Anónimo[1]
Según una noticia de El Comercio del 16 de agosto: “El presidente de la República, Rafael Correa, … afirmó que realizará la importación directa de harina para venderla a través del Ministerio de Agricultura a los panificadores de todo el país.” La medida demuestra que el presidente Correa ignora crasamente el sector de la panificación y esa ignorancia económica le lleva a buscar remedios que empeorarán el sector y el bienestar de la población.
Idiosincrasias de la industria panificadora
De un saco de harina sale en "promedio" mil seiscientos panes (1. 600). Eso significa que si el saco de harina sube en 16 dólares, para compensar el aumento del costo ¡el panadero debe subir el precio en un (1) centavo! Esto significa que si el gobierno logra "vender" al panadero un saco por 16 dólares menos, solo se bajaría el precio del pan en un centavo. Pero para que logre vender en 16 dólares menos va a tener que subsidiar, lo cual expande el gasto público y estimula la inflación en general.
Los molineros no venden sólo harina. Ofrecen una serie de servicios adicionales como asesoría técnica, capacitación, charlas motivadoras. Por ejemplo, el tiempo de leudado y la cantidad de levadura que se debe usar depende de la calidad de la harina y esta a su vez depende de la calidad del trigo. Los molineros realizan pruebas de laboratorios continuamente para aconsejar a los panaderos inclusive la temperatura a la que debe hornearse el pan. ¿Tendrá el Ministerio de Agricultura personal e instrumentación idóneos para realizar este servicio que ofrecen los molineros? El tipo de harina al que están acostumbrados los panaderos ecuatorianos proviene de trigos de alta proteína. Esta harina es la única que puede leudar con la cantidad de grasa que producen los panes en el Ecuador. ¿Sabrá el ministerio de agricultura estos detalles?
La logística para llegar con la harina hasta el panadero es muy compleja. Los molineros han logrado formar todo un tinglado poco a poco a través de los años. Unos molinos, por ejemplo, llegan hasta al panadero más pequeño de las áreas rurales. En Rusia, Ucrania, Polonia se producía muchísimo trigo, pero como no tenían los sistemas de ferrocarriles, silos, puertos, etc. las cosechas se perdían en los campos. Ucrania era el granero de Europa antes de la revolución comunista, hoy ha vuelto a producir trigo en grandes cantidades pero no lo puede sacar al mercado mundial eficientemente por falta de logística. El MAG jamás podría organizar esta red de distribución, porque la logística no se organiza de la noche a la mañana, sino que es el resultado de un proceso de tanteo, de “trial-and-error”, que ha evolucionado a través de muchos años.
El Ecuador no es un productor de trigo.
En Ecuador se produce menos de 5. 000 TM de trigo al año. El Ecuador sólo para consumo humano importa 450. 000 TM, para balanceados importa otras 150. 000. Con el incremento del precio del trigo podría volverse nuevamente rentable sembrar trigo, pero simplemente no hay las tierras suficientes, en la Sierra bajo los 3. 000 metros, para producir suficiente como para no importar. Introduciendo tecnologías y empresas eficientes, el Ecuador podría llegar a producir, cuando más, unas 50. 000 TM de trigo al año.
El trigo que se importa se paga con cartas de crédito, a muy corto plazo. Es decir que el pago es casi al contado. El trigo viene al granel, no se puede importar 100 o 200 kilos, hay que comprar un barco completo. El tiempo que se demora un barco en descargar en el puerto tiene un costo y esto implica que mientras más se demore la retirada del trigo del barco, más aumentan los costos de descarga. Como algunos de los molinos del país no son lo suficientemente grandes para utilizar todo un cargamento, hay que coordinar las operaciones de importación con varios de ellos. Esto implica costos de tiempo, de personal y de negociación. A esos costos hay que añadir los aranceles y la tramitación para retirar el trigo de la Aduana. ¿Tendrá el ministerio personal con conocimientos suficientes para realizar estas operaciones tan eficientemente como lo hacen los molineros?
Los panaderos no pagan la harina al contado, reciben 30 días de crédito. Los molineros incurren en el riesgo a cambio de asegurarse una clientela. Y tienen un conocimiento de a quién se puede dar crédito y a quién no. Es más, estos “préstamos” nunca se cobran, porque semana tras semana el panadero compra un nuevo cargamento, paga por el anterior pero no por el nuevo. Dicho de otra manera, los molineros compran el trigo al contado y cobran a plazos, esto implica capitales de operación bastante altos y costos que se incluyen en el precio de la harina. Las tasas altas de interés de los últimos años han incidido también en los costos de la harina.
Según El Federalista, diario electrónico de opinión política y económica (http://el-federalista.blogspot.com/) la medida que pretende adoptar Rafael Correa es equivocada, pues la reciente elevación de precios tiene otras causas como el aumento de dinero circulante por subsidio a la pobreza y también puede agregarse el factor externo de China e India que están demandando grandes cantidades de alimentos.
El precio del trigo se explica con simples leyes de la oferta y demanda. Uno de los factores se debe a que el trigo es apreciado y los cada vez más capitalistas chinos lo están adquiriendo en mayor cantidad, ello motiva a que los precios suban por la oferta insuficiente pero eso también incentiva a que nuevos productores ingresen a producir trigo con lo que el precio tiende a bajar en el largo plazo.
El trigo también ha subido de precio porque ha aumentado el precio del petróleo y se está haciendo etanol del maíz, por lo tanto se está reemplazando el maíz con trigo en la alimentación animal. Tierras que sembraban trigo hoy siembran maíz porque es más rentable. También ha habido problemas con las cosechas. También han subido los fletes marítimos en casi un 100%, esto por el precio del petróleo que usan los barcos y por la demanda de China e India. Simplemente no hay suficientes barcos para cubrir la demanda adicional y habrá que esperar a que se construyan más barcos. El precio del trigo en Europa es el más alto en la historia. En Estados Unidos es el más alto en 30 años.
Si alguien tiene curiosidad por saber como se mueven los precios internacionales de diversas commodities; incluyendo trigo, maíz, café, cacao, entre otros, puede observar cada día la página de Commodities de Bloomberg. Allí se puede observar que el precio internacional del trigo ha estado creciendo durante los últimos meses. A continuación se muestra un gráfico sobre la evolución de los precios del trigo durante el año 2006 y cuya tendencia a la alza continúa.
Spward Trend in Wheat Prices, fuente: icmarc
El aumento en el precio de la harina tiene muy poco que ver con las acciones de Álvaro Noboa, a quien el presidente Correa culpó de encarecer el precio del producto. “Hay que recordar que en la campaña presidencial también incrementó el precio y hoy nuevamente lo hace para financiar su campaña y perjudicar así al Gobierno que sabe que va a ganar las elecciones de septiembre”, enfatizó. Correa falsea la verdad, porque Noboa ha sido muy renuente a subir el precio de la harina. En realidad, consistentemente ha vendido la harina más barata que otros molineros, lo cual pueden testificar los mismos panaderos.
La economía política de la propuesta de Correa
La harina que el gobierno piensa traer es de Argentina, pero los panaderos ecuatorianos van a tener serios problemas con la calidad. En el Ecuador se hace pan con harina del mejor trigo del mundo que es el canadiense. Si tratan de traer harina canadiense, va a salir carísima. El gobierno argentino prohibió la exportación de trigo para que el precio del pan en Argentina no subiera. Evo Morales de Bolivia consiguió de Néstor Kirchner que le venda un lote de harina subsidiada. Esta harina llegó a la frontera argentino/boliviana, pero nunca llegó al interior. Más bien apareció en el mercado negro de Perú. Cuando el gobierno se involucra en las actividades privadas crea incentivos para la corrupción. Así que no nos llame la atención que la harina que piensa traer el gobierno sea otra fuente más para que las mafias privadas – en contubernio con los “servidores públicos -- se llenen los bolsillos.
Las medidas económicas que toma Rafael Correa parece que siempre tienen un contenido político: conseguir votos para la Asamblea, aun a costa del bienestar del pueblo ecuatoriano. El anuncio de la importación de harina es parte de su estrategia.
Demostrábamos que debido a la baja incidencia del precio de la harina en el precio del pan, el gobierno debía bajar el precio de la harina a menos de 16 dólares para reducir el precio en 1 centavo. O sea que poco se beneficiaría a los consumidores. Pero a los panaderos sí les conviene, aunque la reducción sea de 1 dólar. Si un panadero consume 100 sacos al mes, una reducción de 1 dólar significa un aumento de las ganancias en 1. 000 dólares mensuales. Bonito botín, a costa del erario y sin beneficio para los consumidores, porque el panadero no puede bajar el precio en 0,065 centavos.
Entonces debe quedar claro que lo que importa es ganarse la adhesión de los panaderos. A pesar de que los consumidores no se beneficiarían, el “anuncio” de que se reducirá el precio de la harina sería suficiente para que muchos ingenuos y desconocedores de la industria “crean” que se beneficiarán y aplaudan la decisión de un presidente que “se preocupa por el pueblo”. Tamaña mentira, pero muy efectiva como maniobra política.
La arrogancia fatal
Según el economista austriaco, Friedrich von Hayek, los gobernantes nunca podían llevar a cabo políticas económicas benéficas porque no eran omniscientes sino déspotas ignorantes. Es decir que buscaban “imponer” soluciones basada en una interpretación miope de la realidad. Un economista podía tener un PhD, inclusive muchos años de experiencia pedagógica o burocrática, pero sus conocimientos eran generales. Para conducir o administrar un negocio con éxito era indispensable tener conocimientos específicos. Está claro que Correa desconoce las peculiaridades de la industria y por ello comete el error fatal de creer que puede “remediar” el supuestamente alto costo de la harina. Y eso si suponemos que lo hace por ignorancia pero de buena fe.
Pero la propuesta de Correa no sólo peca de ignorancia, sino que está motivaba por objetivos políticos. Y lo que es peor, para conseguir sus objetivos poco le importa el bienestar de los ecuatorianos. Porque la importación de trigo necesariamente involucrará subsidios, costos burocráticos y favoritismos clientelares.
Consecuencias fatales
Lamentablemente, ante el fracaso de que no se va reducir el precio del pan, el gobierno muy seguramente caerá en la trampa de tomar medidas peores, como decretar un precio oficial, más bajo que el actual. Cualquiera que haya estudiado economía 101 sabe que un precio por debajo del mercado automáticamente crea un exceso de demanda, que se refleja en un desabastecimiento del producto. ¡Habrá que hacer cola para comprar pan! El precio bajo también conducirá a que los panaderos reduzcan el tamaño del pan. Para “corregir” el problema, le obligarán al panadero a vender “por peso”. Entonces, se manufacturará un pan denso, soso, de mala calidad. Esto ya sucedió en Chile en la época de Salvador Allende.
Danny Ayala de El Federalista afirma: Localmente el flujo irracional de dinero provocado por Rafael Correa al aumentar los subsidios y el gasto público hace que más dinero compita por la misma oferta de productos convirtiéndose en un efecto subasta donde el precio de la harina tiende a aumentar y lo seguirá haciendo así Correa “decrete lo contrario”. Decía, seguirá subiendo a menos que se eliminen las trabas y aranceles a la importación de harina en lugar de crear mas burocracia (algo que reduciría el precio en parte). Pero Rafael Correa al parecer tiene un incurable delirio de persecución, pues imagina que toda elevación de precios obedece a una conjura orquestada por la oposición, sin reparar que buena parte de la inflación presente tiene como causa su propia irresponsabilidad fiscal.
Como argumentamos, la importación de harina no es un proceso sin costo. El Ministerio de Agricultura tiene que hacer el pedido, embarcarlo, distribuirlo y ¿venderá a plazos, como lo hacen los molineros? Si es así, entonces, no nos llame la atención que un día no le pagarán al fisco. La distribución de la harina necesariamente conlleva favoritismos políticos. No todos lo panaderos van a tener acceso a la harina importada y los más pequeños son los que menos palancas políticas tienen. ¡Y dicen ser socialistas!
[1] Omitimos el nombre del autor de este ensayo porque, por su asociación con el sector molinero, teme que el gobierno de Correa tome represalias.
Friday, August 24, 2007
LA GUERRA DE HOY Y LA HISTORIA
El presidente GWBush acaba de pronunciar ante los veteranos un discurso preciso y conciso acerca de las intervenciones militares en Irak y Afganistán y lo hizo con perspectiva histórica de validez incontrastable.
Como era de esperarse, poca o ninguna repercusión tuvo este discurso en los grandes medios de comunicación escrita y audiovisual. En algunos, como el The New York Times, gran parte de la crónica alusiva se dedica a transcribir críticas en contra y otros, como The Miami Herald, lo ignoran por completo.
Bush, en suma, dijo lo que se ha venido de repetir de manera dispersa desde el inicio de la guerra contra el terrorismo islámico, tras la declaratoria de facto de hostilidad que sus huestes lanzaron contra los Estados Unidos al derribar las torres gemelas de Nueva York y atacar al Pentágono en accione suicidas combinadas.
