo hacen ante la Corte Federal de Nueva York contra Putin, Trump y Assange acusándoles de haberse confabulado para manipular el proceso eleccionario del 2016 en favor del multibillonario neoyorquino del partido republicano, para obstruir la victoria de Hillary que todos daban por segura.
La derrota demolió a los demócratas progresistas que no se recuperan ni mental ni emocionalmente hasta la fecha. Lo mínimo que debieron esperar es a que se pronuncie el Investigador Especial del caso, Bob Moeller, lo que puede ocurrir muy pronto. Otra comisión del Congreso ya examinó el caso y desechó los cargos.
Se desconoce cómo los progresistas pudieran enjuiciar a Putin, gobernante de un Estado soberano y cuáles serían las pruebas para respaldar la demanda. Trump y sus dirigentes de campaña han indicado reiteradamente que todo documento disponible (1.3 millones) ha sido puesto en manos de los investigadores, sin que se descubriera nada negativo.
La clave, en consecuencia, podría estar ahora en Julian Assange, creador y dirigente de WikiLeaks asilado en la embajada del Ecuador en Londres desde hace más de cinco años. De él depende hacer añicos a esta nueva demanda de los demprogresistas, si revela finalmente que los emails de Hillary y Podesta (su jefe de campaña en el 2016) llegaron a sus manos no de Rusia, sino de la CIA y el FBI.
Agentes y ex-agentes de esos organismos estaban indignados por la forma como Hillary violó las normas de seguridad nacional cuando ejercía la Secretaría de Estado en el gobierno de Obama al tener un servidor en su domicilio. En el intento por investigarla por esos delitos, ella ocultó 33.000 emails y destruyó computadores y iphones con ácidos y a martillazos.
Aterrrados por la posibilidad de que Hillary llegue a la Presidencia decidieron entregar a WikiLeaks los emails del DNC para revelar la forma ruin de hacer campaña de Hillary contra su rival Bernie Sanders. Hasta hace poco había en el Internet los clips con las declaraciones en tal sentido de los agentes (uno de ellos de ancestro cubano), pero ya han desaparecido de la red.
Trump, como el gran negociador que es, podría acordar con Assange la forma de dar a publicidad el origen de la filtración de los emails. Ecuador ha anunciado que quiere terminar de alguna forma con el asilo. Assange teme que Estados Unidos busque extraditarlo, por anteriores difusiones de secretos de alta seguridad. Pero es factible hallar alguna vía de solución en aras de conocer la verdad.
Si se confirma y divulga que los emails de Podesta no fueron hackeados por los rusos sino que provinieron de los Estados Unidos, la “colusión” imputada a Trump/Putin se desmoronaría definitivamente y, por ende, el jucio planteado en Nueva York y la investigación de Moeller.

En este link o enlace se puede leer una nota referente al verdadero origen de la filtración de los emails destinados a WikiLeaks. Por desgracia el videoclip también ha sido borrado.

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