Friday, June 10, 2011

BRUMAS PARA EL 2013

Cuando Barak Hussein Obama fue impulsado por la mafia de Chicago para que se presente como candidato a la nominación presidencial por el partido demócrata en el 2008, sus debilidades eran de tal magnitud que un análisis objetivo le negaba toda posibilidad de victoria.

Pero triunfó frente a la favorita Hillary Clinton, cónyuge del Presidente perjuro Bill Clinton que escapó de la censura del Congreso por otra de esas incógnitas del sistema democrático. Pero una vez nominado, había todavía la esperanza de que el rival republicano lo pudiese derrotar.

No fue así, tanto por la destreza de la mafia de Chicago como por la ineptitud del republicano, John McCain, quien se moría de miedo de que alguien de su grupo se atreviese a criticar lo más sensible de Obama: su lugar de nacimiento, su experiencia política y administrativa nula, su tendencia al extremismo de izquierda antinorteamericano -todos defectos comporbables con hechos.

La mayoría de votantes no obstante quedó fascinada con el postulante demócrata, cuya desventaja de 0 experiencia más bien le sirvió de ventaja frente al avejentado y amedrentado McCain. Triunfó en las elecciones con cómoda ventaja y al posesionarse, prometió la felicidad sin esfuerzo para todos y el adiós a las armas para lograr la paz universal.

Era predecible que todas sus promesas serían un frasco y que la aplicación de sus utópicas regulaciones para quebrar al sistema capitalista, origen según él de todos los males del mundo, ahogaría la economía no solo de los Estados Unidos sino la global. A menos de tres años de su gobierno USA está al borde de una segunda Gran Depresión, igual a la del decenio de 1930.

Los indicadores están a la vista. El desempleo subió al 9.1% y el subempleo al 17%. La deuda alcanza la cifra abismal de 14 trillones de dólares (si regresivamente se gastara 1.000 por minuto, para consumir esa cifra tendríamos que volver al siglo I). El “pacifista” Obama no solo no ha terminado las guerras, sino que ha creado otras sin autorización del Congreso, como en Libia.

Aún hay gente que lo admira, sobre todo cuando lee sus discursos preparados por algún equipo de Chicago para los teleprompter. Pero esa misma gente dice en un 70% que está conduciendo muy al país y que su punto más vulnerable es la incapacidad para crear empleo y riqueza no obstante los trillones de gasto fiscal usados para ese fin.

Cabría suponer que derrotarlo en las próximas elecciones presidenciales del 2013, cuando él busque como ha prometido la reelección, sería tarea relativamente fácil. Pero no es así, como no fueron certeras las predicciones de que no alcanzaría la nominación y peor la presidencia de la república.

¿Cuáles las dudas? Primeramente, la evidencia de que será la mafia de Chicago la que planee la batalla para reelegirlo. Es la misma mafia que le dio el triunfo a John F. Kennedy, cuando Richard Nixon le aventajaba en votos en los comicios de 1960. Al mejor estilo ecuatoriano de comienzos del siglo pasado, la mafia preguntó a la familia Kennedy cuántos votos necesitaba y la cifra brotó como por arte de magia (¿o de mafia?).

El problema entre la mafia y la familia vino después, cuando los hermanitos John y Robert decidieron luchar contra el crimen organizado que les facilitó la victoria. El rompimiento del mutuo acuerdo se tradujo en el asesinato de John, primero y de Robert, después. Todas las teorías de que fue Oswald quien mató a John, como resultado de una conspiración castro comunista no tienen validez.

La acción de la mafia de Chicago con los Kennedy está documentada fiel y minuciosamente en el libro Legacy of Secrecy, The Long Shadow of the JFK Assassination, escrito por Lamar Waldron con Thom Hartmann en el 2008. Los medios de comunicación, los partidos políticos, las universidades lo han ignorado por completo.

Obama no se ha peleado con la mafia, sino todo lo contrario. Uno de sus más íntimos colaboradores, ...Emanuel, fue electo a rajatabla alcalde de Chicago y su asesor principal en la Casa Blanca, Axeldorff, renunció para regresar a Chicago a dirigir la campaña por la reelección. Lo que hasta la fecha han maquinado, es genial.

Obama no nació en Hawaii, sino en Kenya. Nunca ha podido exhibir documentos que prueben lo contrario y más bien existen testimonios de su abuela kenyana de que nació allí. Su madre, embarazada de 9 meses, no tuvo la precaución de viajar anticipadamente para que hijo naciese en suelo americano y a última hora, su deseo de hacerlo fue negado por su avanzado embarazo.

