Thursday, August 28, 2014

MUERTO EL PERRO...


...se acabó la rabia. Así dice el proverbio español, perfectamente aplicable al terrorismo. Si no se mata al perro contagiado con la rabia del terrorismo, éste morderá y contagiará a otros perros y entre todos ellos se convertirán en una amenaza de muerte constante para todos.
El grupo terrorista Hamas de Gaza, e Israel, la víctima, acaban de suscribir un acuerdo de cese de hostilidades que se dice será duradero, luego de 50 días de guerra en la cual ha habido unos 2.100 palestinos muertos, en su mayoría civiles y 69 israelíes fallecidos, 64 de ellos soldados.
Hamas es el “perro rabioso” que busca la extinción de Israel. Ha lanzado 10.000 cohetes a objetivos civiles israelíes sin protesta de organizaciones pacifistas. Con ayuda financiera y técnica de Irán, Qatar y otros países árabes, construyó una red sofisticada de túneles para guardar municiones y cohetes y para planear asaltos contra Israel.
En uno de ellos secuestró a tres adolescentes israelíes, a los que decapitó. Israel reaccionó y atacó en represalia. Hamas redobló su ataque desde túneles, hospitales, mezquitas, escuelas y arreció en el lanzamiento de bombas y misiles contra territorio israelí, causando daños mitigados por el sistema de intercepción.
La diferencia de cifras en víctimas y daños se explica por la distancia tecnológica que separa a israelíes y terroristas. Israel ha construído una sociedad democrática próspera, de alta tecnología, que se refleja también en su institución militar. Palestina (Gaza), pese a la ayuda que les llega del mundo entero, incluída Israel, se asfixia en la miseria y el terror.
Un líder de Hamas, dirigiéndose a una multitud que se volcó a las calles para celebrar el acuerdo de paz, dijo que tal acuerdo significaba una victoria para el movimiento. Más o menos lo mismo acaba de decir Benyamin Netanyahu, el premier israelí, en respuesta a las críticas por el armisticio. Hemos triunfado, declaró.
Ninguno de los dos tiene razón, pero quizás menos la tiene Netanyahu. Si bien la superioridad militar israelí fue evidente y los daños inferidos en Gaza fueron superiores a los sufridos por Israel, nadie puede ocultar que la rabia del terrorismo quedó intocada. El mismo líder de Hamas lo aclara: el acuerdo no quiere decir que nuestras acciones contra Israel han terminado, expresó.
El proverbio español del "perro rabioso" no se ha cumplido a cabalidad con Netanyahu y su estabilidad en el gobierno de tipo parlamentario tambalea. El pueblo respaldó en un 80% su decisión de castigar al Hamas hasta liquidarlo, como prometió. Pero ese respaldo se debilita con el paso de los días, porque se promesa quedó inconclusa.
Es lo que le pasó a George W. Bush. Tuvo “carta blanca” del Congreso y el pueblo para pulverizar a los terroristas que ocasionaron la muerte de casi 3.000 norteamericanos el 11 de septiembre del 2011. Con la superioridad tecnológica de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, fueron rápidos los operativos para las victorias iniciales en Afganistán e Irak.
Los problemas vinieron luego, cuando faltó voluntad política para matar al "perro rabioso” del terrorismo. En lugar de perseguirlos hasta en sus más remotas guaridas hasta su total rendimiento, como ocurrió con Alemania nazi y el Japón, se les dejó huir, salvo unos pocos a los que se apresó en Guantánamo. 
A los soldados norteamericanos se les privó de sus derechos militares para defenderse y atacar en tiempos de guerra y se les pidió que ayuden para construír escuelas, acueductos, hospitales, enfermerías. Querían así “ganarse el corazón y las almas” del enemigo. Ese enemigo, el “perro rabioso” del proverbio, rondaba mientras tanto pronto al zarpazo.