El mandatario norteamericano ligó la respuesta militar dada hoy en Afganistán e Irak con las que se dieron en la segunda guerra mundial, Corea y Vietnam frente a las agresiones de similares extremismos de los regímenes nazi y comunista. En todos los casos, dijo, Estados Unidos ha entrado a las acciones bélicas para combatir a quienes han amenazado su sistema democrático de vida.
El sacrificio de vidas humanas o mutiladas, expresó Bush a los veteranos, no fue en vano. En la II Guerra las fuerzas del Eje fueron derrotadas y en las tierras por su causa destruidas surgieron gobiernos demócratas ahora aliados en Europa, Japón y otras naciones.
En Corea la guerra se suspendió con un armisticio, pero ello contuvo el avance del comunismo a toda la península. Corea quedó dividida en dos. La del Norte es trágico ejemplo del fracaso de los regímenes autocráticos. La del Sur, en contraste, se ha convertido en una potencia industrial y tecnológica de primer orden en un ambiente de libertad y democracia.
Con respecto a Vietnam, rompió el mito de callar sobre el tema y abiertamente reiteró que la guerra se perdió en lo militar por las interferencias políticas de Washington. Prometió que no tolerará que se repitan esos errores en la actual guerra contra el terror y confirmó que no habrá retiro de tropas ni en Afganistán ni en Irak mientras dure su mandato.
La escalada de tropas acordada a comienzos de este año para mejor garantizar la seguridad en Irak está dando resultados positivos. Lo admiten incluso los más acervos críticos de Bush y de la guerra. Pero ante esta evidencia, los ataques contra el gobierno se centran ahora en calificar al régimen iraquí de inepto por su incapacidad de instaurar la unidad política en el país.
Warren, un senador republicano veterano en relaciones exteriores, ha hecho coro a los demócratas para pedir el retiro de las tropas hasta diciembre próximo en vista del fracaso político en el Irak. Lo que no se reveló sino hasta hoy, es que el senador se entrevistó con líderes de la minoría de oposición del premier Maliki, quienes afirman que su país estaba mejor y más estable con Hussein y que el origen de la incertidumbre política actual es la presencia de las tropas de la Coalición. Ergo, si se retiran las tropas sobreviene la paz politica.
No se entiende cómo un pueblo puede aspirar a la estabilidad política sin lograr previamente la seguridad nacional. Éste es un axioma que se aprende al iniciar cualquier estudio de Ciencia Política. El momento en que las tropas militares de la Coalición abandonen al Irak sin derrotar al enemigo terrorista, ningún gobierno que hipotéticamente pudiera suceder a Maliki podría evitar un inmediato colapso.
Es lo que sucedió en Vietnam. Cuando el premier Diem se debilitó por similares presiones políticas de Washington, las victorias sucesivas contra la insurgencia y el vietcong, fuerte y abiertamente subsidiados por la URSS y China no rindieron los frutos esperados. Y cuando a la postre se dio la retirada militar de Estados Unidos, el vietcong arrasó con Vietnam del Sur y luego Camboya y Laos con millones de muertos, heridos y refugiados.
El objetivo actual en el Irak y en Afganistán, dentro de la guerra global contra el terrorismo, es afianzar como primera prioridad la seguridad interna en los dos países. La insurgencia es provocada desde el exterior. Se calcula que el 80% o 90% de los ataques suicidas para asesinar a inocentes en Irak proviene de Siria link y es notorio que de Irán llegan no solo pertrechos mortíferos y dinero sino adiestradores del ejército revolucionario iraní.
La mayoría de iraquíes quiere vivir en paz y democracia. Así quedó demostrado cuando más de 10 millones de hombres y mujeres desafiaron a la muerte en las calles para acudir a las urnas a votar democráticamente por un gobierno. Si éste gobierno vacila y no logra resultados instantáneos como quisieran algunos, será el mismo pueblo iraquí el que decida un cambio, no los políticos de Washington, como lo hicieron ya en Vietnam.
Cuando las 13 Colonias decidieron liberarse de la Gran Bretaña todo el esfuerzo se concentró en la guerra para lograr la independencia. Una vez concretada tras muy cruentos sacrificios se pensó entonces en definir el sistema de gobierno. El acuerdo no fue instantáneo y sus gestores (Hamilton, Madison) agotaron todas sus capacidades físicas e intelectuales hasta alcanzar el consenso, mucho más esquivo de lo que ahora se piensa.
Bush, que lee historia, dijo claramente en su discurso que respalda a Maliki y que confía en que saldrá airoso del grave desafío de imponer consensos en una nación dividida y asediada desde el exterior por una guerra terrorista de volumen y crueldad sin precedentes. Sus opositores le presionan contra Maliki. Ceder sería repetir la historia del fracaso de Vietnam.
Como era de esperarse, poca o ninguna repercusión tuvo este discurso en los grandes medios de comunicación escrita y audiovisual. En algunos, como el The New York Times, gran parte de la crónica alusiva se dedica a transcribir críticas en contra y otros, como The Miami Herald, lo ignoran por completo.
Bush, en suma, dijo lo que se ha venido de repetir de manera dispersa desde el inicio de la guerra contra el terrorismo islámico, tras la declaratoria de facto de hostilidad que sus huestes lanzaron contra los Estados Unidos al derribar las torres gemelas de Nueva York y atacar al Pentágono en accione suicidas combinadas.
El mandatario norteamericano ligó la respuesta militar dada hoy en Afganistán e Irak con las que se dieron en la segunda guerra mundial, Corea y Vietnam frente a las agresiones de similares extremismos de los regímenes nazi y comunista. En todos los casos, dijo, Estados Unidos ha entrado a las acciones bélicas para combatir a quienes han amenazado su sistema democrático de vida.
El sacrificio de vidas humanas o mutiladas, expresó Bush a los veteranos, no fue en vano. En la II Guerra las fuerzas del Eje fueron derrotadas y en las tierras por su causa destruidas surgieron gobiernos demócratas ahora aliados en Europa, Japón y otras naciones.
En Corea la guerra se suspendió con un armisticio, pero ello contuvo el avance del comunismo a toda la península. Corea quedó dividida en dos. La del Norte es trágico ejemplo del fracaso de los regímenes autocráticos. La del Sur, en contraste, se ha convertido en una potencia industrial y tecnológica de primer orden en un ambiente de libertad y democracia.
Con respecto a Vietnam, rompió el mito de callar sobre el tema y abiertamente reiteró que la guerra se perdió en lo militar por las interferencias políticas de Washington. Prometió que no tolerará que se repitan esos errores en la actual guerra contra el terror y confirmó que no habrá retiro de tropas ni en Afganistán ni en Irak mientras dure su mandato.
La escalada de tropas acordada a comienzos de este año para mejor garantizar la seguridad en Irak está dando resultados positivos. Lo admiten incluso los más acervos críticos de Bush y de la guerra. Pero ante esta evidencia, los ataques contra el gobierno se centran ahora en calificar al régimen iraquí de inepto por su incapacidad de instaurar la unidad política en el país.
Warren, un senador republicano veterano en relaciones exteriores, ha hecho coro a los demócratas para pedir el retiro de las tropas hasta diciembre próximo en vista del fracaso político en el Irak. Lo que no se reveló sino hasta hoy, es que el senador se entrevistó con líderes de la minoría de oposición del premier Maliki, quienes afirman que su país estaba mejor y más estable con Hussein y que el origen de la incertidumbre política actual es la presencia de las tropas de la Coalición. Ergo, si se retiran las tropas sobreviene la paz politica.
No se entiende cómo un pueblo puede aspirar a la estabilidad política sin lograr previamente la seguridad nacional. Éste es un axioma que se aprende al iniciar cualquier estudio de Ciencia Política. El momento en que las tropas militares de la Coalición abandonen al Irak sin derrotar al enemigo terrorista, ningún gobierno que hipotéticamente pudiera suceder a Maliki podría evitar un inmediato colapso.
Es lo que sucedió en Vietnam. Cuando el premier Diem se debilitó por similares presiones políticas de Washington, las victorias sucesivas contra la insurgencia y el vietcong, fuerte y abiertamente subsidiados por la URSS y China no rindieron los frutos esperados. Y cuando a la postre se dio la retirada militar de Estados Unidos, el vietcong arrasó con Vietnam del Sur y luego Camboya y Laos con millones de muertos, heridos y refugiados.
El objetivo actual en el Irak y en Afganistán, dentro de la guerra global contra el terrorismo, es afianzar como primera prioridad la seguridad interna en los dos países. La insurgencia es provocada desde el exterior. Se calcula que el 80% o 90% de los ataques suicidas para asesinar a inocentes en Irak proviene de Siria link y es notorio que de Irán llegan no solo pertrechos mortíferos y dinero sino adiestradores del ejército revolucionario iraní.
La mayoría de iraquíes quiere vivir en paz y democracia. Así quedó demostrado cuando más de 10 millones de hombres y mujeres desafiaron a la muerte en las calles para acudir a las urnas a votar democráticamente por un gobierno. Si éste gobierno vacila y no logra resultados instantáneos como quisieran algunos, será el mismo pueblo iraquí el que decida un cambio, no los políticos de Washington, como lo hicieron ya en Vietnam.
Cuando las 13 Colonias decidieron liberarse de la Gran Bretaña todo el esfuerzo se concentró en la guerra para lograr la independencia. Una vez concretada tras muy cruentos sacrificios se pensó entonces en definir el sistema de gobierno. El acuerdo no fue instantáneo y sus gestores (Hamilton, Madison) agotaron todas sus capacidades físicas e intelectuales hasta alcanzar el consenso, mucho más esquivo de lo que ahora se piensa.
Bush, que lee historia, dijo claramente en su discurso que respalda a Maliki y que confía en que saldrá airoso del grave desafío de imponer consensos en una nación dividida y asediada desde el exterior por una guerra terrorista de volumen y crueldad sin precedentes. Sus opositores le presionan contra Maliki. Ceder sería repetir la historia del fracaso de Vietnam.
Sunday, August 19, 2007
LA SEDUCCIÓN A LOS MILITARES
La lectura de las nuevas regulaciones bancarias inducía inicialmente a creer que se trataba de otra de las desastrosas medidas intervencionistas del presidente Correa en el sector privado del Ecuador. Pero en su alocución radial de ayer, el mandatario las condenó.
Un editorial de El Comercio de hoy aclara la situación. La Junta Bancaria fue intervenida a medias por el actual gobernante y hoy flota a la deriva, lo que explica que haya adoptado tan absurdas medidas para desalentar el ahorro público en el sistema bancario privado.
Entre los autores de las medidas figura el nombre de Rodrigo Espinosa. ¿Es el mismo personaje que ha desempeñado cargos de ministro de Finanzas, gerente del Banco Central y que fuera el economista favorito de los militares para recaudar cuantiosos fondos del fisco?
No se entiendo cómo estos expertos recomienden (porque la proposición no está aprobada definitivamente) que se grave a los cuentacorrentistas por abrir cuentas corrientes, que se les cobre por indicar el estado de cuenta de sus dineros, por utilizar cajeros automáticos, por bucear en el Internet con similares propósitos.
La regla es general, por lo cual grandes y pequeños ahorristas tendrán que pagar igual. Eso no sucede en países mejor organizados como los Estados Unidos, donde los millares de bancos ofrecen distintas opciones para las grandes corporaciones y millonarios y para los ahorristas menores, que no pagan nada.
Los bancos privados hacen negocio con el dinero que le confían los ahorristas. Si son ahorros a plazos diversos, los ahorristas reciben intereses por sus depósitos. Con las cuentas corrientes, el negocio del banco es acumular esos capitales para cederlos en préstamo a los usuarios, que por ello les pagan intereses. Las ganancias y beneficios son mutuos.
Consecuentemente, si al depositante de cuentas de ahorros y corrientes les van a cargar por el hecho de confiar su dinero a los bancos, es obvio que muchos se desalienten y busquen, o bien prescindir de los bancos nacionales y hacer depósitos en el exterior, o no utilizar los bancos los cual es un peligro para el dueño de los dineros y perjudica al ahorro general.
A la final, el responsable principal de la desestabilización del sistema bancaria es Rafael Correa, que se ha pronunciado en incontables ocasiones en su contra. Quiere eliminar al Banco Central y lo está consiguiendo y quiso intervenir directamente para regular qué es lo que deben y no deben ganar los bancos en todas sus operaciones crediticias. Lo está consiguiendo a medias.
La meta de Correa sigue siendo apoderarse de la Asamblea Constituyente cuyos 130 delegados serán elegidos a fines del próximo mes. Si las elecciones amenazan con no serle favorables, es probable que manipule de alguna manera para modificar los resultados o para ingeniarse algún método para alcanzar su propósito central: absorber poderes, a través de una constituyente dócil o mediante alguna fórmula resultante de la asesoría de Venezuela y Cuba.
Tanto Rafael Correa como Hugo Chávez y allá en el Caribe Fidel Castro, entienden muy bien que los partidos políticos en estos países están desechos y que la marcha hacia la consolidación de sus dictaduras caudillistas muy difícil podrá ser detenida por movimientos civiles, organizados o no como partidos. Estamos observando eso en Venezuela.