Una vez salida del parto voló a Hawaii y allí obtuvo certificado de ciudadanía para su hijo Obama, como era usual entonces, pero no de nacimiento, porque era imposible. La Constitiución norteamericana niega la aspiración presidencial a quien no haya nacido en tierras de este país.

¿Cómo salir de esta encrucijada, cuanto más que el movimiento de los “birthers” -que exigen a Obama presentar el certificado de su nacimiento en USA- tomaba cuerpo y cada vez más norteamericanos dudaban de que tuviese derecho a estar en la Casa Blanca, sobre todo porque sus políticas de izquierda eran y son antinorteamericanas.

La mafia se valió de un multimillonario comediante demócrata, muy popular en las pantallas de TV por promover concursos de belleza y para el título de The American Idol: Donald Trump. De pronto se lanzó a la “arena” política supuestamente a despotricar contra Obama, por quien votó y a pedir que exhiba su cerrtificado de nacimiento.

La gente, decepcionada como está del presidente, quedó encantada con las diatribas de Trump y no había día en que no fuera entrevistado por la radio y la TV de todos los colores y sabores. Ante tal avalancha, Obama se vio “forzado” a exhibir el ultra secreto documento del verdadero lugar donde nació, ¿Kenya? No: Hawaii.

De inmediato surgieron expertos en grafología y computación digital, que de manera científica e inobjetable demostraron que ese documento era falso. Ninguno de los medios ni comentaristas, ni siquiera los no adeptos a Obama, se ha atrevido a acoger y comentar tales pruebas. La “verdad” de Obama, tras la maniobra, se ha impuesto como artículo de fe.

Se ha llegado al extremo de que un ex director de la CIA en tiempos de GW Bush, general Hayden, equipare a los “birthers” con los que siguen creyendo que fue Bush el que fraguó la inmolación de las Torres Gemelas para desatar la guerra contra Irak. Es el mismo silencio cómplice que con respecto al crimen de JFK.

¿Qué otra “perla” prepara la mafia de Chicago para el 2013? No sería difícil que nuevamente utilice a Trump para dividir al GOP o partido republicano. Todavía hay incertidumbre sobre la nominación y el Tea Party, que triunfó aplastantemente en las elecciones parciales del 2010, mira con escepticismo a los primeros pre candidatos.

Esta situación pudiera ser explotada por la magia, para colocar a Trump como candidato supuestamente super conservador, como alternativa al que escogiere el GOP. Algo igual sucedió con el padre de Bush en 1991. La presencia del tercer candidato de derecha, Rose Perot, le facilitó una fácil victoria a Bill Clinto cuando Bush aspiraba a la reelección.

Mientras tanto, los medios de comunicación incondicionalmente demócratas, están viendo con simpatía a Romney como candidato del GOP, con la misma simpatía con que acogieron a McCain. Ambos son “renos” (republicanos solo en apariencia, por las siglas en inglés). Si éste es el nominado, casi no habría necesidad de un tercero (“chimbador”, se diría en ecuatoriano), pues Obama lo arrasaría como ya antes lo hizo con McCain.

Lo que el GOP necesita y el Tea Party quiere es un candidato con carisma y absoluta convicción de los principios que han hecho grande a esta nación, esto es, el respeto a un sistema capitalista de libre mercado, que sea competitivo y sin interferencias de un Estado cada vez más obeso, torpe e incapaz.

Romney, con los defectos anotados, encabeza las encuesta iniciales y eso no es buena noticia para el GOP/Tea Party. Pawlenty tiene buenos planes, pero no carisma e igual Santorum. Gingrich se ha auto eliminado y en cuanto a las damas, Sarah Palin y Michelle Bachamn, son más las dudas que las certezas sobre sus posibilidades políticas.

Hay otros caracteres más sólidos que aún no se han lanzado a la “arena”: Paul Ryan, Marco Rubio, el gobernador de Texas Rick Perry, a los que se agregaría Hermann Cain, un negro carismático de Carolina del Sur que podría crecer. Si uno de ellos, o alguien como ellos, no es nominado por el GOP, la mafia de Chicago y su arlequín terminarán por imponerse en el 2013.

Eso sería desastroso para los Estados Unidos y el mundo.


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