El escritor y periodista Mark Levin acaba de publicar un libro en el que analiza documentadamente el estado de deterioro en el cual ha caído el periodismo en los Estados Unidos, debido a la pérdida de objetividad por influjo de la ideología demócrata "progresista".
Al libro lo titula "Unfreedom of the Press", empleando un neologismo para insinuar que la libertad de prensa en los Estados Unidos, uno de los pilares de la democracia garantizada por la Constitución de la República, ha comenzado a debilitarse en el país.
En una entrevista por TV con Sean Hannity, Levin hace un recuento de la evolución del periodismo en los Estados Unidos desde la época revolucionaria, cuando prevalecieron los panfletos, hasta el advenimiento del "progresismo" a comienzos del siglo XX con el Presidente Woodrow Wilson y el ideólogo John Dewey.
La corriente "progresista" de la que se adueñó el partido demócrata, consideró que la Constitución de 1778 era insuficiente para satisfacer las necesidades modernas de justicia social y de una más adecuada redistribución del ingreso, por lo cual surgieron las primeras ideas para crear un Estado Administrativo.
El Estado Administrativo fue surgiendo paulatinamente a medida que el Congreso Federal capitulaba al ceder funciones legislativas a una burocracia que asumió, además, tareas inconstitucionales de administrar justicia y dictar sanciones privativas del sistema judicial.
Con anterioridad a la ola "progresista" y tras la etapa panfletaria, los diarios usual y abiertamente se alineaban por uno u otro partido político, pero expresaban sus criterios políticos solo en las columnas y espacios dedicados a la opinión. Los hechos noticiosos públicos o privados se relataban con objetividad.
Pero el "progresismo" se tomó por asalto el periodismo. Algunos líderes de la profesión consideraron que el periodismo debía dejar de ser neutro en la entrega de noticias y optar por una posición de impulsor del cambio social, entendido éste como la necesidad de implantar la justicia social con redistribución del ingreso.
Estos postulados "progresistas" (socialistas) implican violación de la Constitución pues no cabe redistribución forzada de ingresos sin pérdida de libertades, basamento del sistema vigente en el país. La existencia del Estado Administrativo es, por cierto, otra aberración anticonstitucional inaceptable.
El problema mayúsculo es que la mayoría de medios está comprometida con la causa "progresista", que la absorben en las universidades. Según las estadísticas, más del 90% de los periodistas que trabajan en los medios son afiliados demócratas que han aportado a candidatos de ese partido. La ideología "progresista" es prioritaria en casi todos los centros educativos del país y no solo académicos, sino a nivel secundario.
Ello explica la oposición implacable de los medios al Presidente Donald J. Trump, quien se ha propuesto y lo está logrando restaurar la plena vigencia de la Constitución, tal como fue concebida por los Fundadores y que ha probado ser el documento más eficaz de convivencia y bienestar en libertad que ha existido en la historia.
Trump ha demostrado cualidades de liderazgo inéditas para afrontar victorioso a la arremetida de los medios. Y hay encuestas que predicen que será reelecto con amplitud en las elecciones del 2020. Cualquier otro líder con menor prestancia hace ya mucho tiempo que habría sucumbido.
La entrevista a Levin se la puede ver y escuchar en este enlace o link. El libro Unfreedom of The Press, impreso o digital, se lo puede adquirir por Internet de cualquiera de los proveedores como Amazon o Kindle.
Al libro lo titula "Unfreedom of the Press", empleando un neologismo para insinuar que la libertad de prensa en los Estados Unidos, uno de los pilares de la democracia garantizada por la Constitución de la República, ha comenzado a debilitarse en el país.
En una entrevista por TV con Sean Hannity, Levin hace un recuento de la evolución del periodismo en los Estados Unidos desde la época revolucionaria, cuando prevalecieron los panfletos, hasta el advenimiento del "progresismo" a comienzos del siglo XX con el Presidente Woodrow Wilson y el ideólogo John Dewey.
La corriente "progresista" de la que se adueñó el partido demócrata, consideró que la Constitución de 1778 era insuficiente para satisfacer las necesidades modernas de justicia social y de una más adecuada redistribución del ingreso, por lo cual surgieron las primeras ideas para crear un Estado Administrativo.
El Estado Administrativo fue surgiendo paulatinamente a medida que el Congreso Federal capitulaba al ceder funciones legislativas a una burocracia que asumió, además, tareas inconstitucionales de administrar justicia y dictar sanciones privativas del sistema judicial.
Con anterioridad a la ola "progresista" y tras la etapa panfletaria, los diarios usual y abiertamente se alineaban por uno u otro partido político, pero expresaban sus criterios políticos solo en las columnas y espacios dedicados a la opinión. Los hechos noticiosos públicos o privados se relataban con objetividad.
Pero el "progresismo" se tomó por asalto el periodismo. Algunos líderes de la profesión consideraron que el periodismo debía dejar de ser neutro en la entrega de noticias y optar por una posición de impulsor del cambio social, entendido éste como la necesidad de implantar la justicia social con redistribución del ingreso.
Estos postulados "progresistas" (socialistas) implican violación de la Constitución pues no cabe redistribución forzada de ingresos sin pérdida de libertades, basamento del sistema vigente en el país. La existencia del Estado Administrativo es, por cierto, otra aberración anticonstitucional inaceptable.
El problema mayúsculo es que la mayoría de medios está comprometida con la causa "progresista", que la absorben en las universidades. Según las estadísticas, más del 90% de los periodistas que trabajan en los medios son afiliados demócratas que han aportado a candidatos de ese partido. La ideología "progresista" es prioritaria en casi todos los centros educativos del país y no solo académicos, sino a nivel secundario.
Ello explica la oposición implacable de los medios al Presidente Donald J. Trump, quien se ha propuesto y lo está logrando restaurar la plena vigencia de la Constitución, tal como fue concebida por los Fundadores y que ha probado ser el documento más eficaz de convivencia y bienestar en libertad que ha existido en la historia.
Trump ha demostrado cualidades de liderazgo inéditas para afrontar victorioso a la arremetida de los medios. Y hay encuestas que predicen que será reelecto con amplitud en las elecciones del 2020. Cualquier otro líder con menor prestancia hace ya mucho tiempo que habría sucumbido.
La entrevista a Levin se la puede ver y escuchar en este enlace o link. El libro Unfreedom of The Press, impreso o digital, se lo puede adquirir por Internet de cualquiera de los proveedores como Amazon o Kindle.