La sensacional victoria en la encuesta “straw poll” de la Florida del pre candidato presidencial por el partido republicano Herman Cain, negro, abre una vertiente fascinante de especulaciones en torno a las elecciones del próximo noviembre del 2012 en los Estados Unidos.
Nadie se imaginaba que Cain pudiera tener una alta votación, menos ganarla. La “straw poll” es una encuesta entre delegados del partido republicano sobre una elección simulada adelantada y marca tendencias con anterioridad a las primarias de febrero del año entrante.
En encustas anteriores, siempre los ganadores fueron los que en las primarias triunfaron: Ronald Reagan, George H Bush, su hijo George W Bush, Bob Dole. Barack Hussein Obama, el actual presidente, también ganó la “straw poll” del partido demócrata en la Florida en el 2008, previa a los comicios de noviembre de ese año.
Si Herman Cain gana terreno entre los republicanos y a la postre resulta el nominado para competir contra Obama en el 2012 (opción por ahora poco probable según los analistas), se daría una lucha política sin precedentes en este país entre dos candidatos de la misma etnia negra.
Obama está en declive en todas las encuestas, por su pésima conducción de la economía reflejada en un desorbitado déficit presupuestario y una deuda pública de l4 trillones de dólares, igual al 100% del PIB nacional, más un desempleo del 9.1% que se prevé se mantendrá hasta el 2015, si es que no aumenta.
La situación es más deprimida entre los negros, entre los cuales el desempleo es del 17% en general y del 40% entre los jóvenes. Esta realidad ha frustrado a los de esta etnia, restándole su apoyo a Obama. En el 2008 los electores negros acudieron a votar por Obama en un 65%, pero la cifra bajó al 37% en las elecciones parciales de noviembre del año pasado.
Obama está preocupado. No puede defenderse con logros positivos en su administración de dos años y medio, porque no los hay, por lo que ha decidido recurrir a la lucha de clases y a su condición de negro para tratar de recuperar el respaldo de los negros y de los desempleados y resentidos sociales.
De un lado ha propuesto un plan de empleo basado en el castigo con más impuestos a los ricos e inversionistas para equilibrar el presupuesto y reducir la deuda. Pero ni los mismos demócratas le creen. La crisis de la economía radica en el gasto fiscal excesivo que le ha obligado a endeudarse con China, Japón y otros países para artificialmente continuar con el mismo tren de gastos. Si no se rectifica esta política, inclusive aún si confiscara toda la riqueza de los millonarios y billonarios, deuda y déficit se reducirían en décimas.
Y fundamentalmente no solo que no se crearían más empleos, sino que se reducirían por el desestímulo a la inversión. “¿Cuándo fue la última vez que tuviste un empleo creado por un pobre?” le preguntó a uno de los defensores del plan Obama uno de los participantes en un foro sobre la materia.
De todos modos, la propuesta de Obama está destinada al fracaso total o parcial, puesto que la Cámara de Representantes, en manos de los republicanos desde noviembre pasado, han advertido que no la aprobarán si incluye cualquier tipo de aumento de impuestos. El jefe de Estado también ha anunciado que si el plan regresa del Congreso sin impuestos, lo vetará.
En suma, la situación incierta y caótica de la economía y el emplo seguirá inalterada hasta los comicios del 2012. A Obama no le quedarán más armas para la campaña de reelección que la lucha de clases (ricos vs pobres) y la negritud (los republicanos dizque protectores de los ricos y opresores de los negros).
Frente a este probable panorama, la candidatura de Herman Cain podría tener consecuencias impresionantes para acabar con el mito que Obama y sus seguidores demócratas tratan de esgrimir contra sus opositores: que quienes lo atacan y critican no se basan en sus malas políticas, sino en su condición de negro.