Por tanto, la única opción de freno que potencialmente pudieran encontrar está en manos de los militares, como ha ocurrido en incontables ocasiones en la frágil historia de la democracia en esta región del tercer mundo. Cuando los líderes civiles elegidos popularmente han fracasado en sus gestiones degenerando en dictaduras, los militares han tenido que intervenir para “rescatar” a la democracia y reiniciar una vez más el proceso de restauración.
De ahí que Chávez, con su discípulo Correa y adoctrinados por el maestro fantasma de Cuba se hayan dedicado a adular a los militares para conseguir su respaldo. En Venezuela han ido algo más lejos al formar guardias nacionales como las revolucionarias de Irán que están listas para dar su respaldo armado inmediato a Chávez, como guardias de choque nazis, en caso de que hubiese división en las fuerzas armadas.
En el Ecuador Correa está entregando millones y millones de dólares a los militares para que construyan y reconstruyan carreteras, puertos, administren aduanas, aerolíneas y llegará otra lista de más y más inversiones que usualmente deberían estar en manos del sector privado. A los militares, además, Correa quiere darles un papel político más abierto, según lo declaró la ministra de Defensa: (Lo que dijo la ministra:‘Nosotros queremos unas Fuerzas Armadas modernas y profesionales , y al mismo tiempo que tengan decisión política’.
Según la tan irrespetada Constitución vigente, la institución militar está destinada a garantizar la seguridad interna e internacional del Ecuador. No a rivalizar con la empresa privada, ni aún con el pretexto de combatir la corrupción. Y, peor, tener “decisión política”, algo que compete exclusivamente a la población civil a través de sus representantes legales en las tres ramas de un gobierno democrático. Una voz de alerta al respecto la consigna el columnista de El Universo en un artículo que se publicó días atrás.
Si no bastan los razonamientos contra el caudillismo expresados en incontables ocasiones por los columnistas y comentaristas de los distintos medios de comunicación social, a los que el jefe actual de Gobierno no cesa en atacar y humillar y si tampoco los partidos políticos cobran fuerza para evitar la avalancha del correismo, las miradas de socorro nuevamente estarían dirigidas a las fuerzas armadas, como fuerzas dirimentes.
El atolladero, no obstante, no tendría salida si Correa persiste y triunfa en sus intentos por corromper a la institución militar mediante coimas multimillonarias y prebendas afines. Ecuador estaría en ese caso, como Venezuela, en tránsito hacia una larga y oscura dictadura que solo terminaría con grandes sacrificios económicos y, quién sabe, también humanos.
Sombrías son estas reflexiones, tanto más si coincide hoy con el aniversario de la votación de 1934 en Alemania que le otorgó plenos poderes al austriaco Adolfo Hitler. Los resultados le favorecieron 9 a1, incluidos los votos de judíos atemorizados y comunistas entusiastas. Todos, o casi todos, votaron por él. Como todos, o casi todos, están ahora con Correa en el Ecuador. En el caso de Hitler, se desencadenó una segunda guerra mundial para frenarlo en su desquiciada carrera dictatorial. Lo de Chávez y Correa es todavía una incógnita. El diario The New York Times publicó así la noticia sobre las elecciones en Alemania.
Un editorial de El Comercio de hoy aclara la situación. La Junta Bancaria fue intervenida a medias por el actual gobernante y hoy flota a la deriva, lo que explica que haya adoptado tan absurdas medidas para desalentar el ahorro público en el sistema bancario privado.
Entre los autores de las medidas figura el nombre de Rodrigo Espinosa. ¿Es el mismo personaje que ha desempeñado cargos de ministro de Finanzas, gerente del Banco Central y que fuera el economista favorito de los militares para recaudar cuantiosos fondos del fisco?
No se entiendo cómo estos expertos recomienden (porque la proposición no está aprobada definitivamente) que se grave a los cuentacorrentistas por abrir cuentas corrientes, que se les cobre por indicar el estado de cuenta de sus dineros, por utilizar cajeros automáticos, por bucear en el Internet con similares propósitos.
La regla es general, por lo cual grandes y pequeños ahorristas tendrán que pagar igual. Eso no sucede en países mejor organizados como los Estados Unidos, donde los millares de bancos ofrecen distintas opciones para las grandes corporaciones y millonarios y para los ahorristas menores, que no pagan nada.
Los bancos privados hacen negocio con el dinero que le confían los ahorristas. Si son ahorros a plazos diversos, los ahorristas reciben intereses por sus depósitos. Con las cuentas corrientes, el negocio del banco es acumular esos capitales para cederlos en préstamo a los usuarios, que por ello les pagan intereses. Las ganancias y beneficios son mutuos.
Consecuentemente, si al depositante de cuentas de ahorros y corrientes les van a cargar por el hecho de confiar su dinero a los bancos, es obvio que muchos se desalienten y busquen, o bien prescindir de los bancos nacionales y hacer depósitos en el exterior, o no utilizar los bancos los cual es un peligro para el dueño de los dineros y perjudica al ahorro general.
A la final, el responsable principal de la desestabilización del sistema bancaria es Rafael Correa, que se ha pronunciado en incontables ocasiones en su contra. Quiere eliminar al Banco Central y lo está consiguiendo y quiso intervenir directamente para regular qué es lo que deben y no deben ganar los bancos en todas sus operaciones crediticias. Lo está consiguiendo a medias.
La meta de Correa sigue siendo apoderarse de la Asamblea Constituyente cuyos 130 delegados serán elegidos a fines del próximo mes. Si las elecciones amenazan con no serle favorables, es probable que manipule de alguna manera para modificar los resultados o para ingeniarse algún método para alcanzar su propósito central: absorber poderes, a través de una constituyente dócil o mediante alguna fórmula resultante de la asesoría de Venezuela y Cuba.
Tanto Rafael Correa como Hugo Chávez y allá en el Caribe Fidel Castro, entienden muy bien que los partidos políticos en estos países están desechos y que la marcha hacia la consolidación de sus dictaduras caudillistas muy difícil podrá ser detenida por movimientos civiles, organizados o no como partidos. Estamos observando eso en Venezuela.
Por tanto, la única opción de freno que potencialmente pudieran encontrar está en manos de los militares, como ha ocurrido en incontables ocasiones en la frágil historia de la democracia en esta región del tercer mundo. Cuando los líderes civiles elegidos popularmente han fracasado en sus gestiones degenerando en dictaduras, los militares han tenido que intervenir para “rescatar” a la democracia y reiniciar una vez más el proceso de restauración.
De ahí que Chávez, con su discípulo Correa y adoctrinados por el maestro fantasma de Cuba se hayan dedicado a adular a los militares para conseguir su respaldo. En Venezuela han ido algo más lejos al formar guardias nacionales como las revolucionarias de Irán que están listas para dar su respaldo armado inmediato a Chávez, como guardias de choque nazis, en caso de que hubiese división en las fuerzas armadas.
En el Ecuador Correa está entregando millones y millones de dólares a los militares para que construyan y reconstruyan carreteras, puertos, administren aduanas, aerolíneas y llegará otra lista de más y más inversiones que usualmente deberían estar en manos del sector privado. A los militares, además, Correa quiere darles un papel político más abierto, según lo declaró la ministra de Defensa: (Lo que dijo la ministra:‘Nosotros queremos unas Fuerzas Armadas modernas y profesionales , y al mismo tiempo que tengan decisión política’.
Según la tan irrespetada Constitución vigente, la institución militar está destinada a garantizar la seguridad interna e internacional del Ecuador. No a rivalizar con la empresa privada, ni aún con el pretexto de combatir la corrupción. Y, peor, tener “decisión política”, algo que compete exclusivamente a la población civil a través de sus representantes legales en las tres ramas de un gobierno democrático. Una voz de alerta al respecto la consigna el columnista de El Universo en un artículo que se publicó días atrás.
Si no bastan los razonamientos contra el caudillismo expresados en incontables ocasiones por los columnistas y comentaristas de los distintos medios de comunicación social, a los que el jefe actual de Gobierno no cesa en atacar y humillar y si tampoco los partidos políticos cobran fuerza para evitar la avalancha del correismo, las miradas de socorro nuevamente estarían dirigidas a las fuerzas armadas, como fuerzas dirimentes.
El atolladero, no obstante, no tendría salida si Correa persiste y triunfa en sus intentos por corromper a la institución militar mediante coimas multimillonarias y prebendas afines. Ecuador estaría en ese caso, como Venezuela, en tránsito hacia una larga y oscura dictadura que solo terminaría con grandes sacrificios económicos y, quién sabe, también humanos.
Sombrías son estas reflexiones, tanto más si coincide hoy con el aniversario de la votación de 1934 en Alemania que le otorgó plenos poderes al austriaco Adolfo Hitler. Los resultados le favorecieron 9 a1, incluidos los votos de judíos atemorizados y comunistas entusiastas. Todos, o casi todos, votaron por él. Como todos, o casi todos, están ahora con Correa en el Ecuador. En el caso de Hitler, se desencadenó una segunda guerra mundial para frenarlo en su desquiciada carrera dictatorial. Lo de Chávez y Correa es todavía una incógnita. El diario The New York Times publicó así la noticia sobre las elecciones en Alemania.
Sunday, August 12, 2007
IRAK Y LAS NACIONES UNIDAS
Quienes detestan al presidente GWBush, dentro y fuera de los Estados Unidos, no se cansan en condenar su decisión de liderar las fuerzas militares coaligados en Irak, con el argumento de que es “su” guerra para extender las garras del “imperio” y apoderarse del petróleo iraquí.
La evidencia de que la intervención no es unilateral no sirve da nada en el debate, como tampoco el hecho de que los Estados Unidos, con el petrolero Bush a la cabeza, no han absorbido ni una sola gota del petróleo de ese país. La producción y exportación del crudo se ha restablecido pero los ingresos van exclusivamente al gobierno iraquí.
Lo que ahora se discute en Irak es cómo garantizar una participación más equitativa de los ingresos entre las tres facciones shita, suni y kurda. El tema ha sido intensamente debatido en el parlamento libremente elegido por el pueblo y se espera que haya un consenso el próximo octubre.
En cuanto a la guerra en sí, la ofensiva se lanzó inicialmente con el respaldo y tropas de 34 naciones. Muchas de ellas han desertado, pero todavía existe en la coalición 27 países que apoyan la acción con tropas de combate o de respaldo link. Desde un principio contó, además, con la cooperación de las Naciones Unidas. (En Afganistán, el combate al terrorismo lo hacen las fuerzas combinadas de la OTAN link)
La contribución de NU sufrió un grave revés con el atentado terrorista contra la sede en Bagdad en el 2005, cuando fallecieron el Subsecretario General de nacionalidad brasileña, Sergio Vieira de Mello y otros 21 funcionarios. El Secretario General Kofi Annan decidió reducir el personal significativamente hasta que se garantizara un mayor nivel de seguridad.
La nueva administración del coreano Ban Ki-moon resolvió renovar la participación del organismo para pacificar al Irak y el Consejo de Seguridad acaba de aprobar una resolución en tal sentido unanimidad. La resolución es elocuente y demuestra que en el Irak los Estados Unidos no solo no están solos sino que cuentan con el apoyo unánime de las NU para imponer la paz.
Paz es lo que buscan los “pacifistas” y objetores de Bush. Creen que esa paz se logrará con el retiro de las tropas norteamericanas del Irak, antes de que se plasme el objetivo primordial de la Coalición de derrotar al enemigo. Los resultados de batirse en retirada serían exactamente los opuestos al “pacifismo”: no habría paz, sino mayor genocidio.
En el Irak no hay guerra civil. Hay una guerra contra el terrorismo internacional azuzado con armas y dinero por los fundamentalistas de Irán, Siria y organizaciones árabes de extrema. El objetivo de los terroristas es ése, sembrar el terror para impedir que Irak consolide su proceso de institucionalización democrática.
A diario se divulgan por los medios los actos de brutalidad de los terroristas contra civiles o militares en mezquitas, supermercados, ferias, escuelas y hospitales. No es la guerra tradicional, no hay reglas a las que el terrorismo pueda sujetarse para hacerla menos cruel. Actúan emboscados y embozados, usan como escudos a seres inocentes y no dudan en auto sacrificarse para asesinar a los demás.
Si las fuerzas militares de la Coalición retiraran su respaldo al gobierno iraquí y se marcharan, como quieren los anti GWBush, los ataques terroristas se extenderían sin freno, caería el gobierno y se esfumaría la esperanza de que en Irak y en la región pueda aspirarse a regímenes escogidos en libertad por el pueblo y no impuestos por caciques y jeques de mentalidad medieval.
Paulatinamente las fuerzas militares de la Coalición en Irak están ganando batallas y poco a poco la guerra según informan hasta los mismos medios “liberales” (o izquierdistas) que de manera sistemática han sido negativos en sus reportajes y opiniones sobre el curso de la guerra. Igual transformación se trasluce en los más recientes discursos y debates de los precandidatos presidenciales demócratas y entre los republicanos escépticos. Ahora y casi sin excepciones, ya no insisten en el retiro inmediato de las tropas y no descartan que permanezcan en Irak por años hasta que la paz se asiente hasta que el gobierno iraquí pueda valerse por si solo.