En Afganistán, en un campamento donde soldados norteamericanos instruían a soldados afganos, el general de dos estrellas Harold Greene fue asesinado por un “perro rabioso”. Ese talibán lo hizo a vista y presencia de todos. Era como un preludio de lo que ocurrirá pronto cuando las tropas abandonen Afganistán en su totalidad, por orden de Obama.
Casi todo Irak está ya en manos de los terroristas del Isis o Isil, el Califato del siglo XXI. Obama tenía información muy anterior de su llegada desde Siria y acaso por ello quitó su respaldo al premier iraquí al-Maliki y ratificó que ningún soldado de combate quedaría  allí. Algunas variantes ha habido en las últimas horas, pero su simpatía por lo musulmán pone en duda la eficacia de sus decisiones.
Tras mofarse de quienes denunciaban al Isis como una amenaza para la seguridad no solo de la región sino de USA, Obama aceptó bombardear puntos del Califato cercanos a la zona de los kurdos, una tribu iraquí afecta a Occidente. Dicen que Obama, tras dejar de jugar golf en Martha´s Vineyard, estudia planes para otros ataques contra el Isil.
Reiteradamente ha dicho que no quiere adoptar ninguna medida unilateral, que quiere que adelante vayan los iraquíes con el nuevo Premier y con los aliados de Europa y la OTAN, acaso con Arabia Saudita e Irán. Es como anunciar que no habrá otra acción que seguir usando aviones y drones. Así lo hizo en Libia con su doctrina “leading from behind” (dirigiendo desde la retaguardia), estrategia que ha terminado poniendo a ese país en manos de los terroristas.
Quienes todavía creen que Obama quiere (aunque nunca lo prometió) matar al “perro rabioso” del terrorismo, afirman que no importaría aliarse si fuese necesario para ello con el presidente sirio Bashar al-Assad y con Irán, pues los dos son enemigos de Isis. Con Irán, recuerdan que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. 
Para reforzar el argumento rememoran a la URSS en la II Guerra Mundial. Pero el caso es distinto. Washington se alió con Moscú luego que Hitler rompió el pacto de Munich y atacó a la URSS. El Isis no ha atacado al Irán. Peor aún, el Irán es el promotor primario del terrorismo en el mundo, es el que protege al Hamas y Hezbollah, el que fraguó el ataque  a Buenos Aires, el que mantiene células en Venezuela.
El terrorismo, además, es único y uno solo. Es la misma rabia con distintos perros o sea con distintos nombres: Hamas, Jihad, Al Qaeda, FARC, ETA, IRA, Talibán. No todos son islámicos, aunque si la mayoría. Todos se intercomunican entre sí, tienen convenciones abiertas o encubiertas, usan el Internet y métodos cifrados.
El objetivo terrorista, como el de los nazifascistas del siglo pasado o  el de los comunistas y socialistas de ese siglo y del actual, es acabar con el sistema democrático y de libre albedrío e imponer regímenes totalitarios en los cuales sea prohibido discrepar, bajo pena de muerte. Es lo que lo que se observa con el Isis y el Hamas.
Los absolutismos, sean civiles o militares, islámicos o no, azulados o rojos, son iguales en crueldad y miseria. Cuba, Corea del Norte son ejemplos vívidos (macilentos más bien) de ello. El Papa Francisco, que alguna vez fue ambiguo, acaba de decirlo muy claro a través de su Nuncio Apostólico con respecto a la isla caribeña.
Fidel, el “perro rabioso” causante de la miseria de Cuba, aún está vivo y Corea del Norte, por causa del armisticio de Truman, continua siendo otra cárcel con un rebaño de seres humanos silente, inerte y hambriento. En Gaza los “perros rabiosos” consiguieron la pausa que necesitan para rearmarse y proseguir su ciega e imposible tarea de acabar con Israel.
Netanyahu dejó trunca la tarea, que causó la muerte irreparable de 64 soldados israelíes. Lo que hará Obama es todavía una incógnita. Pero seis años de su gobierno no presagian nada bueno en cuanto al ideal de acabar con el terrorismo.

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