Cain es negro y firme cuestionador de Obama. Con argumentos que se refieren, bien sustentados, a las equivocadas políticas fiscales generadoras del desempleo, el déficit y la deuda. Nada tienen que ver sus argumentos (como los de todos los demás pre candidatos presidenciales del partido republicano) con la negritud del presidente.
Pero con Cain, el recurso racista se evaporaría. Cain es negro 100%, nacido en Tennessee en 1945 y criado en Georgia (con antepasados que vivieron la esclavitud), ex miembro de la Navy, con títulos académicos y una larga trayectoria en el sector privado hasta liderar una cadena de pizzas en quiebra que la reformó y convirtió en uno de los negocios más prósperos de la región.
Obama, en contraste, es mulato, hijo de una estadounidense blanca y un estudiante universitario de Kenya. No hay pruebas de que haya nacido en Hawaii, presumiéndose que nació en Kenya. No existen copias de las partidas (auténticas) de su nacimiento, ni de matrimonio de sus padres ni del divorcio. Tampoco del segundo matrimonio de su madre con un ciudadano de Indonesia.
Peor aún, la maquinaria protectora de Obama, que incluye a los medios de comunicación, ha bloqueado todo acceso a documentos del presidente en la escuela, colegio y universidad. Su madre, con el segundo matrimonio, pidió que se borre el nombre de Obama en su pasaporte, para que éste adquiera la ciudadanía del padrastro por razones de seguridad y conveniencia.
Como tal, viajó en su juventud a Pakistán con pasaporte británico indonesio y al regresar a Estados Unidos recibió becas para los mejores colegios y universidades en su condición de estudiante extranjero. Los juicios para que legalmente sean esclarecidos estos hechos han sido bloqueados por los jueces e incluso por la Corte Suprema cuando han llegado las apelaciones.
En contraste, la biografía de Cain es nítida. Y sus propuestas, que ahora con el “straw poll” de la Florida seguramente van a merecer más atención de los medios, son claras, precisas, optimistas y dichas con tono firme y convincente. En lo fiscal plantea la fórmula 9/9/9, que es la reducción del sistema tributario para bajar al 9% el impuesto a la renta, a las ventas y a las corporaciones.
Es una propuesta/slogan más atractiva que la vaga de Obama en el 2008: Hope and Change and Yes, We Can...o sea esperanza (¿de qué?), cambio (¿de qué a qué?) y, podemos (¿qué?). Debido al fracaso de su gobierno, Obama se defiende acusando de todos los males a su antecesor Bush por lo cual sus críticos sostienen que su lema de campaña es ahora “Podríamos Estar Peor...”
Cain ha ido ascendiendo paulatinamente en la campaña por la nominación, pero está aún en quinto o sexto lugar entre los nueve pre candidatos. Pero le favorece la “straw poll” de la Florida y el debate por TV del jueves pasado, que significó el hundimiento y acaso desaparición del puntero en las encuestas nacionales, el texano Rick Perry.
Su más fuerte rival sería, en consecuencia, Mitt Romney, un mormón que fue gobernador de Massachusetts donde aplicó un plan de salud estatal que sirvió de modelo al Obamacare, que ahora todos repudian. Su debilidad no solo es esa, sino su constante variabilidad de principios en cuanto al aborto, el matrimonio gay y similares, que disgusta a la base republicana.
Aún faltan meses para las primarias de febrero y muchas cosas impredecibles pueden ocurrir, entre las que no se descarta nuevos candidatos. Chris Christie, gobernador de New Jersey, podría ser uno de ellos. Muchos tienen gran fe en él. Pero igual la tenían en Rick Perry, hasta que la fe se vino al suelo al conocerlo más a fondo en los debates.
Si Christie entra a la contienda y si se repite la historia de desilusión, quedaría entonces abierta la posibilidad de una victoria para Herman Cain en las primarias. Y la hipotética y fascinante posibilidad también de una contienda por la presidencia entre dos candidatos de la misma raza negra, pero de ideologías diametralmente contrapuestas.