El refuerzo militar está dando resultados, dicen portavoces demócratas. Pero añaden que la política interna en Irak es extremadamente frágil lo que podría determinar a la postre el fracaso de la intervención (que es lo que en el fondo desean). Hasta hace muy poco tiempo clamaban por el retiro de tropas para forzar a los iraquíes a que se unan. En esta remozada etapa de su pensamiento convienen en que tal propuesta era y es absurda.
No caben gobiernos estables sin seguridad nacional, es un axioma universal. Si los terroristas no vacilan en asesinar a misioneros de las Naciones Unidas, a policías, niños y líderes, no hay posibilidad de un buen gobierno estable. Hay que asegurar la paz social para facilitar una concertación política interna que buscan todos los amantes de la paz.
El objetivo primario de las 13 colonias en América del Norte era unirse para garantizar la seguridad frente al enemigo colonialista. Luego vino el proceso de unificación y acuerdo políticos, que fue arduo, lento y que en ocasiones pudo fracasar. La unidad nacional se vio nuevamente amenazada por la secesión y la Guerra Civil. Las batallas se perdían y ganaban y hasta último momento, antes del general Grant, el Sur se resistía y la victoria de la Unión frente a los confederados era aún incierta.
Con la aceleración y proliferación de las comunicaciones, la gente espera una guerra rápida y victoriosa contra el terrorismo musulmán. Desde un comienzo, sin embargo, GWBush advirtió que la lucha sería larga, dolorosa, llena de incertidumbres y por lo mismo de constantes ajustes y cambios de tácticas en la estrategia orientada a la victoria.
El próximo mes el general Petreius, comandante de la Coalición en el Irak, rendirá un informe al Congreso federal sobre los resultados de los refuerzos militares que se iniciaron a comienzos de este año. Como profesional se ceñirá estrictamente a la verdad. El refuerzo está dando frutos positivos, dirá, pero la guerra será larga. Habrá que descartar las fechas fijas de los demócratas para un retiro de tropas como una derrota adelantada. La presencia militar se extenderá allí por años.
La guerra en Irak y Afganistán no fue capricho de GWBush ni de los Estados Unidos. Como tampoco lo fueron las participaciones de USA en las dos guerras mundiales. El enemigo de hoy es el terrorismo musulmán y para derrotarlo se continuará luchando en sus campos, en sus cavernas y montañas, en sus refugios urbanos. La acción militar podría acortarse si aumenta la cooperación ciudadana en la delación de terroristas, como está ocurriendo en Irán, Afganistán y Pakistán, que explica el buen éxito de Petreius.
La gente común en esos pueblos está convenciéndose de que el terrorismo no es la solución a sus problemas ancestrales y que más bien los perenniza y profundiza. De ahí que hayan optado por cooperar con la Coalición, pese a las amenazas de retaliación, a fin de hacer causa común contra los de Al Qaeda y demás huestes que se asocian para matar y destruir con arocidad inimaginable.
La evidencia de que la intervención no es unilateral no sirve da nada en el debate, como tampoco el hecho de que los Estados Unidos, con el petrolero Bush a la cabeza, no han absorbido ni una sola gota del petróleo de ese país. La producción y exportación del crudo se ha restablecido pero los ingresos van exclusivamente al gobierno iraquí.
Lo que ahora se discute en Irak es cómo garantizar una participación más equitativa de los ingresos entre las tres facciones shita, suni y kurda. El tema ha sido intensamente debatido en el parlamento libremente elegido por el pueblo y se espera que haya un consenso el próximo octubre.
En cuanto a la guerra en sí, la ofensiva se lanzó inicialmente con el respaldo y tropas de 34 naciones. Muchas de ellas han desertado, pero todavía existe en la coalición 27 países que apoyan la acción con tropas de combate o de respaldo link. Desde un principio contó, además, con la cooperación de las Naciones Unidas. (En Afganistán, el combate al terrorismo lo hacen las fuerzas combinadas de la OTAN link)
La contribución de NU sufrió un grave revés con el atentado terrorista contra la sede en Bagdad en el 2005, cuando fallecieron el Subsecretario General de nacionalidad brasileña, Sergio Vieira de Mello y otros 21 funcionarios. El Secretario General Kofi Annan decidió reducir el personal significativamente hasta que se garantizara un mayor nivel de seguridad.
La nueva administración del coreano Ban Ki-moon resolvió renovar la participación del organismo para pacificar al Irak y el Consejo de Seguridad acaba de aprobar una resolución en tal sentido unanimidad. La resolución es elocuente y demuestra que en el Irak los Estados Unidos no solo no están solos sino que cuentan con el apoyo unánime de las NU para imponer la paz.
Paz es lo que buscan los “pacifistas” y objetores de Bush. Creen que esa paz se logrará con el retiro de las tropas norteamericanas del Irak, antes de que se plasme el objetivo primordial de la Coalición de derrotar al enemigo. Los resultados de batirse en retirada serían exactamente los opuestos al “pacifismo”: no habría paz, sino mayor genocidio.
En el Irak no hay guerra civil. Hay una guerra contra el terrorismo internacional azuzado con armas y dinero por los fundamentalistas de Irán, Siria y organizaciones árabes de extrema. El objetivo de los terroristas es ése, sembrar el terror para impedir que Irak consolide su proceso de institucionalización democrática.
A diario se divulgan por los medios los actos de brutalidad de los terroristas contra civiles o militares en mezquitas, supermercados, ferias, escuelas y hospitales. No es la guerra tradicional, no hay reglas a las que el terrorismo pueda sujetarse para hacerla menos cruel. Actúan emboscados y embozados, usan como escudos a seres inocentes y no dudan en auto sacrificarse para asesinar a los demás.
Si las fuerzas militares de la Coalición retiraran su respaldo al gobierno iraquí y se marcharan, como quieren los anti GWBush, los ataques terroristas se extenderían sin freno, caería el gobierno y se esfumaría la esperanza de que en Irak y en la región pueda aspirarse a regímenes escogidos en libertad por el pueblo y no impuestos por caciques y jeques de mentalidad medieval.
Paulatinamente las fuerzas militares de la Coalición en Irak están ganando batallas y poco a poco la guerra según informan hasta los mismos medios “liberales” (o izquierdistas) que de manera sistemática han sido negativos en sus reportajes y opiniones sobre el curso de la guerra. Igual transformación se trasluce en los más recientes discursos y debates de los precandidatos presidenciales demócratas y entre los republicanos escépticos. Ahora y casi sin excepciones, ya no insisten en el retiro inmediato de las tropas y no descartan que permanezcan en Irak por años hasta que la paz se asiente hasta que el gobierno iraquí pueda valerse por si solo.
El refuerzo militar está dando resultados, dicen portavoces demócratas. Pero añaden que la política interna en Irak es extremadamente frágil lo que podría determinar a la postre el fracaso de la intervención (que es lo que en el fondo desean). Hasta hace muy poco tiempo clamaban por el retiro de tropas para forzar a los iraquíes a que se unan. En esta remozada etapa de su pensamiento convienen en que tal propuesta era y es absurda.
No caben gobiernos estables sin seguridad nacional, es un axioma universal. Si los terroristas no vacilan en asesinar a misioneros de las Naciones Unidas, a policías, niños y líderes, no hay posibilidad de un buen gobierno estable. Hay que asegurar la paz social para facilitar una concertación política interna que buscan todos los amantes de la paz.
El objetivo primario de las 13 colonias en América del Norte era unirse para garantizar la seguridad frente al enemigo colonialista. Luego vino el proceso de unificación y acuerdo políticos, que fue arduo, lento y que en ocasiones pudo fracasar. La unidad nacional se vio nuevamente amenazada por la secesión y la Guerra Civil. Las batallas se perdían y ganaban y hasta último momento, antes del general Grant, el Sur se resistía y la victoria de la Unión frente a los confederados era aún incierta.
Con la aceleración y proliferación de las comunicaciones, la gente espera una guerra rápida y victoriosa contra el terrorismo musulmán. Desde un comienzo, sin embargo, GWBush advirtió que la lucha sería larga, dolorosa, llena de incertidumbres y por lo mismo de constantes ajustes y cambios de tácticas en la estrategia orientada a la victoria.
El próximo mes el general Petreius, comandante de la Coalición en el Irak, rendirá un informe al Congreso federal sobre los resultados de los refuerzos militares que se iniciaron a comienzos de este año. Como profesional se ceñirá estrictamente a la verdad. El refuerzo está dando frutos positivos, dirá, pero la guerra será larga. Habrá que descartar las fechas fijas de los demócratas para un retiro de tropas como una derrota adelantada. La presencia militar se extenderá allí por años.
La guerra en Irak y Afganistán no fue capricho de GWBush ni de los Estados Unidos. Como tampoco lo fueron las participaciones de USA en las dos guerras mundiales. El enemigo de hoy es el terrorismo musulmán y para derrotarlo se continuará luchando en sus campos, en sus cavernas y montañas, en sus refugios urbanos. La acción militar podría acortarse si aumenta la cooperación ciudadana en la delación de terroristas, como está ocurriendo en Irán, Afganistán y Pakistán, que explica el buen éxito de Petreius.
La gente común en esos pueblos está convenciéndose de que el terrorismo no es la solución a sus problemas ancestrales y que más bien los perenniza y profundiza. De ahí que hayan optado por cooperar con la Coalición, pese a las amenazas de retaliación, a fin de hacer causa común contra los de Al Qaeda y demás huestes que se asocian para matar y destruir con arocidad inimaginable.
Friday, August 10, 2007
LA REFINERÍA EN MANABÍ, UNA BURBUJA
El dueto Chávez/Correa acaba de suscribir documentos para varios proyectos que tienen las características de bufonadas propias de un Cantinflas o Tres Patines, sobre todo el referente a la construcción de una refinería y una planta petroquímica en la provincia de Manabí.
La refinería tendría un costo de 5.000 millones de dólares y la petroquímica de 10.000 millones de dólares. ¿Cómo se financiarán las dos obras? Con dinero de los gobiernos de Caracas y Quito. ¿Dónde su ubicará? En Jaramijó, pequeño puerto pesquero al norte de Manta.
Los dos líderes, reunidos en Quito con los ministros y dirigentes petroleros de ambos países, hablaron de habrá estudios de factibilidad. No obstante, ya hay respuestas adelantadas, tanto que Correa dice que irá a Jaramijó a poner la primera piedra de la refinería dentro de exactamente un año.
Y se sabe, también, que la refinería procesará 300.000 barriles diarios de crudo y que si la producción nacional de petróleo no basta, el resto vendrá de Venezuela. Si hay excedentes de refinados, se los colocará en el mercado externo. No se dan detalles de la petroquímica, pero es obvio que seguirá el mismo patrón “técnico” de ingeniería industrial y de mercado.
La petrolera venezolana PDVSA era modelo por su eficiencia. Luego vino Chávez y la situación cambió. Fueron expulsados los técnicos más capaces y a los restantes se les conminó a ser fieles al chavismo. Ramírez, el nuevo gerente del organismo, dijo que éste era “rojo, rojito de arriba abajo” y que quienes no votaban por Chávez podían buscar empleo en otros sitios “o irse a Miami”.
La producción de PVDSA ha declinado, la multiplicación de los “pipones”, gente que gana salarios sin trabajar, es notoria e igual desastre se registra con la corrupción de los contratos en que median los fieles a Chávez. La empresa sigue a flote por los precios altos del crudo y por las ganancias que generan inversiones sensatas del pasado en Estados Unidos, Alemania y otros países.
La historia de Petroecuador la conocen todos. Es una institución en quiebra. No podrá aportar un dólar al proyecto, lo que hace suponer que el exclusivo inversionista será el gobierno venezolano, si antes no ocurre el colapso de ese régimen manirroto. O el de Correa, si algún milagro hace que los ecuatorianos reflexionan y envían a la asamblea seres cuerdos que lo juzguen, destituyan y lo destinen a algún centro de rehabilitación mental, preferiblemente en Bélgica para evitar la contaminación.
(En cuanto a Lenin el Vice, los asambleistas podrian hacer una colecta para enviarlo a Moscu. Alli podria intentar lo que no pudo con Correa: adiestrarle a Putin a que no sea tan patan y a que sonria a la gente...)
Si Petroecuador está quebrada y si la economía del país es deficitaria, lo inteligente habría sido que Correa abra el mercado ecuatoriano a la inversión privada nacional y extranjera para que asuma el riesgo de resucitar al ente petrolero, desarrolle nuevas fuentes petroleras en el país, intervenga en la refinería de Esmeraldas para recuperarla y ampliarla para satisfacer mejor la demanda interna actual y futura.
Éste sería un enfoque realista al problema petrolero. No las fantasías del dueto para crear en el lugar acaso menos indicado un conjunto industrial alejado de las principales fuentes de consumo y abastecimiento y que inclusive carece de la garantía de materia prima nacional y de una proyección de consumo que justifique el gasto. Será la “más grande refinería del Pacífico” han dicho sus promotores, en ese tono de delirante grandeza propio de los caudillos.
Otro cantar es el proyecto del Bansur o Bandes, ideado por Chávez para contrarrestar al imperio y al FMI y Banco Mundial. Pretende invertir (gastar, dilapidar) 10.000 millones de dólares y acaba de dar (regalar) 10 millones para formar una agencia en el Ecuador. Lo más probable es que ese proyecto y ese dinero se esfumen. Pero el dinero proviene esta vez de los ingresos petroleros de Venezuela. La participación ecuatoriana será mínima y a la postre quienes tendrán que pedir cuentas por este nuevo atraco al patrimonio de Venezuela serán los propios venezolanos.
Chávez/Correa se han mofado otra vez de los Estados Unidos y el gobernante del Ecuador, según las crónicas, ha festejado con carcajadas las “ingeniosas” alusiones del coronel al imperio y al sistema capitalista en decadencia. Y han reiterado que seguirá adelante la imposición del “socialismo bolivariano del siglo XXI” en los dos países, así como en Nicaragua y Bolivia e hipotéticamente en el resto de América Latina.
El socialismo del siglo XXI, según esa concepción, es la aprehensión cada vez mayor de todos los medios de producción por el Estado. Lo que está ocurriendo con la industria petrolera es elocuente. Igual en los medios de comunicación. En el Ecuador el diario más antiguo, El Telégrafo, es ahora de propiedad estatal. En la cita de Quito, además, Chávez/Correa firmaron un acuerdo para Telesur, mecanismo de propaganda regional de la “revolución bolivariana”. Ecuador aportará 5% del capital.
Otro paso en esa dirección es el proyecto para el Banco del Afiliado, con absorción del Banco del Pacífico. Este banco, dice el diario Hoy, está entre los tres más importantes del Ecuador, tras haber sido estatizado. Una asesora española dirigió esa recuperación, basada en la economía de libre mercado. Ahora Correa y Alberto Acosta quieren frenar ese proceso y en lugar de reconvertirlo en privado, como era la intención inicial igual que con El Telégrafo, lo mantendrán estatal.
Se supone que los aportes obrero patronales capitalizarían al nuevo banco. Nada se dice sobre qué ocurrirá con el IESS, también quebrado. En lugar de corregir al ente y al sistema mismo de seguridad social, como debió actuarse en el área petrolera, parece que se va a dar una estocada final al organismo, exactamente como a la refinería de Esmeraldas (¿para qué ésta, si en Jaramijó se refinarán 300.000 b/d?).
Los dos compinches, para remate en lo petrolero, confirmaron en Quito que Ecuador volverá a la OPEP con el auspicio del “hermano” venezolano. La OPEP es la basura a la que puede estar expuesta la práctica del mercado. Un mercado, para ser dinámico y saludable, tiene que evitar los monopolios y los carteles porque lo distorsionan. Los jeques árabes unidos en Viena con Chávez y Ahmadinejad deciden qué precios fijar al crudo por propia iniciativa. Lo cual viola el principio fundamental del mercado, la libre competencia entre la oferta y la demanda de bienes y servicios.
Ecuador salió de la OPEP porque no pudo pagar la cuota de 3 o más millones de dólares anuales. ¿Quién pagará las cuotas atrasadas y futuras? El “hermano” Hugo, claro, el mismo de la refinería de Jaramijó, Bandes y Telesur.
A propósito de compinches, al verlos en un abrazo fraternal uno imagina lo fácil que sería en computadora añadirles algunos tatuajes en rostros y brazos. Hecho esto, imaginar luego que los dos son lanzados a alguna callejuela de esos barrios tortuosos de Los Ángeles, infestado de narcotraficantes y prostitutas: no se diferenciarían para nada de los gangueros o pandilleros latinos de Mara Salvatrucha que allí pululan.
Los dos, Chávez y Correa, no solo tienen parecido físico con ellos: su expresión de odio social es idéntica. Los gangueros son la excreta de la inmigración centroamericana. En general se criaron en hogares sin padre y se lanzaron a las calles en búsqueda de la familia perdida, de la autoridad paternal inexistente y añorada y terminaron sumándose como sustituto a una ganga o pandilla criminales.
Chávez, que de Quito fue a La Paz, dijo en esta ciudad que se comparaba a Jesucristo en su amor por los pobres y que el resto, o sea los ricos y menos ricos no le importaban nada ni nada tampoco lo que digan “los hipócritas y fariseos de la oposición” en su país. Es el mismo lenguaje, la misma actitud insana de Correa. Ambos trasuntan odio, deseo de venganza y resentimiento profundo: nada en común con los prédicas de Jesús.
La refinería tendría un costo de 5.000 millones de dólares y la petroquímica de 10.000 millones de dólares. ¿Cómo se financiarán las dos obras? Con dinero de los gobiernos de Caracas y Quito. ¿Dónde su ubicará? En Jaramijó, pequeño puerto pesquero al norte de Manta.
Los dos líderes, reunidos en Quito con los ministros y dirigentes petroleros de ambos países, hablaron de habrá estudios de factibilidad. No obstante, ya hay respuestas adelantadas, tanto que Correa dice que irá a Jaramijó a poner la primera piedra de la refinería dentro de exactamente un año.
Y se sabe, también, que la refinería procesará 300.000 barriles diarios de crudo y que si la producción nacional de petróleo no basta, el resto vendrá de Venezuela. Si hay excedentes de refinados, se los colocará en el mercado externo. No se dan detalles de la petroquímica, pero es obvio que seguirá el mismo patrón “técnico” de ingeniería industrial y de mercado.
La petrolera venezolana PDVSA era modelo por su eficiencia. Luego vino Chávez y la situación cambió. Fueron expulsados los técnicos más capaces y a los restantes se les conminó a ser fieles al chavismo. Ramírez, el nuevo gerente del organismo, dijo que éste era “rojo, rojito de arriba abajo” y que quienes no votaban por Chávez podían buscar empleo en otros sitios “o irse a Miami”.
La producción de PVDSA ha declinado, la multiplicación de los “pipones”, gente que gana salarios sin trabajar, es notoria e igual desastre se registra con la corrupción de los contratos en que median los fieles a Chávez. La empresa sigue a flote por los precios altos del crudo y por las ganancias que generan inversiones sensatas del pasado en Estados Unidos, Alemania y otros países.
La historia de Petroecuador la conocen todos. Es una institución en quiebra. No podrá aportar un dólar al proyecto, lo que hace suponer que el exclusivo inversionista será el gobierno venezolano, si antes no ocurre el colapso de ese régimen manirroto. O el de Correa, si algún milagro hace que los ecuatorianos reflexionan y envían a la asamblea seres cuerdos que lo juzguen, destituyan y lo destinen a algún centro de rehabilitación mental, preferiblemente en Bélgica para evitar la contaminación.
(En cuanto a Lenin el Vice, los asambleistas podrian hacer una colecta para enviarlo a Moscu. Alli podria intentar lo que no pudo con Correa: adiestrarle a Putin a que no sea tan patan y a que sonria a la gente...)
Si Petroecuador está quebrada y si la economía del país es deficitaria, lo inteligente habría sido que Correa abra el mercado ecuatoriano a la inversión privada nacional y extranjera para que asuma el riesgo de resucitar al ente petrolero, desarrolle nuevas fuentes petroleras en el país, intervenga en la refinería de Esmeraldas para recuperarla y ampliarla para satisfacer mejor la demanda interna actual y futura.
Éste sería un enfoque realista al problema petrolero. No las fantasías del dueto para crear en el lugar acaso menos indicado un conjunto industrial alejado de las principales fuentes de consumo y abastecimiento y que inclusive carece de la garantía de materia prima nacional y de una proyección de consumo que justifique el gasto. Será la “más grande refinería del Pacífico” han dicho sus promotores, en ese tono de delirante grandeza propio de los caudillos.
Otro cantar es el proyecto del Bansur o Bandes, ideado por Chávez para contrarrestar al imperio y al FMI y Banco Mundial. Pretende invertir (gastar, dilapidar) 10.000 millones de dólares y acaba de dar (regalar) 10 millones para formar una agencia en el Ecuador. Lo más probable es que ese proyecto y ese dinero se esfumen. Pero el dinero proviene esta vez de los ingresos petroleros de Venezuela. La participación ecuatoriana será mínima y a la postre quienes tendrán que pedir cuentas por este nuevo atraco al patrimonio de Venezuela serán los propios venezolanos.
Chávez/Correa se han mofado otra vez de los Estados Unidos y el gobernante del Ecuador, según las crónicas, ha festejado con carcajadas las “ingeniosas” alusiones del coronel al imperio y al sistema capitalista en decadencia. Y han reiterado que seguirá adelante la imposición del “socialismo bolivariano del siglo XXI” en los dos países, así como en Nicaragua y Bolivia e hipotéticamente en el resto de América Latina.
El socialismo del siglo XXI, según esa concepción, es la aprehensión cada vez mayor de todos los medios de producción por el Estado. Lo que está ocurriendo con la industria petrolera es elocuente. Igual en los medios de comunicación. En el Ecuador el diario más antiguo, El Telégrafo, es ahora de propiedad estatal. En la cita de Quito, además, Chávez/Correa firmaron un acuerdo para Telesur, mecanismo de propaganda regional de la “revolución bolivariana”. Ecuador aportará 5% del capital.
Otro paso en esa dirección es el proyecto para el Banco del Afiliado, con absorción del Banco del Pacífico. Este banco, dice el diario Hoy, está entre los tres más importantes del Ecuador, tras haber sido estatizado. Una asesora española dirigió esa recuperación, basada en la economía de libre mercado. Ahora Correa y Alberto Acosta quieren frenar ese proceso y en lugar de reconvertirlo en privado, como era la intención inicial igual que con El Telégrafo, lo mantendrán estatal.
Se supone que los aportes obrero patronales capitalizarían al nuevo banco. Nada se dice sobre qué ocurrirá con el IESS, también quebrado. En lugar de corregir al ente y al sistema mismo de seguridad social, como debió actuarse en el área petrolera, parece que se va a dar una estocada final al organismo, exactamente como a la refinería de Esmeraldas (¿para qué ésta, si en Jaramijó se refinarán 300.000 b/d?).
Los dos compinches, para remate en lo petrolero, confirmaron en Quito que Ecuador volverá a la OPEP con el auspicio del “hermano” venezolano. La OPEP es la basura a la que puede estar expuesta la práctica del mercado. Un mercado, para ser dinámico y saludable, tiene que evitar los monopolios y los carteles porque lo distorsionan. Los jeques árabes unidos en Viena con Chávez y Ahmadinejad deciden qué precios fijar al crudo por propia iniciativa. Lo cual viola el principio fundamental del mercado, la libre competencia entre la oferta y la demanda de bienes y servicios.
Ecuador salió de la OPEP porque no pudo pagar la cuota de 3 o más millones de dólares anuales. ¿Quién pagará las cuotas atrasadas y futuras? El “hermano” Hugo, claro, el mismo de la refinería de Jaramijó, Bandes y Telesur.
A propósito de compinches, al verlos en un abrazo fraternal uno imagina lo fácil que sería en computadora añadirles algunos tatuajes en rostros y brazos. Hecho esto, imaginar luego que los dos son lanzados a alguna callejuela de esos barrios tortuosos de Los Ángeles, infestado de narcotraficantes y prostitutas: no se diferenciarían para nada de los gangueros o pandilleros latinos de Mara Salvatrucha que allí pululan.
Los dos, Chávez y Correa, no solo tienen parecido físico con ellos: su expresión de odio social es idéntica. Los gangueros son la excreta de la inmigración centroamericana. En general se criaron en hogares sin padre y se lanzaron a las calles en búsqueda de la familia perdida, de la autoridad paternal inexistente y añorada y terminaron sumándose como sustituto a una ganga o pandilla criminales.
Chávez, que de Quito fue a La Paz, dijo en esta ciudad que se comparaba a Jesucristo en su amor por los pobres y que el resto, o sea los ricos y menos ricos no le importaban nada ni nada tampoco lo que digan “los hipócritas y fariseos de la oposición” en su país. Es el mismo lenguaje, la misma actitud insana de Correa. Ambos trasuntan odio, deseo de venganza y resentimiento profundo: nada en común con los prédicas de Jesús.
Sunday, August 5, 2007
LO HIPÓCRITA ESTÁ EN EL ECUADOR, NO EN BÉLGICA
El presidente ecuatoriano ha proferido una serie de denuestos contra el gobierno del Reino de Bélgica por el arresto de una ecuatoriana y su hija, que residían de manera ilegal en ese país por más de cinco años y contra las cuales pesa una orden, ahora suspendida temporalmente, de deportación.
A las críticas se sumó la cónyuge de Correa, Malherbe, quien desde su país de origen afirmó que se sentía avergonzada de ser belga porque su gobierno había apresado a la madre y a su hija menor de edad como si fuera la Gestapo añadiendo que, en general, la política de esa nación en inmigración era hipócrita.
De manera sorpresiva e infundada, también el Diario El Comercio dice en un editorial que las acciones belgas sobre el caso de la pareja ecuatoriana y sobre inmigración, al igual que la protesta de la cancillería belga por las expresiones de Malherbe, constituían un escándalo diplomático condenable que tenía que ser rectificado.
Simultáneamente el presidente Correa, en otra de sus desbocadas intervenciones por la radio, anunció desde Carchi que el ciudadano norteamericano Sean O´Hearn, de la fundación ecológica Sea Shepherd, sería expulsado por su participación en una batida policial contra pescadores de aletas de tiburón en Manabí, de pesca prohibida.
Ningún “gringuito” nos va a dar lecciones de ecología ni a violar nuestra soberanía, dijo el mandatario, con ese tono despreciativo que siempre utiliza al referirse a los Estados Unidos en cualquier aspecto, pese a que aquí estudió por 4 años Economía en una de sus universidades.
Según se ha informado, el operativo policial en Manabí se hizo con autorización formal del juez y como resultado de un convenio entre la fundación ambientalista y el gobierno ecuatoriano. O´Hearn contribuía como asesor de las brigadas de policía ambientalista para ubicar a los infractores. Nunca intervenía como captor o partícipe en actos de violencia.
El “gringuito” fue apresado en la vía pública y conducido a la cárcel. En la audiencia de dos horas con las autoridades, se prohibió el acceso a la abogada que la víctima había contratado. La sentencia de deportación dispuesta por Correa se confirmó y el paso siguiente era deportarlo en la frontera con Perú, en Huaquillas.
La inhumana resolución del gobierno ecuatoriano se frustró a la medianoche cuando el ministro de gobierno se enteró de algo que los captores debieron saber desde el primer momento: que O´Hearn estaba casado con una esmeraldeña y que tenían una hija nacida y crecida en el Ecuador y que no había violado ley alguna.
El “gringuito” que tanto desprecio despierta en Correa, era ingeniero de sistemas para la Bolsa de Wall Street en Nueva York. Dejó la lucrativa profesión para dedicarse como voluntario en la lucha por la defensa del medio ambiente, en la especialidad de la vida marina. Nació en Puerto Rico, de padre ucraniano y madre portorriqueña.
La Cancillería de Bélgica, en un comunicado desmintió a Malherbe afirmando que la madre ecuatoriana y su hija no fueron detenidas en una cárcel común, con delincuentes comunes, sino en un recinto especial con los miramientos y respeto usuales para estos casos. Aclaró que las ecuatorianas violaron persistentemente las leyes migratorias por más de cinco años y que eludieron seguir los trámites para corregir su situación.
A Correa parece no importarlo lo jurídico y legal, sino sus particulares emociones en conexión con el clima político del momento. La pesca de aletas de tiburón se prohibió para evitar la extinción de la especie en aguas continentales y de Galápagos. Pero a última hora Corra decidió levantar la veda para pesca artesanal. Según él, la violación de la ley es buena si el infractor es pobre.
Con sorna dijo ayer que está dispuesto a suspender la veda a la pesca artesanal, si se colectan tantos millones de dólares (ofreció parte de su salario para la colecta) para compensar a los pescadores artesanales que se privarían de esos ingresos. Dentro de esa concepción suya de lo bueno y de lo malo, de lo lícito e ilícito, se entiende por qué aboga por revisar las sanciones “duras” a los narcotraficantes “pobres”. Como lo fue su padre desempleado, hasta que cayó preso por “mula” en los Estados Unidos.
La hipocresía de Correa al pretender dar lecciones de humanidad en materia de leyes de inmigración se refleja también al calificar de malos a quienes no abren sus puertas a los pobres que se refugian y buscan amparo en países más prósperos como Bélgica y otros de Europa y los Estados Unidos. Cuando haya alguna catástrofe en Bélgica, recibiremos como hermanos y con los brazos abiertos a todos los belgas que lleguen a nuestras riberas en busca de asilo, dijo.
Solo cabría preguntarle ¿para recibir trato similar al del “gringuito” insolente? Su postura poco varía con la de otros líderes de América Latina que alzan su voz de protesta por la rudeza y perversidad al trato de los inmigrantes ilegales en los Estados Unidos. No se centran en el problema medular: las razones de la emigración y el trato que se a los inmigrantes en esos mismos países.
En estos días, junto con el caso de la ecuatoriana Cajamarca y su hijo, el de un joven colombiano Gómez también ha saltado a noticias de primera plana aquí en los Estados Unidos. El muchacho y su familia tienen orden de deportación y ello ha desatado una campaña para impedirrlo, debido a que se trata de un estudiante aprovechado y apto para becas en las mejores universidades del país.
Pero los padres de Gómez recibieron anuncio de que su situación de inmigrantes ilegales no podía continuar. No los pusieron en la frontera de inmediato. Fueron citados antes los jueces respectivos, escucharon su posición con ayuda de abogados propios o de oficio. Recibieron el plazo de cinco años para optar por la legalización y se negaron.
Cajamarca y Gómez tienen que ser expulsados (la deportación en ambos casos está pendiente) porque en estos países se respeta a la ley y a ello es parte fundamental de su grandeza y prosperidad.
En cuanto a lo emocional, por cierto que contrista la situación de gente que huye de sus países de origen, destruidos económica, social y políticamente por regímenes corruptos de los que medra una minoría, para buscar mejores oportunidades de supervivencia. Pero su ingreso tiene que estar regulado y encarrilado dentro de la ley.
Esos procesos, tanto en Estados Unidos como en Europa, no han sido respetos ni se han hecho respetar debido a múltiples motivos. De ahí que se imponga una revisión de la situación de ilegales o indocumentados, no para responder a reacciones hipócritas y lloriqueantes como las de Correa, ni para perdonar y olvidar infracciones de la ley, sino para reencauzar una situación anómala dentro de la normalidad.
El presidente Bush presentó un proyecto realista y compasivo al respecto, pero fue boicoteado por muchos de su coidearios infestados de xenofobia. Pero terminará a la postre por ser aprobado en ésta o en la siguiente administración, puesto que la opción de persistir en un status quo ahondará el conflicto migratorio con más de 12 millones de ilegales que sobreviven a la sombra de la ley.
Otra reacción del gobierno belga que ha irritado a Correa y a El Comercio es la alusión a que el comentario de Malherbe habría generado mayor impacto diplomático negativo si en el Ecuador hubiese un gobierno no en preparación, sino ya estable. Se refería a que Correa gobierna provisionalmente, pues continúa en campaña para las elecciones de miembros de la Asamblea Constituyente qué espera controlar para que le confiera aún mayores poderes dictatoriales para igualar a los de Hugo Chávez.
En efecto ¿está Correa realmente gobernando? Si así fuere, algo haría para impedir el despilfarro de los fondos públicos: el gasto corriente o de sueldos de la burocracia ha subido al 36% de los ingresos, pasando de 790 millones de dólares en el semestre del año pasado a 879 millones de dólares en el actual. Y no se dejaría manipular de Chávez para anunciar el disparatado proyecto de construir una nueva refinería en Montecristi (¿acaso junto al estacionamiento del edificio de la Asamblea...?)
Las estatales petroleras de los dos países están quebradas, con la diferencia de que en Venezuela el volumen de ingresos de petrodólares es abrumadoramente mayor, lo que le permite al clon de Fidel continuar con el despilfarro sin inmutarse. ¿Qué planes de factibilidad ha habido para escoger a Manabí para la nueva refinadora? ¿Qué concurso internacional de ofertas?
Tampoco da muestras de gobernar cuando continua en sus desafíos con Colombia al nombrar como embajador en Bogotá a un señor Suéscum cuyo perfil, descrito en los diarios, es exactamente el opuesto al que se precisa ahora para ese cargo. Huelgan comentarios sobre el nombramiento de su ex ministro de Economía Patiño como “virrey” del Litoral o el de Javier Ponce como otro más de sus innumerables asesores políticos.
Javier, ex columnista de los diarios Hoy y El Universo ¿asesorará a su jefe y le ofrecerá nuevas y frescas ideas para combatir a la libertad de expresión y perseguir a periodistas y no periodistas que sigan aventurándose a contradecir la opinión del gran lenguaraz de los sábados?
A las críticas se sumó la cónyuge de Correa, Malherbe, quien desde su país de origen afirmó que se sentía avergonzada de ser belga porque su gobierno había apresado a la madre y a su hija menor de edad como si fuera la Gestapo añadiendo que, en general, la política de esa nación en inmigración era hipócrita.
De manera sorpresiva e infundada, también el Diario El Comercio dice en un editorial que las acciones belgas sobre el caso de la pareja ecuatoriana y sobre inmigración, al igual que la protesta de la cancillería belga por las expresiones de Malherbe, constituían un escándalo diplomático condenable que tenía que ser rectificado.
Simultáneamente el presidente Correa, en otra de sus desbocadas intervenciones por la radio, anunció desde Carchi que el ciudadano norteamericano Sean O´Hearn, de la fundación ecológica Sea Shepherd, sería expulsado por su participación en una batida policial contra pescadores de aletas de tiburón en Manabí, de pesca prohibida.
Ningún “gringuito” nos va a dar lecciones de ecología ni a violar nuestra soberanía, dijo el mandatario, con ese tono despreciativo que siempre utiliza al referirse a los Estados Unidos en cualquier aspecto, pese a que aquí estudió por 4 años Economía en una de sus universidades.
Según se ha informado, el operativo policial en Manabí se hizo con autorización formal del juez y como resultado de un convenio entre la fundación ambientalista y el gobierno ecuatoriano. O´Hearn contribuía como asesor de las brigadas de policía ambientalista para ubicar a los infractores. Nunca intervenía como captor o partícipe en actos de violencia.
El “gringuito” fue apresado en la vía pública y conducido a la cárcel. En la audiencia de dos horas con las autoridades, se prohibió el acceso a la abogada que la víctima había contratado. La sentencia de deportación dispuesta por Correa se confirmó y el paso siguiente era deportarlo en la frontera con Perú, en Huaquillas.
La inhumana resolución del gobierno ecuatoriano se frustró a la medianoche cuando el ministro de gobierno se enteró de algo que los captores debieron saber desde el primer momento: que O´Hearn estaba casado con una esmeraldeña y que tenían una hija nacida y crecida en el Ecuador y que no había violado ley alguna.
El “gringuito” que tanto desprecio despierta en Correa, era ingeniero de sistemas para la Bolsa de Wall Street en Nueva York. Dejó la lucrativa profesión para dedicarse como voluntario en la lucha por la defensa del medio ambiente, en la especialidad de la vida marina. Nació en Puerto Rico, de padre ucraniano y madre portorriqueña.
La Cancillería de Bélgica, en un comunicado desmintió a Malherbe afirmando que la madre ecuatoriana y su hija no fueron detenidas en una cárcel común, con delincuentes comunes, sino en un recinto especial con los miramientos y respeto usuales para estos casos. Aclaró que las ecuatorianas violaron persistentemente las leyes migratorias por más de cinco años y que eludieron seguir los trámites para corregir su situación.
A Correa parece no importarlo lo jurídico y legal, sino sus particulares emociones en conexión con el clima político del momento. La pesca de aletas de tiburón se prohibió para evitar la extinción de la especie en aguas continentales y de Galápagos. Pero a última hora Corra decidió levantar la veda para pesca artesanal. Según él, la violación de la ley es buena si el infractor es pobre.
Con sorna dijo ayer que está dispuesto a suspender la veda a la pesca artesanal, si se colectan tantos millones de dólares (ofreció parte de su salario para la colecta) para compensar a los pescadores artesanales que se privarían de esos ingresos. Dentro de esa concepción suya de lo bueno y de lo malo, de lo lícito e ilícito, se entiende por qué aboga por revisar las sanciones “duras” a los narcotraficantes “pobres”. Como lo fue su padre desempleado, hasta que cayó preso por “mula” en los Estados Unidos.
La hipocresía de Correa al pretender dar lecciones de humanidad en materia de leyes de inmigración se refleja también al calificar de malos a quienes no abren sus puertas a los pobres que se refugian y buscan amparo en países más prósperos como Bélgica y otros de Europa y los Estados Unidos. Cuando haya alguna catástrofe en Bélgica, recibiremos como hermanos y con los brazos abiertos a todos los belgas que lleguen a nuestras riberas en busca de asilo, dijo.
Solo cabría preguntarle ¿para recibir trato similar al del “gringuito” insolente? Su postura poco varía con la de otros líderes de América Latina que alzan su voz de protesta por la rudeza y perversidad al trato de los inmigrantes ilegales en los Estados Unidos. No se centran en el problema medular: las razones de la emigración y el trato que se a los inmigrantes en esos mismos países.
En estos días, junto con el caso de la ecuatoriana Cajamarca y su hijo, el de un joven colombiano Gómez también ha saltado a noticias de primera plana aquí en los Estados Unidos. El muchacho y su familia tienen orden de deportación y ello ha desatado una campaña para impedirrlo, debido a que se trata de un estudiante aprovechado y apto para becas en las mejores universidades del país.
Pero los padres de Gómez recibieron anuncio de que su situación de inmigrantes ilegales no podía continuar. No los pusieron en la frontera de inmediato. Fueron citados antes los jueces respectivos, escucharon su posición con ayuda de abogados propios o de oficio. Recibieron el plazo de cinco años para optar por la legalización y se negaron.
Cajamarca y Gómez tienen que ser expulsados (la deportación en ambos casos está pendiente) porque en estos países se respeta a la ley y a ello es parte fundamental de su grandeza y prosperidad.
En cuanto a lo emocional, por cierto que contrista la situación de gente que huye de sus países de origen, destruidos económica, social y políticamente por regímenes corruptos de los que medra una minoría, para buscar mejores oportunidades de supervivencia. Pero su ingreso tiene que estar regulado y encarrilado dentro de la ley.
Esos procesos, tanto en Estados Unidos como en Europa, no han sido respetos ni se han hecho respetar debido a múltiples motivos. De ahí que se imponga una revisión de la situación de ilegales o indocumentados, no para responder a reacciones hipócritas y lloriqueantes como las de Correa, ni para perdonar y olvidar infracciones de la ley, sino para reencauzar una situación anómala dentro de la normalidad.
El presidente Bush presentó un proyecto realista y compasivo al respecto, pero fue boicoteado por muchos de su coidearios infestados de xenofobia. Pero terminará a la postre por ser aprobado en ésta o en la siguiente administración, puesto que la opción de persistir en un status quo ahondará el conflicto migratorio con más de 12 millones de ilegales que sobreviven a la sombra de la ley.
Otra reacción del gobierno belga que ha irritado a Correa y a El Comercio es la alusión a que el comentario de Malherbe habría generado mayor impacto diplomático negativo si en el Ecuador hubiese un gobierno no en preparación, sino ya estable. Se refería a que Correa gobierna provisionalmente, pues continúa en campaña para las elecciones de miembros de la Asamblea Constituyente qué espera controlar para que le confiera aún mayores poderes dictatoriales para igualar a los de Hugo Chávez.
En efecto ¿está Correa realmente gobernando? Si así fuere, algo haría para impedir el despilfarro de los fondos públicos: el gasto corriente o de sueldos de la burocracia ha subido al 36% de los ingresos, pasando de 790 millones de dólares en el semestre del año pasado a 879 millones de dólares en el actual. Y no se dejaría manipular de Chávez para anunciar el disparatado proyecto de construir una nueva refinería en Montecristi (¿acaso junto al estacionamiento del edificio de la Asamblea...?)
Las estatales petroleras de los dos países están quebradas, con la diferencia de que en Venezuela el volumen de ingresos de petrodólares es abrumadoramente mayor, lo que le permite al clon de Fidel continuar con el despilfarro sin inmutarse. ¿Qué planes de factibilidad ha habido para escoger a Manabí para la nueva refinadora? ¿Qué concurso internacional de ofertas?
Tampoco da muestras de gobernar cuando continua en sus desafíos con Colombia al nombrar como embajador en Bogotá a un señor Suéscum cuyo perfil, descrito en los diarios, es exactamente el opuesto al que se precisa ahora para ese cargo. Huelgan comentarios sobre el nombramiento de su ex ministro de Economía Patiño como “virrey” del Litoral o el de Javier Ponce como otro más de sus innumerables asesores políticos.
Javier, ex columnista de los diarios Hoy y El Universo ¿asesorará a su jefe y le ofrecerá nuevas y frescas ideas para combatir a la libertad de expresión y perseguir a periodistas y no periodistas que sigan aventurándose a contradecir la opinión del gran lenguaraz de los sábados?
Thursday, August 2, 2007
EL FRACASO DE LA IZQUIERDA EN EL ECUADOR
Por Franklin López Buenaño
PhD en Economía
Un connotado periodista, Emilio Palacio, de El Universo pregunta si alguna vez ha gobernado la izquierda en el Ecuador. Algún historiador le contestó que ¡nunca! Esta aseveración invita primero a definir qué es la izquierda y segundo revisar la historia ecuatoriana para confirmarla.
Es verdad que hay varias vestimentas que adornan el socialismo, desde su extremo – el marxismo-leninismo – hasta la izquierda socialdemócrata de los liberales estadounidenses o laboristas británicos, pero hay un factor común: la redistribución de riqueza o ingresos con el expreso propósito de reducir las desigualdades sociales. Pero no es el resultado – la reducción de la desigualdad -- lo que determina si las medidas son socialistas o no, si no las maneras en las que se lleva a cabo esta redistribución. Porque son las políticas redistributivas las que caracterizan las diferentes versiones de la izquierda. En el extremo comunista, se elimina la propiedad privada de los recursos que pasan a ser administrados por el estado. En el socialista radical se incauta – con o sin compensación -- la propiedad privada, como en la reforma agraria o mediante la nacionalización de las industrias. Mientras que en la socialdemocracia se utiliza el impuesto a la renta con tasas progresivas (el que más gana más paga).
Los albores del siglo XX
Aunque la izquierda ecuatoriana pretende reivindicar la memoria de Eloy Alfaro como de “izquierda”, su revolución fue esencialmente “liberal”. Si bien Alfaro un liberal jacobino y tuvo tendencias autoritarias, las transformaciones sociales de la revolución fueron hechas por Leonidas Plaza Gutiérrez, a quien nadie se atrevería atribuirle de haber sido de “socialista”. Igual a Juan Montalvo, quien conoció y participó en la comuna de París (la cuna del comunismo) y rechazó abiertamente cualquier esquema de expropiación de propiedad privada. Es por ello que ningún socialista ecuatoriano se atreve a proclamar a Montalvo como socialista, a pesar de haber sido uno de los grandes precursores de la lucha por los derechos de los indígenas.
El otro gobierno importante de las primeras décadas del siglo XX es el de Isidro Ayora. A pesar de que en su gobierno se dan los primeros pasos hacia un sistema estatal de seguridad y previsión social y un incipiente código laboral, su gobierno más bien se caracteriza por haber establecido una fuerte estabilidad monetaria y financiera, a través de un banco central autónomo y supervisión bancaria. El único episodio de izquierda, en esta época, es el protagonizado por el General Alberto Enríquez. Gobierno que pasa sin pena ni gloria.
La etapa liberal
Pero la gran etapa “liberal”, aunque efímera porque apenas duró doce años, es la que se inicia con Galo Plaza Lasso y con su gobierno se avienen doce años de estabilidad, prosperidad y paz. A Plaza le sucede José María Velasco Ibarra, se autoproclama “liberal del siglo XVII”, y a pesar de sus tendencias populistas y su magnífica habilidad para mimetizarse con la audiencia, lleva a cabo un gobierno muy similar al liberal de Plaza y logra terminar su período presidencial (el único en su accidentada carrera política). Si Plaza fue “liberal”, Camilo Ponce Enríquez fue “conservador”. El socialismo ha sido tan exitoso que pocos dan crédito a esta época, cuando el sucre era una de las monedas más fuertes de América Latina y más dura que la peseta española. Tasas de crecimientos del ingreso per cápita que bordeaban el 10 por ciento, inclusive en algunos años alcanzó el 12 por ciento. Lamentablemente, el cepalismo y el socialismo comenzaron su carrera ascendente y esta etapa liberal pasó al olvido.
La ascendencia del socialismo
Para poder financiar el gasto “social”, los gobiernos populistas de izquierda recurren a la emisión de dinero. Velasco Ibarra, muy ufanamente un día sostenía que “no tiene sentido tener una moneda sana y pueblo enfermo”. Procedió entonces a enfermar (devaluar) el sucre y esta medida se puede concebir como el primer gran paso a la izquierda.
La dictadura militar que tomó el poder en 1963 prácticamente se volcó a las recetas de la CEPAL, se estableció la Junta de Planificación, se “modernizó” del Código Laboral. A lo largo de estos años, Carlos Julio Arosemena instituyó el décimo tercero, décimo cuarto, décimo quito y décimo sextos sueldos. Se creó el Centro de Desarrollo (CENDES), el Fondo de Preinversiones (FONAPRE), se dio impulso al Banco de Fomento y se creó la Corporación Financiera Nacional así como una serie de organismos “tecnocráticos” para “dirigir” la economía.
En la década de los 70 se acentuó la influencia de la CEPAL a través del Pacto Andino y la política de sustitución de importaciones. Se inventaron los “depósitos previos a las importaciones”, tasas de cambio para diversos productos, incautación de divisas, todas estas medidas con el propósito de corregir las fuerzas “inequitativas” del libre comercio y del mercado. Siguiendo las prescripciones cepalinas se nacionalizaron las telecomunicaciones, la generación y distribución de energía eléctrica y algunas actividades financieras como los seguros.
El descubrimiento del petróleo y los ingentes recursos que comenzó a recibir el gobierno, acentuó la intervención estatal. Se nacionalizó el consorcio Texaco-Gulf y se fundó CEPE. El número de ministerios que en la etapa liberal eran apenas ocho comenzó a crecer, crecimiento que continúa hasta nuestros días. No podemos ignorar que fue en esta época cuando se estableció el cogobierno estudiantil en las universidades, se eliminaron los exámenes de ingreso, todo en nombre de la “democratización” de la educación. Tampoco podemos soslayar el crecimiento de la deuda externa para financiar la intervención masiva del gobierno en todos los ámbitos de la economía.
Solidificación de la izquierda en el poder
Según Rafael Correa en el inicio del último período democrático se originó la “larga noche neoliberal”. Pero, ¿no fue Jaime Roldós de izquierda? Su sucesor, Osvaldo Hurtado, sostenía tesis socialistas como el comunitarianismo, teoría muy cercana al comunismo, con la diferencia que la propiedad en lugar de ser del estado era de comunas civiles. (Hay que advertir que el Hurtado de hoy no es ideológicamente el mismo de ayer). Después de León Febres Cordero, a quien se le puede dar el beneficio de la duda porque todos dicen que su gobierno fue de “derecha”, le sucedió Rodrigo Borja. ¿No se llama su partido “Izquierda” Democrática? No podemos olvidar que el “neoliberalismo” comenzaba a tomar cuerpo en América Latina y Carlos Menem, durante un memorable partido de tenis con George Bush (padre) en Costa Rica, le dio lecciones sobre los beneficios de la apertura comercial, pero Borja – muy conciente de su socialismo democrático – no se dejó convencer. No obstante, Correa y sus adláteres no perdonan que Borja supuestamente haya permitido seguir viviendo la larga noche neoliberal. No por nada, este período se conoce como “febresborjismo”. Llega entonces el inmovilismo de Sixto Durán Ballén porque su gobierno no es de izquierda ni de derecha, a pesar de que Sixto decidió dar “segundas oportunidades” a las empresas estatales que ya desde entonces acusaban serios problemas de ineficacia y deshonestidad.
Por supuesto que los defensores de la izquierda “pura” niegan que Abdalá Bucaram haya llegado a ser presidente por “la fuerza de los pobres”. Según ellos, su izquierdismo no es otra cosa que una pantalla para justificar su populismo y su afán de lucro o el de sus amigos. Le reemplazó Fabián Alarcón, “inmóvil”. Jamil Mahuad fue miembro fundador de la Democracia Popular y coideólogo del Hurtado comunitarianista. A Gustavo Noboa, no se le puede atribuir lo de izquierdista, porque se rodeó de personajes de la derecha, aunque no faltó un Jorge Gallardo, ex-ministro de Borja.
Bueno ¿y qué decir de Lucio Gutiérrez? Llegó al poder apoyado por la izquierda del centro y del extremo. Afortunadamente, una vez en el poder “sufrió” (según los “forajidos” izquierdosos) de racionalidad, a la Fernando Henrique Cardoso o Lula da Silva, y no cometió “torpezas”, aunque su administración no fue un dechado de democracia ni de pulcritud. ¿Alfredo Palacio neoliberal? En su administración se reformó la ley de hidrocarburos dando más poder al gobierno y se eliminó prácticamente la tercerización. Si eso es ser neoliberal, los ecuatorianos vivimos en Marte.
Finalmente, llegamos al gobierno de Rafael Correa. Emilio Palacio sostiene que la presencia de Rosanna Queirolo (ex asesora de Álvaro Noboa) y Alexis Mera (antiguo colaborador de León Febres Cordero) en la lista de Alianza País, así como la salida de Alberto Acosta (el izquierdista más honesto que Palacio ha conocido) son muestras de que Correa no es de izquierda pura. ¡Tremendo desatino! Porque la crema y nata de los socialistas ecuatorianos están en este gobierno. El vicepresidente, Lenín Moreno (basta el nombre para darnos una pista), Ricardo Patiño, Fander Falconí, Eduardo Valencia, Leonardo Vicuña -- para mencionar unos pocos -- son connotados economistas de izquierda, colaboradores asiduos de La Insignia, y La Jornada, conocidos diarios socialistas iberoamericanos. Los grupos de choque del MPD son factores constantes en las apariciones de Correa. No podían faltar en un gobierno de izquierda ambientalistas radicales como Ana Albán, ministra de ecología o María Fernanda Espinosa, canciller. Tampoco defensores de los derechos humanos como Alexis Ponce. Guadalupe Larriva, difunta ministra de defensa, era presidenta del Partido Socialista Ecuatoriano, su sucesora fue dirigente de la Unión Nacional de Educadores, y todos sabemos que la UNE es el brazo del MPD en el área educativa. Mauricio Dávalos y Carlos Vallejo fueron colaboradores del gobierno de Hurtado y, a diferencia de éste, jamás remozaron sus ideas.
Conclusión
La ironía más grave en toda esta historia es la calificación de “neoliberal” a los gobiernos de las últimas décadas, cuando lo que hemos vivido es un camino desbocado al socialismo. Más del 60 por ciento de la economía ecuatoriana está intervenida o administrada directamente por el gobierno. Todos estos años hemos sufrido el flagelo del control de precios, o de subsidios mal administrados, de intervención en la banca o en las empresas, de un sistema tributario progresivo y oneroso. La educación, la seguridad social, los programas sociales, las aduanas, el registro civil son todo un desastre. No existe un solo programa de gobierno al que se pueda calificar siquiera de “regular”, son malos o pésimos. Y, sin embargo, ¡no son fracasos de la izquierda!
¿Por qué Palacio y otros quieren negar el izquierdismo de Correa? Porque se aferran a la idea del monopolio de que la izquierda “se preocupa de los pobres”. Dice Patricio Crespo Coello: “… el primer deber de un líder, más todavía si es izquierda (énfasis mío), es lograr el desarrollo para beneficiar a los más pobres”. ¿Por qué tiene que ser el líder de “izquierda”?
Como los últimos 28 años de democracia no han resuelto el problema de la pobreza, entonces, “no han sido de izquierda”. He ahí la falacia y el engaño. El problema de la pobreza y de la desigualdad del ingreso se debe precisamente a que desde la década de los 70 hemos seguido el recetario de la izquierda: la utilización del poder del estado para justificar los fines “altruistas”. En mi anterior entrega, demostraba justamente que el socialismo no es el camino para beneficiar a los pobres. El desarrollo que verdaderamente beneficia a los más pobres es el capitalismo y la evidencia es más que contundente.
PhD en Economía
Un connotado periodista, Emilio Palacio, de El Universo pregunta si alguna vez ha gobernado la izquierda en el Ecuador. Algún historiador le contestó que ¡nunca! Esta aseveración invita primero a definir qué es la izquierda y segundo revisar la historia ecuatoriana para confirmarla.
Es verdad que hay varias vestimentas que adornan el socialismo, desde su extremo – el marxismo-leninismo – hasta la izquierda socialdemócrata de los liberales estadounidenses o laboristas británicos, pero hay un factor común: la redistribución de riqueza o ingresos con el expreso propósito de reducir las desigualdades sociales. Pero no es el resultado – la reducción de la desigualdad -- lo que determina si las medidas son socialistas o no, si no las maneras en las que se lleva a cabo esta redistribución. Porque son las políticas redistributivas las que caracterizan las diferentes versiones de la izquierda. En el extremo comunista, se elimina la propiedad privada de los recursos que pasan a ser administrados por el estado. En el socialista radical se incauta – con o sin compensación -- la propiedad privada, como en la reforma agraria o mediante la nacionalización de las industrias. Mientras que en la socialdemocracia se utiliza el impuesto a la renta con tasas progresivas (el que más gana más paga).
Los albores del siglo XX
Aunque la izquierda ecuatoriana pretende reivindicar la memoria de Eloy Alfaro como de “izquierda”, su revolución fue esencialmente “liberal”. Si bien Alfaro un liberal jacobino y tuvo tendencias autoritarias, las transformaciones sociales de la revolución fueron hechas por Leonidas Plaza Gutiérrez, a quien nadie se atrevería atribuirle de haber sido de “socialista”. Igual a Juan Montalvo, quien conoció y participó en la comuna de París (la cuna del comunismo) y rechazó abiertamente cualquier esquema de expropiación de propiedad privada. Es por ello que ningún socialista ecuatoriano se atreve a proclamar a Montalvo como socialista, a pesar de haber sido uno de los grandes precursores de la lucha por los derechos de los indígenas.
El otro gobierno importante de las primeras décadas del siglo XX es el de Isidro Ayora. A pesar de que en su gobierno se dan los primeros pasos hacia un sistema estatal de seguridad y previsión social y un incipiente código laboral, su gobierno más bien se caracteriza por haber establecido una fuerte estabilidad monetaria y financiera, a través de un banco central autónomo y supervisión bancaria. El único episodio de izquierda, en esta época, es el protagonizado por el General Alberto Enríquez. Gobierno que pasa sin pena ni gloria.
La etapa liberal
Pero la gran etapa “liberal”, aunque efímera porque apenas duró doce años, es la que se inicia con Galo Plaza Lasso y con su gobierno se avienen doce años de estabilidad, prosperidad y paz. A Plaza le sucede José María Velasco Ibarra, se autoproclama “liberal del siglo XVII”, y a pesar de sus tendencias populistas y su magnífica habilidad para mimetizarse con la audiencia, lleva a cabo un gobierno muy similar al liberal de Plaza y logra terminar su período presidencial (el único en su accidentada carrera política). Si Plaza fue “liberal”, Camilo Ponce Enríquez fue “conservador”. El socialismo ha sido tan exitoso que pocos dan crédito a esta época, cuando el sucre era una de las monedas más fuertes de América Latina y más dura que la peseta española. Tasas de crecimientos del ingreso per cápita que bordeaban el 10 por ciento, inclusive en algunos años alcanzó el 12 por ciento. Lamentablemente, el cepalismo y el socialismo comenzaron su carrera ascendente y esta etapa liberal pasó al olvido.
La ascendencia del socialismo
Para poder financiar el gasto “social”, los gobiernos populistas de izquierda recurren a la emisión de dinero. Velasco Ibarra, muy ufanamente un día sostenía que “no tiene sentido tener una moneda sana y pueblo enfermo”. Procedió entonces a enfermar (devaluar) el sucre y esta medida se puede concebir como el primer gran paso a la izquierda.
La dictadura militar que tomó el poder en 1963 prácticamente se volcó a las recetas de la CEPAL, se estableció la Junta de Planificación, se “modernizó” del Código Laboral. A lo largo de estos años, Carlos Julio Arosemena instituyó el décimo tercero, décimo cuarto, décimo quito y décimo sextos sueldos. Se creó el Centro de Desarrollo (CENDES), el Fondo de Preinversiones (FONAPRE), se dio impulso al Banco de Fomento y se creó la Corporación Financiera Nacional así como una serie de organismos “tecnocráticos” para “dirigir” la economía.
En la década de los 70 se acentuó la influencia de la CEPAL a través del Pacto Andino y la política de sustitución de importaciones. Se inventaron los “depósitos previos a las importaciones”, tasas de cambio para diversos productos, incautación de divisas, todas estas medidas con el propósito de corregir las fuerzas “inequitativas” del libre comercio y del mercado. Siguiendo las prescripciones cepalinas se nacionalizaron las telecomunicaciones, la generación y distribución de energía eléctrica y algunas actividades financieras como los seguros.
El descubrimiento del petróleo y los ingentes recursos que comenzó a recibir el gobierno, acentuó la intervención estatal. Se nacionalizó el consorcio Texaco-Gulf y se fundó CEPE. El número de ministerios que en la etapa liberal eran apenas ocho comenzó a crecer, crecimiento que continúa hasta nuestros días. No podemos ignorar que fue en esta época cuando se estableció el cogobierno estudiantil en las universidades, se eliminaron los exámenes de ingreso, todo en nombre de la “democratización” de la educación. Tampoco podemos soslayar el crecimiento de la deuda externa para financiar la intervención masiva del gobierno en todos los ámbitos de la economía.
Solidificación de la izquierda en el poder
Según Rafael Correa en el inicio del último período democrático se originó la “larga noche neoliberal”. Pero, ¿no fue Jaime Roldós de izquierda? Su sucesor, Osvaldo Hurtado, sostenía tesis socialistas como el comunitarianismo, teoría muy cercana al comunismo, con la diferencia que la propiedad en lugar de ser del estado era de comunas civiles. (Hay que advertir que el Hurtado de hoy no es ideológicamente el mismo de ayer). Después de León Febres Cordero, a quien se le puede dar el beneficio de la duda porque todos dicen que su gobierno fue de “derecha”, le sucedió Rodrigo Borja. ¿No se llama su partido “Izquierda” Democrática? No podemos olvidar que el “neoliberalismo” comenzaba a tomar cuerpo en América Latina y Carlos Menem, durante un memorable partido de tenis con George Bush (padre) en Costa Rica, le dio lecciones sobre los beneficios de la apertura comercial, pero Borja – muy conciente de su socialismo democrático – no se dejó convencer. No obstante, Correa y sus adláteres no perdonan que Borja supuestamente haya permitido seguir viviendo la larga noche neoliberal. No por nada, este período se conoce como “febresborjismo”. Llega entonces el inmovilismo de Sixto Durán Ballén porque su gobierno no es de izquierda ni de derecha, a pesar de que Sixto decidió dar “segundas oportunidades” a las empresas estatales que ya desde entonces acusaban serios problemas de ineficacia y deshonestidad.
Por supuesto que los defensores de la izquierda “pura” niegan que Abdalá Bucaram haya llegado a ser presidente por “la fuerza de los pobres”. Según ellos, su izquierdismo no es otra cosa que una pantalla para justificar su populismo y su afán de lucro o el de sus amigos. Le reemplazó Fabián Alarcón, “inmóvil”. Jamil Mahuad fue miembro fundador de la Democracia Popular y coideólogo del Hurtado comunitarianista. A Gustavo Noboa, no se le puede atribuir lo de izquierdista, porque se rodeó de personajes de la derecha, aunque no faltó un Jorge Gallardo, ex-ministro de Borja.
Bueno ¿y qué decir de Lucio Gutiérrez? Llegó al poder apoyado por la izquierda del centro y del extremo. Afortunadamente, una vez en el poder “sufrió” (según los “forajidos” izquierdosos) de racionalidad, a la Fernando Henrique Cardoso o Lula da Silva, y no cometió “torpezas”, aunque su administración no fue un dechado de democracia ni de pulcritud. ¿Alfredo Palacio neoliberal? En su administración se reformó la ley de hidrocarburos dando más poder al gobierno y se eliminó prácticamente la tercerización. Si eso es ser neoliberal, los ecuatorianos vivimos en Marte.
Finalmente, llegamos al gobierno de Rafael Correa. Emilio Palacio sostiene que la presencia de Rosanna Queirolo (ex asesora de Álvaro Noboa) y Alexis Mera (antiguo colaborador de León Febres Cordero) en la lista de Alianza País, así como la salida de Alberto Acosta (el izquierdista más honesto que Palacio ha conocido) son muestras de que Correa no es de izquierda pura. ¡Tremendo desatino! Porque la crema y nata de los socialistas ecuatorianos están en este gobierno. El vicepresidente, Lenín Moreno (basta el nombre para darnos una pista), Ricardo Patiño, Fander Falconí, Eduardo Valencia, Leonardo Vicuña -- para mencionar unos pocos -- son connotados economistas de izquierda, colaboradores asiduos de La Insignia, y La Jornada, conocidos diarios socialistas iberoamericanos. Los grupos de choque del MPD son factores constantes en las apariciones de Correa. No podían faltar en un gobierno de izquierda ambientalistas radicales como Ana Albán, ministra de ecología o María Fernanda Espinosa, canciller. Tampoco defensores de los derechos humanos como Alexis Ponce. Guadalupe Larriva, difunta ministra de defensa, era presidenta del Partido Socialista Ecuatoriano, su sucesora fue dirigente de la Unión Nacional de Educadores, y todos sabemos que la UNE es el brazo del MPD en el área educativa. Mauricio Dávalos y Carlos Vallejo fueron colaboradores del gobierno de Hurtado y, a diferencia de éste, jamás remozaron sus ideas.
Conclusión
La ironía más grave en toda esta historia es la calificación de “neoliberal” a los gobiernos de las últimas décadas, cuando lo que hemos vivido es un camino desbocado al socialismo. Más del 60 por ciento de la economía ecuatoriana está intervenida o administrada directamente por el gobierno. Todos estos años hemos sufrido el flagelo del control de precios, o de subsidios mal administrados, de intervención en la banca o en las empresas, de un sistema tributario progresivo y oneroso. La educación, la seguridad social, los programas sociales, las aduanas, el registro civil son todo un desastre. No existe un solo programa de gobierno al que se pueda calificar siquiera de “regular”, son malos o pésimos. Y, sin embargo, ¡no son fracasos de la izquierda!
¿Por qué Palacio y otros quieren negar el izquierdismo de Correa? Porque se aferran a la idea del monopolio de que la izquierda “se preocupa de los pobres”. Dice Patricio Crespo Coello: “… el primer deber de un líder, más todavía si es izquierda (énfasis mío), es lograr el desarrollo para beneficiar a los más pobres”. ¿Por qué tiene que ser el líder de “izquierda”?
Como los últimos 28 años de democracia no han resuelto el problema de la pobreza, entonces, “no han sido de izquierda”. He ahí la falacia y el engaño. El problema de la pobreza y de la desigualdad del ingreso se debe precisamente a que desde la década de los 70 hemos seguido el recetario de la izquierda: la utilización del poder del estado para justificar los fines “altruistas”. En mi anterior entrega, demostraba justamente que el socialismo no es el camino para beneficiar a los pobres. El desarrollo que verdaderamente beneficia a los más pobres es el capitalismo y la evidencia es más que contundente.
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